-Te habrás dado cuenta… que no soy un lobo normal en muchos sentidos, vine de muy lejos buscando tu ayuda…— antes de seguir con lo que deseaba contarle al muchacho se oyó un fuerte sonido, el rugir de un estómago hambriento, la loba puso una de sus patas frente a su hocico dando a entender que estaba muy apenada, el cazador sonrió amablemente mientras le acercaba la comida y el agua.
-Cuéntame después… por el momento come y descansa… vendré a verte mañana- el anochecer estaba llegando poco a poco. Por el momento el joven no tenía que hacer guardias nocturnas gracias a que no había clase en la noche, aunque pronto lo habría.
-Gracias— fue lo que dijo la loba antes de comenzar a comer con gran avidez, tenía días sin probar bocado.
La noche paso lenta para el cazador, que pensaba una y otra vez en el misterio de la loba parlante. No tenía lógica pero tampoco era algo imposible, es decir, si existían vampiros ¿Por qué no podrían existir enormes lobos que hablan? (Para mí sí sería ilógico ¬w¬). No podía esperar hasta mañana para platicar con la loba. Tenía muchas preguntas que hacerle, entre ellas estaba por qué le necesitaba, su curiosidad despertó con tan solo recordar eso, pero se abstenía de ir a molestarla a estas altas horas de la noche, se notaba que la criatura estaba muy hambrienta y cansada, lo mejor sería esperar hasta mañana como le había dicho hace unas horas. Después, sin saber cómo, se quedó profundamente dormido.
El despertador empezó a sonar con fuerza, Zero estiro su brazo para poder apagar el molesto aparato, deseaba dormir un poco más sin embargo al no alcanzar el despertador, con desgana se levantó de su cama y lo apago con fuerza. Eran las siete de la mañana y era día de clase así que quisiera o no tenía que levantarse para tomar sus lecciones. Se puso su uniforme dejando, en el pequeño mueble donde el despertador se hallaba, su banda que lo identificaba antes como “prefecto” o “guardián”. Sabía que no había mucho para desayunar así que solo comió unas rebanadas de pan tostado con un vaso de leche y dirigió hacia su salón de clases. Cuando estas acabaran iría a ver como se encontraba el ser lobuno.
-Kiryuu-kun… el director te llama— no le estaba poniendo mucha atención a la clase, así que no pudo evitar respingar cuando le hablaron desde la puerta. Con desgana se levantó y salió del aula, por alguna razón ya sabía para que lo llamaría su “padre”, era referente a los nuevos alumnos de la clase nocturna. Seres inusuales entre los vampiros, ya que vivían su propio mundo libre de las reglas del consejo, en cierta forma, eso le causaba curiosidad al peli plateado (todo le está causando curiosidad XD). Cuando llego a la dirección, toco y luego entro.
-¿Qué pasa?— el chico deseaba ir al grano, pero no pudo preguntar más, ya que frente a él estaba un joven de cabellos negros, ojos dorados como el de los grandes felinos, tez nívea, vestido de una camisa blanca con los dos primeros botones abiertos y unos jeans negros. Si no fuera por el tono de piel, del cabello y de los ojos (en pocas palabras todos los rasgos físicos) podría asegurar que se trataba de Kuran Kaname, o en cierta forma ya que este vampiro mostraba una expresión más juvenil. La esencia era muy distinta, Kuran era un chico serio que mostraba mucha frialdad, una pose arrogante; mas sin en cambio el chico que tenía frente a él se veía amigable, emanaba seguridad, amabilidad y confianza. Incluso su forma de vestir era muy distinta a la de los vampiros de la ciudad, los de él eran como el de cualquier adolescente mientras que los de Kaname siempre eran de un aspecto elegante.
-Kiryuu-kun te presento a Yozora Kamui-kun — el director estaba más serio de lo normal. Tal vez deseaba dejar una buena impresión ante este vampiro.
-Gusto en conocerte… como dijo el director, me llamo Yozora Kamui— dijo el pelinegro elevando su mano para estrechar la del cazador; este, no sabiendo el porqué, recibió el saludo. Sus manos se estrecharon y al mismo tiempo pudieron ver borrosas imágenes en sus mentes… una luna llena, una pradera protegía por enormes montañas rocosas, una manada de enormes lobos con ojos centellantes y en sus lomos había seres del tamaño de personas con resplandecientes ojos rojos y pequeños, pero blanquecinos, colmillos. Zero retiro su mano lentamente, desconcertado por lo visto, alzo la mirada para ver al vampiro y este mostraba la misma incredulidad.
-Sera un gusto que estés en la academia, me llamo Kiryuu Zero, cazador de vampiros… me puedes llamar Zero… si gustas— un vampiro inusual, era un Sangre Pura fuera de lo común. El joven cazador, a consecuencia de estas imágenes, tenía mucha más curiosidad por conocer a los nuevos vampiros que ha de proteger dentro de los territorios de la academia. El chico le atraía de alguna forma, no sabía por qué pero este vampiro nivel A no era como los otros que había conocido.
-Tú me puedes llamar Kamui… espero seamos buenos amigos— volvieron a estrecharse la mano pero esta vez nada sucedió. El director veía todo con total sorpresa impregnada en su rostro, su quijada estaba más que abierta y sus ojos totalmente blancos; ZERO SE HABÍA HECHO AMIGO DE UN VAMPIRO EN TIEMPO RECORD Y NO CUALQUIER VAMPIRO… ERA UN SANGRE PURA.
******************************
En los establos, la loba estaba durmiendo plácidamente, pero algo interrumpió su sueño, una especie de corriente eléctrica que recorría cada nervio de su cuerpo, eso le daba a entender que “él” ya había llegado y que el primer contacto se había hecho. Todo estaba pasando algo fuera de sus planes pero no alteraba en nada. El cazador sabría muchas cosas esa misma tarde y, si el gemelo de este no se había equivocado, entonces Hikari podía confiar completamente en él. El clan nuevo, que llegaría a territorios de la academia, podía traer paz pero al mismo tiempo problemas al joven cazador… además de que si aceptaba la petición que le iba a hacer, significaría que tendrá una enorme responsabilidad que cargar en sus hombros, pero era una responsabilidad que solo el último miembro de la familia Kiryuu podía cargar.
-Aunque me cueste la vida… de ahora en adelante seré como tu perro guardián— la chica volvió a posar su cabeza en sus patas delanteras para seguir durmiendo. La tarde estaba llegando más rápido de lo que esperaba o al menos eso parecía, lo único que podía hacer ahora era esperar a que el cazador terminara su reunión con el vampiro Kamui… líder del clan vampírico Yozora, el cual vivía armoniosamente con los pocos que quedaban de su especie.
Zero salió de la dirección para dejar hablando al director y al nuevo vampiro acerca de los papeleos. Él tenía algo que hacer con cierta loba, así que apresuro su paso para llegar al establo, aunque en el trascurso del camino no pudo evitar pensar en lo que había pasado cuando estrecho la mano con Kamui. Las imágenes eran atrayentes y, de alguna forma, nostálgicas. Al llegar a la entrada del pequeño establo pudo ver que como su visitante se encontraba durmiendo con tranquilidad; sin el valor suficiente para despertarla se sentó en el montón de paja más cercano y espero.
-¿Desde a qué hora estás aquí?— la loba despertó de forma lenta, cerca de ella se encontraba Zero, ahora, recostado en la paja.
-Desde hace una media hora— contesto el joven con tranquilidad, se había acostumbrado rápidamente al hecho de que Hikari era una loba con la capacidad de hablar. El chico incorporo la mitad de su cuerpo para ver los ojos de la loba; porque no decir que eran hermosos, dos piezas de hielo finamente tallado, el color ayudaba mucho para relucir fuera de ese pelaje de hermoso y suave color.
-Me hubieras despertado— reclamo la loba seria.
-No pude… se veía que estabas disfrutando de tu siesta— defendió el chico. La riña era algo “amistosa”.
-Eso no importaba… cuando llegaste tenías que despertarme— insistió.
-De acuerdo lo hare a la próxima… ahora dime, Hikari… ¿Quién eres? ¿Qué haces aquí? Y… ¿Para qué me buscas?
-Te reirás… me llamo Yami (tinieblas, oscuridad) Hikari (luz)… soy perteneciente a una manda de licántropos ubicada en las montañas lejos de esta ciudad; somos los guardianes de un clan vampírico, un clan que justamente vendrá a tu academia… bueno solo los más jóvenes vendrán…
-Espera, espera… ¿tú conoces a ese tal Kamui y su séquito?— las sorpresas no acabarían ese día, al parecer de cierto peli plata.
-Así es… pero Kamui-sama no sabe casi nada… su clan junto con mi manada han convivido desde hace más de tres siglos; a pesar de ser un clan fuerte no les gusta mucho pelear, lo consideran innecesario y por lo mismo pueden convivir con los de nuestra especie sin ningún problema… los licántropos estamos prácticamente extintos de este mundo, en estas tierras* solo se conocen a dos grandes manadas… la nuestra es más la pequeña; vine aquí para pedir tu ayuda…
“El líder de la otra manada desea la muerte de Kamui-sama ya que no cree que sea digno de nosotros ser aliados del que fuese un enemigo natural desde la antigüedad… los vampiros, específicamente los del consejo de vampiros, mandaron a dar caza a todo licántropo existente ya fuera Sangre Pura o los que fueron mordidos… ese es el motivo del rencor de Karasu hacia los vampiros y cree que Kamui-sama es como los demás… pero se equivoca, a mí me consta que no… él, junto con el resto de su clan, desea la paz entre todas las razas: vampiros, licántropos y humanos… pero Karasu no lo comprende y desea matarlo junto con los demás jóvenes vampiros que vendrán a la academia… me enviaron a mí para pedir tu ayuda… necesitamos que tú les protejas…— Hikari desde el inicio del relato observaba a Zero, el cual no decía nada ante la narración de la “loba”.
-¿Licántropos? ¿También hay sangres pura en los licántropos?—solo se centró en esa pregunta, lo demás prácticamente fue ignorado momentáneamente; el cazador tenía los ojos abiertos, llenos de sorpresa. Se notaba que se estaba relacionando con varios personajes de Sangre Pura. Primero fue la vampiresa que el quito a su familia, después el clan Kuran, luego el Yozora y ahora su visitante le decía que ellos también poseían la casta Sangre Pura. Todo lo puro parecía estarle rodeando.
-Así es… nosotros los Sangre Pura podemos dominar a la perfección nuestra transformación aunque no haya luna llena… los que son mordidos por nosotros tiene tres opciones: 1) transformarse en un lobo completamente sin esperanzas de regresar a la normalidad; 2) actuar como lobo aun en forma humana o 3) transformarse en mitad lobo con la luz de la luna llena y recobrar su estado humano en el día— explico Hikari.
-Interesante, pero ¿Por qué yo? ¿Por qué tengo que ayudar a el nuevo clan vampírico que vendrá a la academia?— quería preguntar muchas cosas, pero esta era la más importante para él.
-Conocimos a tu hermano… Kiryuu Ichiru, era un humano que por un tiempo se perdió en nuestros bosques, así que en vez de comerlo (¿¿WFT??) le ayudamos a su supervivencia mientras encontraba a la vampiresa que estaba buscando con mucho afán… con el paso de los días nos enteramos de su historia, de lo que había hecho y como planeaba remediarlo; nosotros también le contamos nuestra historia… como nos aliamos con el clan Yozora, el cómo les protegemos en el día y, en raras ocasiones, en la noche… también le contamos lo que Karasu tenía en mente, le dijimos acerca del plan de este para matar a Kamui-sama… entonces él nos dijo que tu podías ayudarnos, que eras un cazador pero que eras muy fuerte y que si enviábamos a Kamui-sama a este lugar podíamos mantenerlo a salvo por mucho tiempo mientras las cosas se relajaban.
“A mi hermano, líder de la manada, le pareció una excelente idea, pero temiendo que en vez de proteger a Kamui-sama lo fueras a matar dudamos en aceptar la propuesta… Ichiru nos dijo que pronto se reuniría contigo y explicaría las cosas y que si aceptabas darle protección al líder del clan Yozora, el vendría a avisarnos; agradeciendo su buena voluntad le dijimos que a cambio de la protección que tú le dieras a Kamui-sama nosotros te protegeríamos a ti, él dijo que era un trato justo… pasaron días y meses, pero Ichiru no aparecía, estábamos perdiendo las esperanzas, cuando de repente un día llego y nos dijo que habías aceptado… aunque nosotros teníamos que explicarte la situación ya que el omitió prácticamente todos los detalles. Pero también nos advirtió que todavía no era prudente enviar a nuestros amigos puesto que había otro líder Sangre Pura en la academia, uno muy fuerte perteneciente al clan Kuran y que pronto se desataría una batalla… recuerdo que estaba triste porque la vampiresa con la que había estado ahora ya estaba muerta.
“Nuevamente nos pidió paciencia, anunciándonos que cuando oyéramos caer un cascabel seria el momento adecuado para planear la transición del clan Yozora a la academia… a Ichiru se le veían claramente las sinceras intenciones de ayudarnos, por eso confiamos en el… creo que también el deseo de intentar redimir algo del daño que te había causado logro que no se diera por vencido fácilmente y pusiera el empeño suficiente para ayudarnos con nuestro plan; uno de los nuestros seguía los pasos de Ichiru con mucha cautela, esperando el oír del caer del cascabel… para dolor de todos los de la manada y del clan Yozora, la caída del cascabel también represento el fin de la vida de Ichiru; te puedo jurar que todos lamentamos la muerte de tu hermano e hicimos ofrendas en su honor para que descanse en paz. Después de ello, nos dedicamos a planear la forma más segura de enviar a los jóvenes vampiros a la academia… pero antes de hacer algún movimiento por nuestra parte…
“Karasu ataco la aldea, licántropos y vampiros nos vimos forzados a pelear… pero en batalla perdimos a nuestro líder… mi hermano murió; pero antes de que su corazón dejara de latir nombro al nuevo líder de la manada…”— Hikari no dijo más, Zero estaba atento cual niño entretenido con una fabulosa historia, espero a que la loba siguiera, que contara la continuación pero al no hacerlo se animó a preguntar.
-¿Quién es el nuevo líder?
-Mi hermano… te nombro a ti como líder de la manda… desde que el murió, la manada de licántropos que vive en armonía con el clan Yozora te pertenece— anuncio la chica. Zero se quedó prácticamente sin habla, un mutismo sepulcral abarco todo el establo, se oía el soplar del viento, nada más.
-¿¿¿¿¿¿Qué…QUE YO QUEEEEEEEEEE??????!!!!!— los caballos se alteraron, se levantaron en dos patas y comenzaron a relinchar estrepitosamente. Zero no era un chico de muchas expresiones faciales, pero en esta ocasión, no pudo evitar abrir con desmesura su quijada, para luego abrirla y cerrarla cual pez fuera del agua y sus ojos como platos observaban con total ingenuidad a Hikari, quien por el grito se había parado y ahora una gran gota le resbalaba por detrás de la cabeza.