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Serás castigado por AvengerWalker

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Notas del capitulo:

lalala

La primera reacción que tuvo al ver aquella escena, fue la de apretar los puños… la segunda, impaciencia… y la tercera, es mejor no describirla. Últimamente su semana había sido terrible: se había peleado con un montón de amigos, había tenido que revisar y corregir unos cuantos mangas y ni hablar de perseguir a los escritores que huían de sus llamados, lo cual significaba aparecer por sus casas y departamentos con una expresión amenazante y blandiendo un puño, al mejor estilo “¡vendetta!”.

 

Pero aquello era suficiente… y comenzaba a creer que era una escena que había sido armada con anterioridad por un gran elenco de producción bien organizado… y que era algo ADREDE, para terminar de revolverle el estómago y hacerle saltar la estática que ya venía tambaleante últimamente. Movió amenazadoramente los puntitos de su frente y dio un manotazo en la pequeña mesita, despertando al muy confundido y asustado escritor, cuyos cabellos azulados se pararon de punta ante el repentino y fuerte ruido.

 

La escena enrealidad, si se la veía de fuera, podía resultar muy divertida: el guapo y altísimo escritor Saga Gemini acomodándose aquellos lentes, los cuales le daban un sensual toque a su ser… con las ropas ordenadas a pesar de la siesta que se había echado y un brillo enigmático en los ojos… frente a un muy desarreglado ariano, con los cabellos revueltos debido a la carrera, grandes y negras ojeras, significado de que había trabajado horas extras y hasta tarde… muy tarde, para encontrarse con que el único mangaka que hasta entonces cumplía a tiempo con los pedidos no había podido terminar su trabajo a tiempo.

 

Suspiró y se enfrentó a la furiosa mirada de Saga, que comenzaba a caer cada vez más en cuenta de que había sido despegado de su… interesante siesta.

 

  • ¡Interesante una mierda! – soltó furioso el editor, tomando de un tirón las hojas en donde el otro había estado dibujando, observándolas de manera rápida y sin detenerse a observar los trazos. - ¡Tenías que terminar hoy y te lo vine repitiendo toda la semana y aún te faltan 20 hojas! – chilló tirando las hojas en la mesita de café, obteniendo un “alzo sexymente las cejas” de parte de Saga.

 

  • No entiendo qué es lo que te pone tan nervioso… son solamente 20 hojas, y ya las estoy terminando… Creo que podrías ayudarme un poco – murmuró con media sonrisa.- Después de todo, hice lo posible para terminarlo y no pude… ¿qué tal si me ayudas? – se relamió los labios sin dejar de mirar fijamente a los ojos del pelilila.

 

  • Estás enfermo – murmuró ignorando sus movimientos y expresiones y se sentó frente a él, masajeándose la cien. Tomó nuevamente las hojas con los dibujos y comenzó a observar.- ¡Esto está mal dibujado!

 

Saga se echó el cabello hacia atrás y parpadeó un poco, aún adormecido por la reciente siesta. Miró el reloj y se lamentó un poco… pensar que el sueño que había tenido era uno de los mejores, más sublimes (y más calientes, para ser sinceros) que había tenido en los últimos tiempos.

 

  • Y pensar que me desperté cuando iba a ingresar a… ¿eh? – cayó en la cuenta de la furiosa y excesiva mirada asesina de parte de Mu sobre sí, por lo cual decidió callarse.- ¿Qué está mal dibujado? Para ti todo está mal dibujado… - y desvió la mirada, desganado.

 

Para él también esa semana había sido de terror: teniendo que dibujar a la máxima potencia, siguiendo los pasos que Mu le había dejado, teniendo su dulce voz en su oído diciéndole cosas como… “más rapido…”, “más…”, “apúrate…”, pero claro… ¡no en el sentido que estamos imaginando, por favor!

Alzó de manera disimulada sus verdes pupilas y las paseó por el cuerpo del ariano. Tenía la camisa con los tres primeros botones desabrochados (producto del calor infernal de esos tiempos) y ligeramente desarreglado. Subió la vista, clavándola en el rostro del menor. Como siempre, tenía el entrecejo fruncido, lo cual significaba que estaba bastante concentrado. Su dedo índice se paseaba sobre la hojacomo si estuviese dibujando con él.

 

  • Este beso está mal dibujado – repitió devolviéndole la mirada algo ruborizado.

 

Saga alzó ambas cejas y le arrebató la hoja.

 

  • ¿Qué tiene?... ¡Me esforcé dibujando esto para que vengas y digas que está mal dibujado!

 

  • ¡¡Fijate tonto!! –reprochó el ariano tomando el dibujo y revoleándolo por el aire - ¡Los labios de ambos estan demasiado rígidos!.. Un beso es más suave… más romántico y tierno… aquí parece como si lo hubiesen obligado y no viene al caso – murmuró con el ceño total y profundamente fruncido, de una manera que nunca nadie se hubiese imaginado.

 

El geminiano se incorporó, completamente cansado, y dio un giro alrededor de la mesita hasta quedar detrás del ariano, el cual le ignoró olímpicamente. Siguió observando los trazos hasta que sintió que el pecho de Saga se apegaba a su espalda y una cálida respiración acariciaba de manera delicada el lóbulo de su oreja derecha.

 

  • Dime… ¿cómo dibujarías tú un beso, Mu?... Enséñame… -lamió lentamente su oreja, sintiendo al menor removerse delante de él.

 

  • Uh… ah… um.. b-bueno… -carraspeó, intentando recuperar la respiración (sí, la respiración, el alma, la temperatura, etc)- Haría… la… las facciones de ambos… mas suavizadas… se estan dando un beso, no estan en una batalla… y-y… a-ahhh… -jadeó con voz suave, sintiendo las juguetonas manos de Saga deslizarse por su pecho.

 

  • Enséñame Mu… a dibujar un beso….

 

Dicho esto, Mu volteó levemente el rostro para mirarle, encontrándose con la profunda mirada de Saga y un brillo que nunca jamás había visto en él, acompañado de una sonrisa suave, dulce… plasmó sus labios sobre los del ariano, succionándole el aire y las energías, moviéndolos de manera lenta, suave pero sensual, dejando al pelilila no solo confundido, sino con ganas de más.

 

Cuando quiso darse cuenta no sólo había correspondido el beso, sino que lo había intensificado moviéndose de manera un poco más apurada, exigiendo más y más del otro. Cerró completamente los ojos, dejándose llevar, sintiendo de vez en cuando la traviesa lengua de Saga acariciar sus labios.

 

  • ¿Ese… es un beso tuyo?- preguntó separándose el geminiano, relamiéndose los labios.

 

El ariano solamente le contempló durante unos momentos y frunció de manera exagerada el ceño, sintiendo sus mejillas arder de manera furiosa. Se dio la vuelta nuevamente como si no pasase nada y comenzó a pasar las hojas rápidamente.


Un muy bello dibujo le llamó la atención en medio de las hojas. Era una expresión suave y dulce, a la cual acompañaba un pequeño “te amo”, dedicado al otro personaje con el cual conformaban la pareja perfecta de la historia. Algo atontado por las caricias anteriores, movió torpemente el brazo hacia un costado, derramando el frasquito de tinta negro que Saga tenía allí… y que por alguna razón no había tapado.

 

Se hizo el silencio entre ambos. El ariano no solo era conciente de que había arruinado no solo un gran e increíble dibujo que había tardado un montón en terminar el otro… sino que era el mejor del manga. Mu observó completamente asustado el accidente que había ocasionado, y Saga solamente se limitó a quedarse callado y bajar la cabeza, permitiendo que sus cabellos cubran su expresión… dándole un toque más… terrorífico.

 

Mu no volteó, sabía que no debía hacerlo, por el bien de su vida (y de su virginidad, quizás), pero no pudo evitar hacerlo cuando sintió que algo tintineaba contra el suelo… algo metálico. Observó el cinto de los jeans de Saga en el suelo, y su expresión entre pervertida y furiosa en aquellas duras facciones.

 

- Diablos, Mu… Vienes aquí diciendo que dibujo mal… creo que tendré que enseñarte mi estilo… y castigarte por portarte así de mal…


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