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Un inicio desastroso y un final feliz. por samadhi06yaoi

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Notas del capitulo:

 

Hola a tod@s, bueno, este fic va a ser algo largo, por eso aún no puedo decirles qué parejas serán, sino, arruinaría el suspenso no creen? xD

Lo escribí este 26 de diciembre, pero me propuse no publicarlo hasta terminarlo... Sin más parloteo, aquí les dejo el primer capítulo, espero que les agrade:

 

 

Prólogo: Todo tiene que empezar con algo.

¿Cierto? Pero no por eso el inicio te debe gustar más que el final. Ruegas, tal vez, por que se acabe todo, pero, cuando apenas va iniciando, debes jugar el juego, si es que quieres ver el final. Las malas noticias se dan en persona, mientras que las buenas pueden ser un simple mensaje o llamada telefónica. Entonces no es de extrañar que cuando alguien quiera hablar con nosotros, o darnos una noticia, lo primero que pensemos es que son cosas malas… No los culpo.

Capítulo 1: Erase una vez...

Era domingo por la mañana y Sasuke despertó con la voz de su madre:

- ¿Sasuke, cariño, puedo pasar?

- ¿Qué?-gimió Sasuke, sentándose de golpe en la cama. No estaba acostumbrado a levantarse tan temprano. Y menos a que su madre le despertara. Miró a su madre, que se asomaba por la puerta. Debía de ser algo realmente malo o realmente bueno para decirlo tan temprano, se dijo. Sasuke se frotó un parpado con las manos y bostezó. Su madre entró a la habitación y se sentó a su lado.

- Tengo que darte una noticia.

- Mamá, son las siete de la mañana…- su madre lo miró como si no lo hubiera escuchado- ¡es domingo!

- Será rápido, cariño.

- ¿Qué pasa?-preguntó; entre más rápido mejor, pensó. Subió las rodillas y se cubrió las piernas con el edredón.

- Tu hermano…

- ¿Itachi?-interrumpió Sasuke, sonriendo involuntariamente. Su hermano estaba por terminar la universidad; cuando Sasuke tenía doce, Itachi se mudó a California. Sasuke lo había extrañado mucho desde entonces, y rara vez lo visitaba, así que estaba encantado con oír acerca de él…

- Sí, Sasuke…-su madre suspiró, como si estuviera tomando valor para decirlo, por fin, lo hizo-: Él se va a casar.

Entonces la mañana se vio arruinada.

- ¿Casarse? ¿Qué? ¿Con quién? Bromeas, ¿cierto?-habló atropelladamente Sasuke, mirando a su madre. Esa noticia no había sido algo bueno para despertar. No sabía si sentir alegría o pena por aquella noticia, no sabía ni siquiera por qué había reaccionado así.

- Será una boda algo… extravagante. Tu hermano es muy extravagante…-Sasuke entornó los ojos, pensando “aquí vamos de nuevo”, aburrido de aquella conversación en círculos.

- Madre, se dice “gay”, la palabra es “gay”… No pasa nada si dices “gay”-le dijo Sasuke, como si su madre fuera una niña de cuatro años. Supuso que para su madre aún era difícil superarlo. A él le había dado igual, claro que al principio no lo creyó. Pero Itachi seguía siendo el mismo. Y aún lo quería.

Su madre pasó saliva, poniéndose una mano en la garganta.

- E-en fin….-se aclaró la voz- me dijo que vendría mañana, y quería verte-. Sasuke frunció el ceño, meditando.

- ¿Vendrá? ¿O vendrán?-preguntó Sasuke.

- Me dijo que él llegaría antes que su…-su madre se quedó en silencio.

- Novio…-completó Sasuke, ensimismado.

- Sí… Itachi llegará el lunes, y él llegará el martes…

- Qué bien…-murmuró Sasuke, tratando de parecer alegre. Pero resultó muy poco creíble; su madre le escudriñó con la mirada, le acarició la mejilla y le hizo mirarle a los ojos.

- Cariño, sé que estás triste…

- No, mamá, no…-la interrumpió Sasuke, queriendo apartarse del tema- ¿Por qué lo estaría? Es la boda de mi hermano mayor…-dijo más para sí que para su madre, miró de nuevo sus puños y murmuró:- Estará muy feliz…

Su madre le acarició la frente.

- Baja a desayunar, se enfriará el desayuno.

- Creo que saldré a desayunar con Naruto.

- Pero si es domingo; es un día familiar…

- Mamá…-murmuró Sasuke, diciéndole con la mirada “déjalo, sabes tan bien como yo que eso no es verdad”.

Su madre no dijo más, salió cerrando la puerta tras de sí. Sasuke suspiró. Necesitó unos minutos para digerir la noticia, lo cual fue difícil estando en ayunas. Le envió un mensaje a Naruto y se levantó de la cama…

Tal vez despertar a su mejor amigo en un domingo (¡oh, el gran día familiar!) por la mañana era descortés, pero necesitaba hablar con alguien, y su madre no entraba en ese asunto.

Arrastró los pies hasta el cuarto de baño, donde tomó una fugaz ducha y después se vistió con lo primero que pudo encontrar, unos simples vaqueros y una camiseta negra; era un desayuno, no una cita con el presidente.

Salió de la suite, apretó el botón del elevador y se miró reflejado en las puertas platinadas del elevador. Vio a su hermano en el reflejo, besando a ese chico.

¡De seguro era horrible!, se decía Sasuke, frunciendo el ceño como un niño enfurruñado. ¡De seguro Itachi sólo bromeaba o estaba ebrio! Sí, además, de seguro ése es un idiota; eso, es un idiota gordo, un fracasado sin trabajo…

No, eso no era posible… Para haber conquistado a su hermano, tenía que ser mínimo algo atractivo. Sasuke lo sabía. Golpeó el botón del elevador y la puerta se abrió. Ahora en definitiva estaba molesto; ignoró el elevador; caminaría. Bajó las escaleras dando fuertes pisadas, si no es que dejando las suelas de los zapatos clavadas en los escalones.

Cuando llegó a la recepción del hotel lo esperaba ahí Naruto. Sonrió. Tenía que hacerlo, no pensaba demostrar que estaba enojado. ¡Si estaba muy feliz! Su hermano se casaría… con otro hombre… ¿Eso era legal? ¿Lo era en California? Sasuke casi deseó que no.

Por otro lado, le encantaba que Naruto y él “vivieran” en el mismo lugar. Claro, compartían el bonito hotel con unas ochocientas personas más, pero era estupendo que pudieran estar cerca. En este momento, Sasuke fue cuando más lo agradeció.

Llegó frente a su amigo, que le sonrió. Sasuke igual sonrió.

- ¿Estás bien?-preguntó a los pocos segundos el rubio. Era un chico bastante alegre, bastante despistado, pero siempre, con Sasuke, tenía que prestar un poco más de atención. Su amigo era todo un caso, pensaba Naruto, y con mucha razón.

-¿Qué ocurre?-insistió el rubio al notar el silencio de Sasuke.

Sasuke negó inmediatamente de lado a lado con la nuca, como un niño asustado y acorralado. Pero al instante reaccionó y sólo sonrió.

- Vamos a desayunar, yo invito-dijo.

 

Aunque el desayuno le saldría algo caro –Naruto al parecer se había tomado muy en serio el “yo invito”- si eso le servía para que Naruto no le preguntara cualquier cosa, qué mejor.

-Aún no me has dicho qué tienes-habló su amigo con la boca medio llena. Sasuke sonrió, era difícil no hacerlo viéndolo atragantarse con comida. Le pasó la servilleta por la mejilla, quitándole mostaza de ésta. Escuchó un “gracias” apenas audible y sonrió, bajando la vista a su café. Le dio un trago y lo retuvo en su boca, queriendo estar con él siempre ahí, para no abrir la boca. Se lo pasó cuando estuvo casi frío. Naruto no pareció darse por enterado, estaba comiendo aún.

Sasuke pellizcó su dona de chocolate y se llevó a la boca el pedazo. Pasó con despreocupación la mirada por el restaurante. Vio un par de novios; un padre con su hija de cinco años, que se reía sin parar mientras lengüeteaba su helado de menta de un vistoso color verde; una mujer con traje, mirando su reloj y golpeando el suelo con la punta del pie con impaciencia, mientras la atendían. Ni en domingo descansan…

 Sasuke volvió la vista y se quedó inmerso en su café, mirando la espuma dar vueltas, haciendo que se formaran espirales blancas de crema en polvo. Escuchó su nombre ser mencionado, y después oyó un chasquido, otro.

- Sasuke, ¡Sasuke!-su mirada subió de golpe, ciertamente asustado, como si de pronto le dijeran “¡Dilo!” Dios, ¿qué estaba pensando? Él no tenía nada que esconder.

No era el FBI, sólo su amigo mirándolo con aire de burla.

- ¿Estás bien? Luces peor que otros días-le dijo Naruto, tomando una servilleta y limpiándose la boca.

- Gracias-dijo Sasuke con una vaga sonrisa, volviendo la mirada a la mujer de traje, que ahora salía por la puerta, con un vaso de café en la mano.

Miró su café, ya no despedía humo. Miró al chico y a la chica, aún se besaban y compartían las papas fritas. Miró al tipo con la niña, ahora él estaba embarrado de helado, y la niña seguía riendo. Pensó en qué más mirar, pero no había nada que justificara siquiera un vistazo, y lamentó que fuera “día familia”. Un restaurante de comida rápida es lo más familiar que encontrarían, se dijo, hay mucho ruido y no pueden hablar entre ellos, por lo tanto, no habría conflictos intrafamiliares. Dejó de pensar en ello, se sentía de por sí triste de pronto. Pero, ¿por qué razón?

- ¿Qué pasa? ¿A quién miras?-escuchó de nuevo la misma voz. Giró con lentitud la nuca hacia Naruto, que miraba en dirección a donde él había estado mirando antes. Teniendo miedo de soltar la verdad, pellizcó de nuevo la dona y se llevó el pedazo a la boca.

- Sasuke-se quejó Naruto. ¡Yo no me quejé cuando tú comías!, pensó Sasuke, más divertido que molesto. Entonces, por molestarlo (gracias a Dios llegaba una distracción) agarró la dona y la mordió con más apetito. Le sonrió a Naruto, y él rió. Se inclinó hacia delante, pegando el abdomen a la mesa de plástico y, estirando el brazo hacia Sasuke, le limpió chocolate de la comisura de los labios con un dedo.

Sasuke sonrió, se cubrió la boca y dijo “gracias”. Al menos Naruto sabía cómo distraerle. Por eso y más era su amigo. Pero antes de que pudiera embarrarse de más chocolate, y que Naruto, muy servicial, se lo limpiara, algo vibró en su bolsillo trasero. Se levantó con lentitud, aún con la dona entre sus dedos, que ahora estaban embarrados del chocolate también. En realidad no le apetecía contestar, pero sabía cómo se pondría su madre si no contestaba, y ya no quería más problemas.

Le hizo una seña de disculpa a Naruto y él asintió. Sasuke contestó.

- ¿Hola?-habló Sasuke entre dientes, con la boca medio llena.

- Hablar con la boca llena es de mala educación en la mesa, ¿sabes?…-escuchó el sarcasmo y una leve risa al otro lado. Sasuke se sorprendió, tragó con rapidez el bocado y habló:

- Qué sorpresa-murmuró sin poder reaccionar del todo-. Ah, y por cierto, es un restaurante de comida rápida.

- ¿Cómo?, ¿tú y mamá pelearon?

- ¿Por qué deduces eso?

- Estás en un restaurante en un domingo en la mañana…

- No salgas con eso. Tú más que nadie debería saber que…

- Bien, ya, vale, me callo. ¿Cómo estás?

- Supongo que bien…

- ¿Supones?, qué aburrido, Sasuke.

- Ruegas por que te pregunte cómo estás, ¿cierto?

- Muy bien, gracias por preguntar, Sasuke, tú siempre tan atento-. “Muy bien” ¿Lo estaba? A Sasuke, sin saber por qué, eso no le gustó.

- Perdóname si no muero de felicidad por ti, hermano…- Sasuke escuchó el silencio al otro lado. Mordió el último pedazo de la dona, quería tener la boca llena, de nuevo. Escuchó a Itachi carraspear y suspirar.

- Estás molesto-le dijo Itachi finalmente.

- No, yo no estoy…-se apresuró a decir Sasuke.

- No era una pregunta.

- ¿Por qué di…?

- Date la vuelta-ordenó Itachi, interrumpiéndolo. Sasuke frunció el ceño, confundido. Giró y el bocado de pedazo de dona que se había metido a la boca casi se le quedó atragantado en la garganta al ver a Itachi frente a él.

 

Como dije anteriormente, las buenas noticias se pueden dar por teléfono, y las malas en persona.

Continuará.

 

Notas finales:

Espero que les haya gustado, si es así, espero que exijan la continuación xD

Muchas gracias por leer.


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