Pov Joey
El lugar estaba atascado, ya no cabía ni una sola persona más en ese lugar. Era de esperarse que estuviera así ya que era viernes, al entrar sentí el calor que irradiaban todos los cuerpos, algunas personas chocaban conmigo y otras tan solo me esquivaban, pero todas me decían lo mismo “quítate de aquí” y era natural tal reacción ya que me encontraba a mitad de la pista de baile de este famoso antro, aun así yo no me movía ni un centímetro, mis pies no reaccionaban, no querían obedecer a mi cerebro, el cual tampoco sabía que pensaba. ¿Como una imagen puede dejarte tan perplejo?
Mis ojos no quitan la vista de tu cuerpo, observo cada movimiento que realizas, como seduces a ese chico junto a ti, como lo abrazas y tocas su cuerpo de vez en cuando, como tus labios se posan sobre los suyos, como tantas veces lo hiciste conmigo.
Al fin mi cuerpo tuvo una reacción, y esta fue, que de mis ojos brotaran un par de lágrimas, ¿por qué lloro? Esta pregunta llego a mi mente, yo ya sabía que me engañabas, aun así una parte de mi me decía que te siguiera creyendo, ya no puedo aguantar el estarte viendo en ese menospreciable acto, me di la vuelta y eche a correr, chocando con una y otra persona, pero no me importa, lo único que quiero es salir de este lugar.
Pensé que ya lo había logrado, pero para mi suerte no fue así, justo por la entrada choque con un sujeto, el cual traía una copa en la mano. El choque provoco que el contenido de esta se derramara en ambos, pero el más perjudicado fue aquel chico.
Solo escuche como hace un sonido con su boca, me levante, quería echarme a correr de nuevo, pero una mano sobre mi muñeca me lo impidió
-al menos pide disculpas-dijo con fría voz
-lo… lo lamento, no fue mi intención- le conteste pero sin verlo a la cara, ya que sentía como las lagrimas corrían por mis mejillas y no quería que me viera llorar, odio que la gente me vea llorar
-eso no basta para arreglar mi lujoso traje, es más, creo que todo el salario que ganaras en tu vida no lograrías pagarlo- su actitud me molesto tanto. Que se cree, ni que fuera muy importante su estúpido traje
-ya te dije que lo siento, que quieres, que lo pague- voltee a mirarlo ya importándome poco si veía mis lagrimas, tenía que sacar la furia que comenzaba a sentir, él al verme se quedo callado y me jalo de la muñeca hacia una mesa- que??, a donde me llevas??, suéltame tengo que irme- pero el ignora todas mis palabras
-cállate es lo menos que puedes hacer
-que quieres que haga, idiota- creo que me pase con la última palabra que dije, pero salió de mi boca antes de analizarla
-como derramaste mi whisky sobre mi traje, serás mi compañía esta noche, es lo mínimo que puedes hacer
-vete al diablo, yo tengo cosas más importantes que hacer que estar aquí perdiendo mi tiempo
-ahh si?, entonces que haces aquí?- cuando él termino de hacer esa pregunta esbozo una pequeña sonrisa, haciendo lucir su rostro más sexy, lo examine mejor y era atractivo, era alto, delgado, su cabello aun estando en la oscuridad brillaba de un tono chocolatoso, tenía unos labios no tan gruesos pero tampoco tan delgados y sus ojos eran de un color azul uno muy extraño, difícil de describir, me había perdido en su físico, pero en mi mente escuche de nuevo su pregunta
-eso no te importa- desvié mi mirada de la suya
-si estás aquí, y si recuerdas lo que hiciste, paga mi traje haciéndome compañía
-tan solo mándalo a la tintorería yo pagare la cuenta
-no
-¿por qué no??
-ya te lo dije, es muy caro, un material muy difícil de tratar, solo se consigue en el extranjero y mandarlo a cualquier tintorería solo lo arruinaría mas, para eso tengo que mandarlo con profesionales
-hay si tu, no?? De mucho dinero
-no sabes quién soy?? Aun no me reconoces
-no y fíjate que no me importa
-en serio- dicho esto se acerco mucho a mi rostro, yo solo sentí como el calor se expandía por mis mejillas
-déjame en paz- lo avente, en ese momento paso un camarero, y el chico lo llamo, pidió un whisky y volteo a verme
-tú, que quiere tomar?
-nada, solo quiero irme
-tráele otro whisky- le dijo al camarero, el cual asintió y se fue
-que no entiendes que me quiero ir, mira te juro que pagare tu traje, es mas mira- saque un papel y una pluma de mi mochila, ya que acababa de salir de clases por eso la llevaba- te dejo mi numero, soy Joey Wheeller, cuando quieras nos vemos para arreglar este asunto, pero ahorita no
-no, te quedaras aquí conmigo
Le iba a decir unas cuantas verdades a ese tipo, que se cree, pero en ese momento, lo vi pasar, a él, el que decía ser mi novio, el que me había dicho tantas veces que me amaba, paso a un lado de la mesa en la que me encontraba, besándose y manoseándose con ese otro tipo
Tal vez sintió mi mirada o no sé el motivo, pero volteo a verme, su reacción fue dirigirse hacia donde yo estaba, al llegar poso su mirada sobre la mía, después la desvió hacia el chico que se encontraba a mi lado.
-joey, que haces aquí??- me pregunto exaltado
-lo mismo pregunto, duck- le respondí de una manera altanera
-yo… me invitaron unos amigos
-si, ya vi que tipo de amigos- y mire al chico a su lado
-y que me reprochas a mi- fue la reacción que tubo duck al verse descubierto en su engaño- quien es él??-señalando al ojiazul de mi lado- tu nuevo amante- dijo con sarna
-yo…- iba a decirle que no, que no era igual que él, pero otra vez no pensé lo que decían mis labios- si, lo es, él es mi nuevo novio, mucho mejor que tú, mas romántico, más fiero en la cama, más comprensivo, más… atractivo, en nada se parece a ti- me levante de la silla y bese a ese castaño, el cual no dijo nada y tan solo correspondió a mi acto
-que te pasa joey- duck me jalo de la mano e iba a golpear al chico a mi lado, pero este fue más rápido y le dio un golpe en el abdomen, dejándolo en el suelo y sin aire
-que no escuchaste, él es mío, así que déjalo en paz, vuelves a meterte en su camino y no vivirás para contarlo- me tomo entre sus brazos, sus ojos lanzaban llamas
-perdón, no te había reconocido-dijo duck- señor kaiba
Un momento, dijo, kaiba¡¡, KAIBA¡¡¡¡, escuche bien, el era kaiba, me quede tan sorprendido que no sentí en qué momento salimos de ese lugar, pude reaccionar solo por que sentí una caricia sobre mi mejilla, vi que nos encontrábamos sobre una lujosa limosina
-tú, tú eres Gozaburo kaiba, pero pensé que eras más grande- el castaño frente a mi solo lanzo una pequeña risa
- no, no soy gozaburo, soy su hijo, me llamo seto kaiba
-gozaburo tiene hijos??
-que no ves las noticias
-eto… la verdad, no- sentí que mis mejillas ardían por la vergüenza
-eres muy lindo
-como??-tenía que dejar esto aquí- mira, discúlpame por lo que hice, yo no pensé bien mis actos, además, muchas gracias por ayudarme en la mentira
-bueno, quiero una paga, por lo de mi traje mas el beso que me robaste
-te daré lo que quieras- mmm… malas palabras
-bien, solo quería que me hicieras compañía mientras estaba en ese lugar, ya que no me gustan, podría haber platicado contigo un rato, pero ahora quiero tu compañía toda la noche
Al escuchar esas palabras le iba a dejar claro que yo no era ese tipo de personas, pero no me dejo hablar, poso sus labios sobre los míos, daba pequeños besos sobre estos, su lengua rozaba mi labio inferior era tan… tan… delicioso sentirla, tan húmeda y caliente, un pequeño gemido broto de mis labios y el aprovecho para introducirse en mi cavidad, exploraba cada rincón, movía su lengua tan suave y lentamente era un beso tan romántico como de dos amantes que se habían esperado por una eternidad.
Para ser sincero no quería que terminara nunca, mientras ese castaño continuaba su labor en mi boca, sus manos acariciaban mi torso, eran frías pero no me importaba, comenzó a tocar mis pezones apretándolos, se sentía tan bien, sus labios se alejaron de mi boca y los llevo a mi cuello el cual succiono, eso va a dejar una marca en el, pero a quién diablos le importa, se siente tan bien, quiero que me toque mas que no se detenga. Sus labios regresaron a los míos y me dio un beso más salvaje, su lengua se entrelazaba con la mía, mis manos rodearon su cuello y él me abrazo por la cintura, me levanto del asiento e hizo que lo remplazara por sus piernas, aquel beso me estaba dejando sin aliento y al parecer a él también, así que nos separamos y el ojiazul me sonrió, una sonrisa mezclada con triunfo y amor??, tal vez mis ojos ya me engañaban.
-ven-me jalo hacia afuera de la limosina, no me había dado cuenta de a qué hora habíamos avanzado, estábamos afuera de el mejor hotel de domino City
Fuimos directamente hasta el último piso de aquel gran edificio, en el transcurso ninguno dijo ni una sola palabra y tampoco nos tocamos, llegamos hasta la suite la cual era muy grande y lujosa muy lujosa, tenía una pequeño recibidor, el cual conducía hacia una sala, tenía el piso de madera, una pequeña sala de cuero negro y bajo esta una alfombra blanca, en el techo había un candelabro que se veía antiguo, el resto de los muebles eran muy finos parecía que los habían traído de otro país, no pude terminar de examinar aquella habitación ya que kaiba me abrazo por la espalda y comenzó a besar mi cuello.
-ahh- de mi boca salió un gemido que no pude retener
-no te resistas Joey- ese fue un pequeño susurro que dijo en mi oído, lamio mi lóbulo mordiéndolo al final, eso causo que sintiera un agradable escalofrió por mi columna
Me volteo y me beso, poso sus manos sobre mis nalgas y me levanto del suelo, yo enrede mis piernas alrededor de su cadera, este acto hizo que nuestros miembros se rozaran causando una agradable sensación, el estaba duro, al sentir su urgencia hizo que mis mejillas se tiñeran de rojo y mi excitación aumentara, por fin llegamos a la cama, él me recostó sobre esta la cual era suave y reconfortante, kaiba se recostó sobre mi besando mi cuello y desabrochando mi camisa, lamio y mordió mis pezones, sacando de mis labios pequeños gemidos. Siguió su recorrido por todo mi abdomen, mordía, lamia, y yo tan solo gemía.
Llego hasta la hebilla de mi cinturón la cual quito de inmediato y jalo de un tirón mi pantalón junto con mi ropa interior, en ese momento me invadió una vergüenza inimaginable
-espera- le dije
-que ocurre- me pregunto tan naturalmente
-es que, nos acabamos de conocer y-
-yo se que quieres continuar- señalo mi miembro semi erecto
-shh, no digas nada mas- me beso de nuevo, sus besos tenían algo, que no podía dejar de probarlos, era como una nueva droga a la cual ya era un completo adicto
Coloco mi miembro entre sus manos, a lo cual yo suspire y el sonrió, movía su mano de arriba hacia abajo comenzando con una linda masturbación
-te gusta-
-si-
-pues esto te gustara mas- bajo su rostro hasta mi entrepierna y sin que yo lo hubiera pensado introdujo mi miembro en un boca
-ahhhh- no pude aguantar más ese gemido, movía su boca de arriba abajo, primero lento, y después rápido, se detuvo pero lamia mi punta eso era torturante, quería mas, mi cuerpo pedía mas- no… no te.. detengas- le pedí, el obedeció a mis mandatos en introdujo de nuevo completamente mi miembro en su boca, sus movimientos eran tan rápidos, mis caderas comenzaron a moverse al ritmo que su boca, hasta que ya no pude mas, sentía que me vendría en cualquier momento- basta, ya, me vengo- el ignoro mis palabras y yo ya no pude resistir mas, me derrame en su boca, el castaño tan solo se separo y bebió completamente mi esencia, un pequeño chorro se escurría por la comisura de sus labios pero él la lamio tan seductoramente. Se acerco de nuevo a mí y me beso, un beso corto sobre mis labios
-quieres que continúe??- me pregunto, pero era obvio que el que no quería detenerse era él, su cuerpo temblaba, y su erección era muy notoria, bajo su ropa, la cual no se había quitado, y en sus ojos se podía ver el deseo que contenía
-es mi pago, o no??- dicho esto lo empuje a la cama intercambiando posiciones, me senté arriba de sus caderas mientras le quitaba la camisa y le daba pequeños besos sobre sus labios, moví mis caderas provocativamente, sintiendo su gran necesidad de poseerme
Después le quite los pantalones, de la misma forma que hizo con los míos, y diablos, era enorme, eso dolería y mucho, el ojiazul se sentó en la cama y me beso, después me dio a lamer tres de sus dedos los cuales lubrique con mi saliva, sabía perfectamente para que los quería, me recostó en la cama e introdujo uno, no me dolió el segundo, mm incomodaba un poco y el tercero ahh un poco de dolor, comenzó a moverlo lentamente sacándolos y metiéndolos, después hacia pequeñas embestidas con ellos, eso ya se sentía mejor, saco sus dedos y coloco la punta de su miembro en mi entrada, comenzó a meterla lentamente con una mano y con la otra tomo mi cuello y me beso, al entrar completamente su miembro en mí, me produjo un dolor muy intenso haciendo que soltara sus labios para sacar un gran gemido.
-ahhhhh- de mis ojos brotaron un par de lagrimas
-tranquilo, ya pasar el dolor- beso mi frete mientras me abrazaba, y no hacia ningún movimiento aun, trate de relajarme, hasta que el dolor pasara, comencé a mover mis caderas indicándole que siguiera y el entendió, sus movimientos eran suaves, después los intensifico, entraba y salía
-ahh setooo- grite cuando me dio en un punto el cual me llevaba al cielo, él se sentó en la cama e hizo que yo me sentara sobre sus caderas, yo lo abrazaba no quería soltarlo, así la habitación se lleno de nuestros gemidos y los sonidos que producía nuestra piel al chocar.
-ya… no puedo… voy a… voy a… correrme- me dijo mientras aumentaba sus embestidas
-hazlo a dentro, córrete adentro- le dije, el tomo mi miembro entre sus manos y comenzó a masturbarlo al ritmo que llevábamos eso aumento más mi placer haciendo que me corriera por segunda vez en su mano y él no tardo mucho en hacerlo después.
Ambos caímos en la cama sudorosos y agitados, hasta que nuestras respiraciones se normalizaron, aquel ojiazul, cubrió mi cuerpo con una sabana e hizo lo mismo con el suyo, me abrazo por la cintura y me pego a él.
-ahh mokuba tubo la razón
-mmm.., y quien es mokuba??- le pregunte, se me hizo extraña esa frase
-mi hermano, menor
-y por qué dices que tubo la razón
-en insistir a que fuera a ese antro a buscarte- eso si se me hizo raro, como que a buscarme, lo mire directo a los ojos y el tan solo se limito a sonreír
-de que hablas?
-tengo que confesarte que ya te había visto antes, pasas todos los días, por la misma calle que yo, llamaste completamente mi atención, así que comencé a seguirte y a investigarte
-como??, como te atreves a hacer eso- era indignante, todo este tiempo eh sido espiado
-joey, me gustas y mucho, mokuba se dio cuenta de ello y me animaba a que te hablara, pero después me entere de que salías con alguien, también descubrí que ese imbécil te era infiel, así que le comente a mi hermano y a él se le ocurrió la idea de mandarte esa carta en la cual te decía que tu novio te engañaba, por lo que vi tu no lo creíste y seguiste con él, pero mi hermano te las siguió enviando, en parte no quería que supieras que te engañaba porque tu sufrirías, pero aun así tarde o temprano lo sabrías, así que a mokuba se le ocurrió, mandarte esta ultima en la que te decía donde estaría tu novio con su nuevo amante y claro yo también estaría en el mismo lugar.
-no puedo creerlo- dije desconcertado
-Joey, se que estarás enojado
- si lo estoy, pero si no hubiera pasado esto, no te hubiera conocido y no sabría la magnífica persona que eres
-Joey- me dio un pequeño beso- dame la oportunidad de estar a tu lado- en otra circunstancia me negaría, pero al ver sus ojos sinceros y recordar sus exquisitos labios no pude negarme
-es lo que más deseo, seto- tal vez esta relación no llegue lejos o tal vez sí, pero nunca sabes que pasara cuando sufres de una decepción amorosa.
FIN