Descleimer: Yo con las mismas palabras de siempre, los personajes son de Kishimoto-san, ¬¬, este intento de historia le pertenece a una servidora n.n. Y por ultimo y lo mas importante, Naru-chan es exclusivo del Uchiha-teme XD
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Sólo son niños
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By RiSaNa_Ho
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…oooO*Oooo…
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“Sólo son niños”
Quiso meterse esas simples palabras en su cabeza por más de una quinta vez en el día.
Minato nunca esperó que su actual situación fuera tan estresante y desgastadora. Se lo tuvo que haber imaginado en el instante en que su pequeño ángel llegó a casa con el nuevo vecino. Si no se equivocaba, se trataba del hijo menor de Fugaku.
Al abrir la puerta de la casa se encontró con su dulce esposa, quien había ido a recoger al jardín de niños a su tesoro. Todo parecía normal, al menos eso quería creer. Pero presentía que algo no andaba bien, lo sabía. Y se dio cuenta del “por qué” cuando sus ojos azules recayeron sombre su hijo. Quien no iba tomado de la mano de su madre. Un dato curioso. Que al instante tuvo que agregarle otro más a la lista del día, en el momento que observo en dónde estaba aquella manita que faltaba. A su campo visual llegó una nueva y singular cabellera azabache. Su mirada bajo más, para inspeccionarlo disimuladamente. Encontrándose con una escena que no le pareció adecuada para su querubín de 4 años.
Sólo son niños
Se repitió mentalmente al tiempo que los dejaba pasar y trataba de poner una sonrisa en su rostro para no asustar a los menores. Pero el hecho de ver como el pequeño Uchiha tomaba descaradamente una de las manitas de su hijo, en verdad le costaba levantar las comisuras de sus labios.
¡Era todo un reto personal!
No obstante, desistió de hacer cualquier cosa al ser segado y amansado por la dulce sonrisa de su hijo. Tenía que admitir que esa tierna sonrisa, acompañada con aquellos ojos azules brillantes que colocaba cuando estaba feliz, disolvían cualquier señal de enojo o molestia que lo amenazara.
-. Cariño ¿No crees que Sasuke-kun es muy afectivo con nuestro hijo?.- pregunto algo dudoso el rubio mayor, tratando al mismo tiempo de sonar desinteresado. Acababa de entrar a la cocina junto a su amada esposa. Había decidido ir por unos refrigerios, mientras los niños pintaban en la mesita de la sala.
La pelirroja abandonó su tarea de decorar el pastel que preparaba en ese momento. Conociendo a su marido, no le sorprendió que le dirigiera esa cuestión. Sin prisa, dirigió sus ojos verdes al par de niños que discutían por los colores de los dibujos en la otra habitación. Parecían bastante entretenidos. Esos dos eran casi como hermanos para sus ojos. Y a ella le gustaba que su hijo tuviera muchos amigos para que no se sintiera solo. Ser hijo único a veces resultaba difícil.
Suspiro levemente, dejando de contemplarlos para concentrarse en su rubio esposo. Ella sonrió antes de contestar.
-. Solo son niños, cariño. No tienes nada de qué preocuparte-ttebane.-
Kushina volvió a sonreír.
Minato quiso volver a grabarse esas palabras en la mente. No era que le cayera mal el pequeño moreno, pero es que cualquiera que tratara de llamar la atención de su rubio hijito, era merecedor de la poca confianza del Namikaze. Tampoco era celoso, eso no. Sólo se trataba de un padre amoroso y cuidadoso con su único hijo. No podía evitar ser demasiado sobreprotector.
-. Tienes razón, amor. Sólo son niños.-
Admitió más tranquilo, tomó unas cuantas galletas de chocolate para los pequeños. Y se dispuso a regresar con ellos.
Si, tal vez sólo exageraba…
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S&N
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Su día había sido pesado. Esa era la principal razón de no soportar el estridente ruido que provenía del cuarto de su querido hijo. Tampoco quería ser un padre malhumorado y prohibirle las cosas. Lo único que necesitaba era que le bajara unos cuantos decibeles a ese “escándalo” que Naruto llamaba música. Llegó de inmediato a la puerta del rubio menor. Tocó una vez y nada. Otra más y nada. Frunció el ceño y tocó por más de cinco veces y fue ignorado nuevamente. Muy decidido, abrió la puerta de la habitación. La música seguía resonando a todo volumen. Él no quería invadir su privacidad, pero prácticamente lo había obligado.
Sin embargo, prefirió no haberlo hecho.
Frente a sus ojos azules, su lindo e inocente hijo estaba sobre las piernas de un moreno llamado Sasuke, bastante conocido para él. Ambos jóvenes no se habían dado cuenta de su presencia. Por lo que prácticamente seguían comiéndose la boca.
Estuvo a punto de soltar un grito. En verdad lo quería. Pero su garganta se había quedado muda.
No supo cómo, ni el momento en que su mano había cerrado otra vez la puerta. Recargando su frente contra la madera de ésta.
¡Por Kami! ¿Por qué los años pasaban demasiado rápido? ¿En dónde habían quedado esos tiernos pequeños que sólo se tomaban de las manos?
Lo sabía; en sus dulces recuerdos. Porque ya no eran “sólo niños”…Eran un par de adolecentes con las hormonas alborotadas.
Y para la mala suerte de su salud mental, Namikaze Minato acababa de descubrirlo.
Por lo visto, él y su dulce esposa tenían que darle a su hijo y a su… ¿vecino? La plática de las flores y las abejitas. Bueno, en ésta ocasión sin flores de por medio. Descontando ese singular detalle, sería la misma vergonzosa plática sobre sexo.
Pero antes de que la charla comenzara, necesitaba recuperarse del shock…
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…oooO*Oooo…
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