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Sweeten me por BombayLove

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Notas del capitulo:

Cuando no pasas el examen de Matemática, es posible que tu madre se enoje y quiera contratarte un profesor particular...

Con esta premisa comienza esta historia... Una larga historia de amor...

- ¡¡¿Cómo puede ser que te hayas sacado esta nota tan baja, Masshiro?!!

- Perdón, mamá - Respondió el aludido, un muchacho de no más de 18 años, de cabello rubio, corto, algo revuelto, haciendo juego con sus ojos color miel. Estaba sentado frente a la mesada, sobre una de las banquetas.

- ¡Ningún perdón! ¡Te vas inmediatamente a tu cuarto! - Dijo Nokoru, señalando la puerta de la cocina -. ¡¡Y no hay cena para Usted esta noche, jovencito!!

Masshiro, enfadado, levantó de un tirón la mochila que estaba a su derecha y subió a su cuarto.

Al día siguiente se levantó. Se quedó de pie al lado de la cama, mirando la nada, pensando en la discusión que había tenido la noche anterior con su madre. Suspiró y salió.

A medida que bajaba las escaleras de madera, comenzó a oír una desconocida voz masculina que charlaba con su madre. Llegó al living, donde su madre y el hombre desconocido lo miraron.

Masshiro se quedó mirando al invitado: tenía unos ojos violáceos y el cabello de un color azabache.

- ¿Él es Amamiya-kun?

- Ah... Sí. Masshiro, vístete.

- No se moleste - El hombre se levantó se y acercó al chico -, al fin y al cabo, está en su casa y puede hacer lo que le venga en gana. Está bien equipado... - Finalizó, casi en un susurro, tras mirar de arriba abajo a Masshiro.

- ¿Sucede algo? - Preguntó Nokoru.

- No, nada. - Regresó a su asiento

- En fin. Masshiro, él es Fukanou Shuichi y desde el día de hoy, será tu profesor particular de Matemática.

- Aunque me queje y patalee no saldré de esta, ¿no? - Suspiró Masshiro, molesto.

Su madre sonrió. El muchacho se dirigió a la cocina, bordeando el sillón donde estaba sentada Nokoru.

- Es un problema, siempre haciéndome enfadar.

- No se preocupe. Amamiya vendrá a mi casa y pasará el examen - Intentó calmarla Shuichi, sonriéndole.

- Eso espero - Nokoru siguió con la vista a su hijo, que entraba con un vaso de leche y se sentaba en el sillón como si Shuichi no existiera.

Luego de pasada media hora aproximadamente, Shuichi se levantó

- Señora, debo irme. Fue un placer conocerla.

- Masshiro, acompaña al señor hasta la puerta.

A regañadientes, el chico acompañó a su profesor hasta la puerta.

- Escúchame muy bien, si no vienes a la tarde a mi casa, voy a venir, te bajaré de tu cuarto arrastrándote por las escaleras y te llevaré hasta allá de la misma manera, ¿entendido?

- Púdrase... - Respondió el muchacho, cerrándole la puerta en la cara.

- Más vale que vengas... - Reiteró, evitando que el muchacho le cerrara la puerta -. ¡Por cierto! Lindo bóxer...

- Tarado... - Cerró la puerta y subió las escaleras que lo llevaban a su cuarto -. ¿Quién se cree que es...?

Masshiro entró al baño, se quitó el bóxer y se metió en la ducha. Estuvo bastante tiempo bajo el agua, pero se sorprendió al sentir una presión en sus partes bajas.

- Ryou-kun...

- Hola, hermanito...

Ryou salió y esperó a que se terminara de duchar sentado en la cama.

- ¿Cuándo regresaste? - Preguntó Masshiro, secándose el cabello con una toalla.

- Recién - Respondió el aludido, viendo a "su hermano" vestirse.

- Mamá no está en casa, ¿no? - El rubio se giró y lo miró con mala cara.

- Claro que no. Si no, no habría entrado al baño. A propósito, está más grande desde la última vez que lo vi.

- Eres increíble... ¿Con cuántos tipos estuviste en tu viaje?

- ¡¡Puff!! Demasiados. Con decirte que venía contándolos, para comentarte, y me perdí en el camino, supongo que te lo imaginas.

- No, gracias. Preferiría no hacerlo...

- Hermanito, hermanito... - Ryou se levantó y abrazó a Masshiro por la espalda -. ¿Por qué me dejas enseñarte el placer del sexo?

- No me llames "hermanito", sabes muy bien que no lo somos.

- Mira, si mi padre fue un alcohólico al que nada le importó nuestra madre, no es mi culpa.

- Tampoco la mía...

- Además, Masshiro... El incesto... Es un placer que no se me puede negar.

- A que sí...

- Hasta estuve hablando con mamá, y me dijo que no había problema si tú también eras homosexual. Conmigo lo vivió, y otra, no les molesta. Vamos... Deja de hacerte desear.

- Yo no me hago desear.

- ¿Ah, no? - Le dijo, usando un tono de voz más grave -. ¿Entonces, por qué dejas que te abrace de esta manera? - Preguntó, susurrándole al oído.

- Porque eres mi hermano, y te quiero.

- Yo te deseo...

- ¿Lo ves? - Vociferó, riendo y zafándose del agarre -. ¿Siempre te vas para ese tema?

- Es la verdad. No hay porque hablar con mentiras.

- ¡Argh! Me voy - Dijo Masshiro, harto, dirigiéndose a la puerta.

- Masshi, ¿ya lo hiciste?

- N... No - Respondió.

- Cuando tengas ganas, lo haremos, ¿de acuerdo?

- En tus sueños... - Sonrió.

- En mis sueños, estás en mi cama, suplicándome que te lo haga.

-  Ya basta... - Riendo.

- A propósito, mamá me dijo lo del examen.

- ¿Me acompañas a la casa del tipo ese?

- ¿Es que no puedes ir solo?

- Es que no me da la suficiente confianza. Su mirada me intimida...

- Cómo quieras. Sabes que te seguiría hasta a un cabaré lleno de mujeres desnudas.

- Me parece que eso estuvo de más.

Aproximadamente una hora más tarde, Masshiro estaba, con la compañía de su medio hermano, en la puerta del departamento de Shuichi.

- Si intenta hacerte algo, no te preocupes que yo lo mato. Ya desde el vamos, voy a advertirle que el único que te toca, soy yo.

- Me estoy arrepintiendo de haberte traído...

El sonido de la puerta abriéndose, los interrumpió.

- Más vale q...

Cuando vio a Shuichi, los ojos de Ryou se abrieron como platos, pero a diferencia de todo lo que le dijo a su hermano que haría, se quedó en silencio.

- Viniste - Dijo Shuichi a su futuro alumno, con una sonrisa. Sus ojos se dirigieron a Ryou -. ¿Y él...?

- Es mi medio hermano, Nagai Ryou.

-  ¡Oh...! Ya veo. - Haciéndose a un lado -. Pasen, pasen, por favor.

- Ah... Sensei... ¿Me permitiría ir al baño?

- Claro. Es la primera puerta por este pasillo.

- Gracias.

Apenas Masshiro se fue, Ryou siguió a Shuichi hasta el living.

- ¿No tienes nada para decirme? - Preguntó Shuichi, sentándose en el sillón, a Ryou, que estaba de pie.

- Sigues siendo el mismo tipo que hace unos años...

- No fue mi culpa que no te hayas resistido, Ryou-chan...

- Sabías perfectamente que estaba enamorado de ti y, aún así, me usaste. ¿Piensas hacer lo mismo con Masshiro?

- Yo jamás te usé.

- ¡Estabas casado, Shuichi!

-  Yo también te amaba - Se levantó y lo contuvo, rodeándolo con sus brazos -. Cuando dejaste de venir, fue un golpe muy bajo el que me diste.

- No iba a ser tu amante para siempre.

- Siempre me deseaste... Desde la primaria, do you remember?

- Y cada vez que nos quedábamos solos en la biblioteca, con  el pretexto de que nunca entendía nada, me susurrabas palabras de amor en inglés al oído.

- Siempre te excitaron las cursilerías, y eso me gustaba de ti... - Luego de lamerle la oreja -. Y eso puede llegar a gustarme aún...

- Siempre te gustó dominar a los demás, y conmigo lo hacías a la perfección. Un simple muchachito de primaria, domado entre las sábanas de su profesor... Se nota que ni el tiempo te cambia...

- ¿Y a ti? - Sentándose nuevamente -. ¿Te ha cambiado el tiempo?

- Sí. Ahora, a mí me gusta domar a los demás...

- No hablas mucho de Masshiro...

-  Desde un principio supiste que era mi hermano... - Ryou lo imitó y se sentó en el sillón, alejado dl morocho.

- Te equivocas. Recién me di cuenta cuando vi a tu madre.

-  Si se entera que fuiste tú el que corrompió a su hijo... - Dijo, sonriendo.

- No creo que le haga gracia...

- ¿Quieres hacerlo con mi hermanito?

- ¿Me lo entregas así tan fácil?

- Yo no dije nada.

- Oí tus gritos antes de abrir la puerta... Con que "voy a advertirle que el único que te toca, soy yo", ¿eh? Le tienes todas las ansias posibles, no mientas.

- Desde pequeño, él fue mi debilidad. Sus cabellos dorado y sus ojos color miel son hermosos. Su cuerpo virgen... Sí, me gusta. Me excita... Y él lo sabe.

- Ja, ja. Eres increíble...

- ¿Y tu mujer?

- Me separé. Pensé que volverías algún día.

- Te he dicho que no sigo siendo el mismo niñito estúpido.

- Dime eso cuando estés gimiendo de la excitación en mi cama otra vez.

- Imbécil...

- Sino...  - Ryou lo miró ante la pausa que hizo, Shuichi se relamió los labios -. Encontraré otra forma para saciar mi apetito...  

- Tocas a mi hermano, y te cortó las manos, ¿me oíste?

- Ahí es donde te equivocas... Porque será él quien me lo pida a gritos...

La llegada de Masshiro al living cortó la conversación.

- Lamento si me tardé mucho.

- Parece que mis amenazas surtieron efecto, Amamiya-kun.

- Sólo lo hice por mi madre - Sentándose junto a Ryou -. No me hace gracia venir a su casa, sensei.

- Como tú digas. Pero no seas tan formal conmigo. La mía es una costumbre que se me pegó con mis alumnos, pero tú puedes llamarme Shuichi, ¿de acuerdo?

- Está bien.

- Dime, Amamiya-kun, ¿qué es lo que pasó?

- Pasa que para mi madre es imperdonable que me haya ido mal en el examen. Ese es mi único crimen, sensei

.- Si hablamos de crímenes, el tuyo ha sido no haberte preparado bien para el mismo, ¿verdad?

- Tiene razón - Reconoció el muchacho, apenado - ...

- Oiga, aquí no estamos para debatir si lo que hizo Masshi estuvo bien o no - Dijo Ryou, dirigiéndose a Shuichi, levantándose-. Lo hecho, hecho está y no hay vuelta atrás.

- Siéntate, mu...Ryou.

Ryou, que oyó perfectamente lo que dijo, se calló y se sentó.

- Perdónelo, sensei.

- Está bien. No tienes por qué disculparte.

Masshiro sonrió.

 

La jornada pasó de aburrida a una de calma.

Shuichi interrogó hasta donde pudo a su nuevo alumno, y Ryou, pensaba que su hermano no debía volver a esa casa y menos a solas con Shuichi, la próxima vez.

- «Aunque me duela, debo hacerlo. No debe meterse con Masshiro... No debe convertirlo en lo que soy...»

- ¡¡Wow!! Se hizo muy tarde - Dijo Shuichi, tras mirar su reloj de pulsera. Acto seguido, dirigió su vista a Masshiro -. ¿Cuándo quieres volver a venir? Mira que la próxima vez va a ver movimiento en esa cabecita...

- Cuanto antes, mejor, sensei.

- Veo que mi charla da resultados efectivos. ¿No lo crees así, Nagai-kun? - Preguntó el morocho, con una sonrisa en el rostro.

- Lo siento, no presté atención - Respondió Ryou, sin siquiera mirarlo, con tono de enfado.

- Oh... I see...

Ryou lo miró déspotamente, pero luego dirigió su vista al suelo.

- Masshi, te veo afuera.

- Como... quieras...

- ¿Le sucedía algo malo a tu hermano? - Preguntó Shuichi, con falsa sorpresa.

- No lo sé... La verdad es que me preocupa. Desde que entró aquí que se comporta extraño...

- «Es muy perspicaz...», pensó el hombre -. No le des importancia - Masshiro lo miró -. Quizás esté así porque tiene algún problema amoroso.

- Lo dudo... - Respondió el rubio, agarrando un vaso de jugo a medio tomar.

- ¿Y eso?

- Ehh... No sé si deba decírselo...

- No le contaré a nadie, si es ese el problema. Lo que digas entre estas paredes, quedarás entre nosotros dos, ¿de acuerdo?

- Mi hermano... es gay. Él jamás ha estado con una mujer, y por lo que veo, jamás lo estará.

- ¿Y tú?

- ¿¿Yo?? No, no, no. Ni hablar.

- Lo veo por tu reacción.

- Lo que más me molesta, es que jamás me contó cómo se dio cuenta, quién fue la primera persona que lo amó de esa manera. Pero es de chismoso más que nada.

- Pregúntaselo - La opinión de Shuichi resonó en el apartamento. Masshiro lo miró, sorprendido -. Bueno, si es algo que te mueres por saber, si se lo has preguntado una vez, es más que obvio que jamás te soltará nada. Insiste, Amamiya-kun. Insiste.

En eso, el timbre sonó seguidas veces.

- Más que mi hermano, parece mi niñera... - Se quejó Masshiro, levantándose del sillón. Shuichi acompañó a su alumno hasta la puerta del departamento, donde lo estaba esperando su medio hermano.

- Entonces, nos vemos algún día. Tu madre tiene mi teléfono, así que llámame antes de venir.

- Está bien. ¡Ah! Sensei, ¿puedo hacerle una pregunta personal?

- La que quieras... - Shuichi lo miró, algo sorprendido por la petición, apoyando su cuerpo sobre el umbral de la puerta.

- Usted..., ¿está casado?

- Me separé. No tengo hijos.

- Ah... Ya veo. Dicen en mi escuela que había un profesor que se separó porque su mujer lo encontró con una alumna en la cama... No es Usted, ¡¡¿verdad?!!

- No, Amamiya-kun, no soy yo - Respondió, con una sonrisa -. No te preocupes. No me propasaré contigo - Pronunció la última frase mirando a Ryou.

- Masshiro, nos vamos.

- Está bien. Está bien...

Hasta que llegaron a su casa, Masshiro y Ryou no cruzaron palabra. De a ratos, el joven trataba de hacer entrar a su hermano en una conversación, pero le era inútil, puesto que Ryou no hacía más que asentir con la cabeza o con una sonrisa...

Apenas llegaron a su casa, saludó a su madre y se dirigió a su dormitorio, para tirarse en la cama, con el equipo de música encendido...

- Está canción... ¿Por qué me recuerda tanto a él? - Susurró el pelirrojo, abrazando la almohada, boca abajo. Sintió un leve cosquilleo en sus mejillas, eran sus lágrimas. Las cubrió con la almohada, ahondando aún más su cabeza en ella -.¿Por qué, aunque trate, es imposible que pueda olvidarte, Shuichi?

- Hermano, ¿no vas a venir a cenar? - Preguntó Masshiro, al otro lado de la puerta. Ryou no contestó, sólo extendió su mano para subir el volumen de la canción. (Su hermano, comprendiendo el mensaje, dejó de golpear y llamarle la atención para darse media vuelta y dirigirse a la cocina.

 

Al día siguiente, Masshiro llamó en la mañana a Shuichi para preguntarle si podían encontrarse para almorzar, a lo que el hombre, un poco sorprendido, accedió. Al mediodía, Masshiro estaba en la puerta de su casa.

- ¿Sucedió algo malo? - Preguntó el morocho, cerrando la puerta del departamento.

- Necesitaba hablar con alguien. Eso es todo.

- Preparé un poco de sushi. Es lo más fácil que sé preparar.

- Ah, sí... Muchas gracias, sensei.

Masshiro dejó su mochila sobre los sillones y, junto a Shuichi, se dirigieron a una pequeña mesa al lado del enorme ventanal. Ambos tomaron asiento y se dispusieron a almorzar.

- Disculpa que me meta, pero, ¿qué es eso que te tiene preocupado?

- Es mi hermano... No sé qué le sucede. Desde que volvió está más raro que de costumbre.

.- No sé qué decirte. Soy uno de los menos indicados para dar esa clase de consejos.

- ¿No tiene hermanos?

- No. Soy hijo único - Respondió, terminando de digerir un roll de sushi.

- ¡Qué va! Le estoy arruinando el almuerzo por lo que parece.

- Claro que no. Me agrada que estés aquí. En serio. Es la primera vez en mucho tiempo que viene alguien a almorzar en esta casa - Con tono melancólico, mirando a través del ventanal.

- Sensei...

- Bueno, ya basta de sentimentalismos, ¿sí? Te he dicho que no me llamaras sensei, Amamiya-kun.

- Ah, perdón, perdón. Es que no me acostumbro.

- Eso dice mucho de ti.

- ¿Ah, sí?

- Ahjá. Dice que fuiste un niño muy bien educado en tu niñez.

- Bueno, muchas gracias. Ehh... ¿Y cómo es eso que hace mucho que no viene nadie a almorzar con Usted?

- Debe haber cierta confianza entre nosotros, ¿no es así? - Shuichi suspiró, dejó los palillos a un lado y apoyó el mentón sobre sus manos.

- Eh... Pues... Supongo... que sí...

- Amamiya-kun, cuando anoche te dije que no era o el profesor a quien habían encontrado en su cama con una alumna..., te mentí. La verdad es que mi mujer me vio con mi amante, en esta casa.

- Shuichi-san, perdóneme. Yo hablando de estas cosas y Usted sale con eso... No fue mi intención...

- ¡No! Sé que no fue esa la intención. Es sólo que si vamos a tratarnos durante un tiempo, lo mejor era ser del todo sinceros. Por favor, que esto...

- Seré discreto, no se preocupe.

- Bueno, por lo menos avanzamos en algo - Las orbes doradas de Masshiro se posaron sobre él -... Me llamas Shuichi - Masshiro sonrió.

 

Ryou llegó al comedor y se apoyó en el umbral de la entrada, desde donde se quedó mirando a su madre mirar las noticias, sentada en el sillón frente al mismo.

- Ohayou. O debería decir konnichiwa - La mujer se levantó del sillón y se acercó a su hijo, a quien le tomó la temperatura, posando sus labios sobre su frente -. ¿Tienes fiebre, Ryou?

- Para nada, okaasan - El muchacho tomó las manos de la mujer y las besó -. Estoy bien, de veras.

Nokoru le tomó la mano y lo dirigió al sillón, para que se sentara junto a ella.

- A veces me preocupo demasiado por ti. Eres un muchacho muy especial, hijo.

- Porque me gustan los hombres.

- No - Ryou la miró. Nokoru lo miró seriamente -. Porque eres muy sensible con tus cosas. Fuiste muy valiente al decir la verdad, hijo mío. No estoy para nada arrepentida de eso, Ryou, para nada. Sino todo lo contrario. Estoy orgullosa de que hayas admitido tu realidad, a pesar de todo - Posó su mano sobre la de su hijo.

- Ma... Mamá...

- En ese viaje que hiciste, ¿encontraste a alguien?

- No - Respondió. Apoyó sus brazos y su cabeza en el respaldo del sillón -. Lo que encuentre, quiero que sea en mis raíces.

- Es lo correcto - Reconoció la mujer, quien volvió su vista al televisor y cambió de canal -. ¿Qué te parece el profesor de Masshiro?

- ¿Por qué me preguntas eso? - Preguntó, mirándola de reojo.

- Pues..., eres parte de esta familia, ¿no? Tu opinión también vale.

- Mientras termine más rápido con su trabajo, será lo mejor. Me da muy mala espina.

- ¿Por qué dices eso? A mí me parece un hombre muy correcto, educado...

- Tú querías mi opinión, ¿no?

- Cómo digas...

Ryou se levantó y se dirigió a las escaleras.

- Antes de que me lo preguntes, no voy a almorzar.

Notas finales:

x3

Espero que les haya gustado :D

 

Ante todo me disculpo por las palabras en japonés D: si es que algun@ no entiende, saqué todo lo japonés que había ^^U o al menos la gran mayoría :3 ya que lo principal es la historia, no que se me pierdan íntentando traducir ;_;

En fin, espero sus comentarios :D

Enjoy~ ♥


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