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Lovers por Akiko_y_Shizuka

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Esta historia está basada en ?Un sonido distante? y ?I Choose you, second Stage?,. Para su creación fue necesario hacer unos cambios a las mencionadas aunque no es necesario leer ambas historias.
Atte.
Las autoras.

Lovers
Uno: ?Heridas pasadas.?
Por Akiko y Shizuka

Nadie había pensado nunca que en un crucero de lujo se pudiese dar tal cita como la que allí se celebraba aquella semana. Originalidad fue el lema de prestigiados organizadores de conferencias. Y los escritores de novelas y cuentos infantiles eran quienes gozaban de la recién idea.
No solo se escucharía a importantes escritores, los organizadores habían pensando que también podría servir para estimula su talento.
El aire del mar salado solía tener propiedades misteriosas en cada persona y los organizadores pensaban aprovecharlas al máximo.
Aquella misma mañana, en el salón principal, se celebraba la primera de las conferencias. Los invitados atendían a las palabras del joven que explicaba uno de sus libros. Comentaba en qué se había basado para llevar a cabo aquel escrito, y qué valores daban para su público infantil.
Una de las edecanes hizo una señal a su compañera, quien estaba acomodada en la primera fila de las sillas. La muchacha miró de manera disimulada y pudo apreciar que una persona entre el público comenzaba a cabecear. Devolvió la mirada a su amiga y sonrió haciendo una señal elocuente con ambas manos acomodadas a un lado de sus mejillas. Ambas rieron interiormente.
El joven conferencista había visto la señal de aquella señorita, observó también al hombre de unas filas más atrás, lo más raro sería que nadie se hubiese dado cuenta de que estaba dormitando. Eso le molestó, pero tenía que seguir hablando para los que sí se tomaban con interés sus palabras.
Pocos minutos después, dio por acabada la conferencia, y comenzó a recoger los papeles que había utilizado para planificar en ellos el esquema de su discurso. Pero para su sorpresa el hombre reaccionó al ruido de los papeles y se levantó aplaudiendo escandalosamente.
La demás gente se mostró confundida, pero igual continuó con lo que el pelirrojo había iniciado.
Vaya tipo.
Aunque le costó sonrió a las personas de un modo más bien obligado. Bajó el escalón de la tarima, y se dirigió a la salida, no sin antes detenerse en donde se encontraba el pelirrojo que había aplaudido.
- Al menos espero que haya tenido dulces sueños... - susurró cuando pasaba por su lado, y se reunió con un colega de la profesión.
El hombre que estaba a un lado del pelirrojo no pudo evitar sonreír. Seguramente no se conocían uno al otro.
-Señor Devine -dijo en tono conciliador y suspiró al ver que el pelirrojo se tallaba los ojos, se le veía cansado.
-Los conferencistas son algo sensibles, ¿no? ?preguntó Devine con una sonrisa -Tuve una noche difícil, Randy. Si me disculpas iré a dormir en un lugar más apropiado.
Randy sonrió con simpatía. En realidad pensaba que debería haber hecho eso desde el principio.
El joven conferencista hizo un gruñido interior cuando, por el rabillo del ojo, pudo ver como aquel hombre se marchaba sin decir absolutamente nada. Educadamente se despidió del hombre con el que estaba hablando y aceleró el paso para dar alcance a aquel que había tenido el descaro de dormirse delante de él
- Quizás le resulte más interesante si lo lee por usted mismo - Shiro le cogió la mano, y con un golpe seco dejó los papeles en ella. Con una suave sonrisa que denotaba un poco de ironía a la vez, dio media vuelta y salió de la sala antes que él.
Ben enarcó una ceja. Ese era un reto interesante que no pensaba dejar pasar.
Caminó hasta estar a un lado del conferencista y abrió algunos papeles revisándolos con fingido interés.
-Si, muy bonito... Pero la opinión de un escritor se aleja de ciertas situaciones, señor...
Shiro solo hizo el movimiento al detenerse y señalar a una de las esquinas del papel, justo en el que ponía su nombre.
- Ya que no sabe escuchar, me imagino que sabrá leer - metió sin importancia las manos en los bolsillos - Y a toda situación no le viene nunca mal algo de fantasía...
-Fantasía ?repitió Ben con el ceño fruncido -No es una palabra muy bonita para un abogado. Trato mil cosas relacionadas con los niños y sé que la "fantasía" no ayuda siempre. ¿Pero por que me detengo a discutirlo con usted?
Shiro rió levemente.
- Quizá porque es lo que usted necesita - sonrió - Algo de fantasía en su vida.
-Mi vida tiene mucho de todo ?replicó Ben molesto ?Viéndome aquí... con usted... me preguntó de nuevo por qué me deje convencer de venir a estas conferencias.
- ¿Un descanso de su vida agitada como abogado puede ser la razón? - contestó mientras que con un movimiento de mano se quitó el cabello gris de los ojos, el cual el viento le estaba alborotando.
-No el descanso que ocupo realmente... con permiso, señor.
Ben le acomodó los papeles en los brazos y se dio la vuelta para caminar en dirección de los camerinos. Algo de irritación le invadió cuando una muchacha intentó abordarlo con la excusa de una "opinión profesional" y se las arregló para abandonarla amablemente para seguir su camino.
- Abogados... - rió Shiro mientras se encogía de hombros y siguió dando aquel paseo por cubierta al que se le unió el hombre con el que había estado hablando de su discurso y quien estuvo a un lado del pelirrojo.
-Me gustó mucho tu conferencia ?felicitó el hombre. Era mucho mayor que Shiro, pero no había perdido nada de su jovial personalidad. -Lamento lo de mi compañero... No te rías, pero quería impresionarte con él.
- ¿En serio pretendías eso? - Shiro lo miró con desconfianza - Desde luego si debo de estar sorprendido con esa manera tan fácil que tiene de dormir sentado, si, lo estoy
-No lo juzgues tan fácilmente ?pidió Randy algo apenado ?Benjamín no suele hacer ese tipo de groserías a la gente... Bueno, no a toda... La verdad es que el tema lo tiene ya muy dominado y pues... Por la noche se la pasó conversando con un tipo español, creo que filosofo... no recuerdo.
- De todas formas ya no tiene solución - suspiró Shiro - Pero si me vuelvo a cruzar con él, por precaución, llevaré un termo de café cargado - bromeó - ¿Harás toda la travesía que tiene marcada este crucero?
-Bajaré en un salvavidas si es necesario ?rió Randy con humor ?Sabes que no me gusta mucho el mar... Así que bajare en el primer trozo de tierra firme que encuentre. ¿Desayunas con nosotros, Shiro?
- Uhmmm - miró hacia arriba pensándose la propuesta - ¿Eso o ver como las mujeres que buscan pareja se acercan a la mesa solitaria de un hombre como yo? Mejor desayunaré con vosotros, aunque no creo que a tu acompañante le haga mucha gracia... se fue un tanto molesto
-Solo tenia sueño ?aseguró Randy -Benjamín Devine no es algo que quieras conocer después de una noche de insomnio. Nos vemos mañana, Shirozake... Lleva algún libro tuyo, a Ben le gustará meter las narices en algo más que en mitología griega.
Shiro asintió con una sonrisa y despidió con un movimiento de mano a su amigo. Después desapareció por uno de los pasillos que lo llevaría a su camarote.

* * *

Randy no debería desaparecer cuando lo necesitaba.
Benjamín le sonrió a la preciosa rubia que se había sentado con él ignorando (de manera admirable), el par de cubiertos extras y había comenzado a conversar sobre sí misma y lo interesante que le parecía el trabajo de abogado.
Claro que ella no era abogada, había dejado claro que el modelaje era su pasión y ahora dejaba claras otras de sus pasiones: "Cacemos al millonario Devine".
Aquella mañana Shiro estaba más dormido que despierto. Por fin recordó qué era lo que no le gustaba de viajar en barco, y fue que el movimiento, aunque fuese leve, no le dejaba pegar ojo. En el restaurante, al entrar, vio a lo lejos la mesa en la cual se sentaba Randy (seguramente acababa de llegar), y dos acompañantes más. A él lo conocía, a ella no. Se talló un ojo mientras que se sentaba a la mesa
- Buenos días - ahora era él el que podía quedarse dormido allí perfectamente. Uno de los libros que traía en la mano se lo tendió a su amigo - Quizás te guste, es de uno de los escritorios que han venido a dar una conferencia...
Randy tomó el libro y encogió los hombros disculpándose por Benjamín, quien estaba muy ocupado intentando convencer a la preciosa rubia de que no podía llevarla al baile de esa noche.
Finalmente la rubia terminó por retirase, se veía muy decepcionada.
Ben suspiró.
-Randy... ?saludó y miró a Shiro, se le había olvidado de nuevo su nombre.
- Mejor que te acuerdes de su nombre - dijo refiriéndose a la mujer - parece que no se rendirá tan fácilmente - rió mientras intentaba ocultar aquella risa tras la carta de los desayunos
-No se me olvido el nombre de ella ?señaló Ben molesto -Randy, ¿puedes presentarme a tu amigo?
- Yasashige Shirozake - se presentó el mismo y le tendió la mano al hombre - Pero para acortar... Shiro está mejor
-Devine Benjamín ?respondió el pelirrojo asegurándose de no volver a olvidar el nombre -Linda conferencia la de ayer... Siento lo del aplauso adelantado.
- No tiene importancia, al menos me consuela que dormido se te veía bien - dijo como si nada, e hizo un gesto para llamar a la camarera. Cuando la joven se acercó, le dedicó una dulce sonrisa, que hizo que se sonrojase, y pidió su desayuno, la muchacha esperó para tomar el pedido a sus compañeros de mesa.
-Yo me veo bien de cualquier manera -Ben ordenó también y miró a un atónito Randy -¿Americano, viejo?
-Deberías ser mas respetuoso conmigo -Randy lo miró molesto y pidió también. Cuando la camarera se retiró le colocó el libro de Ben en las manos -Al menos haz algo útil y revisa esto.
-Un cuento ?Ben lo miró incrédulo.
- Sigo pensando que es pérdida de tiempo - Shiro puso las manos tras la cabeza y lo miró de forma que no guardaba ninguna esperanza de que le agradase el libro.
-Ustedes dos me exasperan ?Declaró Randy.
-Es por que eres físico... Un abogado tiene más cosas que hacer que aceptar invitaciones de amigos para pasear en barco.
- ¿Un abogado también está quejándose todo el rato? - soltó el comentario. Shiro hubiese preferido cerrar la boca, pero en escasos momentos en los que había hablando con él, no hacía nada más que refunfuñar por todo.
Ben le dedicó una mirada cargada de algo de sorpresa. Sus ojos grises se debatían entre la diversión y la admiración hasta que apoyó la barbilla en una mano y levantó el libro.
-Mi día mejora -declaro Ben -Así que dejaras de escuchar quejas por mi parte... Shiro.
- Bien... - sonrió satisfecho - Quizás luego deberías de disfrutar del viaje, la piscina del barco es un buen sitio - Shiro se relamió cuando la camarera por fin les trajo el pedido, y lo primero que fue darle un sorbo a su chocolate ? Delicioso.
-La piscina -Ben sonrió traviesamente -Me encanta ese lugar.
La camarera le acomodó su pedido y le dedicó una sonrisa amable.
Randy suspiró, si todo marchaba como lo había pensado algo bueno saldría de todo eso.
- Es un buen lugar para leer.... - sonó poco disimulado, pero al menos tenía que intentar que, ahora que parecía que entraba en razón, se leyese su libro - Que lástima que tenga reuniones todo el día - se desperezó sin detenerse a pensar en que si su acción quedaba grosera o no.
-Leer ?repitió Ben entendiendo -Claro, ¿podrías estar ahí?... quizá necesite consultar algo.
Randy se atragantó con el jugo. Ben le auxilió con golpecitos hasta que recibió una mirada fulminante del hombre.
-¿Dije algo malo? -preguntó el pelirrojo con una adorable sonrisa.
Shiro parpadeó sin comprender la mirada de su amigo y la sonrisa que "no he roto un plato en mi vida" de aquel hombre. De cualquier manera, se terminó su chocolate y se limpió con una servilleta
- Más tarde me pasaré por la piscina - anunció sonriendo.
-Estupendo -Ben volvió a acomodarse y levantó el libro para mirarlo -Me hará bien leer algo diferente a actualizaciones fiscales.
Shiro observó su reloj. Se levantó descuidadamente y los observó, mientras que dejaba la servilleta en la mesa
- Si me disculpáis... tengo que hacer una llamada importante...
Y dicho aquello se alejó hasta estar fuera del restaurante, sacando el teléfono móvil del bolsillo de su pantalón.
Ben le miró bebiendo su jugo y después posó la mirada en Randy.
-Bien... ¿qué tramas, viejo?
Randy levantó una ceja.
- No sé a qué te refieres -Randy disimuló lo mejor que pudo.
-"No sé a lo que te refieres" ?imitó Benjamín -¡Claro!... Tu amigo tampoco debe saberlo por que este plan parece tuyo... Randy, sabes que no me gustan los cuentos... Sabes que no me gustan las conferencias... Sin embargo te molestas en arrastrarme a un crucero del que escaparás mañana dejándome abandonado e indefenso.
Randy rió por tan mala imitación y porque era imposible que Benjamín no se diese cuenta de lo que él había tramado desde el principio
- Al menos quedarás en buena compañía ¿no crees?
-¿O sea que es gay? -Benjamín lo miró interesado.
Randy asintió con una tonta sonrisa en los labios, mientras que se alcanzaba su café, dándole un pequeño sorbo
- Un talentoso abogado que no se da cuenta de algo como eso, ¿pierdes facultades? - bromeó Randy
-No -Ben suspiró -Es solo que no me siento con ánimos de leer las mentes de los demás ahora.
- Quizá él sea lo que necesites para levantar esos ánimos - dio otro sorbo de su café - Por lo pronto consiguió que tu día mejorase, ¿no? - le recordó sus propias palabras.
-Si -aceptó el pelirrojo y se acercó peligrosamente a su amigo -Aunque no tenias que buscar a alguien más, Randy... Sabes que estoy loco por ti...
…l sonrió con descaro
- Lo sé, pero me gusta hacerte sufrir...
-Es lo que veo -Ben se levantó y tomó el libro -Te veré después, pienso asegurarme de que bajes de este barco.
- Acepto regalos en forma de agradecimientos - rió y le despidió con la mano, mientras seguía disfrutando de su desayuno.
Ben hizo un movimiento despreocupado con la mano.

* * *

Eso si que era relajante.
Ben agradeció no estar rodeado de todas esas jóvenes sin oficio u ocupación y recargó la barbilla en los brazos. Estaba acomodado a orillas de la piscina y leía el cuento de Shiro. No había avanzado mucho, pero era por que se cuidaba de cualquiera que se acercara, en especial si era mujer.
Cuando Shiro se sentó en la tumbona que estaba acomodada en la piscina se regañó así mismo por dejar que aquella estúpida reunión le hubiese tomado todo el día. El resultado fue en que no pudiese disfrutar de aquel lugar al calor del sol y tuviese que hacerlo a la luz de la luna. Al menos se libraría del molesto dolor de cabeza que llevaba gracias a uno de los escritores de novelas policíacas... que gritar.
Un ruido llamó la atención de Shiro. Al otro extremo de la piscina estaba Benjamín, tenía desde la mitad del torso sumergido en el agua y ladeaba la cabeza con la atención concentrada en algo.
Shiro se levantó de donde estaba, y con sigilo bajó por las escaleras. Estuvo a punto de quejarse por el agua. No estaba excesivamente fría, pero su cuerpo notó el cambio de temperatura. Se deslizó hasta estar debajo del agua, no sin antes tomar aire, y después comenzó a bucear hasta donde él estaba. Aunque sabía perfectamente que estaba leyendo aquel libro, no le importó, así que tomó una de sus piernas, y lo sumergió por completo en el agua.
Ben fue tomado por sorpresa y se liberó para salir y jalar aire. Miró a Shiro, emergiendo del agua y le bañó la cara algo molesto.
-¡Pudiste matarme!
- ¿Crees que te dejaría morir? ? Shiro rió de manera traviesa y comenzó a nadar hacia uno de los lados, aprovechando que ya estaba dentro del agua.
-¿Ah no? -Ben sonrió divertido -En ese caso gracias... supongo... Interesante el libro... A mi hermano le habría gustado darme algo así, pero estaba mas interesado en "elevar mi conocimiento".... Los niños deben hallarlo divertido.
- Gracias - dijo mientras salía de la piscina. Por su cuerpo resbalaban las gotas de agua, y tembló al sentir el contacto del aire con su piel. Se acercó hasta donde tenía la toalla y se secó un poco el cabello con ella - Los mayores también lo encuentran interesante, aunque no lo creas - sus ojos violetas se posaron más firmemente sobre el pelirrojo - ¿Y consiguió "elevar tu conocimiento"?
-Consiguió muchas cosas -Ben frunció el ceño, pero transformó la mueca en una sonrisa traviesa -Randy se marcha mañana a tierra firme ¿tienes que bajar del crucero también?
Ya sabia la respuesta, pero necesitaba cambiar el tema.
Shiro sonrió levemente por girar la conversación de aquella manera.
- Me quedo, el mar me inspira... aunque no consiga dormir - le miró de reojo - ¿Y tú?
-Tampoco ?coincidió y sonrió -Un desperdicio de tiempo, ¿no?... Tengo un libro que te interesaría, ¿quieres verlo, Shiro?
Shiro asintió curioso. Le tendió una mano, para ayudarle a salir de la piscina. Ben la tomó y al salir, él puso la toalla sobre el cabello pelirrojo mojado.
Caminaron juntos hasta el camarote de Ben. El muchacho abrió y dejó que su invitado entrara.
El lugar era muy ostentoso, según la opinión de Ben, pero el capitán había insistido. Bien, ahora disfrutaría de tanto lujo...
Ben miró a Shiro y le dedicó una amable sonrisa.
- Algo... ¿recargado? - observó Shiro mientras avanzaba por la habitación - Prefiero las cosas menos complicadas... - volvió sobre sus pasos y se quedó delante de su anfitrión. A pocos centímetros de él - ¿Y el libro que mencionaste? - un ligero brillo azotó sus ojos violetas
-Por ahí -Ben le devolvió la mirada y deslizó sus ojos grises hacia los labios -¿Te gustan los descarados?
- Me gustan los que no hacen que las cosas sean complicadas... como ahora...
-No hallaras nada más sencillo ?susurró Ben frotando sus labios contra los de Shiro.

* * *

Benjamín levantó la mirada y sonrió al mesero. Pidió mas café y mentalmente deseó poder volver a la cama, sin embargo eso no le solucionaría nada, en especial por que le traía recuerdos algo amargos.
Había pasado la noche sin dormir, pero no de la manera en que tenía planeado ya que el precioso Shiro se le había escapado de la misma manera en que había entrado al lugar.
No se lo reprochaba,
Después de todo ya había pasado noches enteras sin poder dormir por la frustración, sin embargo un dolor antiguo le afloró en ese momento y pensó que podría llegar a odiarlo.
¿Qué le había hecho desear dormir con él?
Eso era algo de lo que aun no entendía.
Mientras pensaba en cosas parecidas Shirozake entró. Como Ben estaba de espaldas no pudo verlo, aunque Shiro tampoco había puesto demasiada atención.
Ir a desayunar o no era, esa mañana, su dolor de cabeza. En la noche logró dormir de un tirón las horas que lo separaban del alba, pero el sueño no fue para nada relajante... Viejos fantasmas habían hecho aparición y fueron justo los que le frenaron en cuanto a pasar a otra fase con aquel adorable hombre.
Desde el primer momento que vio a Benjamín cabecear en la silla, sabía que sería... algo importante en su vida, y que aparte, por muchas circunstancias, sería también complicado.
Benjamín recargó los codos en la mesa jugueteando con los huevos. No tenía hambre... no quería estar ahí y con gusto bajaría junto con Randy en la próxima parada. Pero había prometido terminar ese viaje y no creía que una vieja herida le fuera suficiente para renunciar de nuevo.
Bueno, pero de todas maneras no desayunaría. Así que se levantó y caminó hacia la salida metiendo las manos en las bolsas de sus pantalones. Justo en la salida volvió a toparse con ese precioso par de ojos violetas y sintió un vacío en su estomago.
"Nada, paso" se recordó mentalmente "No tienes por que ser grosero solo por que fue honesto contigo".
Benjamín suspiró y le dedicó una bella sonrisa mientras movía su mano.
- Buenos días ? aunque Shirozake quiso aparentar seguridad, en la voz se notó como estaba temblando. Sensación que no creía que volviese a tener - ¿Ya desayunaste? - preguntó como si nada hubiese pasado la noche anterior, y tuvo que desviar la vista de aquellos hermosos ojos.
-No amanecí con hambre -respondió Benjamín con una mueca "No de esa hambre" -Pero te puedo acompañar a desayunar, Shirozake.
- Si no tienes algo mejor que hacer, me gustaría - Shiro anduvo hacia adelante, y la misma camarera del día anterior les mostró una mesa en la que podían sentarse. Shiro miró atrás esperando la respuesta de su acompañante
Ben sonrió. Se veía algo de reserva en esa sonrisa, pero Shiro no quiso comentar nada.
El pelirrojo se sentó frente a él y sonrió a la camarera.
-Solo café, por favor.
La señorita le sonrió amable e hizo un ademán.
Shirozake también pidió un desayuno escaso y la camarera se marchó a por los pedidos. Aunque había música suave en el restaurante, aquel silencio entre los dos se estaba volviendo demasiado incómodo y sabía perfectamente la razón. Ben jugaba distraídamente con el borde de la servilleta y Shiro no podía dejar de ver aquel juego de cubiertos.
- Yo... - titubeó -... siento lo de anoche...
Ben lo miró con algo que podría ser entendido como sorpresa. Un rubor acudió a sus mejillas y se aclaró la garganta.
-Quizá fue lo mejor -dijo intentando no darle importancia -Después de todo aun no nos conocemos bien.
"No importa cuando reaccione mi cuerpo" pensó Ben molesto consigo mismo.
Shiro bebió un poco del zumo de naranja, en cuando la camarera trajo los pedidos. La garganta la notaba más seca de lo común. Quizá fuese por lo que quería proponerle...
- ¿Y si nos conociésemos mejor? - le sonó demasiado descarado, pero no había vuelta atrás
Benjamín lo miró de una manera que le provocó un nudo en el estomago.
-Me gustaría mucho... Créeme que es lo que más deseo...
Cuando el muchacho de ojos violetas iba a agregar algo más, notó como algo le molestaba en el pantalón. Shiro dirigió su mano al bolsillo y tomó el teléfono móvil. Sabía que le estaban llamando porque, aunque lo tuviese en silencio, tenía el vibrador de este activado. Sonrió felizmente cuando vio de quien se trataba la llamada en la pequeña pantalla
- Hola cariño - saludó con alegría
Ben palideció al escuchar ese cariñoso tono de voz. Tosió y desvió la vista para no parecer entrometido, pero estaba al pendiente de cada palabra que su acompañante emitía.
- Si, desayunando. ¡Claro que me alimento bien! - Shiro miró de reojo a su amigo - Claro, volveré en dos días. No... te dije que el crucero eran cuatro... ¿Qué tal todo en casa?. Bien. Más tarde te llamo. Adiós, preciosa - le dio a una tecla y decidió dejar el aparato encima de la mesa - Perdón por la interrupción...
-No hay cuidado -Ben sonrió neutral.
Cuando Shiro terminó de hablar por celular se le veía radiante. Ben agradeció en silencio esa visión y ahogó los ridículos celos que había empezado a captar.
¿Celos?
¿Por que si no lo conocía bien?
- No sabe vivir sin mí -comentó con una expresión feliz - Estos niños de ahora...
Extrañamente ese comentario solo hizo que Ben dejara ver un brillo de tristeza.
-¿Tienes niños? -preguntó.
Shiro asintió orgulloso.
- Una niña, camino de ser adolescente - respondió - Es la encargada de dibujar las portadas de mis libros - le miró intensamente - ¿Te gustan los niños?
-Creo que si -respondió Ben distante -Estoy peleando por uno después de todo.
Shiro bebió calmadamente su zumo hasta lograr acabarlo.
- ¿Peleando? - supo lo que decía al instante, aquello le trajo los recuerdos a su mente, que hicieron que parte de la alegría se esfumase - No es agradable... ¿es hijo tuyo?
-Eso dijo su madre -Ben rió con amargura. -No voy a dejar que me lo quiten.
- Si quieres mi apoyo no dudes en tomarlo - Shirozake sonrió cariñosamente - Yo también tuve que pelear por la mía - y se hinchó de orgullo por tenerla a su lado.
Ben le dedicó una mirada agradecida.
Le gustaba, estaba seguro de ello. Sin embargo tenía miedo de quererlo demasiado, en especial por su situación. No le extrañaba que Randy se atreviera a presentarlos, después de todo no le había comentado su precaria situación.
Pero Benjamín jamás había dejado que algo lo manipulara y esta no iba a ser la excepción.
Quiso decirle algo, pero un ruido en el exterior ahogó su voz.
Un helicóptero... ¿Ahí?
Ben tuvo un mal presentimiento.
- ¿Ruido de helicóptero? - Shiro se sorprendió - ¡¿En medio del mar?!
-Santo cielo -Benjamín se levantó y caminó hacia la piscina sin esperar a que Shiro le siguiera. Estaba rojo de vergüenza, pero su tono escarlata aumentó al ver una mata de cabello rojo tras unas gafas oscuras.
Shiro asomó la cabeza por detrás de la esquina, parpadeando al ver, como acababa de bajar del helicóptero, un hombre que, no sabía porque, pero le notaba algo familiar en él.
Ben intentó esconderse detrás de Shiro... pero gimió al ver que su altura no era bien oculta.
-¡¡Benji!!! -exclamó el hombre tras deshacerse del capitán y corrió hasta él. Cuando vio a Shiro se bajó los anteojos mostrando unos ojos azules y frunció el ceño -¿Quién es este?
Shiro frunció el cejo ante tal grosería. Normalmente solía ser callado, pero aquel tipo le dio una sensación extraña.
- ¿Y a ti que te importa? ?replicó Shiro.
-Me importaría si hablara contigo -declaró el hombre ofendido -Pero sucede que hablo con Benji.
Ben suspiró.
-Su nombre es Yasashige Shirozake ... Es amigo mío, y agradecería que no le hablaras en ese tono, Leonardo.
Leo levantó una ceja.
Shiro los miró a ambos. ¿Dónde se había metido?
- Si quieren los dejo a solas... ?murmuró Shirozake.
-No -Ben palideció.
-Te estas tardando -dijo Leonardo.
-¡¡Hermano!! -protestó Benjamín rojo.
- ¿Seguro? - preguntó Shiro a Ben viendo la tensión que se respiraba en el aire.
-De escoger una compañía sería la tuya -declaró Benjamín y tomó la mano de Shiro -Leonardo, agarra tu helicóptero y esfúmate.
Un rubor marcó las mejillas de Shiro al notar como le había agarrado la mano. Pero la expresión en la cara del hermano de Ben no le gustó nada. Parecía como si de un momento a otro se fuese a lanzar sobre él, y no para hacerle algo bueno precisamente.
Leonardo agarró a Ben y lo separó de Shiro.
-Tenemos que hablar... A solas -agregó viendo a Shiro significativamente y se llevó a un avergonzado Benjamín a otro lugar.
Shiro se pasó la mano por el cabello, dejándolo alborotado, pero no le importó. Tenía otras cosas en que pensar. Se sentó en una de las sillas de la piscina, guardando la esperanza de volver a ver en pocos segundos a Benjamín, aunque tuvo la sensación de que aquello iría para largo. Apenas acababa de decirle que le gustaría conocerlo más, y empezaban las complicaciones... ¿Acaso se estaría equivocando?
Leonardo apareció de repente. Se veía bastante molesto pero se controló al verlo. Un suspiro escapó de sus labios y se acercó.
-Leonardo Devine -se presentó -Más vale que no lastimes a mi hermano, por que eso es algo de lo que no soporto.
Shiro parpadeó y entonces comprendió perfectamente aquella reacción, aunque hubiese sido algo exagerada.
- No pensaba hacerlo en ningún momento...
-Nadie piensa hacerlo al principio -Leo frunció el ceño -Pero todos lo logran al final.
- Si le hago algo puedes matarme si quieres - dijo seriamente Shiro.
Leo suspiró.
-Sé que me arrepentiré, pero me simpatizas... Solo tengan cuidado, no sé lo que ese abogado cretino le hará a mi hermano si se entera.
- ¿Abogado?
-Me imagino que a estas alturas ya sabes el lío legal que mi hermano trae encima -Leo frunció el ceño al recordarlo -El juicio esta en receso mientras se hacen investigaciones... Pero podríamos perder al niño por menos que esto.
- Apenas me contó hace unos minutos - Shiro suspiró - ¿Tan difícil lo tiene?
-Le esta afectando mucho... Quizá por eso el idiota de Randy se lo trajo... Me costo mucho trabajo localizarlo.
En eso apareció Benjamín, tenía un papel entre las manos. Sonrió de manera gentil y abrazó a su hermano.
-Mi hijo es un genio, Leo.
Shirozake parpadeó extrañado por lo que había dicho Ben.
Ben mostró lo que estaba estampado en el papel. Era un perro mal hecho y abajo había algo que quería ser un escrito, pero que no eran mas que letras mal hechas.
-Es de mi hijo Ricardo -rió Ben.
-A eso vine en helicóptero -Leo se acomodó el cabello.
Shiro se acercó a verlo y miró con cariño.
- Debe de ser un gran muchachito.
-Lo es -Ben lo abrazó y suspiró.
Leo se aclaró la garganta.
-Benji...
Shiro solo acertó a sonrojarse más de lo debido.
Leonardo se rindió. Su hermano siempre hacía lo que le venía en gana de todas maneras. Solo esperaba que eso no le dañara.
Shiro sonrió y le pasó una mano por el cabello al pelirrojo cariñosamente.
Al día siguiente el ritmo fue diferente. Randy bajó en cuanto llegaron al primer puerto. Había discutido con Leonardo y ahora lo ignoraba de manera descarada mientras se despedía de Benjamín y Shirozake diciendo un montón de cosas referentes a que se comunicasen con él en cuanto hubiera "algo". Cosa que provocaba en Leonardo una mirada fulminante.
Después de eso Benjamín se encargó de deshacerse de su hermano. Shirozake no supo qué habían hablado, pero si notó a Leo más molesto que de costumbre. Comprendió entonces que estaba ante un completo desconocido que le removía algo en el corazón.
¿Le pasaría igual a Benjamín?

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