Capítulo 1…
-Nee, sr. Uzumaki… -llamaba la secretaria del lugar y el rubio se levantó y se acercó al escritorio de la mujer. –Pain-sama le recibirá en estos momentos, así que por favor pase adelante- le decía la chica.
-Hai- sonrió alegre el rubito y se adentró en la oficina.
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-Ohayo Pain…- saludaba el rubio entrando a la oficina viendo al pelinaranja sentado tras su escritorio y este le levanta a ver.
-Naruto, ¿cómo estás? Pasa, no te quedes allí, acércate- se levanta de su escritorio y se acerca al rubio que se había acercado hasta los muebles.
-Bien- le sonríe zurronamente. -¿y tú?-
-Bien- dijo frente al rubio y colocó una mano sobre la mejilla del contrario. –ahora que llegaste tú- lleva su mano hasta la nuca del chico y le atrae hasta sí para besarle, un corto beso pero luego de separarse y verse a los ojos se volvieron a besar con intensidad.
Naruto se había aferrado al cuerpo del contrario y este le había rodeado la cintura con sus manos apegándole más hasta si. Pain estaba empezando a introducir su mano por dentro de la camisa del rubio acariciándole la espalda haciendo que Naruto se estremeciera y empezara a gemir un poco, y estos quedaban acallado en el beso, y en lo que ellos estaban enternecidos en su acto, en eso llaman a la puerta haciendo que ambos se separen rápidamente, y mientras Naruto se acomodaba la camisa Pain secaba sus labios un poco.
-Adelante- dijo el peli-naranja.
-Con permiso- decía la secretaria entrando a la oficina. –Pain-sama, acaba de llegar la señorita Konan de relaciones pública Akatsuki y desea hablar con usted para el cuadre de la nueva promoción de la línea de ropa- decía la chica.
-Gracias, hágale pasar a la sala de conferencias y dígale que en un momento le acompañare, ahora puedes retirarte-
-Hai, como usted diga- dio una reverencia y salió de la oficina.
-…Uff…- suspiró Pain pasando sus dedos entre sus cabellos.
-Es ella de nuevo- decía molesto el rubio y el contrario solo le volteó a ver. -¿por qué tiene que ser ella la que venga?- mantenía su cabeza con la mirada al piso.
-Uff… Naruto- se acercó al chico. –ya te lo había dicho antes, ella es la que está encargada de la publicidad de la nueva línea- le agarró la cara por la barbilla para que le levantara a ver.
-Si, pero ella…- en sus ojos se mostraba su inseguridad.
-…Yo te quiero Naruto, así que no lo olvides- le besó la frente y el menor asintió. –y bueno, ¿qué es eso que me tenía que decir tan urgentemente?-
-Ah, eso… ya va…- se alejó un poco del mayor y empezó a buscar algo dentro de su bolso. –hyaa… ¿dónde está?- se preguntaba ya que no lo conseguía y el otro solo le miraba algo impaciente.
-Sabes algo Naruto…- el otro le levantó a ver. -¿por qué no mejor me dices lo que me tengas que decir esta noche cuando nos veamos?-
-…-
-Porque de verdad no quiero hacer esperar a Konan, ya que debe estar ocupada y bueno-
-Pero-
-Vamos, hablamos a la noche- le besó la cabeza y se encaminó a la puerta.
-Pero Pain, yo-
-Hora, hora… sea lo que sea puede esperar hasta la noche ¿no?-
-…-
-…Por favor Naruto, no me pongas esa cara ¿si?-
-…-
-De verdad me tengo que ir, así que por favor, por mí… regálame una sonrisa ¿si?, sabes que me encanta tú sonrisa- le decía ya desde la puerta.
-Uff… hai…- suspiró con resignación y terminó sonriéndole al mayor.
-…Ok…. Bueno, entonces nos vemos esta noche-
-Uh-huh, que te vaya bien- le sonrió y el mayor salió de la oficina y en lo que esto sucedió la sonrisa del rubio se borró y solo quedó mirando el sobre en sus manos. –uff… parece que tú papa está muy ocupado- se dijo por lo bajo acariciando su vientre y luego salió de la oficina.
Esa misma noche.
-Oe Pain, umm… matte… ah…- gemía un poco tratando de detener al mayor de que ya le tenía sobre la cama tratando de quitarle la polera mientras le besaba el cuello y le acariciaba.
-No puedo hacerlo Naruto, de verdad te he necesitado durante toda esta semana- le decía mientras le quitaba la camisa y le volvía a recostar sobre la cama mientras le besaba y mordía el cuello al rubio dejándole su marca.
-Ahh!- gimió un poco más fuerte. -////No, ahora tienes que ser fuerte Naruto//// Ngh…- trataba de contener sus gemidos, pero siempre que el mayor le tocaba perdía completamente la capacidad de ofrecer alguna resistencia. -////No, no, no//// umm… ahh… ////esto no está bien, tengo que decirle primero//// Pain-hay… por favor, primero… umm…- trataba de decir mientras el mayor le besaba el pecho y jugaba con sus tetillas. -….¡¡¡Matte!!!- se quejó de una empujando al mayor para que se alejara de él.
-¿Naruto? ¿qué pasa? ¿acaso no tienes ganas?-
-No, no es eso, es solo que primero tengo que decirte algo- se irguió en la cama.
-¿Es tan importante?- preguntó y el rubio asintió. –uff… ok…- se le quitó de encima y se sentó en la cama. -¿y bien? ¿de qué quieres hablar?- preguntó peinándose los cabellos con su mano.
-Bueno, es de esto- buscó en la mesita de noche al lado de la cama y de esta sacó un sobre blanco. –esto es lo que te quería decir esta mañana- le decía con sus mejillas sonrojadas mientras le pasaba el sobre y el otro lo cogió con un poco de confusión. Lo abrió y leyó el contenido quedando perplejo a lo que leía y Naruto solo se mantenía con las mejillas sonrosadas y con la mirada fijada en la cara del peli-naranja con algo de nerviosismo e ilusión. -¿qué es esto?- le volteó a ver. -¿¡Qué es esto Naruto!?- preguntó serio.
-Pu-pues como verás es la prueba de embarazo que me hice-
-…-
-E… estoy…. Estoy esperando un hijo tuyo Pain- decía con la mirada llena de ilusión. –vamos a ser padres- decía con emoción.
-…Estas de coña ¿no?- el rubio negó con la cabeza. –Naruto, por el amor de dios, dime que es una broma tuya- pedía.
-No Pain, ¿Cómo crees? Yo jamás te mentiría en una cosa así- decía algo confundido por la reacción del contrario.
-…No, no puedo creerlo, debes estar equivocado- se levantó de la cama.
-¿Pain?-
-Esto no puede ser posible, no puede serlo, este hijo no puede ser mío, tú debes estar mal Naruto- le decía.
-Por dios Pain, claro que es tuyo, yo jamás he estado con nadie más, ¿cómo puedes pensar eso si quiera?- preguntaba dolido.
-…Tsk…- le dio la espalda al rubio viendo hacia la pared peinándose los cabellos con la mano.
-… ¿Pain?- se levantó de la cama y se fue acercando al contrario. -¿acaso no querías tener un hijo?- preguntaba ya cerca del otro.
-…-
-Tienes que abortarlo- le dijo por lo bajo.
-¿¡¡Uh!!?- preguntó por si era que había escuchado mal. -¿Qué dijiste?-
-Que tienes que abortarlo- le volteó a ver. –eso es lo que te estoy diciendo- el rubio abrió los ojos a más no poder. –Lo siento, pero yo no quiero a ese hijo-
-….-
-Te lo deje muy claro cuando comenzamos a salir Naruto, yo no quiero ataduras, y si me quieres a mí, esa es la única condición de que estemos juntos, y con eso que llevas en tú vientre, no puedo seguir contigo- el rubio se iba sorprendiendo cada vez más de cómo estaba hablando el mayor, la verdad no podía creerle. –así que si quieres seguir conmigo tienes que abortar a esa cosa-
-……¡¡No es una cosa!!- gritó dolido. -¡¡tampoco es un “eso”!! ¡es nuestro bebe! ¿¡Cómo puedes hablar así de él?- gritaba molesto. -¿acaso piensas que un bebe es algo de lo que puedes desacerté tan fácilmente?- preguntaba casi al borde de la histeria.
-Pues si, te dije que yo no quería hijos, y por eso tienes que abortarlo- decía molesto.
-¡¡¡NO LO PIENSO ABORTAR!!! ¡¡jamás podrías hacer algo así!! ¡es nuestro bebé! ¡el fruto de nuestro amor!- decía al borde de las lágrimas.
-¿Amor?- preguntó crédulo. –aclaremos una cosa acá Naruto, yo nunca te amé, yo solamente seguía contigo porque nuestro cuerpos eran compatibles- allí el rubio si quedó muy dolido y sintió como algo dentro de su pecho se rompía en mil pedazos.
-¿Qué…. Qué es lo que estás diciendo Pain?- preguntó confuso.
-Pues lo que oíste niño, yo nunca te amé, ¿o es que acaso pensabas que yo haría enserio con un crio como tú?-
-….- trataba de contener su llanto.
-Así que, te lo vuelvo a decir de nuevo, aborta a ese niño-
-¡¡Que no lo voy a hacer!!- le gritó con lágrimas desbordándose de sus ojos. -¡¡Es mi hijo!! ¡Y así tú no lo quieras yo voy a tener a este bebe!-
-Hmp…. Pues entonces olvídate de mí, porque yo no pienso hacerme cargo de esa cosa- tomó su camisa y se la puso.
-….-
-Cuando razones bien, búscame- fue lo que le dijo y le dio la espalda y terminó saliendo de la habitación dejando al rubio sola en esta, y luego se escuchó como la puerta de la entrada fue cerrada, y fue cuando Naruto rompió en llanto, la verdad todo había sido más de lo que él podía manejar por si solo y el llanto fue en lo que explotó ese enredo de emociones y sentimientos.
Sentía rabia porque el estúpido ese que tanto amase le dijese cosas tan crueles, tristeza, dolor; se sentía confundido, y sobre todo, se sentía usado, usado como unos de esos juguetes de que luego que te cansas de ellos o se rompen les dejan de lado, su cabeza no daba para más, pero si tenía una cosa en claro, nunca abortaría, aunque eso significara perder lo que el alguna vez considero su amor eterno.
-Tranquilo mi bebe… sniff… yo nunca te abandonaré, yo siempre estaré contigo- se abrazaba el vientre mientras las lágrimas rodaban por sus mejillas. –yo te amaré por los dos, y nunca te voy a dejar… eso te lo prometo- no dejaba de acariciarse el vientre y las lágrimas no dejaban de fluir, lloraría hasta quedar seco, para así ya no llorar más, de ahora en adelante tendría que ser fuerte, muy fuerte para proteger a su hijo de lo que fuese.
Un año después.
-Waaaa…. Rei, por favorrrr… cálmatee- pedía casi al borde de la locura al ver que el pequeño niño no dejaba de llorar en el porta-bebe y el llanto se estaba haciendo algo insoportable. –ya voy Rei, dame un segundo- y el pequeño gritaba cada vez más duro.
Naruto se encontraba en la cocina preparando el tetero del bebe que se encontraba a los pocos metros del rubio en el porta-bebe.
-Por favor Rei, ya no más… los vecinos se van a molestar- pedía mientras terminaba de embasar el tetero y probaba si no estaba muy caliente para al fin coger al bebe en brazos y empezarle a dar el biberón y fue cuando el bebe por fin se cayó y Naruto por fin suspiró aliviado.
Naruto salió de la cocina y caminando por el pasillo llegó hasta la sala, en esta se veían todas las cajas y los muebles todos desordenados y amontonados en una sola esquina dejando a penas el espacio para caminar, y lo único que estaba armado y listo era un corral-cuna de color verde claro y un estampado de osito. Luego que el bebe se tomó el biberón y que le sacaran los gases inmediatamente cayó rendido y fue cuando Naru con mucho cuidado depositó al bebe en el corral y le arropó un poco y se le quedó observando con detenimiento con una linda sonrisa en sus labios, aunque algo nostálgico.
El bebe ya tenía 3 meses y 5 días de nacido, y su cabello que recién salía era de un color rojizo y a pesar de que ya no se podían ver porque el menor estaba dormido, sus ojos eran de un color azul cielo tal y como los de Naru y de piel clara.
Las cosas habían sido difíciles al principio ya que no podía contar con el padre de su hijo y tuvo que dejar el departamento donde vivía ya que había sido un regalo de Pain y desde esa pelea no había querido tener nada de contacto con él, al final de cuentas, tampoco era que al otro le importara mucho, así que estuvo yendo de un lugar a otro para lograr mantenerse y al final tuvo que recurrir a la ayuda de sus abuelos que a pesar de todo le ayudaron incondicionalmente en esos momentos y por eso siempre les estaría agradecido, ya que con esa ayuda y haciendo alguno que otro trabajo desde casa había podido ahorrar lo suficiente para comprarse un departamento en el centro de la ciudad donde recientemente había conseguido un empleo gracias a la ayuda de uno de sus amigos que le hizo la segunda recomendándole y hace poco había empezado a prueba, y la verdad no quería perder el trabajo ya que tenía la comodidad de poder llevar a su bebe debido a que su jefe le había dado el permiso, y se podría decir que ya las cosas se estaban comenzando a encaminar y aunque era padre soltero eso nunca le quitaría la esperanza.
Naruto se había puesto a acomodar y sacar las cosas de las cajas aprovechando que su pequeño se había quedado dormido, aunque sabía que no sería por mucho. No podía quejarse de nada, tenía buenos amigos que desde que se enteraron de su estado le habían ayudado. La mayoría de las cosas del bebe se las habían regalado debido a que era el primer bebe del grupo y la verdad era muy consentido.
Ya había acomodado gran parte de las cosas y la tarde comenzaba a caer y ni muy bien Naruto se había acercado a la cocina a tomar un poco de agua el bebe empezó a chillar de nueva cuenta haciendo que Naruto casi llorase.
-Waaa… Reiii… uhhñ…- se acercó con pesar al corralillo para coger al bebe en brazos. –ya, ya, mi bebe, cálmate- y se lo llevó a la cocina tratando de calmarle, y cuando estuvo en esta, se acercó a la pañalera del bebe y de esta sacó una pequeña compota y para hacer el biberón, la verdad era que ya se había pasado la hora de la comida del bebe, pero entre acomodar aquí y acomodar allá se le había ido el tiempo. –shh… shh… ya mi niño- trataba de calmar al bebe mientras abría la compota.
Luego se sentó y le empezó a dar la compota al bebe, comiendo era la única forma de poderle callar. El pequeño se había terminado comiendo dos compotas de manzana y por fin se había quedado callado con una sonrisita en sus labios haciéndole olvidar a Naruto todo su fastidio y sonreírle al bebe y jugar un poquito con él.
-Ok bebe, ya que te comiste tú compota, ahora si me vas a dejar prepararte el tetero ¿no?- preguntaba mientras se levantaba de la silla y llevaba el bebe al corral, en el cual le metió unos cuantos juguetitos, para que se entretuviera mientras él hacía el tetero para volverle a acostar a dormir y ver si así podría ver qué clase de milagro hacia para armar la pinche cuna.
Naruto preparó con rapidez el biberón y se lo fue a dar al bebe. Se lo dio y le sacó los gases y nuevamente le dejó en el corral ya que el pequeño estaba prácticamente rendido por el sueño, así que con una misión se fue de nuevo al cuarto del bebe y fue a tratar de armar la cuna, pero ni muy bien se había sentado en el piso a ver como coño descifraba esos jeroglíficos llamados instrucciones el bebe empieza a llorar a todo pulmón y Naruto solo suspira con resignación y se levanta del suelo para ir a coger al bebe, pero en lo que se acercó al corralillo notó el olor que emanaba del pañal del bebe, así que tuvo que tomar la pañalera y sacar las cosas para poder cambiar al bebe y la dejó sobre uno de los muebles.
-Hay bebe… venga- le coge en brazos, y el pequeño no dejaba de llorar, obviamente quería un cambio y lo quería ya, pero en eso empezó a sonar con insistencia el timbre y Naruto que ya había acostado al bebe en el mueble para cambiarle tuvo que volverlo a coger en brazos y acercarse a la puerta. –¡Ya voy!- gritó ante el insistente sonidito. –shh… ya Rei, cálmate… shh…- le movía un poco entre sus brazos para lograr calmar al menor, pero este nada que quería hacerle caso. –¿Si? ¿Qué quiere?- preguntó fastidiado importándole muy poco quien estuviera en frente, la verdad se estaba empezando a poner histérico y ansioso ya que el bebe no dejaba de llorar.
-…- se sorprendió un poco al ver al chico frente a él, la verdad es que si no es porque le habló hubieses pensado que era una chica, ya que este andaba vestido con un camisón manga larga, que apenas y dejaba visible el short de jeans que cargaba puesto, que era relativamente corto. –eh… bueno, soy Sasuke, tu vecino de al lado y la verdad…- el bebe pegó un gritó fortísimo.
-Ya, Rei, yaaaa…- pedía tratando de calmar al menor.
-Podrías… hacer… algo…- se destapaba los oídos con uno de sus dedos ya que el bebe prácticamente le estaba gritando en la pata de la oreja. (A/C: ha… pus si el tava así imagínense como estaba Naru hahaha)
-¿Sabe algo? ¿Por qué no mejor pasa?- le pidió. –la verdad tengo que cambiar al bebe y si seguimos así no se va a callar y me voy a volver loco… por favor…- le pedía suplicante y el de cabellos azabache viendo el estado del otro decidió hacerle caso y entrar al departamento, el que vio patas arriba y esto hizo que se preguntara que como siendo tan lindo ese chico tuviera ese lugar en esas condiciones. -…de verdad lo siento por el desastre- dijo mientras cerraba la puerta. –la verdad me mudé hoy en la mañana y entre el bebe y las demás cosas no he logrado avanzar mucho- decía mientras se sentaba en el sillón que ya había preparado con las cosas para el bebe así que le acuesta sobre el protector y le acuesta para sí quitarle el pañal el cual obviamente hizo que Sasuke desviara la mirada y volteara a ver hacia el gran ventanal. –oh… disculpe…- le llama la atención y el azabache le voltea a ver. -¿podría alcanzarme la pañalera?- le preguntó señalando el bolso en el otro mueble.
-Claro- dijo con normalidad y le acercó la pañalera.
-Gracias- le sonrió un poco. –a ver mi bebe, vamos a ponerte un nuevo pañal- le decía con una gran sonrisa al bebe para luego ponerle el pañal al bebe no sin antes colocarle su talco. –listo mi amor, ya estas cambiado- decía terminando de colocarle el pañal y el bebe más que feliz aplaudiendo con sus lindas manitas y con una gran sonrisita en sus labios muy divertido y luego estirando sus brazos queriendo ser cogido por su oto-chan.
-….- Sasuke se había mantenido en silencio observando la escena, la que a pesar de todo se le había hecho muy tierna.
-Uff… bien, ahora a dormir…- decía acomodando al bebe en sus brazos para que este pudiera dormir. –y dígame Sr… ¿Sasuke?-
-Hai-
-¿Qué era lo que quería?- preguntó tratando de dormir al bebe pero este estaba muy inquieto. –Auch! Rei- se quejó un poco una vez que el menor le jaló un poco los cabellos mientras se ponía al hombro del rubio. –dios… parece que no queres dormir, así no voy a poder hacer nada mi amor…- le decía con algo de pesadez al menor.
-…Bueno, este… lo que pasa es que de verdad estaba haciendo unas cosas y venía a pedirle que por el amor de dios, callara a la criatura- fue su clara respuesta.
-Ah… bueno, eso… de verdad discúlpeme por eso- pedía con sus mejillas algo sonrosadas y obvio nerviosismo, ya que apenas se acababa de mudar y ya estaba teniendo problemas con los vecinos. –Trataré de que no vuelva a suceder, así que de verdad disculpe las molestias- pedía.
-Uff… está bien, no se preocupe, entiendo- le calmó.
-Uff… gracias- sonrió amablemente.
-De todas formas, Sasuke Uchiha- le extendió la mano.
-¿Uh?-
-No, usted, yo- rodeó los ojos.
-Ah, claro- sonrió. –Naruto Uzumaki, un gusto conocerle Sasuke-san- le sonríe y trata de darle la mano pero el pequeño se mueve demasiado y eso hace que le dé un susto al rubio y más a tras al azabache ya que casi se cae. -¡¡Rei!! ¿¡Pero que tienes!?- regañó algo molesto, la verdad, tenía que escoger justamente ese día para portarse así.
-Ya, cálmate, no le regañes- le dijo Sasuke.
-Pe… uff… tienes razón…- consintió. –es solo que ando un poco estresado y de verdad que no sé qué es lo que quiere este niño que no deja de moverse- decía más que histérico y esto solo le dio un poco de gracia al contrario
-De seguro y tiene sueño-
-Pero no se quiere quedar dormido ¿vez?- le mostró el bebe y este solo le sonrió al azabache y pedía que le cogiera sorprendiendo en sobremanera a ambos chicos. –uff… ya se que es lo que le pasa-
-¿Qué?-
-Que le caíste muy bien, y a menos que le cojas no se quedará quieto- decía con algo de resignación. –así que por favor… ¿podrías cargarle un ratito para que se quede tranquilo y así se pueda dormir por fin?-
-¿Eh? Pero, yo apenas y te conozco como podría-
-Bueno, dicen que si le caes bien a un bebe no puedes ser una mala persona- le sonrió.
-…-
-Ándale por favor, te lo suplico de verdad se tiene que dormir- le decía mientras el bebe le extendía sus manitas al albino para que le cogiera. -¿Si?-
-…-
-Por favor, te lo suplico- decía ya más que en súplica.
-Uff… ok…- sonrió y cogió al bebe en brazos que muy agustamente se fue a los brazos del azabache.
-Uff… gracias, de verdad te lo agradezco y bueno… ¿te podría pedir otro favorcito?- le preguntó viendo como el azabache jugaba un poco con el bebe.
-¿uh? ¿qué?- le levantó a ver.
-Bueno, lo que pasa es que todavía no he armado la cuna del bebe, pero ya casi está lista –mintió. –y bueno, ya que al bebe le caíste bien, y a mí también… ¿te importaría cuidarle un momento mientras yo me ocupo de la cuna?-
-…..- le enarcó una ceja.
-Plisss…- le rogaba uniendo sus manos y haciendo un puchero de lo más lindo.
-Uff… ok… no veo ningún problema, tú ve a hacer lo que tienes que hacer- le dijo.
-Gracias- dijo feliz y le dio una reverencia con su más hermosa sonrisa haciendo que Sasuke quedara prendados por unos segundos hasta que el rubito se alejó.