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Bajo el Cielo Nocturno por LycanZero

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Notas del capitulo:

Bueno, a penas ayer actualice pero no pude evitar hacer mi segunda actualizacion, espero sea de su agrado y ps... vere si uedo actualizar pasado mañana o el domingo, jejejejeje lamentablemente no puedo hacer varias actualizaciones constantes TTwTT

Intente que este cap fuera también largo, ya saben que siempre intento compensar, pero no se si sea lo suficientemente bueno para ello.

¬w¬ kukuku el momento que much@s de ustedes esperaban posiblemente se vea en el siguiente cap...o quien sabe XD a veces puedo ser muy mala >:D muajajajajajajaja... bueno, bueno... me calmo jejeje

Les dejo leer tranquilamente nwn

-Zero… escucha… no quiero hacerte daño—el mencionado ignoraba los comentarios de la amenaza, sus ojos no veían la expresión preocupada de Kaname, sino que veían claramente como ese vampiro tenía una sonrisa burlona y con sus amenazantes colmillos acariciando su labio inferior, en vez de los ojos chocolate observaba dos joyas rojas que le veían con intensiones asesinas, con intensiones de comérselo ahí mismo.

 

-¡Arg!—sus oídos captaban todos los sonidos a su alrededor, le era difícil concentrarse en una sola escena, podía oír claramente como sus camaradas estaban enfrentándose a los enemigos que tenían marcados en su código genético, debía eliminar a la “Gran Amenaza” para poder ir a ayudarles; así es, Zero podía oler claramente quien era amigo y quien era enemigo, los vampiros tenía un olor dulzón que le quemaba la nariz en grandes proporciones, haciéndole casi imposible captar los olores sin embargo sabía muy bien a quienes NO debía dañar.

 

-Jefe—Kyo apareció de repente junto con Hana, ambos con velocidad increíble se acercaron a Zero, le tomaron de los brazos y le obligaron a alejarse de Kaname, era obvio que su líder ponía resistencia y más ahora que sentía la presencia de otro amenazante vampiro igual de poderoso que el primero, su mente no estaba capacitada, por el momento, para cuestionarse el “porque” de la intervención de sus aliados, solo sabía que tenía que soltarse del agarrare para poder defenderlos con su vida si era necesario.

 

Las fuerzas sobrenaturales explotaron como una poderosa bomba logrando, alejar a sus amigos y crear una fuerte ráfaga de viento que lograba doblegar ligeramente a los poderosos troncos de los arboles; los hermosos ojos amatistas desaparecieron por completo y permanecieron en un color muy hermoso, inexplicable en palabras humanas. Era como ver el crepúsculo surgir entre las montañas, de un místico color violáceo con tonos rojos y azules… la manera de explicarla es difícil, pero los ojos eran hipnotizantes para quienes los estuviera viendo directamente.

 

-Zero—Kamui se acerco a su amigo con sigilo y lo observo detenidamente, al parecer la manifestación se había presentado antes de lo esperado y no había sido casual, era mucha coincidencia que apareciera después del arribo de los vampiros del consejo— Tranquilo, amigo… está bien—intento acercarse pero cuando Zero capto su olor prolifero un fuerte rugido, parecido al de las bestias cuando están protegiendo a sus crías. Kamui sabía que no podía acercarse al menos que este se calme lo cual se veía que sería imposible, el olor que todos los vampiros ahí presentes emanaban era tan fuerte podía jurar que su amigo estaba mareado por ese olor.

 

-¿Kamui-sama?—Kyo vio con detenimiento al Sangre Pura, se acercaba cada vez más a su líder pero cuando este proliferaba algún rugido se detenía, luego avanzaba y después se detenía. La fuerza desbordaba era realmente increíble, el vampiro Sangre Pura jamás había visto tremendo poder. El pelinegro se dejo de caer de rodillas y empezó a hacer una serie de movimientos con las manos al mismo tiempo que decía palabras en un lenguaje antiguo que solo llego a interpretarlo Kuran Kaname, que observaba a Kamui con asombro.

 

 

 

¿Cómo podía alguien como él saber el lenguaje antiguo de los ancestros?

 

 

 

-Nii-sama—el castaño salió de su trance solo para ver como su hermana era lanzada con gran fuerza por Hikari, la herida que la joven amiga de Zero tenía en el brazo se curaba rápidamente, pero no tenía el tiempo ni el interés del saber el porqué de aquello, ahora lo único que le importaba era el bienestar del cazador.

 

-El tiempo no ha de llegar todavía—al oír esa frase pudo ver claramente como el peli plateado empezaba a cerrar suavemente los ojos parecía que caería en un profundo sueño. Sin embargo, los instintos de bestia eran mucho más fuertes que cualquier hechizo y Zero se negaba a dormir para quedar a merced de esas criaturas con colmillos de alto peligro para los de su especie. El lobo que estaba despertando en su interior estaba intentando matar al vampiro que también estaba en ese cuerpo.

 

-Kamui-sama la manifestación…— Hana guardo silencio al ver levantada la mano del amigo Sangre Pura.

 

-No es todavía el tiempo… al manifestación está siendo muy agresiva… algo… le hizo alterarse e hizo que la sangre de vampiro despertara y comenzara a atacar a lo desconocido—dijo de manera tranquila, importándole muy poco su Kuran estaba ahí escuchando todo con claridad, él no tenia le deber de decir nada así que ni con las amenazas de detenerle o de declararle la guerra haría que le arrebatara alguna información de lo que estaba sucediendo.

 

-Tenemos que calmarlo—dijo Kai acercándose a sus camaradas, a varios metros estaba Hanabusa totalmente exhausto e incapaz de mover si quiera un musculo. Kaname sabía que algo mas tenían esos chicos y lo iba a averiguar, pero primero que nada debían detener a Zero, el cual ya había empezado a atacar de nuevo pero ahora era general, atacaba a amigos y enemigos. La confusión había llegado a un estado crítico.

 

-Yo lo hare con gusto—nadie se había dado cuenta de que Yuki ya estaba levantada y dirigiéndose a gran velocidad contra Zero, amaba al cazador, sí, pero primero quiera verlo muerto antes de que este profesara amor por alguien más que no fuera ella.

 

-Que insolencia—Hana apareció a lado de la vampira y le propino una fuerte patada en el estomago, lo suficiente para que se desmayara y ya no diera tantas molestias.

 

-Espero que así aprendas la lección—pensó Kaname observando cómo su hermana era dejada cerca de un árbol junto con Hanabusa y, en ese momento, de la espesuras de los arboles salieron Seiren, Ruka y Kain. Por alguna razón había tardado más de lo normal en llegar a su auxilio, pero eso lo preguntaría más tarde lo primero de todo era poder controlar a Zero.

 

-¡Kaname-sama!—Ruka y Kain gritaron al mismo tiempo observando como el peli plateado se le abalanzaba encima, tumbándolo completamente en el suelo e intentando morderle.

 

-Tsk—estaba en problemas y muy serios, uno de sus dedos había rozado ligeramente con uno de los colmillos de Zero y pudo sentir claramente un fuerte ardor. No le quedaba de otra, tenía que defenderse así que utilizo sus poderes psíquicos para poder moverlo, una fuerte ráfaga surgió de entre ambos vientres arrojando con brusquedad al Kiryuu. Cuando este cayó en seco sus amigos corrieron a él y le sujetaron fuertemente mientras Kamui volvía a recitar el conjuro en lenguaje antiguo.

 

Pero eso no detendría al peli plateado, el debía pelear, protegerse y proteger a los de su especie; con gran fuerza arrojo a sus camaradas lejos, azotándolos fieramente en el piso y así dejarlos inmóviles, al menos por unos minutos, mientras él se encargaba de la gran amenaza que representaban los vampiros. Sus orbes de aquellos misteriosos colores crespulares observaron detenidamente al pelinegro, no, el no era a quien buscaba, su vista giro y encontró la mirada castaña de Kaname, él, debía matarlo a él primero antes que a cualquier otro, prolifero un vez más un rugido y se abalanzo contra el Kuran, su sangre hervía y proclamaba la muerte del castaño. Sin embargo en esta ocasión Kaname no se quedaría de brazos cruzados, el tendría que pelear, al menos lo suficiente para inmovilizar a Zero y para que Kamui volviera a recitar el conjuro. Del verdoso campo surgieron grandes trozos de piedra y fueron arrojados contra el peli plateado, este les esquivaba con gran agilidad, demostrando que no sería atrapado fácilmente.

 

Kamui intento intervenir, pero una mirada amenazante de Kaname le hizo reconsiderar su movimiento, el castaño tenía algo planeado y el solo iba a arruinar todo, espero a que, de nueva cuenta, Kuran le diera algún indicio, era extraño que ambos se entendieran si cruzar palabra alguna, por alguna razón “comprendía”, en cierto modo, lo que el Pura Sangre estaba planeando, así que solo le quedaba esperar su turno.

 

-Zero—susurro el nombre del peli plateado, el cual ya se encontraba enfrente de Kaname, iba a darle un poderoso zarpazo, un golpe de gran fuerza que amenazaba con desfigurar el perfecto rostro del vampiro, pero este no se movía, permanecía quieto y con mirada tranquilizadora, provocando que una pequeña luz de raciocinio de la cabeza del cazador despertara y detuviera todo acto de agresión, sus ojos volvían a tener aquel tono amatista, el castaño dio un paso al frente y abrazo a Zero con infinita ternura, mientras que Kamui recitaba, por tercera vez, aquel conjuro y, en esta ocasión, el cazador se quedo completamente dormido.

 

-Lo llevaremos a su habitación—dijo Kyo mientras lo acomodaba en su espalda. Kaname iba a refutar, no le había agradado la sensación de vacío cuando el cuerpo de Zero se le fue quitado, sin embargo habían sido muchas emociones y utilización de poder por un día, él también necesitaba un descanso.

 

-No, llévenlo a la habitación que tiene en la residencia nocturna, por el momento debe estar vigilado— recomendó Kamui y los cuatro guardianes aceptaron de la idea, asintieron y se dirigieron al lugar indicado.

 

-No me dirás que fue todo esto—Kaname no pregunto, solo afirmo lo obvio. Levantándose lentamente al mismo tiempo que Seiren, su más fiel sirviente, se acercaba para garantizar que su amo estuviera bien.

 

-No me corresponde a mí el contestar—dijo con tranquilidad el otro Sangre Pura—solo le diré… que por el bien de usted y los de su clan, deben alejarse de Zero hasta que la luna llena desaparezca… la muerte de uno de tus aliados puede ser la desgracia que te persiga por la eternidad si ignoras mis palabras—dicho eso, el joven Sangre Pura se alejo del lugar tan calmadamente como le fue posible; sus amigos tenían razón, no debía sucumbir ante un Kuran, ante uno no usurpaba el trono que solo él podía usar, un trono que por derecho era suyo y que los Kuran le quitaron a sus antecesores por la fuerza.

 

 

 

*******En un bosque alejado de toda ciudad*******

 

 

En lo más profundo del un inmenso bosque, extendido por valles y praderas se hallaba una pequeña aldea, que está ubicada en una parte del bosque donde había un claro y se filtraba un ojo de luna, es decir, un espacio abierto protegido por los mismo arboles para que sea difícil de encontrar y donde los rayos de la luna llena fácilmente podían alumbrar a las casas intensamente, la aldea era de unos escasos cincuenta habitantes por lo mucho. Algunos de aquellos residentes caminaban de forma humana mientras que otros lo hacían en una forma lobuna, pelajes diversos de estas hermosas criaturas se mostraban gracias a los rayos plateados que utilizaban como guía para ir a un lado. Un lugar totalmente místico, que de seguro la Diosa de la Luna, Artemisa, adoraba contemplar cada que la luna estaba completamente llena.

 

 

 

Traidores.

 

 

 

Renegados.

 

 

 

Rebeldes.

 

 

 

Salvajes.

 

 

 

Se les conocía de muchas maneras pero ninguna de ellas encajaba con lo que realmente eran, ellos son la mitad de la que antes fuera la más poderosa de todas las mandadas después de la “manada plateada”, ellos son pertenecientes a la manada de Yami, que desde tiempos pasados estaba dividida gracias a un antiguo Alfa que decidió hacer alianza contra el enemigo natural, los vampiros. La decisión de separación fue difícil para muchos de los miembros ya que rompieron con lazos de amistad y de familia, pero esta parte de la manada se mantenía firme con lo que había decidido, no darían vuelta atrás y ahora con el nuevo líder que poseían se sentían más seguros.

 

En uno de los arboles, en una de las más altas ramas de este, se hallaba una sombra, los rayos del astro nocturno no podían bañarlo para poder alumbrarlo y dar a conocer sus rasgos; los ojos también permanecían cerrados por lo que su brillo tampoco era conocido pero, a pesar de que la negrura le cubría completamente intentando proteger su identidad, los habitantes de aquella pequeñita aldea sabían muy bien de quien se trataba.

 

Yami Karasu, hermano de Yami Hikaru y tío de Yoru y Hikari, el mismo había matado a su hermano y a su descendencia por la creencia de que se había desviado del camino y que la muerte era la única salvación para ellos, pero la misión estaba incompleta ya que su sobrina, Hikari, aun seguía viva, conviviendo con los vampiros, y eso garantizaba que la sangre del primer Hombre Lobo podría esparcirse de nuevo entre la otra mitad de la manada. Y eso era algo que no podía permitir, el único con el deber de heredar la “Sangre Verdadera” era su hijo y nadie más.

 

-Hikari… mi pobre sobrina… debes morir por el bien de todos… al igual que Kamui… debes morir—en ese instante abrió sus ojos, mostrando un rojo intenso como el de la misma sangre, dos hermosas joyas que resplandecían con luz propia, mostrando el deseo de poder.




*********************



De nuevo comenzaba a correr, y de nueva cuenta podía sentir claramente como lo hacía en cuatro patas, pero ahora estaba completamente solo, sin nadie que le dijese que estaba pasando ni el porqué estaba corriendo. El boque empezaba a desaparecer para dejar al descubierto un claro alumbrado con la Luna Llena; llegando de nueva cuenta a aquella misteriosa puerta, aquella donde dos lobos eran custodios y los grandes astros del día y la noche se marcaban como los dominantes sobre los animales; enfrente de ella de nueva cuenta se encontraba Kaname, sin la gabardina que la vez anterior le había dado para cubrir su desnudez, con una camisa negra deliberadamente desabrochada de los tres primeros botones para que luciera su bien formado pecho y un pantalón de tono grisáceo junto con lustrosos zapatos oscuros, pero ahora el vampiro le miraba de forma furiosa, todo signo de cariño y amor había desaparecido, le mostraba sus colmillos de manera amenazadora pero él, como cazador que era, no se detenía, seguía con un rápida carrera. Sentía como la piel que cubría su hocico se retraía para poder mostrar sus incisivos, un gruñido feroz prolifero desde su garganta haciendo retumbar fuertemente las puertas de metal pesado.


Kuran, cual felino, se agazapo rápidamente para poder esquivar la mordida por parte del peli plateado, aterrizando en forma de cuatro y después impulsándose para atacar con las garras que anteriormente eran uñas al enorme lobo. Zero recibió el arañazo en el costado derecho haciendo inevitable que soltara un gemido de dolor y empezara a correr en dirección contraria donde Kaname se encontraba para poder tomar distancia y analizar la situación.


No podía creer que ahora se estaba enfrentando a Kaname, pero sus instintos le decían a gritos que no dudara en matar al traidor… ¿traidor?




¿Traidor de qué?




¿Por qué estaba en esta nueva situación?




-Todos los descendientes de Radu han de morir en mis manos—dicho esto Kaname desapareció ya reapareció arriba de Zero a punto de clavarle las garras en la cabeza.




*********************

 

 

-¡¡AAH!!—Zero incorporo la mitad de su cuerpo rápidamente, su frente y rostro estaba cubiertos por el sudor, el pecho subía y bajaba en tiempos irregulares, hecho una mirada rápida a su alrededor para ver claramente donde estaba. A su lado, al borde de la cama le observaba Hikari con tal preocupación que el corazón se le encogió, segundos después de haber despertado, en su cuarto irrumpieron el resto de sus amigos, los gemelos, Hana y Kamui.

 

-¿Zero como te sientes?—le pregunto Hikari mientras se levantaba para coger un pañuelo y limpiarle el sudor a su líder. El joven cazador quería contestar, pero la garganta la tenia seca además de que el shock provocado por el sueño todavía le mantenía lejos de la realidad.

 

-Bien… estoy bien… ¿Qué diablos paso?—solo recordaba el momento donde llego para proteger a su hermana de Yuki y de repente un fuerte dolor le invadió a tal punto de que había perdido la consciencia. Todo  su alrededor había sido confuso y sus sentidos le jugaban una mala pasada, principalmente el oído, ya que cada cosa que oía era una tortura inigualable, por Dios ni a su peor enemigo le deseaba tal martirio.

 

-Tuviste una manifestación de sangre—dijo Kamui serio atrayendo la atención de todos los ahí presentes, pero todos guardaron silencio, Zero así daba el indicio de que siguiera con la explicación—Algo, no sé el que, pero algo provoco que la sangre de vampiro, que estaba empezándose a dormir tranquilamente para dejar que la licántropa se fusionara con tu sistema, despertara y provoco en ti una guerra interna por el dominio del cuerpo… causándote un dolor insoportable y una confusión tan grande teniendo como consecuencia el despertar de tus instintos de bestia, los cuales decidieron atacar a Kaname… te lleno el deseo de matar al enemigo natural que todo Hombre Lobo tiene, el vampiro, principalmente el Sangre Pura.

 

-Esa parte no la recuerdo—admitió el peli plateado, pero un tremendo miedo le envolvió con rapidez, la sola idea de haber atacado a Kaname le lleno de pánico, además también resulto que eso mismo había pasado en su sueño. Se estaba enfrentando al Sangre Pura más poderoso del mundo vampírico.

 

-Zero, necesito saber si paso algo entre tú y Kuran-san, algo que provocara el despertar de la sangre de vampiro—Kamui estaba demasiado insistente, algo estaba mal y Kiryuu quería saberlo pero sabía que todavía no era tiempo para preguntar, debía resolver un problema primero y después seguir con otro; además la pregunta de su amigo le provoco un ligero sonrojo ya que el recuerdo de él y Kuran besándose tomo fuerza en su mente.

 

-Amm… me… me abrazo—era más preferible aceptar ese hecho que el del beso, el todavía no aceptaba que eso había pasado y, ahora que razonaba mejor la situación, ¿Por qué había dejado que Kaname le abrazara y besara? ¿Por qué no opuso resistencia? No sabía que pensar acerca de ese hecho pero no negaría que le había gustado y que algo dentro de su ser se removía de manera deliciosa; sentía las típicas mariposas en el estomago como una quinceañera.

 

No entendía que le estaba pasando pero lo iba a averiguar, esas sensaciones le agradaban sí, pero no le agradaba por quien eran causadas, él no debía sentir otra cosa más que desprecio por Kuran Kaname, el vampiro que le quito a la persona que “creía” que amaba, que le uso como una simple herramienta y después lo desecho como si fuese un objeto, le abandono… sin poderlo evitar y ante esa palabra negó energéticamente con la cabeza mientras sus amigos le veían extrañados.

 

-Zero, escucha con atención… Kuran es el Sangre Pura que te dio su sangre y… con el contacto que hizo contigo puede que haya provocado el despertar de tu sangre de vampiro y lo mismo puede ocurrir si te acercas a la señorita Kuran, así que te sugiero que te mantengas lejos de ellos por unos días, al menos hasta que la Luna Llena desaparezca… la sangre licántropa siempre ha sido más poderosa en esta fase lunar—Kamui le observaba con detenimiento, como temiendo a que de un momento a otro pudiera volver la manifestación.

 

-¿Significa que puedo estar cerca de ti pero de los Kuran no?—la idea por unos escasos segundos se le hizo desagradable pero después de reflexionar se alegró por ello; no deseaba atacar a sus amigos nuevamente y mucho menos hacerles daño, eso jamás se lo perdonaría, la simple idea de ver a sus amigos lastimados por su causa provocaba un fuerte dolor en su pecho, además de que, por extraño que sonase, tampoco deseaba meter a Kaname en sus “manifestaciones de locura”.

 

-Así es… ya que yo jamás te he dado de mi sangre y eso significa que conmigo no tienes ningún vinculo… es necesario que estés alejado amigo, la locura de dos especies poderosas en un solo cuerpo puede ser algo temible no solo para ti sino para los que te rodean… atacaste a tus compañeros con el fin de defenderte… si vuelves a caer te adentraras tanto en salvarte que no te importara hacerle daño a quien están a tu lado… no distinguirás entre amigo y enemigo.

 

-Ya entendí… no estar cerca de los Kuran… eso me agrada—soltó con sarcasmo, la idea de atacar a sus amigos no le agradaba para nada, pero si tenía que defenderlos se obligaría a despertar antes de tiempo si era necesario.

 

 

 

*******Enfrente de la Academia Cross*******

 

 

Las puertas se veían imponentes, las paredes desafiaban a todo quien les veía a travesarlas. Tres siluetas encapuchadas de unos dos metros de alto y de ojos dorados intensamente brillantes, la observaban con detenimiento, el olor de los licántropos puros perforaban sus fosas nasales, así que con lentitud se fueron alejando del lugar, lo que tenían de sobra era el tiempo. Como verdaderos cazadores debían esperar el momento propicio para atacar, sabían que los vampiros no agradaban de no salir a las calles para pasear y conocer su nuevo entorno; hasta el momento en que eso llegara, esperarían.

 

 

 

Después de todo…

 

 

 

-Nuestra misión es acabar con el Sangre Pura de los vampiros—levantando levemente la cabeza se pudo notar que aquel hombre tenía totalmente cubierta la cara de pelo negro, sus colmillos resplandecían intensamente, como si fueran piezas de mármol pulido, la lengua acariciaba lentamente los caninos.

 

-Nos estamos cansando de esperar—los otros dos también elevaron la vista, mostrando la misma apariencia que su compañero.

 

-Paciencia… la cacería… será divertida—dicho esto las tres siluetas desaparecieron; los vampiros saldrían tarde o temprano, la curiosidad que les caracterizaba pronto rompería las barreras de la precaución y es ahí donde se daría el golpe.

 

Sus colmillos ansiaban perforar la garganta de un vampiro y ver brotar la sangre antes de que se volviera ceniza. Enemigos mortales desde tiempos antiguos, un insaciable sentimiento de rivalidad entre ambas razas siempre provocaba una aterradora guerra; donde vidas inocentes siempre se veían afectadas y grandes perdidas eran provocadas, y aun así los líderes de ambos bandos insistían en una intensa batalla para ver quién era el ser con más poder.

 

 

 

*******En la Casa del Director Cross*******

 

 

A Kaname le estaba doliendo la cabeza, no por la pelea sino por los constantes berrinches que su hermana le estaba haciendo desde que se termino la pelea, para suerte de todos el director junto con Yagari habían ido a la Asociación de Cazadores por un problema que se apareció repentinamente; y eso en teoría era bueno ya que al no estar el director se podrían ahorrar muchas explicaciones además de que él no tenía todas las respuestas a lo que había sucedido. Seguía sin comprender como fue que surgió la locura en Zero… pero algo en su interior se removió al recordar aquello puesto que eso ya no debía ser, insistía en eso, era algo que ya no debía pasar pero que aun así… paso.

 

-¿Nii-sama me estás haciendo caso?—Yuki estaba acostada en el sillón largo, quejándose del fuerte golpe que le habían propinado los amigos de Zero, primero había sido uno de los gemelos, después fue Hikari y por último, Hana, que en desesperación de proteger a Zero mostro una faceta de poder increíble.

 

-Claro que si Yuki, pero eso no quita que siga enojado contigo—la mirada de Kaname se volvió fría y penetrante, la pequeña castaña por segundos, temió—tu oíste claramente cuando hacia un trato con Kiryuu, sin embargo no te importo he hiciste tus chiquilladas… eso es algo que no voy a tolerar—no había pensado en que castigo ponerle a su hermana pero ya se le ocurriría algo, solo debía considerar que sería lo que más le dolería a Yuki. Era increíble ver que después de aquel beso, lograba ver con claridad como era su “prometida” realmente; a veces se dice que: “No hay  peor ciego que él que no quiere ver”, y él desgraciadamente había estado muy ciego, el amor de que tenía a su hermana, aquel amor implantado por sus padres, le había cegado completamente, nublando sus verdaderos deseos y a su verdadera persona amada.

 

-Ya te dije que ella me ataco primero—se defendió la chica, su hermano empezó a actuar extraño después de que llegaron a la academia; en esos momentos maldecía el haberse preocupado por su “padre” y por su… “hermanastro”, ya que ahora se enteraba de que Zero tenía a una niña a la que quería más que a ella y a la cual le contaba todo si excepción, además de que expresaba sus sentimientos tan abiertamente sin pena a la opinión de los demás.

 

Esa tipa había logrado cosas que ella no había podido hacer en años, las palabras de Kamui resonaban en su mente, ese vampiro le echaba la culpa, indirectamente, por haber “hecho” mal la labor de que Zero les tuviera confianza, ella siempre había estado a su lado incondicionalmente, inclusive le había dado de su sangre, sangre que después tendría más poder y valor por ser lo que era… una vampira Sangre Pura, pero aun así el malagradecido de Zero le trataba con desprecio y ahora su hermano, uno de sus seres amados, estaba enojado con ella solo por un arranque de furia en donde estaba defendiendo su dignidad. Hikari estaba osando insultarla, a ella, que no era una Sangre Pura cualquiera, sino que era la “Princesa de los Vampiros”, y junto a su hermano tenía el destino de dirigir el mundo vampírico, aunque sabía que el destino que ella escogió era el de casarse con el cazador Kiryuu y tener una descendencia poderosa.

 

-No utilices ese tipo de excusas, ya te he dicho que un Sangre Pura no debe mostrar sus emociones… pero a ti esas lecciones no te han servido por lo que parece—Kaname decía todo con tal calma que las palabras así eran más hirientes, Yuki se sintió peor de lo que ya estaba ya que su hermano le estaba recalcando y diciendo que no era una Kuran digna por un simple descontrol. Aunque ella claramente sabía que eso no era todo, la presencia de Hikari cuando estaban en batalla era muy distinta a la de cualquier cazador, esa niña era extraña, tenía un poder muy singular y… la imagen de los lobos… no era coincidencia.

 

 

 

*******En la Asociación de Cazadores*******

 

 

Desde que el antiguo presidente había tenido un final… “trágico”, se había decidido que, para clamar al nuevo consejo de vampiros, Kaien Cross asumiría, o más bien fingiría, ser el presidente de dicha asociación la cual se estaba recuperando de muchas cosas, entre las cuales estaba que muchos cazadores habían desertado de seguir dentro de la asociación por lo que se habían vuelto unos mercenarios que mataban ya fuese vampiros o a los que anteriormente fuesen sus compañeros, los cazadores. Sin embargo ahora se enfrentaban a un problema mucho peor. Siete miembros formaban, por el momento, el consejo.

 

-¡Debemos averiguar qué es lo que está causando esto!—decía un cazador anciano, muy alterado.

 

-¡Los humanos ya están haciendo esto público, todo se está encontrando en las noticias!—decía otro mientras que en un pequeño televisor estaba un programa del noticiero nocturno; una reportera estaba cerca de un parque donde policías, bomberos y ambulancias estaban haciendo mucho ruido. Al parecer había un psicópata suelto que cazaba a mujeres y hombres jóvenes para morderles bruscamente el cuello, perforarles la yugular y dejarlos morir desangrados. Y, lamentablemente, habían encontrado a la octava víctima de la semana.

 

Todas las víctimas tenían indicios de haber sido sujetadas fuertemente y que el asesino que había hecho tales daños era alguien fuerte, que fácilmente había hecho doblegar la fuerza de voluntad de sus víctimas.

 

-Está claro que este desastre lo está causando un nivel E… y como cazadores no estamos haciendo nada para detenerlo—todos estaban enojados, el anonimato de los vampiros estaba siendo descubierto.

 

-No es un vampiro el que ha causado tal desastre—dijo un chico que entraba a la sala con paso tranquilo, sus cabellos eran de un café claro y sus ojos de color avellana, la piel era de una suave tonalidad cremosa, vestía un pantalón de color blanco, una camisa roja y un saco que hacia juego con el pantalón. Un guerrero joven entre tanto guerrero veterano, pero aun así, tenía la atención de todos.

 

-¿Qué quieres decir, Kaito?—Yagari veía a uno de sus mejores pupilos moverse cautelosamente entre los cazadores, como un cachorro que está en territorio de depredadores adultos.

 

-Un vampiro nivel E, es un humano que ha sido mordido por un Sangre Pura… y si este no le da su sangre la victima caerá sin remedio en la locura, lo que quiere decir que morderá y morderá a cuanta gente pueda para saciar su sed—hizo una pausa y se acerco a donde estaba Yagari—las víctimas fueron mordidas en el cuello, de eso no hay duda, sin embargo murieron por un desangre.

 

-Ya veo—dijo Kaien con seriedad—fueron mordidas pero no se les quito la sangre, lo que quiere decir que alguien más está causando esto—todos se quedaron en un mutismo incomodo.

 

-Tú no solo viniste a decir esto… Kaito tu sabes algo mas—aseguro Touga, su pupilo solo sonrió despampanante, nadie lo conocía mejor que su maestro.

 

-Fui a investigar cerca de esa zona… y encontré esto—saco de una de sus bolsas de su saco una pequeña bolsa de plástico en la que residía un mechón de pelo negro.

 

-¿Qué es esto?—dijo unos de los miembros.

 

-Yo al principio creí que era pelo de algún perro que estaba cerca de la zona de asesinato, pero después de unos cuantos análisis… se corroboro que este mechón no pertenece a un perro…—todos le estaban viendo fijamente, el joven cazador tenia la atención de los más ancianos y fuertes cazadores de la asociación—esto pertenece a un lobo… y uno muy grande.

 

-¿Qué estas queriendo decir?—uno de los ahí presentes, ya con canas en la cabellera, piel morena, ojos negros penetrantes y cubierto por una capa negra veía con desafío al más joven de los ahí presentes.

 

-Estoy diciendo que este no es el único indicio, a varios metros… lejos de ahí… en los callejones abandonados encontré marcas… y son de garras—la severidad en la mirada de Kaito hizo que todos comenzaran a farfullar entre ellos, el silencio no era un buen aliado para esos momentos.

 

-Déjate de rodeos y di tus sospechas de una buena vez—Yagari era de los que poseían poca paciencia. Había una cosa obvia en esos momentos pero que nadie se atrevía a decir por lo que de seguro era la única verdad.

 

-Es una infección de licantropía… todo señala a los licántropos— ¿Touga no quería que se fuera trepando por las paredes? Pues entonces soltó lo que pensaba directamente.

 

-¡Eso es imposible!

 

-¡No ha habido registros de infecciones de licantropía por siglos!

 

-¡Ellos ya están extintos!—la existencia de al menos un lobo, marcaba problemas severos a los cazadores, podría ser que inclusive por aquella aparición lobuna, la guerra entre cazadores y vampiros podría estallar de un momento a otro, ya que… desde siempre, el destino era que las tres razas se mataran unas a otras.

 

-¿Entonces alguien puede explicarme que es lo que está pasando?... las víctimas solo son desgarradas, matadas sin piedad alguna como si fueran animales… la sangre siempre brota de sus cuerpos… si me van a decir que es obra de algún vampiro, yo lo dudo— Kaito, es un chico que siempre mantiene la calma ante toda situación, uno de los mejores estudiantes de Yagari, un ser frio que no le importa matar a su propia familia si es que esta posee colmillos y toma sangre.

 

 

 

Un perfecto y frio cazador.

 

 

 

-Pero la idea de licántropos… no me lo imagino—Kaien siempre había crecido con la creencia de que aquellas criaturas estaban extintas, las historias contadas por los antiguos cazadores que alguna vez habían visto a estos seres marcaban que era una experiencia única; eran poderosos como los vampiros e igual de peligrosos, pero al contrario de aquellos que tomaban la sangre, los lobos se mantenían a raya de las guerras y de los humanos, era raro el humano que se infectaba del virus licántropo.

 

El único enemigo de estos enormes lobos eran los vampiros y su fin siempre era matarlos… pero estos se adelantaron y les cazaron a tal punto de que los licántropos desapreciaron de la faz de la tierra y los cazadores también tuvieron algo de culpa por haberse metido en una guerra que no les correspondía, por matar a criaturas a las que no debían tocar sus enemigos, los vampiros, se multiplicaron como cucarachas.

 

-Estamos hablando de siglos en los que no se ve un solo licántropo, el consejo de vampiros asegura que están extintos, que se encargaron de ello—decía una mujer, con menos canas que el resto de sus compañeros, de ojos melados y piel nívea. Hay cosas en las que uno no desea creer y en esta ocasión no querían saber nada de los licántropos, ya que la guerra de hace siglos atrajo… cierto desprecio hacia los cazadores.

 

-Pero eso no ha de significar que en verdad estén extintos… ¿o sí? ¿Desde cuándo los vampiros hablan con la verdad?—cada palabra referida a los chupasangre iba con tonos despreciables, estaba claro que, como todo cazador, aborrecía a los vampiros.

 

Kaien no decía nada, estaba divagando en su mente, en sus memorias, recordando leyendas antiguas de su niñez, de cómo su abuelo le contaba que el si había visto a una de esas hermosas criaturas. Y fue ahí donde sus recuerdos se dirigieron a su cocina, en una noche donde una extraña chica apareció de repente a lado de su hijastro y este le había preguntado de los licántropos; la curiosidad de Zero siempre se justificaba con un hecho, es decir, si tenía curiosidad de algo es porque había otro algo relacionado, siempre era una cadena de acontecimientos de hechos reales; pero no se podía imaginar a su hijo ocultando un secreto de tal magnitud.

 

 

 

No, de seguro era por el cansancio por lo que estaba empezando a imaginar esas incoherencias.

 

 

 

-¿Kaien?—Yagari le puso una mano sobre su hombro, al parecer le habían preguntado algo y él se estaba tardando en contestar.

 

-Disculpen ¿Me decían?—se puso serio y fijo su mirada en el joven cazador. Lamentablemente estaba cavilando en…ciertas ideas que le hacían dudar de “ciertas” personas.

 

-¿Qué es lo que piensas de este asunto?—dijo de nueva cuenta la mujer, con tono lento y amable, al parecer ella era una de las pocas que se sabía controlar bajo esta presión tan grande.

 

-Concuerdo con la mayoría de ustedes en que no se ha visto un caso de infección de licantropía y mucho menos un licántropo en siglos… pero lo que Kaito dice también es algo que puede pasar… recordemos que algunos cazadores junto con el consejo de vampiros hicieron una alianza para poder liberar a Rido y tener el control de todo… afortunadamente eso no logro ser por la interferencia de mi hijo, Zero, y del clan Kuran… creo que tenemos varios motivos por los cuales dudar de la palabra del consejo… así que lo que recomiendo es que capturen al asesino… una vez atrapado podemos resolver muchas dudas, yo hablare con Kaname-kun cuando llegue a mi academia—todos concordaron con lo dicho por el “vampiro sin colmillos” y nadie repelo que fueran Yagari y Kaito quienes dirigieran la cacería.

 

-Ten cuidado—una vez solos Yagari empezó a besar el cuello de Kaien al mismo tiempo que este le abrazaba la espalda. En el despacho del presidente de la asociación solo había lugar para ellos, nadie podía entrar en esos momentos en aquel lugar, ya que se había convertido en la burbuja de estos dos amantes, cual relación estaba oculta de todos, nadie sabía de su romance porque acarraría problemas.

 

-Me conoces… es difícil que alguien me mate—decía esto contra el cuello de su amante, hacía tiempo que no lo tocaba, sentía que eran siglos en los que no había sentido su esencia.

 

-Lo sé… pero si las sospechas de Kaito-kun son verdaderas… ahh—Yagari ya no lo quería oír, le urgía tenerle, sentir sus pieles rozar, sus labios unirse en un apasionado beso, probar cada centímetro de su piel dulce, no podía negar que amaba a ese sujeto loco. Se acerco a sus labios y demando un beso, uno extenso, apasionado y necesitado.

 

Cross podría ser muchas cosas pero en esos momentos de pasión solo era un inofensivo cachorrito que degustaba de las caricias del mayor, se dejaba hacer para sentir más goce, dejaba que todo lo hiciera su amante mientras que el solo se dedicaba a disfrutar y a gemir. Yagari lo dirigió hacia el escritorio al mismo tiempo que iba desnudando a su pareja.

 

-Ya… Yagari—sintió como la mano del mencionado se infiltraba en su pantalón para acariciar su miembro—ahhn… maamm… mas… Yagari—sintió cuando Touga lo levantaba y lo ponía sobre el escritorio, en ese momento perdió su pantalón, la única prenda que le quedaba “puesta”, ahora estaba desnudo y a merced de su amante.

 

-Te abasteceré… para que no me extrañes en estos días—le dijo de manera sensual mientras que agarraba las rodillas de Kaien para abrir más sus piernas e ir directamente a su sonrosada entrada, metió su lengua lo mas que podía, moviéndola cual serpiente lujuriosa. El menor solo gemía y gritaba el nombre del mayor, sus mejillas estaban sonrosadas, su cabello suelto se pegaba a su rostro por causa del sudor. Yagari amaba ver ese hermoso retrato ya que lograba que se excitara aun más.

 

-Ahha… ammn… Yagari… ahh… ya no…aaahhm—la lengua de Touga abandono la entrada de Cross y este gimo en reproche, su pecho subía y bajaba con rapidez, los gritos y gemidos que daba le hacían perder todos sus abastecimientos de oxigeno. El mayor no le hizo caso y comenzó a devorar, de la manera más literal posible, el miembro erecto del director. Este arqueo prominentemente la espalda, las sensaciones en su interior rebotaban de un lugar a otro, su mente se nublo completamente.

 

-Lo siento… pero no tenemos mucho tiempo—beso los labios de su bello director, introdujo su lengua en la boca del menor sin esperar a que este le diera permiso y, mientras lo entretenía con ello, de forma lenta fue introduciendo su miembro en la estrecha entrada.

 

-Ahh… muévete—a Kaien no le importaba si todavía no se había acostumbrado a la invasión quería sentir al mayor moverse en su interior. En estos momentos es cuando una nueva y desvergonzada faceta dominaba completamente el cuerpo de Kaien Cross. El pelinegro no espero más y comenzó con penetraciones lentas, torturando a su pareja pero poco a poco iba aumentando el ritmo hasta que se volvió en una rítmica danza, una donde su amor se profesaba con más intensidad que con cualquier otra cosa.

 

-¡¡Ahh!!—llegaron al clímax, ambos deseaban que ese momento durara por mucho más tiempo, con un tiempo similar al de otras ocasiones, sin embargo no había tiempo, lamentablemente había aparecido un nuevo enemigo… bueno, posiblemente antiguo pero al fin y al cabo uno que no se esperaban, por lo mismo era algo nuevo y que esperaban no fuera a mayores, lo que menos querían era convertirse en cazadores de otra especie. Sus habilidades simplemente servían contra los vampiros, los lobos eran otra cosa, un hueso mucho más duro de roer.

 

-Me tengo que ir—dijo Yagari desganado mientras se acomodaba sus ropas, al contrario de Kaien que tenía que volver a vestirse. Le dio un beso corto en los labios y salió del despacho, Kaien deseaba detenerlo, temía por su bienestar pero no podía hacer tal cosa. Si Kaito tenía razón entonces significaba que podrían tener un mayor problema que la simple aparición de una especie sobrenatural atacando a los humanos, tendrían una guerra entre dos poderosas y antiguas especies que se odian a muerte. Y que harán lo posible para destruirse entre sí.

 

-Debo hablar con Zero y Kaname-kun—la mirada seria que en sus ojos surcaba era por un solo motivo, el bienestar de Yagari, ese cazador cual comportamiento frívolo con los demás era muy conocido pero con él se comportaba de manera tierna y cálida; jamás había pensado en que se volvería a enamorar y, al contrario de la otra vez, en esta ocasión era más que correspondido.

 

 

Notas finales:

Espero sea de su agrado nwn y sino ya saben que pueden decirmelo abiertamente, yo recibo cualquier critica, pero eo si, que sea justificada y constructica ^^

Si son amenazas de muerte... D: mi jura que siempre se esmera en actualizar.

Si son advertencias... TTwTT mi hace lo que puede.

Si son felicitaciones... se agradece infinitamente nwn

Y si son las tres juntas... ps me aelgrodeprimoasusto XD

 

byebye

 

buen fin de seamana nwn


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