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La casa de los espejos por Dark Engel

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Notas del fanfic:

Bueno este fan fic nace de una historia que nos gusto mucho y bueno lean para saber si les gusta

Notas del capitulo:

Espero que guste :) es una historia interesante el primer capitulo es un prologo de lo que es la historia entonces tomen atención 

La Casa de los Espejos

 

Prologo

 

Las dos horas de camino, de tierra (¿aún existen? Pues sí), entre el aeropuerto al pueblo, pequeño pueblo, de Black River, serán un verdadero suplicio…

 

Dadas las circunstancias, las peores para mí, me entretengo todo el camino mirando por la ventana, pero a veces las ganas de vomitar aparecen, a pesar de los muchos esfuerzos que haga por no vomitar, resulta difícil. En especial, porque a veces pasamos por donde hay animales muertos, MUERTOS, con ese olor putrefacto de la descomposición, que están al borde del camino y uno que otro montón de basura ardiendo.

 

Pero eso, es el viaje de ida. Otro tema es hablar en el plano… interior. Por así decirlo.

 

Mi madre dijo: “Jamaica será un paraíso”. Pero, tomando en cuenta que es la misma mujer que insistió en salir a la luna de miel la mañana siguiente a la boda y de paso claro el pequeño e insignificante detalle, de traer a los hijos de los flamantes recién casados a la luna de miel. Desconfió de lo que diga, y porque, también, a veces es algo exagerada con las cosas.

 

No entiendo, del todo, el ¿Por qué nos arrastraron al hijo de Phillip, Andreas, y a mí? Lo que me explico mi madre, mientras Phillip estaba sentado con el ceño fruncido (para variar), alego algo así como “la cercanía familiar” y “unión familiar”.

 

Pero con Phillip callado como muerto y Andreas sentado, lo mas lejos posible de mi o a lo que daba el asiento del auto, dudaba mucho que consigamos cercanía. Todo esto era más que incomodo, no es que yo hablara mucho pero tampoco me gustaban los silencios incomodos… Y también, porque luego de lo que sucedió anoche, poco tiempo después del banquete, la cercanía era lo que menos necesitábamos Andreas y yo.

 

Y algo que me confunde un poco más, y me da mas para pensar, cosa que en serio en este momento no quiero hacer, es el hecho de que Andreas me mire de vez en cuando, de reojo… pero su mirada es algo extraña, es como… como si quisiera acercarse pero no lo hiciera… parte de mi lo pide, tanto para sacarme el aburrimiento como para arreglar ciertos asuntos. Pero nunca lo hace.

 

“Cobarde” pienso, pero yo igual soy cobarde, algo, así que prefiero no meterme en problemas o adquirir mas por otra persona. Y sigo mirando por la ventana, como si fuera lo más interesante. Al menos de vez en cuando hay buenos paisajes, pero al igual que los momentos buenos en mi vida, son escasos y desaparecen rápido.

 

Al fin, llegamos a la villa, que mi madre alquilo. Es más bonita de lo que se ve por las fotos de internet. Los suelos son oscuros y brillantes, al parecer son pulidos. Las paredes son blancas, me hacen recuerdo a las paredes que una vez raye de pequeño y me regañaron por eso. Un lado de la casa da directo a la terraza y a la piscina, que parece profunda. Más allá, esta el acantilado que desciende hasta la arena blanca y el mar de más allá.

 

Andreas pierde la vista en el horizonte, mirando la puesta de sol, que muestra unos anillos en tonalidades de rojo, oro y bronce… un verdadero espectáculo.

 

Mi madre esta en la barandilla de la terraza, observando como Andreas.

 

Mientras Phillip esta en una “acalorada” discusión con Damon, el botones, en la puerta principal. Hablan en voz baja, pero distingo que dice algo así como que no le dará propina y que el mismo habría traído las maletas si hubiera querido.

 

Damon se lo toma con calma, se encoge de hombros y pasa al lado de Andreas, para luego desaparecer. A Andreas se le nota avergonzado por la forma de tratar a la gente, de su padre. Obvio ¿a quien le gustaría tener un padre con tremendos modales verdad?

 

Intento sonreírle, me mira fijo unos segundos, juraría que sus ojos brillaron por un segundo, luego desvía la vista y hace una mueca extraña, supongo que se esta mordiendo el labio. Y Phillip vuelca los ojos hacia mí.

 

- Andreas –dice, algo autoritario y con un tono odioso- lleva el equipaje de Kristian a su habitación – el aludido empieza a protestar.

-¿Por qué? ¿Acaso no puede llevarlo el? –reclamo algo molesto, odio eso de Phillip cree que soy un inútil y no lo soy, soy bastante capaz de hacer las cosas por mi mismo. Tome mis maletas que no pesaban mucho y las lleve sin hacer ruido.

-Kristian, deja que Andreas haga algo útil en vez de solo mirar –responde ignorando mis obvio malestar, lo ultimo que quiero es que Andreas me mire de peor forma de lo que ya lo hace.

-No hay problema de verdad, puedo hacerlo yo –insisto, Phillip lanza una mirada indignada dirigida a su hijo, este resopla y me quita las maletas.

-Deja que las llevo yo –dice llevándolas a mi cuarto con mala cara. Sin remedio de hacer cambiar de opinión a nadie, me sigue hasta la habitación que tiene el número 3 en la puerta. Tiene ventanas con listones que dan a la terraza, una claraboya y una enorme cama blanca de dosel con mosquitera. Deja las maletas en el suelo y se endereza; sus ojos azules lanzan un destello.

 

-No tenías porque hacerlo –digo luego de mirar el suelo un rato –yo puedo solo pero gracias.

-De nada –empieza a mirar el dormitorio y se puede notar como los músculos de su espalda se le mueven (ya quisiera tener yo su cuerpo) –bonita habitación.

 

-Cierto -¿Por qué me siento tan nervioso de repente? –la cama es enorme…

 

En cuanto dije eso me quede petrificado, no debí decir nada. Y menos pronunciar la palabra “cama” en frente de él, no después de lo que paso en la rosaleda. Genial, va a pensar que estoy de broma, actuando como un idiota o acaso malinterpretar mis palabras y pensar que le estoy proponiendo algo que no es.

 

-¡Chicos! ¡Hora de cenar! –mi madre asoma la cabeza por la puerta sonriendo, feliz. Nunca me he alegrado tanto de verla.

-Enseguida, me lavo las manos y voy –con la vergüenza contenida, me escabullo hacia el baño ¡porque a mi! Andreas y mi madre se van del cuarto, este ultimo pegado a los talones de mi madre.

 

Las paredes del baño están alicatadas con azulejos vidriados en mortecinos tonos azules, verdes y rojos. Dejo correr el agua mientras me observo y me refresco la cara. Mis mejillas presentan un tono rojo y me quiero morir, La vida es tan injusta.

 

 

Notas finales:

Pues espero reviews para saber si les gusta o no, si hay sugerencias, criticas no se depende de ustedes ver eso :)


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