Para Bartz, Squall siempre tenía una expresión estoica: los ojos con apariencia fría, su boca nunca mostraba una sonrisa y el colmo era que al "león" le gustaba estar solo. Sabía que no lo hacía a propósito, él estaba acostumbrado a la soledad y a sólo confiar en sí mismo (aunque Cosmos le había dicho a Bartz que Squall contaba con una tropilla bastante animada en el mundo de donde venía). Simplemente no entendía el motivo de su cara siempre seria. Lo único que quería de Squall, aparte de su preciado amuleto, era una sonrisa sincera y cálida. Y con el clásico carácter que forma parte de la personalidad de nuestro castaño aventurero, fue en busca de sus amigos para intentar lograr su objetivo.
**********En Sanctuary reunido con los demás guerreros de Cosmos, excepto Squall por obvias razones**********
-¿Por qué creen que Squall nunca sonríe?- preguntó Bartz de repente, con una cara pensativa.
-Humm, tal vez porque su pasado sea triste o algo parecido- se animó a decir Terra, al ver que sus compañeros también se habían puesto a pensar en eso, menos Cloud quien estaba pensando en sólo Shiva sabe que.
-Tal vez sólo porque está amargado- soltó Tidus, quien como sabemos, no suele pensar mucho en las consecuencias que traen sus actos.
-O porque necesita una buena mujer a su lado- Zidane siempre con sus comentarios pícaros. Sin saber porqué al chico chocobo le enojó un poco la respuesta de su compañero, por lo que fingió no haberlo escuchado.
-La única mujer por la que debe preocuparse es Cosmos- WoL dijo con su semblante serio y su voz igualmente seria, sacando la inconfundible fijación que tenía por su Diosa, aunque tal vez sólo se preocupaba por su bienestar.
-Yo pensaba que él ya tenía una chica a su lado, pero que ella esté en su mundo- dijo Luneth con una pose que pretendía ser cool.
-Y tal vez la extrañe- mencionó dulcemente Cecil, consciente de lo que se sentía.
-Pero eso no sería razón suficiente para no sonreír- dijo Firion, uniéndose a la conversación.
-Firion tiene razón, debe de existir alguna otra causa para que Squally no sonría- dijo Bartz, extrañado de que una esperanza se apoderara de él.
-Tal vez simplemente no le interese- añadió Cloud, sorprendiendo a los presentes al unirse a la conversación.
-¿Por qué no sólo vas y lo averiguas?- preguntó Luneth con una sonrisa. Firion secundó la sugerencia del chico, y a ellos se unieron Cecil, Tidus, Terra, Zidane y extrañamente WoL y Cloud, quienes no sonrieron pero se acercaron a colocarle una mano en cada hombro.
-Tienen razón. Gracias- Bartz les sonrió y fue corriendo hacia donde creía se encontraba Squall. No tardó mucho en encontrarlo, después de todo casi siempre estaba en el Rift cuando no había amenazas de manikins, entrenando o sólo descansando, mirando el azul cielo y los fragmentos de mundos que ahí aparecían.
-¡Hey, Squall!- llamó el castaño para atraer su atención.
-¿Hm, qué pasa?- contestó el chico de la cicatriz. Vio como se acercaba el aventurero, con esa expresión que lo caracterizaba, y lo que hacía a Squall quererlo más allá de una simple amistad, cosa que mantenía en secreto por supuesto, no quería que se enteraran y se burlaran de él, aunque si lo hacían terminaría golpeándolos y dándoles una lección. Como sea, estaba desviándose del tema.
-Yo... Quería preguntarte algo- Bartz mostró un semblante avergonzado.
-¿De qué se trata?- Squall estaba comenzando a sospechar de alguna broma o algo por el estilo al que tenían acostumbrado Zidane y el chico chocobo, pero tratándose de él no importaba.
-Bien, yo quería saber por qué nunca sonríes- soltó Bartz, temiendo herirlo u ofenderlo -No te ofendas, es sólo curiosidad-
-Pues a decir verdad nunca lo había pensado, así que no lo sé- el SeeD se atrevió a responderle, pensando en las consecuencias que esto podría tener.
-Venga Squall desde que te conozco, que no es mucho, sólo te he visto esa cara seria o enojada, quiero que al menos sonrías Squally- suplicó con una cara infantil.
-Bartz, ya te dije que no sé; y es posible que los demás estén preocupados por nosotros, así que vamos con ellos- comenzaba a perder la poca paciencia que tenía, lo cual no era bueno.
-Ellos no están preocupados, saben dónde estamos- contraatacó, cruzándose de brazos.
-Creo que no estarás feliz hasta que te dé una respuesta razonable, ¿verdad? *Aunque no tengo ni idea de lo que pueda ser*- suspiró. Realmente algo malo había hecho para que se le castigara con ese chico que no se rendía por nada... Pero pensándolo bien, también estaba feliz por conocerlo, le producía una sensación placentera tan sólo de tenerle cerca. Ahora tenía que inventarse algo para tratar de explicarle.
-¿Y bien?- preguntó Bartz con un poco de desesperación.
-Creo que es por mi entrenamiento, ya sabes, era estricto y tenías que estar concentrado en el combate y no en sonreír. Es eso o que tal vez, por hechos que no recuerdo muy bien, tenga alguna especie de trauma o conflicto interior respecto a estar solo y no me agrade sonreír- bueno, al menos lo intentó, pero sabía que eso no bastaría para que el aventurero lo dejara en paz con ese tema.
-¡Genial! Al menos no es por una chica, como dijeron Zidane y Cecil, eso me alegra- pensó en voz alta.
-¿Chica?- , oh si, Zidane y Cecil iban a morir de una manera lenta y dolorosa. Así que después de todo, Bartz si traía algo entre manos al preguntarle eso, y también estaba muy sorprendido de que le bastara esa respuesta.
-Ah... Nada ¡Olvídalo!- Bartz le dedicó una sonrisa sincera; cuando se dio cuenta de eso tuvo una idea -Al menos puedes intentarlo. Es sencillo, anda, inténtalo- animó a Squall. Interiormente se sentía avergonzado por lo que acababa de decir, y también descubrió que la molestia que sintió por el comentario del chico mono y la esperanza que surgió por el comentario de Firion se debían sólo a una cosa: Squall le gustaba. *¡Pero si es un chico! Los chicos no se enamoran de otro chico* trató de resignarse a la idea. Quería ver s Squally sonreír y eso era lo único que importaba en ese momento.
-Bueno, creo que podría intentarlo- el SeeD tenía un leve sonrojo apenas perceptible por ver a Bartz sonriéndole de ese modo. *No puedes enamorarte de un chico* trataba de convencerse a sí mismo de que no le estaba pasando eso *Sólo trata de sonreírle* comenzó a curvear las comisuras de sus labios, formando una leve sonrisa. Por su parte, el chico chocobo lo miraba atento, un poco triste pero finalmente lo que él quería estaba a punto de suceder: el siempre serio Squall por fin le mostraría una sonrisa. El cadete alzó la mirada y al toparse con la de Bartz, una sonrisa cálida pareció casi al instante, y su casi imperceptible sonrojo aumento levemente. Estaba sorprendido de haberlo hecho, se sentía bien de poder complacer a su amigo... *Sólo amigos, eh...* pero su sonrisa no duro mucho al pensar en ello. Comenzaba a sentir un dolor en el pecho, decidido a ignorarlo perdió su sonrisa al no lograrlo. Bartz al ver su reacción, preguntó preocupado:
-¿Estás bien Squall?-
-Si no es nada. No te preocupes- estaba mintiendo.
-Squall...-
-No es nada de verdad. Es sólo que no estoy muy acostumbrado a sonreír, tal vez sea por eso- se tranquilizó al ver a Bartz acercarse más a él.
-Pues deberías hacerlo más seguido, no te mataría sonreír de vez en cuando- trató de alegrarle. Después de todo, él quería verlo feliz -Esa sonrisa no cuenta, si me regalas otra, seré feliz ¿sabes?-
-¿No te bastó con una?- le preguntó un poco molesto.
-No-
-Bien, trataré de nuevo- Squall pudo sonreír una segunda vez, sorprendiéndolo más porque salió casi natural y volteó a ver a su compañero. Para su sorpresa, éste lo recompensó con un tierno beso en los labios. Al sentir el contacto, se acercó más y cerró los ojos; pasaron unos cuantos minutos antes de que se separaran para tomar aire, el "león" lo miró sorprendido y preguntó:
-¿Eso por qué fue?-
-Por esforzarte una segunda vez y tratar de hacerme feliz, supongo que te lo merecías. Además, porque no te lo esperabas, y porque me gustas mucho, aunque seas un chico- respondió el castaño aventurero.
-Tú también me gustas mucho- Squall se sonrojó aún más -¿Podemos ser más que amigos, al menos en el tiempo que estemos en éste mundo?-
-¡Claro!- los ojos de Bartz brillaron demostrando su alegría. Levantándose ambos, y caminando juntos a Sanctuary, el león reflexionó sobre eso. Después de ese incidente, pensó que sonreír más seguido en definitiva no lo mataría, y no sería tan malo después de todo si sería besado otra vez por su castaño acompañante.
FIN.