Pequeños caprichos…
-Fue un gusto conocerla señora.- se despidió el vizard con un amable gesto.
-El gusto fue mío, Ichigo.- le sonrío y después se dirigió a Toshiro para darle un beso en la frente.- adiós, mi Shiro-chan, espero que lo vuelvas a traer.
-Me lo pensare… talvez lo haga- le sonrío dulcemente para ya salir de la pequeña casa.
-¿Qué fue lo que te dijo?- le pregunto ya una vez fuera, caminando a su lado.
-¿A qué te refieres?
-¿Qué te dijo para que te pusieras así?
-No me dijo nada, te dije que me maree.
-Kurosaki, no soy tonto.- detuvo la marcha haciendo que otro frenara también.- conozco a mi abuela, y se cómo le encanta incomodar a la gente, lo repetiré una vez más, ¿Qué fue lo que te dijo?
-Es una estupidez, no tiene importancia.
-Entonces puedes dejarme oírla.-
-Que hacemos una linda parea.- refunfuño molesto para después voltearle a ver fugazmente pero apenado decidió cambiar el tema antes de que el otro pudiera opinar.- ¿A dónde vamos?
-¿Eh?- se extrañó por el tan brusco cambio de conversación.- de vuelta al… escuadrón.- su tranquila expresión cambio por una de enfado.
-Bien…-¿era su imaginación o de repente el clima había dado un cambio helado?
-Tengo demasiado trabajo que hacer.- al llegar ingreso a su oficina azotándole la puerta en la cara a un ichigo que pretendía entrar.
-Oh-Oh.- se acercó Matsumoto al pelinaranja.- ¿Qué le hiciste para ponerlo así?
-¿Yo?- pregunto en tono irónico.- Toshiro siempre está enojado.- le dijo indignado por aquella acusación, no había hecho nada que pudiera provocarle…
-Te equivocas, mi taicho siempre está de mal humor pero solo a veces está enojado.
Volteo a verla confundido y abrió la puerta de la oficina.- Toshiro, ¿estas enfadado?
-¿Qué parte de tengo mucho trabajo que hacer es la que no entiendes, Kurosaki?
-Está bien, entonces me quedare aquí sentado.- se acomodó en el sofo del centro y se le quedo observando fijamente.
-¿Qué?, ¿tengo algo en la cara? Me estas fastidiando…
-mhm… ¿Qué es lo que te sucede?- le preguntó un poco mas alterado.
-Nada que te importe.
-¿Sabes? Ya me estas hartando, si te preguntó es porque me importa, ¿Qué coños te hice para que te pusieras así?
-Nada especial, ¡bastaba con ser tú mismo para molestarme!- aumento más su tono de voz espantando a la muchacha que escuchaba tras la puerta.
-No estoy como para soportar tus berrinches de niño tonto, cuando madures y me digas la razón de ellos podremos hablar.- gritó para después azotar la puerta.
-¡Entonces lárgate!- le gritó al vacío exaltado.
-¿Tu…tuvieron una pelea?- preguntó Matsumoto con un intento de sonrisa y una gota de sudor en la nuca.
-Él tuvo la pelea, yo ni siquiera sé porque está enojado.
-Espera, hablare con él.- la valiente chica abrió la puerta esperanzada recibiendo de golpe unas plumas que le pasaron rozando la mejilla.- Matsumoto.- de nuevo todo el ambiente comenzaba a congelarse.- quiero que termines tu trabajo.- esa voz de ultratumba resonó en sus oídos y no necesito pensarlo dos veces para salir corriendo.
-¿Q-que le hiciste?- preguntó de nuevo respirando agitadamente todavía apoyada en la puerta.
-¿Ahora lo ves? Es un enano llorón…- suspiro y salió hacía la casa de su amiga, por lo menos tendría un poco de tranquilidad, lo recibió una ocupada Rukia con unas tasas de té en las manos.
-Ichigo.- le dijo en forma de saludo llevando las tasas de un lado a otro.
-¿Qué haces?
-Nii-san va a venir a tomar el té y estoy preparando todo.
-Oh… ¿entonces me tengo que ir?
-No, puedes tomar el té con nosotros, no creo que le moleste.
-Gracias.- se sentó en el suelo en la mesa que Rukia estaba preparando.
-Señorita Kuchiki, el capitán del sexto escuadrón ya ha llegado.
-Oh, nii-san llego.- se podía apreciar el brillo en los ojos de la pelinegra.- ya vengo Ichigo, voy a recibirlo.
Ichigo asintió dándole una mordida a un panquesito que Rukia había colocado en la mesa.
-Kurosaki Ichigo…- esa seria voz le llego a los oídos haciéndolo voltear para encontrarse con el noble.
-Buenas Byakuya…
-Veo que sigues igual que siempre, te advirtió que ese comportamiento no te va a llevar a ninguna parte.
-Espero no incomode haya traído a mi teniente.- esta vez se dirigió a Rukia.
-No, para nada, eres bienvenido Renji-saludo al pelirrojo que hasta el momento se encontraba tras su capitán, tímidamente salió para sonreírle a Rukia y saludar a Ichigo con un movimiento de cabeza.
Apenas lo vio el shinigami sustituto se volteo a ver a otro lado, nadie le aviso que ese sujeto estaría ahí, pero vamos, ni siquiera aviso que el mismo estaría ahí, asique no había nada que alegar.
-Traje un poco de té de Sakura , te ayudare a prepararlo.- inmutable se dirigió con Rukia a la cocina dejando a los otros dos completamente solos.
-Ichigo…-susurro Abarai apenas audiblemente.
-Yo no sabía que estarías aquí, tu no sabías que yo estaría aquí, asique limítate a tomar el té y no me dirijas la palabra.- pronuncio decidido el más chico, esto tenía que ser así, tenía que poner un límite, una barrera, si no todo se volvería a repetir.
-No, lamento decirte que no puedo hacer eso, vamos a hablar, tan solo déjame decirte algo.- Se acercó al que estaba sentado y lo agarro de los hombros.
-NO.- hizo uso de toda su fuerza para contestarle pero el otro seguía insistiéndole agarrándole más fuerte.
-Por favor…- retiro las manos de sus hombros e hincándose en el suelo enredo sus brazos alrededor de su cuello, haciéndole sentir su aliento.
Ichigo le empujo haciéndolo chocar contra un mueble de atrás provocando que Rukia preocupada se asomara de la cocina.- ¿Se encuentran bien?, ¿Qué fue ese ruido?
-Si claro… hehe- contesto nervioso Renji rascándose la nuca.- solo jugábamos un poco pesado.
-Entonces vayan al jardín.- sentencio con una fría mirada, aunque fuera adoptara por la familia Kuchiki cualquiera podía decir que esa expresión era de familia.
-De acuerdo.- intimidado Renji lo jalo del brazo.- Vamos ichigo…- aprovechó su excusa a la chica para obligarle a salir con él.
-Ya voy.- contesto de mala gana arrebatándole su brazo.
-Habla rápido…- los dos se colocaron delante del pequeño escalón que había en la puerta fijando su mirada en la fuente que Rukia tenía de adorno en el jardín.
-Sé que cometí un error, sé que estuve mal, sé que soy un estúpido… sé que perdí lo que más quiero en la vida, sé que te extraño y…
-¿y sabes que no es la primera vez que dices todo eso?
-Si… también lo se…- dijo cabizbajo.- pero Ichigo, ninguna vez que lo he dicho ha sido mentira, eres, fuiste y serás a la única persona a la que…
-Yo pueda amar.- le acompleto Kurosaki con fastidio.- consíguete un dialogo diferente, ¿quieres?, este ya me lo sé de memoria…
-¿Otro dialogo?- eso llego como una espada y se enterró en su corazón.- solo tengo una cosa más… y puedo decirte que es la pura verdad…
.: MIENTRAS TANTO CON TOSHIRO:.
Azoto la cabeza contra el escritorio enfadado… enfado con Ichigo… no, la verdad enfado consigo mismo, Kurosaki tenía la razón no solo estaba siendo inmaduro si no que estaba experimentando algo que nunca antes había sentido… y no le gustaba para nada, ¿enojarse con él por algo tan insignificante? Tan solo por el simple comentario de: “Es una estupidez, no tiene importancia.”, si, esa era la razón de su enojo, esa pequeñez lo era…, no podía seguir pensando en eso, a cada segundo le parecía más absurdo su comportamiento.
-ta-taicho, voy a abrir.- Paso Matsumoto usando shunpo con un reporte que se supone debía había haber entregado como escudo, al llegar se azoto al suelo escondiéndose adelante del sillón fuera del campo visual del peliblanco.
-Matusmoto… me sorprenda que no sepas que desde ahí te puedo congelar así que…
-Por favor, hable con Kurosaki-kun.
-¿eh?
-Lo que oyó, Taicho, hablen y solucionen las cosas, no sé si lo ha notado pero su oficina está congelada…
-Por supuesto que… no.- el tono de su voz fue disminuyendo al darse cuenta que efectivamente, su oficina se encontraba debajo de una gruesa capa de hielo.
-¿Ahora lo entiende?, esto le está haciendo más daño a usted que a cualquiera, ahora vaya y solucionen el problema.
-No recuerdo haberte dado permiso para opinar acerca de esto en vez de hacer tu trabajo.
-N-no lo hizo… pero lo hago por usted.- fue subiendo lentamente la cabeza dudosa.- Usted lo necesita más de lo que piensa…, aparte de que enserio parecía no tener idea de él porque estaba enojado.
Eso era un buen punto… el pobre de Kurosaki ni siquiera estaba enterado del porque su comportamiento, seguramente estaba confundido, bueno, en eso tienes razón pero ni siquiera sé dónde se encuentra ahorita asique no puedo ir y arreglarlo…
-Está en casa de Kuchiki Rukia.
Maldijo internamente a su teniente apretando los puños con fuerza, para que le servía una persona que solo servía para chismosear y acosar gente… pero en este momento muy en el fondo se lo agradecía, por lo menos tenía que ofrecer una disculpa si es que lo quería volver a ver para tenerlo de vuelta causando destrozos… ¿causando destrozos?... lo re-considero por un momento pero llego a la misma conclusión, lo quería cerca.
-Gracias… pero de todos modos tienes que hacer tu trabajo.- sonrió sinceramente y se paró de su silla en dirección a la causa de sus recientes contradicciones y nuevos sentimientos.
-Disculpe, puedo ver a Kuchiki Rukia?- Toshiro se dirigió al shinigami que antes había avisado la llegada de Byakuya.- Claro, tan solo que ahora se encuentra…
-Muchas gracias.- salió corriendo dentro de la casa.
-C-capitán Hitsugaya, que inesperada sorpresa.- balbuceo a verlo dentro de su casa.
-Buenos días Kuchiki y deberías mejorar esa seguridad que tienes.
-E-eso veo…- le dijo sudando la gota gorda.
-Disculpa, ¿sabes dónde puedo encontrar a Kurosaki?
Recordó las fotos que Matsumoto había enseñado antes, cierto… esos dos se traían algo.- está en el jardín con Renji.
-¿Abarai?- apenas oyó el nombre sus ojos se abrieron completamente y salió disparado al jardín.
-¿Qué sucedió ahí?- preguntó Byakuya extrañado por la extraña visita del capitán.
-Asuntos amorosos…- contesto simplemente Rukia dejando más confundido a su hermano.
-TE AMO A TI… Y SOLO A TI…- Renji se acerco rápidamente a ichigo agarrándole de la cintura con fuerza para obligarlo a besarle.
-¡Kurosaki!- gritó Toshiro abriendo la puerta de un azotón.
-Toshiro…- Ichigo lo volteo a ver fugazmente dándole una patada en la entrepierna a Renji.
-E-estas bien…- se sorprendió al ver la violenta escena y ahora a un adolorido pelirrojo retorciéndose en el suelo.
-¿Qué te pensabas? ¿Que soy una señorita que iba a ser violada?- se acercó a él con una sonrisa que inevitablemente se le contagio a Hitsugaya.
-Algo por el estilo…
Ichigo entro nuevamente a la casa topándose con Byakuya y Rukia.- hemos terminado, si gustan pueden sentarse para empezar…
-Ya nos íbamos, perdón por interrumpir así, hasta luego.- le dijo fría y cortadamente a los hermanos dejando a un Ichigo confundido, ósea que quería que él se fuera con él o qué?, no le quedo de otra más que seguir al pequeño capitán.
Caminaban lado a lado sin decir media palabra… con un silencio que para la fresa se hacía cada vez más insoportable hasta que ya no pudo más, se sentó en una banca del camino y jalo a Toshiro del Haori obligándolo a sentarse a lado.
-¿Y…?- Ichigo volteo a verle esperando a oír lo que tenía que decir.
-Y…- repitió esta vez sin el tono de pregunta devolviéndole la mirada, acercándose cada vez más embobado por quien tenía enfrente.
-¿Entonces…?
-Entonces…- oficialmente parecían un par de tontos enamorados apunto de besarse, sus narices se sentían rosar y casí podía oir el corazón del otro latir, un centímetro más y podían sellarse en un apasionado beso.
-Yo… en realidad yo…
-¿Por qué te enojaste?- rompió la escena romántica en mil pedazos al igual que el embobamiento del pequeño el cual se alejó rápidamente de su cara.
-Vaya que sabes arruinarla en grande…- susurro para sí mismo con una vena en la sien.- dijiste que era una estupidez…
-¿Estupidez?, ¿de qué hablas?
-No te la creo… ¿ni siquiera recuerdas, idiota?- le dio un zape enfadado.- o eres tonto o enserio tiene una PESIMA memoria.
-Hey enano, no me vengas a insultar.- yo era el molesto aquí.
-No tiene caso hablar contigo.- se masajeo las sienes.- por cierto… lo siento…
-¡Pero sigo sin entender!, ¿Por qué estabas enojado?
-Yo ya lo dije… es tu problema si no lo entiendes.- le puso punto final a la conversación levantándose de la silla.- intenta hacer memoria, si no, ni modo.
-Eres malo, Shiro-chan.
-¡No me digas así maldita fresita!
-Siguieron discutiendo sin dejar rastro de la que unos momentos atrás podía haber sido una romántica escena… pero por lo menos ya regresaban juntos… regresaban a descansar para lo que les esperaba mañana, un nuevo día lleno de problemas, celos, sentimientos y demás pero ya… JUNTOS.