Era un día soleado. Las plantas se movían con la armonía del viento mientras que por primera vez en su ida, Naruto, se leía un libro. Hay que ser sinceros, leía un manga. Naruto estaba motivado a leer los once tomos en un solo día de aquella magnifica historia de ninjas, sin embargo, dejar de hacer sus tareas (como si lo hiciera xD) lo meterían en problemas. Acurrucado bajo el gran árbol Naruto pasaba las páginas, soñando con vivir una gran aventura en su corta vida. Tal vez por ese pensamiento que cuando vio a un conejo vestido de modo ¿salvaje? Y un reloj de bolsillo no lo pensó dos veces y lo empezó a perseguir.
-Llego tarde para la boda real, llego tarde para la boda real- se repetía en conejo mientras brincaba rápidamente por el bosque.
Naruto trataba de seguir el compas del caminar del conejo, sin embargo, trataba de ocultarse entre el bosque, temía ser descubierto por el conejo parlanchín. El conejo repetía la misma frase una y otra ves, asimismo, se adentraba cada vez más en el bosque. Naruto no temía perderse, el bosque era su hogar, aun así, esas plantas por donde se escondía no le parecían conocidas. De pronto el conejo desapareció. Así de la nada, se esfumo en el aire. Naruto se quedo parado un buen rato entre unos arbustos de hojas celestes. ¿Celestes? ¿Desde cuando las plantas eran celestes? –pensó Naruto.
De pronto, una melodía casi inexistente y movida se propago por el lugar. Naruto camino hasta donde había desaparecido el conejo, mas no encontró rastros de su desaparición. De pronto se le ocurrió buscar de donde provenía la música, dirigiéndose, así, hasta un gran árbol de color plata.
-¿Es que estamos en otoño para que las plantas cambien color? Esto es……AH!! –El pensamiento de Naruto se vio interrumpido al resbalarse por un gran agujero, que, al parecer, había sido tapado por las hojas.
Mientras que caía por el hueco, Naruto empezó a escuchar aquella melodía cada vez más fuerte. Sus ojos se maravillaron con todos los platos de rameen de diferentes tipos que, al parecer, flotaban en el aire. De pronto sintió como sus pies tropezaban con un bulto y empezó a rodar cuesta abajo. Con otro golpe suave, se detuvo todo movimiento de su cuerpo y se paro rápidamente.
-Pero como se me enredo mi cabello y se ensucio mi ropa por la caía. Kamisama realmente debe odiar…me- Naruto había empezado a sacudirse su larga cabellera, ¿Larga? Naruto casi suelta un grito de terror al notar que su cabellera dorada estaba sujeta en dos coletas de conejo largas. Y para peor, se encontraba totalmente perdido. Naruto deseaba golpear a alguien.
Naruto trato de ocultar su miedo y empezó a observar el cuarto. No había señal de ningún agujero en el techo, ninguna caída en picada y mucho menos de otra persona. Solo había en el cuarto una mesa con un tazón de rameen y una botella de leche. Naruto tenía hambre, pues salió de su casa sin haber cenado. Primero se dirigió a la puertecita en el lado oeste de la habitación. No consiguió abrirla bajo ninguna circunstancia. Se tomo su tiempo tratando de rompértela, aun así, la puerta permanecía estática. Más Naruto escucho música tras esa puerta, así que pensó que alguien de allí lo podía ayudar.
Su estomago gruño y sus rodillas estaban cansadas. Naruto se paro y se sentó en una silla al lado de mesa. Ambas comidas tenían dos etiquetas a su lada. Naruto cogió la leche y ley que decía BEBEME. Naruto, lleno de curiosidad, destapo la leche y el bebido, dejando apenas unas gotas. –Que agria sabía esa leche, apuesto a que se paso de fecha- gruño Naruto al sentir el sabor amargo de aquella bebida. De pronto Naruto se empezó a encoger quedándose apenas en 25 cm de largo. Naruto se asusto de momento, sin embargo, corrió rápidamente hacia la puertecita, tratando de entrar. Su tamaño era ideal para pasar por la puertecita, que ahora le parecía demasiado grande, y para su mal, estaba cerrada con llave. Naruto miro como una llave de plata estaba tendida sobre la mesa.
Naruto intento con mucho esfuerzo escalar la escalare. Y gracias a su entrenamiento especial en escalar arboles, lo logro. Al llegar a la mesa intento coger la llave, pero esta era muy pesada para el. Y Naruto note que en la nota del rameen decía cómeme. Naruto no perdía nada probando un poco de rameen, así que tomo con su mano (que falta de higiene de parte de Naruto T.T) un poco de la fría sustancia del rameen. Al principio no sintió nada, mas su cuerpo empezó a crecer repetidamente devolviéndolo a su estado natural. Naruto cogió la llave y pensó en tomar lo restante de la leche. Sin embargo, su crecimiento seguía no paraba. Naruto, asustado, empezó a patear las paredes, abriendo de pronto una alcantarilla por donde empezó a salir grandes cantidades de agua.
Naruto se empezó a asustar al notar que el agua llegaba a su rodilla. Empezó a buscar una puerta por donde salir, mas nada. De pronto, en una pequeña balsa entraba el conejo salvaje mirando su reloj. De pronto, flotando a la deriva, Naruto noto un hermoso anillo de color escarlata. Sabía que no debía preocuparse por eso en aquellos momentos, pero tal vez podría venderlo y sacar algo. Naruto cogió el anillo y se lo puso en el dedo. De pronto se empezó a encoger nuevamente. Asustado y alivia, se quito el anillo para encontrarse con un nuevo problema. Al parecer tenía que nadar contra este mar de alcantarilla y no contaba con nada a mano para poder navegar.
Uso el anillo como un flotador, pero al parecer el anillo también disminuyo de tamaño. Usando con su último aliento Naruto pudo divisar a un ratón nadando. A el le sonada lógico en ese momento colgarse del ratón hasta conseguir tierra firme. Mas no fue necesario ya que el ratón le ofreció ayuda. Naruto estaba al principio sorprendido, pero que mas le daba, al parecer estaba en otoño y en otoño pasaban las cosas raras.
-Podre llevarte a l orilla mi querida damisela. Y cierto, ¿Cómo os llamáis?- pregunto el ratón cargando a Naruto en su espalda.
-Me llamo Naruto, ¿y tú, pequeño ratón? –pregunto Naruto intentando guardar el anillo en entre sus vestimentas.
-Me llamo Sai, un placer salvarte Naruto. Un nombre muy peculiar para una mujer. Si fueras hombre ya te hubiera tratado de conquistar- dijo Sai con un tono casi seductor.
Naruto pensó para sus adentro- es mejor no decirle que soy chico- Así mismo, vio como el mar de agua se convirtió en un rio y miro la orilla no muy lejana.