Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Noches mágicas de Tormenta por Toshiko

[Reviews - 4]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

 

Noches mágicas de tormentas

by

Toshiko

Habían pasado ya dos meses desde la muerte de sus padres en un trágico accidente automovilístico. Por ser menor de edad, la ley había dictaminado que debería vivir con sus padrinos hasta cumplir la mayoría de edad.

Lo cierto era que ese matrimonio era realmente adorable, habían sido muy buenos con él desde su llegada y lo trataban como a su propio hijo.  Su único problema era el demonio de hijo de aquel matrimonio llamado Ethan, que teniendo la misma edad que él era completamente opuesto y un rebelde sin causa.

Lucas a sus 16 años era un chico tímido y silencioso, de cabello negro como la noche y unos ojos azules que tenía encantado a tanto niñas como niños, de estatura normal; su vida transcurría sumida en libros y lo que él consideraba buena música.

Más allá del dolor de perder a su única familia, Lucas se encontraba tranquilo viviendo en esa casa, su nuevo colegio era muy bueno y poco a poco comenzaba a hacer nuevos amigos.

Su único dilema era Ethan, ese rubio de ojos color miel, de un metro ochenta, que le tenía unos celos encarnizados y casi no le hablaba. Muchas veces había intentado acercarse a él para entablar una buena relación, pero se había dado por vencido al escuchar las tantas negativas del rubio.  Y la verdad es que eran como el agua y el aceite; Ethan era extrovertido y simpático, con medio colegio tras de él, una vida de ensueño y en la que había tenido todo lo que quería, siempre con una sonrisa burlona delineando sus labios. Era todo lo que quería ser, y disfrutaba al máximo de su vida. Haciendo y deshaciendo a su antojo y siempre saliéndose con la suya.

Al único que Ethan trataba mal era a Lucas, según él, ese pequeño mocoso había invadido su casa, su colegio, su tan adorada vida, arrancándole el cariño de sus padres y todo lo que él creía que era completamente suyo.

Las cosas iban de mal en peor, pero siempre en silencio. Ya que meter a los adultos en ese tema no era nada conveniente para mejorar la convivencia. Ethan siempre estaba provocando a Lucas, rompiendo alguno de sus libros, con sus sarcasmos o echándole en cara que Miranda y Fabricio eran "sus" padres y no los del él. Era un constante acoso, que ya estaba acabando con la infinita paciencia de Lucas.

Una mañana de fin de semana, encontrándose ambos en sus respectivos cuartos, oyeron que los llamaban; al bajar a la cocina se encontraron con una Miranda sollozando muy apenada y un Fabricio muy preocupado. Ambos les explicaron a los niños que la mamá de Miranda se encontraba grave en el hospital, debido a que había sufrido un ataque al corazón y que ambos padres tenían pasajes de avión para el sur, en un vuelo que salía en unas tres horas.

Por supuesto estando en plena temporada de clases ellos deberían quedarse y cuidar sus estudios, y aunque Ethan insistió en que quería ir con ellos, sus padres fueron terminantes al respecto.

Los señores Brown, dejaron muy en claro que querían la casa en orden y a sus niños bien alimentados, nada de fiestas y nada de salidas nocturnas. Y que esperaban que en los días que estuvieran fuera, se llevasen bien y que mantuvieran una convivencia pacífica, ya que ellos se estaban dando cuenta de los celos que tenía su hijo a Lucas.

Esa misma noche, se encontraba Ethan jugando Play Station en el living, cuando Lucas irrumpió tranquilamente en la habitación.

- Oye, Ethan, ¿qué quieres de cenar? - dijo el moreno tranquilamente.

- No sabía que un literato como tú supiese cocinar - dijo burlonamente el rubio.

- Pues bien, te cocinas tú entonces - respondió Lucas saliendo muy enfurruñado del living.

La cena transcurrió con Lucas comiendo solo y algo amargado y con un rubio pasando hambre en el living.

La noche estaba desastrosa y el clima amenazaba con una tormenta, se podía escuchar el ulular del viento sobre el tejado, cosa que ponía al moreno los pelos de punta, quién ya estando en su cama no podía dejar de pensar lo tonto que era por tenerle tanto miedo a las tormentas.

Unos minutos después, con el primer rayo, Lucas perdiendo todo su autocontrol dio un grito desesperado que se oyó en toda la casa, haciendo que Ethan saltase de la cama y corriese al cuarto del moreno a ver que le sucedía. El rubio no pudo hacer más que tentarse de la risa cuando al entrar en el cuarto de aquel niño lo encontró hecho un ovillo y cubriéndose la cara con las mantas.

- No me digas que le temes a las tormentas - dijo el rubio sarcásticamente - Pensé que eras un flojito pero no que era para tanto - seguía riéndose, cosa que al moreno no le hizo mucha gracia y ya harto de las estupideces de Ethan le arrojo el despertador por la cabeza.

Fue un golpe sonoro que dejo al rubio algo desorientado, lo que le dio la oportunidad a Lucas de comenzar a balbucear todo tipo de insultos.

- Eres un idiota engreído que se cree que se lleva el mundo por delante, ya estoy harto de tener que aguantarte e intentar ser bueno contigo a pesar de tus insultos y tus continuas bromas, si no digo nada es por tus padres que han sido tan buenos conmigo - Lucas comenzaba a caminar amenazadoramente hacia Ethan quién lo miraba perplejo - Te detesto y siempre lo haré, pero no soy tan niñato como tú para andar todo el día entre bromas y burlas.

A estas alturas se habían olvidado de la tormenta y todo lo que los rodeaba hasta que de pronto se fue la luz. Lucas reprimió un grito y abrazó desesperadamente a Ethan quién solo se encontraba a unos pasos.

Al sentir el contacto el rubio sintió que su piel quemaba, y que comenzaba a hiperventilar. Lo cierto es que desde que ese chico de ojos azules había pisado su casa no había podido apartar sus ojos de él; lo había cautivado de una manera que no estaba seguro de poder aceptar del todo. Lo deseaba tanto y quería tenerlo a su lado todo el tiempo,  pero por otro lado estaban esos celos que le tenía, que estaban volviéndolo loco. Así que la única forma que hallaba de hacer que el moreno no se acercara demasiado a él como para notar esos sentimientos era molestándolo todo el tiempo y haciendo que lo detestase.

- Lo... lo siento... yo... yo... - Diablos, porque no podía hablar con claridad; en ese momento en que Lucas se dio cuenta lo que estaba haciendo intento soltarse bruscamente, pero el rubio lo sujeto con una mano por la cintura y con la otra levanto su mentón haciendo que sus miradas brillaran en la oscuridad de una manera muy intensa y en un impulso el rubio deposito sus labios sobre los de Lucas fundiéndose en un beso tierno y  cargado de sentimientos. El moreno se sintió morir bajo aquellos labios que lo oprimían y sin saber porqué correspondió ese beso, algo que llenó de sorpresa al rubio.

En el momento en que ambos necesitaron respirar, el moreno no pudo hacer más que agachar su rostro cubierto de rubor y solo atino a preguntar:

- ¿Por qué? - Sin poder apartarse aún de los brazos Ethan, los cuales lo tenía aprisionado contra su pecho-

- Eres un idiota - esa fue la única respuesta del rubio quien soltando rápidamente a Lucas salió como alma que lleva el diablo y se encerró en su habitación.

Lucas se dejo caer en la cama sin poder dejar de pensar en aquel beso. No podía creer lo que acababa de ocurrir, estaba completamente seguro de que Ethan lo odiaba y que esta solo sería una más de sus bromas. No podía ser cierto. Y en ese momento una punzada de dolor atravesó su corazón. El solo hecho de pensar que eso había sido una más de sus bromas, le dolió mucho más que cualquiera de todos los insultos y humillaciones que le había hecho pasar antes. Y así con lágrimas recorriendo sus mejillas, sin que volviese la luz, quedo dormido inmerso en una extraña tristeza.

Por otro lado Ethan se encontraba en su habitación a punto de un colapso nervioso, ¿Qué es lo que haría ahora? No entendía como pudo ser tan inconsciente de actuar de esa forma, quedando completamente expuesto ante el moreno, que ahora definitivamente lo odiaría.

A la mañana siguiente el mal tiempo continuaba, y Ethan se apresuró a levantarse y preparar el desayuno para ambos, en un torpe intento de que Lucas olvidase lo que paso la noche anterior entre tostadas y café con leche. Pero cuando Lucas apareció por la cocina, su mirada era completamente distante y fría, ya no quedaba atisbos de aquella tranquilidad que tanto lo caracterizaba, sino que se podía vislumbrar una sutil tristeza en sus ojos.

- Buenos días - dijo el rubio en un intento de entablar conversación -

- Ni tan buenos, sigue lloviendo - el moreno no estaba de muy buen humor, por lo que Ethan no volvió a pronunciar palabra.

La mañana transcurrió tranquila, con Lucas inmerso en la lectura de "La Tregua de Mario Benedetti" que era uno de sus libros favoritos, y con Ethan colgado de la Play Station como siempre. El moreno no podía comprender porque pasaba tanto tiempo inmerso en los videos juegos, pero aún así no pensó en preguntárselo en ningún momento, lo último que quería era entablar conversación con él.

A la hora del almuerzo sonó el teléfono y el moreno se apresuró a atender.

-  Hola -

- Hola cariño - dijo Miranda animada - Llamaba para avisarles que mi madre se encuentra mucho mejor pero que nos quedaremos unos días más para ver como todo evoluciona.

- Me alegro mucho Miranda, ¿Quieres que te pase con Ethan? -

- No, está bien, solo pásale el dato, espero que esté comportándose como debe, bueno hasta pronto, ¡Mucho cuidado con lo que hacen eh! -

- Si, no te preocupes, hasta pronto -

Lucas se dirigió al living con intención de darle las buenas nuevas al rubio quién seguida sumergido en aquel jueguito de carrera de coches que él no entendía muy bien la gracia que tenía. Siempre los de coches eran todos iguales, más de lo mismo.

- Ethan era tu mamá, llamo para decir que tu abuela se encuentra mucho mejor pero que van a quedarse unos días más por las dudas, te manda saludos y que cuidemos la casa, ya sabes, nada de fiestas y bla bla bla - dijo el moreno soltando todo de un solo soplo.

- Ok, y ¿Qué hay de comer? - dijo el rubio casi en un susurro.

- Pues, pensaba en pedir comida china, si te apetece -

- Ok - Lucas comenzaba a cansarse de los monosílabos y de la poca atención que le prestaba Ethan, ok, y ¿Desde cuándo él se molestaba por eso?

Después de eso no cruzaron más palabra durante el día, y lo cierto es que ambos se encontraban demasiado aburridos y con todos sus pensamientos alborotados, ambos sin querer siquiera rozar el tema del beso de la otra noche. Lucas no quería pensar en que Ethan se estaba burlando de él y Ethan no quería pensar en el rechazo que surgiría en Lucas si este se enteraba de sus sentimientos. Y no porque ambos fueran chicos, sino porque era más que obvio que para el moreno, el rubio era un poco pedante y un completo idiota.

Ya era la hora del baño y como de costumbre Lucas se tomaba su tiempo en la ducha cosa que ponía los pelos de punta al otro inquilino de la casa, que pensaba que tener que compartir el baño era una completa humillación.

Casando de esperar fue directo a la puerta del baño a dar patadas.

- Lucas, que no eres la reina de Inglaterra para tardar tanto en bañarte - el moreno no contestaba - Te digo que salgas porque si no te sacaré a patadas -

A todo esto se abre la puerta y sale Lucas muy tranquilo solo con una toalla a la cintura, pero a estas alturas el rubio estaba demasiado ofuscado como para que le ignore de esa forma y lo toma del brazo con demasiada fuerza para el frágil cuerpo del moreno.

- Ya suéltame Ethan, me estás haciendo daño - dijo el moreno con una mueca de dolor en su rostro -

- No hasta que te disculpes - contesto el rubio

- Vete a la mierda quieres - dijo el moreno muy enojado antes de darle un golpe al rubio quién no tardó en continuar la pelea.

Ahora sí que todo se había vuelvo un caos, era la primera vez que Ethan y Lucas se agarraban a golpes y no había nadie para separarlos.

Fueron arrojándose cosas por el pasillo, lanzándose golpes, con aciertos y desaciertos, y destruyendo la colección de fotos familiares que decoraba la casa. Pero todo cambio bruscamente cuando en un descuido entre los golpes, el moreno tropieza con las escaleras y sujetándose instintivamente del rubio ambos ruedan escalones abajo propinándose varios golpes en todo el cuerpo. Cuando por fin dejaron de rodar, Ethan quedo encima de Lucas, quien comenzaba a dar insultos, cuando de repente el rubio lo sujeto por las muñecas y se acercó peligrosamente a su boca, confundiendo al moreno, que al sentir ese segundo beso no pudo hacer más que sentir como su pulso se aceleraba y su respiración era entrecortada.

Esto era más de lo que Lucas podía soportar y comenzó a forcejear para soltarse y una vez que el rubio dejo de besarle solo atino a gritar.

- Suéltame, ya estoy harto de tus bromas, déjame en paz - dijo el moreno reprimiendo sus lágrimas - Por favor, ya suéltame - Terminó la frase con un hilo de voz.

- Me gustas... Me gustas mucho... - dijo el rubio secando las lágrimas del rostro del moreno - Yo te quiero Lucas -

- Déjame, deja de jugar conmigo quién te crees que eres para jugar así con los sentimientos de las personas - el moreno no le creía, eso no podía ser cierto -

- Te quiero Lucas, desde la primera vez que te vi, solo he querido estar contigo - el moreno no comprendía absolutamente nada - Lo... Lo siento... No quería hacerte daño, de verdad, he sido un tonto; todo este tiempo solo quería que te alejaras de mí porque no quería que notaras como te miraba, como ansiaba tocarte y besarte, como ansiaba que me quisieras solo a mí -

Por un instante todo quedó en silencio y el mundo pareció detenerse, pero tal vez por sentimiento o tal vez por impulso el moreno beso frenéticamente al rubio quién al sentir el contacto de esos labios quedó completamente sorprendido, pero que poco a poco fue correspondiendo el beso que pasaba de ser inocente y apresurado a estar cargado de pasión, de lujuria.

- Yo también te quiero - soltó el moreno de golpe sobre los labios del rubio, quién aprovecho para adentrar su lengua en la cavidad del moreno, quién con la inocencia que solo tienen los cachorros aprendía y comenzaba a explorar esa boca tan deliciosa y a la vez desconocida que hacía que su corazón latiera apresuradamente.

Ethan comenzó a besar el cuello del moreno, quien soltó un gemido al sentir la respiración del rubio sobre su piel desnuda, bajando lentamente hacia su abdomen, dejando besos y caricias a lo largo del torso desnudo del moreno. Lucas no podía pensar con claridad y con la torpeza de su falta de experiencia comenzó a desabrochar lentamente los botones de la camisa del rubio, quién  solo río bajito al sentir esas manos acariciando su pecho. El rubio comenzó a bajar aún más pudiendo sentir la erección del moreno bajo la toalla y muy lentamente comenzó a masajear el miembro del moreno que no paraba de gemir.

- Ethan... por favor... aquí n-no... - El rubio enseguida entendió lo que Lucas quería decir y levantándose tomo al moreno por la cintura dirigiéndolo escaleras arriba, hacia su habitación sin dejar de besarlo en ningún momento.

Cuando llegaron, el dormitorio solo se encontraba iluminado por la luz de aquella luna que apenas si lograba escabullirse entre las nubes. Ethan recostó suavemente a Lucas en su cama y comenzó a besar su cuello, bajando hacia sus pezones  y más abajo hasta poder quitar la toalla que seguía empedernidamente en la cintura del moreno. Lucas sintió un escalofrío recorrer su cuerpo que hizo arquear su espalda de una manera tan seductora cuando Ethan deposito un beso en la punta de su miembro; quién poco a poco comenzó a lamer y succionar el miembro del moreno que no dejaba de retorcerse debajo suyo.

- P-ara... Ethan... voy a... - el moreno no dejaba de gemir, pero Ethan sabía que todo eso no terminaría allí, así que dejando su tarea por el momento, busco desesperadamente los labios de Lucas quién dio un quejido al dejar de sentir la boca del moreno en él.

El rubio le dio un beso tierno, tan tierno como nunca lo había sentido, y cuidadosamente fue desabrochando sus pantalones hasta quedar igualar la misma desnudez de quién ahora era su amante.

- ¿Es tu primera vez verdad Lucas? - dijo el rubio acariciando con uno de sus dedos la entrada del moreno, quién ante el contacto abrió sus ojos desmesuradamente. En ese momento el miedo se apoderó de su rostro y tartamudeando respondió.

- S-sí -

- Te quiero Lucas, jamás te haría daño, si quieres puedo detenerme ahora mismo - dijo el rubio al ver el miedo en el rostro del moreno -

- No... quiero hacerlo, confío en ti - dijo el moreno con voz temblorosa -

El rubio beso tiernamente de nuevo sus labios, y seductoramente pidió al moreno que lamiera sus dedos.

Con cuidado adentró un dedo en la entrada del moreno quién hizo una mueca de dolor, por lo que el rubio solo atino a besarlo. Ya habiéndose acostumbrado, metió un segundo dedo y comenzó a moverlo en círculos, a lo que el moreno ya no respondió con dolor sino sintiéndose inundado de un placer antes desconocido para él.

Cuando Ethan sintió que el moreno ya estaba preparado acerco su miembro a su entrada.

- Si te duele solo dímelo y lo dejamos, no quiero hacerte daño - y lentamente fue introduciendo su miembro en el moreno quién comenzó a derramar algunas lágrimas y cerró sus ojos fuertemente.

Ethan comenzó a moverse lentamente, tratando de que Lucas se acostumbrase, hasta que los quejidos del moreno comenzaron a convertirse en gemidos de puro placer.

El rubio comenzó a aumentar el ritmo haciendo que sus cuerpos se cubrieran de una fina capa de sudor y los gemidos de ambos se intensificaran.  En esa casa desierta, bajo la luz de aquella tenue luna, sus cuerpos respondían el uno al otro como si se conociesen desde siempre, como si siempre se hubiesen anhelado. El rubio intensifico el vaivén haciendo que el moreno ya casi no pudiese contenerse.

- Ethan... ya-no puedo más... - El moreno dio un grito ahogado corriéndose y manchando su pecho y al sentir como los músculos del Lucas se contraían Ethan sintió que ya no podía aguantar más.

- Lu-cas... - Pronunciando su nombre terminó por correrse dentro del moreno, sosteniéndose fuertemente con sus brazos para no dejar caer su peso sobre Lucas.

El moreno beso al rubio tranquilamente y se acomodó en su pecho. Comenzaba a sentirse somnoliento y antes de caer en un sueño profundo dijo en susurros:

- Te quiero Ethan -

El rubio todavía no podía creer lo que había sucedido, pero simplemente estaba demasiado cansado como para ponerse a pensar, así que aferrando ese frágil cuerpo contra el suyo se durmió placenteramente.

A la mañana siguiente Lucas abría sus ojos lentamente, topándose con unos ojos color miel que lo miraban embelesado y cargados de ternura.

- Buenos días - dijo el rubio muy seductoramente posando sus labios sobre los del moreno, quien correspondió el beso de muy buena gana -

- Buenos días Ethan, ¿Qué hora es? - Pregunto un poco exaltado el moreno quien sabía que el colegio lo estaba esperando -

- Son pasada las 12 del mediodía - dijo el rubio con una sonrisa de oreja a oreja -

- ¿Qué? ¿Porqué no me despertarte? Miranda va a enojarse mucho si se entera de que faltamos al colegio por gusto - dijo el moreno acurrucándose más en los brazos del rubio, hacía demasiado frío para su desnudez -

- Es que te veías tan tierno durmiendo que no quise hacerlo, y no te preocupes llueve mucho, esa será nuestra excusa - dijo el rubio -

- ¿Y cuál es tu excusa para esto? - Pregunto divertido Lucas, que solo rebosaba de felicidad al estar en brazos del rubio -

- No tengo excusas, solo la razón de que te amo - dijo el rubio besando apasionadamente al moreno -

- Y yo a ti - respondió el moreno con la poca cordura que le quedaba. Entendiendo que ese día posiblemente no saldría de la cama en todo el día. Y pensando en que las tormentas después de todo no eran tan malas, mientras que él estuviese en los brazos del rubio, podría venirse el mundo abajo que eso ya nunca le asustaría.

- The End -

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).