Prologo: El inicio de la Historia
24 de Mayo de 1998
Teníamos la esperanza de que el ataque en Timgad diezmase la horda del enemigo. Pero ha sobrevivido y han vuelto más fuertes que nunca, han traído consigo una fuerza capaz de destruir ciudades enteras.
Incuso Jacinto nuestro último faro de esperanza en estos días oscuros, está hoy en peligro en poco tiempo no nos quedara nada por defender y eso significa que solo nos queda una opción: Atacar.
Degel, Lo que ahora os pido no es fácil, pero es necesario. Si queremos sobrevivir… si queremos vivir lo suficiente para ver el cambio de las estaciones, a nuestros hijos crecer y disfrutar de unos tiempos de paz, que jamás hemos conocido. Tenemos que llevar la lucha a los enemigos.
¡Iremos ahí, y los destruiremos!
¡Llevaremos la batalla al corazón del enemigo!
¡Hoy corregiremos el curso de la historia!
¡Hoy aseguraremos la supervivencia de los de nuestro reino!
Kardia Menphistoteles.
Lo reinos siempre están divididos y mas aun cuando están peleando por poder. Desde algunos años atrás los reinos de Jacinto y Kuride han estado en guerra, por el motivo de que Kuride quiere reinar en todo Farid, quiere ser el único reino. Se habían deshecho de los tres reinos restantes donde Jacinto fue participe de por lo menos dos contra ataques a Kuride. El Rey de este reino Hades le legó a sus tres hijos, Aiacos, Radamanthys & Minos antes de morir todo lo que había ganado y la reina Saori del reino Jacinto antes de morir le dejó a sus hijos Degel, Mu & Atla todo Jacinto que es el reino que ocupa la mayor parte de todo Farid…. Desde que Saori era una niña las guerras entre Jacinto, Kuride, Alceliot, Cuplé & Pylum no habían cesado hasta que estas ultimas tres fueron cayendo una por una… dejando decenas de heridos, y miles de muertos en cada reino. Cuando llegó a nuestro reino, Jacinto, Saori la reina en esos tiempos decidió simplemente defender el reino y no atacarlo. Cuando el poder pasó a sus hijos el más grande de ellos Degel, ocupó el mismo pensamiento que el de su madre, pero uno de sus soldados el más confiables Kardia Menphistoteles le envío una carta desde el campo de batalla dando un anuncio de su ahora nueva acción de guerra. ¿Por qué les doy esta información?... ya muy pronto lo sabrán. Esto es todo lo ocurrido desde Mayo de 1955.
Capitulo 1.- Una amenaza en Jacinto.
Las bombas se escuchaban desde las afuras del palacio, ya nadie salía de sus casas amenos que fuese totalmente necesario, aunque la guerra fuese en Timgad, un lugar alejado del reino de Jacinto los aldeanos de aquel reino temían por sus vidas y las de aquellos que amaban mas que cualquier otra cosa. Los tres reyes habían estado consternados los días pasados por la carta del soldado mas fiel por parte del mayor…, Kardia, alguien que en secreto Degel admiraba por tener valentía ante aquella situación.
-Hermano… nos han llegado noticias de que el primer escuadrón de la armada aérea ha sido derrotado con ella tienen dos prisioneros—aclaró un joven de cabellos morados y ojos jade que entraba corriendo a la habitación con una carta en la mano—
-Quienes—pregunto el de cabellos verdes azulados mientras daba media vuelta con los ojos bien abiertos—
-Tienen a los jóvenes aviadores Saga y Kanon—aludió el chico mientras leía de nueva cuenta la carta—
Tiro sus lentes, los comandantes Deutoros y Aspros no estarían para nada felices en saber que Kanon y Saga ambos familiares únicos de ellos estaban prisioneros en Kuride, eso no les caería nada bien. Se sentó pesadamente en la silla frente a su escritorio y miro por la ventana todo lo que las guerras habían dejado desde su intromisión en 1975, veinte años después de la primera guerra contra Cuplé. Tomo su barbilla con una mano mientras el menor de los dos miraba atentamente como su hermano pensaba en posibilidades de rescatar a los dos prisioneros de Guerra. Se escucho el ruido seco de la puerta y ambos se encontraron con un joven alto de cabellos lavanda más pálidos que el anterior y ojos verdes exhaustos mostrando una mirada de asombro.
-Ha llegado… del… campo de batalla—dijo con la respiración aun agitada—pidió una audiencia contigo gran hermano—dijo el menor de los tres—
Detrás de el un joven de cabellos azules apareció con un casco de su armadura y unos colgantes en forma de tuercas que daban a conocer su nombre Kardia y el numero de su placa que era WKD44906, sonando con cada paso que daba. Se acerco al escritorio del rey Degel, con pasos elegantes para haber estado en el campo de batalla. Un “déjenos solos” se escucho por parte del mayor y sus dos hermanos salieron de la habitación, poco después el ruido de l puerta resonó en todo el lugar donde reinaba el silencio.
-Dime Kardia… ¿Qué es lo que necesitas?—pregunto con seriedad para proseguir—puesto para que tengas que venir…
-Señor Degel… usted más que nadie debe saberlo. Las tropas están haciendo lo mejor que pueden—aclaró Kardia mientras colocaba el casco en el escritorio—debe dejar pelear a los soldados refugiados de los demás reinos, quieren pelear…
-No-
-Señor, ellos quieren ayudarnos…, Inclusive el comandante de las tropas Delta, Asmita Damon requiere apoyo—apoyó sus manos en el escritorio mientras decía esto al borde de gritarle a su propio rey— ¡¡déjelos ayudarnos!! ¡¡Necesitamos toda la ayuda posible!!
-Es indiscutible Kardia. Entiende que no quiero que mas personas mueran—dijo dándole la espalda al de cabellos azules—
-Entonces… no te importaría que muriera en batalla—pregunto con un rostro triste mientras veía su placa de la COG—
-Que estupideces dices ahora—volvió toda su atención en el chico que miraba la placa—claro que me importa si mueres en batalla. Durante años desde que mi madre me dejo esta horrible tarea y tú pasaste a ser uno de los capitanes, no he hecho más que preocuparme por la gente y por ti—aclaró mientras miraba el casco y lo tomaba—entiéndeme Kardia… por favor…
-Su majestad, créame que le entiendo y yo no dejo de velar por la gente y por usted—dijo dejando la placa por un lado y tomando la mano de Degel—pero permítales pelear… una última vez—
-Mi decisión esta tomada—
Suspiro, era imposible que el joven rey cambiara… cuando decía no era no.
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Los dos comandantes se habían quedado por si las dudas, Asmita y Shaka quienes respectivamente eran hermanos habían ascendido no hacia mucho a comandantes de las fuerzas de Jacinto, llegados desde el imperio de Aceliot ambos rubios habían entrado a las fuerzas armadas del reino de Degel para ayudar y vengar la muerte de su padre Shijinma. Kardia les había ofrecido ir con el para hablar con los reyes, pero ellos habían dicho que era mejor que se quedaran en Timgad.
-Shaka, mantente alerta se escuchan los tanques avecinándose—aclaró el de cabellos rubios como el trigo mientras miraba a todas partes escuchando a los soldados—prepara a los soldados para el ataque—
-Sí—fue lo que escucho de su hermano menor antes de salir de la tienda—
Camino hasta los soldados avisándoles que estuviesen preparado para lo que venía, los francotiradores se ponían en posición y los demás soldados en la línea defensiva.
Comenzaron los disparos uno tras otro, ligados al aroma y sentido de muerte en todo el lugar cada día perdían soldados más y más y eso era desagradable para los Damon. Sosteniendo en sus manos tenia un rifle de asalto lancer*, aunque le disgustaban por mucho las guerras tenia que defender lo único que quedaba de toda Farid, el reino de Jacinto. Mientras que su hermano mayor estaba viendo los archivos de la COG (coalition of undered governaments) habían datos que jamás imagino encontrar… el tipo de armamento utilizado entre otras cosas.
-Esto… ¿Qué es?—pregunto al mismo tiempo que intentaba abrir un archivo con el nombre de “Datos de la batalla de Aceliot”— ¿acaso ellos…?....
Intentó pero la pantalla le mostró un mensaje que decía “AECHIVO RESTRINGIDO INGRESE NOMBRE, NUMERO DE PLACA DE CORONA” al parecer era un archivo que solo podía ver con los reyes. Escucho el ruido de los disparos y tomo su rifle de asalto hammerburts entre sus manos y salio en busca de su hermano menor, lo encontró tirado en el piso protegiéndose de los disparos que estaban por todos los lugares un aroma a sangre llego a su nariz lo que le causó repulsión.
