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Deseo por Mirelle

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Notas del fanfic:

Los personajes no me pertenecen.

Notas del capitulo:

Esta vez no sé si puede ser Narusasu o Sasunaru así que ustedes deciden.

Se me ocurió la historia al caerse mi propia pulsera y no recordar lo que había deseado XD (aunque ni lo recuerdo ni me he encontrado a un naru)

-Buenas días, alumnos. – saludó el profesor Iruka entrando por la puerta.

 

 

 

Sasuke se sentó en su sitio, en silencio. Un nuevo curso empezaba y no tenía ninguna expectativa de futuro. Creía que el curso sería como el anterior, aburrido y lleno de rutina. Que él volvería a ser el mejor de la clase pero que nadie le felicitaría. Que sus padres le observarían como siempre con ojos fríos, comparándole con su hermano mayor. Sasuke sentía asco solo de pensarlo.

 

 

 

-Hoy tenemos a un nuevo alumno en clase. – alegó. Sasuke ni siquiera se molestó en levantar la cabeza para observarle. Sabía perfectamente que nada cambiaría en su vida así que… ¿Para qué molestarse? – Su nombre es Uzumaki Naruto, espero que le tratéis como merece.

 

 

 

Un chico rubio con los ojos azules entró en clase con una sonrisa. Se veía desde lejos lo nervioso que estaba. Observó a toda la clase rápidamente y centró su mirada en Sasuke, el único que no le observaba. Naruto lo observó porqué la seriedad del moreno le tranquilizaba a él mismo.

 

 

 

-Bienvenido Naruto. – gritó la clase. Sasuke lo susurró por lo bajo. Luego, elevó la mirada y sus ojos se toparon con los azules, que le observaban. El tiempo pareció ir más despacio. Sasuke no pudo despegar la vista de ese chico nuevo. Naruto no pudo dejar de mirar al atractivo moreno que le observaba. El moreno solo apartó su vista cuando notó que la pulsera que siempre llevaba encima fuertemente atada se acababa de caer.

 

 

 

Atónito, la recogió del suelo y la observó desde la palma de su mano.

 

 

 

-¡Sasuke, feliz cumpleaños! – era su madre, la única que le quería en esa casa. – Espero que te guste mucho el regalo, observa. – Y le cogió de la muñeca y le puso la pulsera negra y roja, atándola con un nudo. – Es una pulsera de los deseos. Pide uno y cuando la pulsera se caiga, querrá decir que el deseo está cumplido.

 

 

 

-Siéntate donde puedas, Naruto. – La voz de Iruka le sacó de sus pensamientos. Cuando alzó la vista, ya no había ningún rubio observándole. De hecho, no había nadie al lado de Iruka. Antes de encontrarle, Naruto apoyó su mano en el hombro de Sasuke, sorprendiéndole.

 

 

 

-¿Puedo sentarme a tú lado? – preguntó con una sonrisa, depositando la mochila en la silla. Sasuke sólo observó hacia otro lado, murmurando un muy difícil de entender “sí”. El rubio se sentó con una sonrisa y empezó a sacar un estuche, la agenda y las libretas. – Encantado. Tú ya sabes como me llamo… ¿Puedo saber yo tu nombre?

 

 

 

-Sasuke.

 

 

 

-Vaya, veo que eres poco hablador… Pues a mí me encanta charlar. En la anterior escuela, cuando… - Sasuke no le escuchaba. Estaba ocupado intentando recordar cuál era el deseo que le había pedido a la dichosa pulsera. Había sido hacía muchísimos años y era normal que no viniese a su mente el deseo, pero igualmente tenía curiosidad. Cuando su madre se la puso… ¿Qué hizo él? Cerró los ojos y… - Entonces, esta chica de la que te hablo me dijo que hablaba demasiado y que por eso no me soportaba y yo… - ¡Maldición! El maldito nuevo no le dejaba pensar…

 

 

 

-¿Podrías callarte durante un rato, por favor? – preguntó el moreno con toda la educación de la que fue capaz. Naruto sonrió encantado.

 

 

 

-¡Eso mismo me dijo! Y luego, cuando yo le estaba…

 

 

 

-Por Dios… ¿Qué he hecho para merecer esto? – murmuró Sasuke mientras se ponía la libreta sobre la cabeza, tapándose los oídos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Las clases habían acabado para milagro de Sasuke y desgracia de Naruto. Desde que le había visto, se había sentido atraído por el moreno y de hecho había estado todo el día pegado a él. Ahora, que llegaba el momento de despedirse hacia el próximo día, Naruto se sentía triste.

 

 

 

-Bueno, supongo que esto es un “hasta mañana”… - susurró el rubio deteniendo su paso en la puerta del instituto para hablar con Sasuke.

 

 

 

-Sí, exacto. – gruñó, pensando aún en el deseo.

 

 

 

-Oye, Sasuke, ¿Dónde vives? ¿Cerca de mi casa? ¿Podemos ir juntos?

 

 

 

-No, Naruto, no lo creo. – alegó. Estaba seguro de que los momentos de soledad hasta su casa podrían bastarle para pensar en el deseo y acordarse, pero si no tenía soledad en esos momentos, no le servían de nada. – Hasta mañana. No te preocupes que es poco tiempo.

 

 

 

-¿¡Poco tiempo!? – gritó el rubio. - ¡Quince horas! ¡Serás quince malditas horas sin vernos, Sasuke! – ante lo último, el rubio se sonrojó. – Digo que… espero verte mañana… Por qué vendrás, ¿verdad? Por favor, acude mañana al colegio…

 

 

 

-Claro que vendré, no es como si estuviésemos hablando de ir de fiesta o algo… el colegio es obligatorio. – A Naruto se le acababan de iluminar los ojos.

 

 

 

-¡Eso es, Sasuke! ¡Quedemos para ir de fiesta hoy, así el tiempo será menos!

 

 

 

-¡No!

 

 

 

-¡Por favor!

 

 

 

-¡Qué pesado! ¿Por qué insistes tanto en que esté a tu lado? – Naruto se sonrojó por un instante y bajó la mirada. Luego, arrastró a Sasuke hacia un rincón y miró si alguien les observaba. Nadie.

 

 

 

-Por qué desde el primer momento… - susurró. Entonces, cogió las manos de Sasuke y las sujetó con las suyas propias contra la pared. Antes de que el moreno pudiese quejarse, Naruto metió su lengua en la boca del otro chico mientras jugaba con sus labios. Le besó. Los labios de ambos empezaron a moverse a la vez y el beso pareció interminable. A Sasuke se le acababa el aire – no había estado preparado – y Naruto tuvo que separarse para dejarlo respirar.

 

 

 

-Qué…

 

 

 

-Que te quiero. – murmuró con una sonrisa el rubio. Sasuke sonrió y abrazó a Naruto, besándole con pasión y fuerza. Un amor que no conocían les unía a ambos de forma increíble.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Esa noche, cuando Sasuke se fue a dormir, pensó en el momento tan bonito que acababa de vivir con Naruto. Un beso tan maravilloso no lo olvidaría jamás. Se tapó con la manta y se acarició los labios. Entonces, repentinamente, se acordó de la maldita pulsera negra y roja. Se levantó rápidamente y la fue a coger.

 

 

 

Sonrió y se volvió a dormir, tranquilo.

 

 

 

-Muy bien. Pues entonces deseo encontrar a una persona que me ame de verdad, no como papá o mamá o Itachi…

 

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

Bueno, pues hasta aquí. Es corto, lo reconozco, pero no creo que le falte ni le sobre nada.

¿Qué opinan ustedes?


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