UNA SEMANA DESPUES…
- vamos Shu – dijo Maiko – debes cenar un poco.
- es que no puedo – se removía más inquieto de lo inusual en la silla – estoy tan nervioso, POR FIN MAÑANA ME CASO.
- si querido – sonrió la mamá de Shuichi – y por eso es que tu ultima noche de soltero la apsaras con tu familia como corresponde.
- si mamá – dejo su plato a medio comer – no tengo mas hambre, además que quiero acostarme temprano, mañana debo levantarme casi de madrugada.
- de acuerdo hijo – dijo su padre – que descanses.
- gracias
Shuichi se levantó y se dirigió a su pieza.
- que feliz estoy, mañana a esta hora ya estaré casado con mi Eiri – comenzó a dar vueltas en su habitación – después de todo lo que pasamos por fin las cosas marchan de maravilla.
Comenzó a sacar de su bolso los implementos que había traido de la casa de su escritor para pasar la noche, cuando notó algo.
- parece que se me olvido mis útiles de aseo – murmuró – oh no.
Murmurando maldiciones se colocó su chaqueta y se dirigió a la puerta.
- olvidé algo en casa de Yuki – dijo mientras se brochaba bien la casaca debido al viento que había – vuelvo en media hora.
- de acuerdo Shuichi – gritó Maiko desde el comedor.
El cantante salió y se encontró con que comenzaba a llover, así que rápidamente pidió un taxi para dirigirse a la casa de su novio.
Luego de diez minutos llegó al departamento; le pago al taxista y entro al lugar. Un vez en el asensor presionó el piso donde estaba el departamento de Eiri mientras comenzaba nuevamente a fantasear con su boda.
Cuando las puertas se abrieron el chico caminó hacia el departamento de su koi, estaba a punto se sacar su llave cuando notó algo.
- ¿la puerta está abierta? – murmuró para si, eso le extrañó ya que el escritor jamás dejaba la puerta abierta.
Con cuidado y sin hacer el menor ruido entró a la morada, todo era oscuridad y silencio; sin encender las luces comenzó a buscar a su koi.
En la cocina nada, en la sala tampoco, incluso en su estudio no había nada.
- quizás salió – pensaba, peor luego negó si Eiri hubiera salido, habría cerrado la puerta y nada faltaba en la casa por lo que no pudo haber entrado un ladrón.
Estaba a punto de irse cuando escuchó ruidos provenientes de la habitación. Con cuidado caminó hacia allí y los ruidos sonaban mas a … gemidos.
NO
Shuichi comenzó a negar, su Eiri no podía estar haciendole eso y menos a unas horas de su boda.
Con la mano temblando empujó suavemente la puerta hasta poder ver su interior.
CONTINUARA….
Ahora XD
Su cuerpo comenzó a temblar y las lágrimas se hicieron presentes como ríos a través de sus mejillas.
NO, lo que tenía enfrente debía ser un error; una broma cruel, una ilusión, su Yuki no podía hacerle esto ahora, SIMPLAMENTE NO PODIA.
La terrible imagen le mostraba a su novio completamente desnudo junto a una rubia en las mismas condiciones en su cama.
La traición, la humillación, el engaño, todo se formaba como un remolino de dolor en el interior del pelirrosa.
- ERES UN BASTARDO – gritó azotando la puerta.
- Shu – i – chi – balbuceó el escritor con un expresión de terror.
- ¿COMO PUDISTE HACERME ALGO TAN BAJO? – las lágrimas aún caían - TE ODIO.
Se dio vuelta para salir cuando recordó algo.
- por cierto – dijo con voz cargada de dolor mientras se sacaba el anillo de compromiso y se lo arrojaba – quedatelo o mejor – se rió amargamente – dádeselo a ella.
- SHUICHI ESPERA – gritó el rubio escritor, pero Shuichi ya había salido.
El chico pelirrosa corría sin fijarse a donde ir, solo quería salir de aquel lugar y nunca volver, corrió y corrió; solo sintió un cambio cuando fuer recibido por le viento y la lluvia que caía.
Solo quería irse, nunca volver, su alma dolía muchos, el siempre tan enamorado del escritor y este solo le pagaba con indiferencias y maltratos, pero esto…
Esto era el colmo, ni siquiera fue capaz de respetar un compromiso, si esto le hacia un día antes de la boda, ¿Qué no le haría durante su vida de casados?
Su velocidad no había disminuido cuando sucedió…
Un par de focos, un golpe, frio y gritos.
Shuichi no entendía nada, no sentía nada, solo murmullos y un liquido cálido que rodeaba su frente.
Comenzó a tener sueño, el cansancio era mucho, no recordaba hacer estado antes tan cansado, poco a poco comenzó a cerrar los ojos; aún oía los gritos, pero estos se habían convertido en murmullos.
Por Dios, el chico se me cruzó, ¡no lo vi venir!
Llamen a una ambulancia.
Se esta desangrando, casi no tiene pulso.
Que horrible.
¿Por qué la ambulancia no llega? Esta casi en paro.
Los sonidos se fueron apagando y una tranquilidad lo invadió, ya no sentía dolor ni nada, era como si todo se hubiera esfumado.
- realmente me habría gustado haberme caso con mi yuki – fue su último pensamiento antes de deslizarse hacia la oscuridad.
New York.
Un joven pelirrosa despertó jadeando.
- una pesadilla – trató de tranquilizarse – pero que…
Se llevó las manos al rostro y descubrió que estaba mojado.
- estoy llorando – susurró - ¿por qué me siento tan mal?
Tratando de borrar esos sentimientos volvió a dormirse con una extraña opresión en el pecho.
A la mañana siguiente cuando bajó a desayunar sus padres ya se hallaban en el comedor.
- buenos días hijo – saludaron.
- buenos días mamá – le dio un beso en la mejilla – papá.
- ¿dormiste bien Demian? – preguntó Paul.
- no muy bien – contestó mientras una de las empleadas le servía desayuno – tuve una pesadilla.
- pobre de mi bebé – dijo Charlotte.
- mamá, no soy un bebé – se quejó – tengo que ir a la escuela, aún debo ir para la asistencia.
- claro querido – dijo la mujer – termina tu desayuno y te llevo yo.
- gracias.
Dos meses después…
- estoy ya es demasiado – susurró Demian – ya van dos meses con pesadillas.
Desde hace dos meses no tenía una noche de sueño decente, todas las noches lo invadían pesadillas, casi siempre era la misma.
Entraba a un departamento y algo había ahí que lo hacia correr de tal manera que no se fijaba si venían autos y por lo cual era atropellado, todo eso acompañado de una sensación de angustia.
Esa era una de sus pesadillas, la más repetitiva.
Luego seguían otras donde alguien lo golpeaba en un estacionamiento junto a varios sujetos.
Otros sueños eran más tranquilos, soñaba que cantaba en un escenario frente a miles de personas que lo hacía sentirse tremendamente feliz.
Y otros sueños eran inquietantes.
Ya que eran protagonizados siempre por la misma persona, un tipo rubio de ojos dorados y precisamente eran esos sueños los que lo hacían despertar con una sensación de alegría y tristeza a la vez, algo simplemente contradictorio.
- si sigue así tendré que ver a un psicólogo – se dijo.
Se levantó y estaba por salir cuando entró una de las empleadas.
- joven Demian – dijo ella alterada – debe bajar cuando antes.
- ¿Qué ocurre? – preguntó.
- no sé – dijo ella – llegó el abogado de los señores y pidió hablar con usted y sus hermanos.
- ¿habrá sucedido algo?
- no sé.
Salió rápidamente y bajó en dirección a la sala, ahí estaban Natalie, Liam y el abogado.
- OH Demian – sollozó Natalie – ha sucedido una desgracias.
- ¿Qué pasó?
- mamá y papá tuvieron un accidente en la madrugada – musitó Liam con los ojos rojos de tanto llorar – ambos han muerto.
- no… no puede ser – balbuceó.
- si Demi – lloró la niña.
Las lágrimas comenzaron a bajar por sus mejillas mientras abrasaba a su hermana.
- jóvenes Slade – dijo el hombre – entiendo su dolor, pero debo hacerlos participes del testamento de sus padres, por favor tomen asiento.
Una vez sentados el abogado comenzó a hablar.
- primero comenzaré con la señorita Natalie Slade – dijo – primero que nada su educación no se verá afectada debido a un convenio con su escuela – señaló – por lo que podrá continuar estudiando; su madre la señora Charlotte Slade le deja la casa de veraneo de Hawaii, dos departamentos uno en Londres y el otro en Francia, acciones en la empresa Ford de autos y en el banco central de Londres – tomó aire – su padre el señor Paul Slade le deja a su hija la casa en Roma y un fundo con sesenta hectáreas en texas, además de tres acciones en la bolsa de valores y la suma de 100 millones de dólares.
Natalie solo asentía mientras sollozaba.
- ahora para el señor Demian Slade – dijo el abogado – su madre, la señora Charlotte Slade le deja la mansión de Viena, un departamento en Munich y otro en Tokio, además de acciones en una compañía exportadora de alimentos, una aerolínea y otra acción en una compañía discográfica– cambió de carpeta – mientras que su padre el señor Paul Slade le deja un fundo con 80 héctareas en Kioto además de cuatro acciones en la bolsa de valores de Londres, esto y agregamos la suma de 100 millones de dólares.
Demian no se movió, solo se mantuvo en silencio.
- finalmente el señor Liam Salde – carraspeó – su madre la señora Charlotte Slade le lega la casa de Túnez y de ciudad del Cabo, además de dos departamentos ubicados en la ciudad de México y otro en Vancouver, esto y además lo deja al frente de las empresas familiares, aunque deba quedarse solo con el 40% mientras que a sus hermanos les correspondería el 30% a cada uno – tomó aire – finalmente su padre le deja un fundo con 80 héctareas en México, acciones en la empresa Mercedez benz y Kia, además de la suma de 100 millones de dólares y otros cincuenta millones para asegurar la empresa familiar – cerró su portafolio – esa es la voluntad de sus padres.
Habían pasado dos horas desde que el abogado se había retirado y nadie decía nada hasta que finalmente Liam rompió el silencio.
- Demian necesito hablar contigo
El chico pelirrosa solo asintió y siguió a su hermano al estudio que fue de su padre.
- hermano – comenzó – yo sé que esto es duro para todos, que duele y nos cause una gran tristeza, pero necesito de tu ayuda.
- ¿Qué pasa?
- sabes que a mamá le importaban mucho sus acciones ¿no? – le dijo mientras sacaba una carpeta de uno de loa cajones.
- ¿a que viene todo esto? – preguntó mientras recibía la carpeta.
- necesito que me hagas un gran favor – pidió, Demian le indicó que continuara – hace dos años mamá compró acciones en una discográfica que tenía una muy buena racha – contó – el problema es que ha habido irregularidades en los pagos que podía indicar que le dueño nos está robando dinero – suspiró – no es tanto por el dinero si no mas que nada por mamá, de todas maneras ella tenía previsto viajar para arreglar el asunto, la cosa es que como a ti te dejó esas acciones necesito que vallas tú.
- ¿Cuánto tardaría?
- no estoy segura, pero mínimo serían unos cuatro meses
Demian levantó la vista.
- ¿y mi universidad?
- sobre eso, puedes postular a la de allá, estuve investigando y ocurre que esa institución tienen un convenio con la universidad de aquí así que te mantendrían la beca – coemntó – lo único es que deberás ir un mes a una escuela de allá para instruirte un poco sobre la historia del país, todo eso de cultura general. Luego cuando todo termine podrás pedir el traslado.
- lo haré – murmuró – por mamá.
- me alegra Demian – sonrió – uno de los departamentos que te dejó mamá esta en la misma ciudad así que no tendrás que arrendar y tu dinero ya está en tu cuenta así que podrás sacar.
- que bien – abrió la carpeta - ¿Dónde es?
- es en Tokio – comunicó mientras salía.
- ¿Cuál es el nombre de la empresa?
- pues es NG records.