Nos conocimos desde niños. Esa conexión que sentimos hasta ahora, fue espontánea y nadie la forzó. Fue en un acuario. Él iba con su padre, y yo con mi madre y mi hermano mayor. Salimos de paseo, pues que la tarde estaba hermosa... como el.
Es obvio que al momento no me enamoré, tan solo teníamos 9 años, pero inimaginablemente nuestra relación fue muy estrecha desde un principio. Todo se dio mucho tiempo después.
- Yu-ta-ka... -se escuchó la puerta de entrada ser cerrada y a alguien canturrear su nombre.
- Estoy aquí, en la cocina -sin esperar más, fue a su encuentro.
- ¿Qué haces cariño?
- Preparo la cena, más tarde vendrán mi hermano y su novio, según tienen algo muy importante que decirme -dijo sin mirarlo.
- Es... Raro. Hace mucho tiempo que no veo a tu hermano, no vendrá tu madre, ¿cierto?
- ¿Tu padre te ha dicho algo sobre visitarte hoy?
- Ehh... No.
- Entonces mamá no vendrá -le dedicó una sonrisa.
Estábamos en la etapa de desarrollo, de conocimiento y exploración, ¿qué iba a saber yo sobre lo que me unía a ti?
Nuestros padres se conocieron en un recital en la preparatoria, desde ese día se hicieron buenos amigos. Tras la muerte de mi padre, mi madre habiendo superado a pérdida, comenzó a salir con tu progenitor, fue así como nos conocimos, ese día en el acuario, tan solo fue para presentarnos. Desde esa vez, empezamos a tener una bonita amistad, nos visitábamos seguido, salíamos con nuestros padres solo para vernos. Pero de repente, todos nuestros encuentros acabaron, te marchaste a vivir con tu madre y por ende dejamos de frecuentarnos.
Sinceramente no me importó mucho, alguna vez nos volveríamos a ver, ¿no?
- ¡Yu-kun! -un alegre niño de visibles 13 años corría al encuentro de su amigo.
- Ishihara, ¿para qué me has llamado?
- Tengo algo que decirte -puso una cara neutral, el otro no podía adivinar que tan bueno o malo podía ser.
- Mmmm... ¿Y bien? ¿A qué esperas?
- Pues, mamá tuvo una transferencia de empleo a Kyoto, no quiere dejarme con mi padre, así que me llevará con ella... Dejaremos de vernos hermano -bajó la mirada.
- ¡Hey!, pero siempre podemos hablarnos, y nos veremos en vacaciones, aparte tu padre y mi madre nos unen... Algún día se casarán -le dedicó una sonrisa.
- ¿Crees que lleguen a casarse? ¡A esta edad!
- ¡Oye!, que tampoco están tan viejos -decía divertido- Se nota lo mucho que se quieren.
La plática se volvió más trivial para ellos, y de un momento a otro, estaban jugando en ese parque donde se encontraban. No existía la preocupación, solo la esperanza de volverse a ver.
Esperanza que con el tiempo... Se esfumaría.
No solo habíamos prometido llamarnos, sino también escribirnos, ¿qué nos pasó? En un principio nos llamábamos cada fin de semana, después cada mes, luego, ya era raro escuchar a mamá decir "¡Yutaka, Ishihara está al teléfono!". Perdimos total contacto. Terminé la secundaria y empecé el bachillerato conociendo cosas nuevas. Amigos. Experiencias... Mi sexualidad. Mis compañeros me empezaban a atraer, y creí que eso estaba mal, hasta que terminé por aceptarlo, no se nace completamente recto, ¿no?
Años más tarde fui invitado a una fiesta que cambió mi vida, ¿por qué? Te encontré ahí.
- Vamos Yutaka, no irás solo, estarás con Akira y conmigo -le hablaba su amigo con poder de convencimiento.
- Takanori, no conozco a nadie, el invitado has sido tú y estás llevando a casi medio barrio.
- ¡Hombre, no exageres! Que solo son Akira, tu hermano y tú -decía ofendido.
- ¿Y quién te ha dicho que iré? -preguntaba un pelinegro entrando al cuarto.
- ¡Ja! Te convenceré Yuu, tengo un "as" bajo la manga, pero primero ayúdame a convencer al amargado de tu hermano.
- Yutaka, anda, mamá no estará en casa y yo estaré en mi cuarto viendo porno, no te conviene quedarte aquí.
- ¡Yuu! -gritaron a coro.
- Vale, que solo bromeaba -decía riendo- En realidad me quedaré estudiando, pero tú sal a divertirte.
- No tengo ganas, y menos si Yuu no va.
- Ohhh Yutaka, descuida que Yuu nos acompañará -miró al último con malicia.
- ¿Por qué tan seguro de que iré?
- Porque... Mi hermano también va.
Ni un sonido se escuchó después de las palabras pronunciadas, más que claro estaba que habían descubierto al pelinegro, quien solo quedó mirando a Takanori, no le quedaba más que aceptarlo.
- Yutaka, acompañaremos a Takanori.
- ¿QUÉ?
- Lo sabía -decía triunfante.
- Lo que oíste hermanito, iremos con Takanori, su novio y su hermano.
- ¡Oye, Akira no es mi novio! -respondió sonrojado.
- Pero, ¿a que te gustaría que lo fuera? -lo miró retador.
- ¡C-Claro que no!
- Basta ustedes dos, no iré, no me obligarán, ¡no quiero ir!
Vencido por la insistencia o no, ¿quien sabe?, Yutaka se encontraba ahora echado en un sofá, con mucha gente alrededor. Estaba molesto con su hermano, ¿cómo pudo caer en el chantaje de Takanori? ¡Nunca lo hacía! Ahora recordaba porqué estaba sentado en aquel sofá con una lata de cerveza en la mano a medio vaciar.
Su "perfecto" hermano lo llevó casi a rastras, tan solo para ver a Kouyou, el hermano mayor de Takanori.
"Por esta vez te la paso" pensó. Y es que él conocía muy bien los sentimientos de su hermano mayor hacia el castaño. "Ojala saques provecho de esta noche Yuu".
- ¿Yuu? -preguntó una voz grave.
- ¿Eh? -se giró a mirar quien lo llamaba- ¿Ishihara?
- ¡Hermano! ¿Cuánto tiempo? -le abrazó siendo correspondido por el otro- ¿Has venido solo?
- Pues vine con unos amigos y mi hermano.
- ¿Yutaka?, ¿y en dónde está? -preguntó con un dejo de emoción.
- Para serte sincero, no tengo ni puta idea -reía.
- Como has de saber, si estás empalmado con ese castaño -lo molestó.
- Idiota -le dijo con un sonrojo- Yutaka estará en el salón de los excluidos.
- ¿En la sala de estar?
- O en la terraza bebiendo solo, ve tú a saber, anda ve a buscarlo -le sonrío.
El otro ni lerdo ni perezoso comenzó su búsqueda incitada por el mayor. Que bien sabía de la estrecha relación entre ambos años atrás, y siempre tuvo en cuenta que había algo más que fraternidad entre los dos. "Tal vez esto mejore tu noche Yutaka"
Ishihara erróneamente pensó que su casi hermanastro, estaría en la terraza, más no lo encontró ahí.
- ¿En dónde estás? -caminaba buscándolo entre el tumulto de gente, chocando de vez en cuando con ellos.
Al llegar a la sala de estar, se quedó parado buscándolo con la mirada, pero...
- ¡¡¡Ishihara!!! -no supo quién fue la persona que montó su espalda, y menos logró reconocer esa voz.
- ¿Quién?... -giró un poco su cuello para mirar a su "agresor"- ¡YUTAKA! -sin saber como, se lo quitó de encima para abrazarlo fuertemente. "Te extrañé tanto Yu-kun" pensó.
- Fui al baño y vi a Yuu, me dijo que estabas en la fiesta y te encontré -le miraba con una enorme sonrisa- ¿Cuándo volviste tonto?
- Hace casi dos años, mamá volvió a ser transferida.
- ¿¡Porqué no llamaste!?
- Lo siento -dijo agachando la mirada- Apenas he podido ver a mi padre.
- Oh, no sabia, entiendo... ¿Estás estudiando?
- Claro, a punto de graduarnos del bachillerato, ¿no? -presumía.
- ¡Sí!, a un paso de la universidad.
La fiesta seguía para ambos, tenían muchas cosas por contarse, que sabían la noche no sería suficiente para hablar de los 5 años que no se vieron, había mucho por decirse y faltaba mucho por descubrir. "Dios Ishihara, te has puesto muy bien estos años" pensó mientras seguían platicando, pero no solo ellos disfrutaban de la fiesta.
- Taka, ¿no te parece que tu hermano está bebiendo demasiado? -miraba al castaño frente a ellos.
- Siempre ha bebido así, es un ebrio, lo sabías, ¿no?
- ¿No te preocupa que pueda terminar haciendo una estupidez?
- ¿Y no será que al que le preocupa eso es a ti? -miró al pelinegro- Acéptalo Yuu, te preocupa que cualquier tonto termine encamándose con Shima, ¿no es así?
- Tal vez tengas razón.
- Conozco a mi hermano muy bien y te aseguro que no pasará nada, ¿por qué no le haces compañía?
- Pero... -no terminó.
- ¡Taka! -un rubio se dirigía a ellos- Se desaparecieron de repente, me costó trabajo encontrarlos, ¿saben?
- Lo sentimos Akira, venimos a vigilar a mi hermano porque está ebrio y me preocupa que se acueste con el primero que se le ponga en frente -digo con sorna mirando al pelinegro, que poco más y lo mataba con la mirada.
- Oh vamos Takanori, tu hermanito está bastante grandecito como para cuidarse solo -al parecer no comprendió lo antes dicho por el menor- Mejor acompáñame a la terraza, quiero decirte algo.
- ¡Bien! Voy contigo -dijo sonriente- Yuu, te encargo a Kouyou, vigílalo bien -le sonrió para irse con el rubio y poner en marcha el plan de su hermano.
Y es que el castaño había sido muy claro. "Tú te encargas de que vaya a la fiesta y me vea tomando, yo me encargo del resto". Esas fueron las palabras de su hermano, y no sabía porqué, pero algo le decía que terminarían desnudos y sobre una cama. Y lo intuía precisamente porque sabía que el castaño tenía años babeando por el pelinegro, así que las cosas serían más fáciles para ambos.
Ahora se concentraría en Akira y lo que este tenía por decirle, cosa que lo estaba poniendo con los nervios de punta.
- ¿Un internado? -preguntó sorprendido- ¿Te mandó a encerrar? ¿Con miles de jóvenes?
- Sí, apenas llegamos a Kyoto, se encargó de que me llevara a esa escuela y solo me veía algunos fines de semana... Cuando ella podía.
- Al menos pudiste relacionarte con chicos y chicas de la edad.
- No era mixto.
- ¿Y qué hacías tú en una escuela para mujeres? -bromeó.
- ¡Yutaka! -le reclamó riendo- Pero no fue tan malo. Vi a muchas chicas en las regaderas.
- ¡No seas desagradable! -dijo conteniendo la risa, pero cierto tono de enfado se instaló en su voz.
- Como si me gustaran.
- ¿A qué te refieres?
- A que soy homosexual -no puede ser...