Prologo
Minutos después fue sacado de su inconciencia con un fuerte golpe, aun desorientado sintió como era alado por sus ropas.
Ahora la podía ver, allí estaba ella claramente frente a el, con esa sonrisa que tanto detestaba.
- Se termino el juego, lindo -
Con el corazón en un puño, observo a la dama frente a el y luego a su alrededor a las personas encapuchadas y con armas apresándolo con manos fuertes.
Trago grueso, y temblando un poco sin controlarse, sus piernas cedieron, cayendo de rodillas con otro golpe.
Si el estaba allí eso solo significaba una sola cosa.
Escucho un risa ahogada
Eso era todo, sintió como se rompía su corazón en mil pedazos como cristales perforando su pecho.
No quería oírlo aunque era un hecho que ella lo diría, no quería oírlo, no.
Se tomo la cabeza con ambas manos tratando de contener el dolor
- Así es, lindo -
No, no, no!
-- Esta muerto, y ahora solo faltas tu --
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Capitulo 1
Feliz Cumpleaños
-- Noventa y cuarto --
-- Vamos, vamos --
Eso era lo único que le quedaba, su forma de entretenerse en ese lugar, ahora su “hogar”.
-- Noventa y cinco --
No, nunca le llama “hogar” a un lugar así.
-- VAMOS! --
-- Puedes callarte? --
Aunque después de tantos años allí, talvez y solo talvez, estar ahí dentro era mejor que estar afuera.
-- Noventa… noventa y se- --
Se escucho la alarma que informaban que las celdas estaban abiertas, se escucho un “comida” y un respiro colectivo.
-- Las terminaras en otro momento, Minho --
Le dijo el hombre de pelo negro largo sentado en una de las camas mirando al moreno que estaba colgado de una barra de ejercicios.
-- Solo dices esos porque estaba a punto de ganarte Yoochun – Dice el pelirrojo levantándose de su lado, empujando al otro en su brazo delgado lleno de tatuajes.
-- Vamos a comer, Junsu – Dice este con una sonrisa tomando al otro de la cintura y caminando fuera con el.
-- Igual me debes la apuesta – El pelirrojo se volteo mirando al moreno que se estaba terminando de colocar la camisa y cerrándose el traje naranja – Apúrate Minho, puedo oler la carne!
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-- Puedo oler la carne? – Dijo Yoochun a Junsu con un tono burlón alzando la cuchara de arroz pegado de su bandeja.
-- Otra vez esto? Pensé que se había terminado la semana pasada – Dijo Heechul
-- Es el paraíso, si vienes de donde no hay comida – Dijo con la boca llena Hongki
-- Esto es horrible – dijo Junsu tomando el pan de la bandeja de Yoochun – Dame eso.
-- Ey! Dame eso! – tratando de quitarle la única comida decente del día – Si te comes eso, juro que tu trasero se arrepent-
-- Eh, eh, El lenguaje! – Apareciendo al lado de su mesa Jonghyun diciendo eso con un tono severo, pero con una media sonrisa en sus labios.
-- Pero si aquí esta el poli – dijo Heechul con una sonrisa
Jonghyun rodó lo ojos y puso una pequeña cajita con un lazo delante de la comida de Minho.
-- Key te lo envía – le susurro al oído para que los otros no escucharan.
Minho sonrío, Kibum mejor conocido como Key, su mas fiel amigo, hermano, era el único con el que Minho confiaría hasta la vida sin pensarlo dos veces, sabia que Key siempre estaría con el y lo ayudaría en lo que pudiera, se conocieron en el antiguo trabajo de Minho, como modelos, ellos empezaron juntos sus carreras por ese descarado y conflictivo mundo.
-- Ey poli, no susurres, todos sabemos que eso es de parte de Key – Dijo Heechul
-- Es obvio, hay mucho rosado en esa cajita para ser de otra persona – Señalo el lazo Yoochun
Jonghyun se voltio para mirar a los guardias que estaban en la puertas del comedor y luego le miro los reos en la mesa, que estaban tratando de quitarle la cajita de las manos del moreno.
-- No te lo di para que jueguen, escóndela – Diciendo esto y se marcho sin mirar atrás.
Minho sonrío mientras oía como los demás hombres se quejaban de la actitud del guardia y ponían en duda su sexualidad a pesar de lo varonil que se pudiera ver.
-- Te lo estoy diciendo, creo que el tiene algo con tu amigo – Dijo Yoochun
El se encogió de hombros dejando rodar el comentario, claro que sabia de su relación con Kibum, el nunca dejaba de hablar del guardia cuando tenia tiempo de ir a verlo, tenia que detenerlo en algunas ocasiones, habían cosas que definitivamente no quería saber los detalles, como llegaron a enamorarse esos dos?,talvez del tiempo que Kibum se dedicaba a ir todos esos años para asegurarse de que Minho estaba bien, pero desde hace unos meses el dudaba que era solo por el, hasta que Kibun se confeso y le hablo de su relación con el apuesto guardia.
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-- Esos amigos tuyos te están tratando bien? --
-- Si, Estoy bien, Ah! Gracias por el regalo – Tomando la mano de Key extendía en la mesa frente a el, el sonrío y le apretó la mano con la otra dándole una sonrisa calida.
-- No es mucho pero…
-- No, es lindo Kibum – Le dijo tranquilizándolo, lo soltó y llevo las manos al pecho abriendo el traje naranja, mostrando una cadena realmente fina pero muy brillante en su pecho definido – y me queda bien – finalizo riendo.
-- Estas comiendo bien? Sabes que puedo hablar con Jinki y el...
-- El ya ha hecho demasiado por mi todos estos años, todos me respetan aquí por el, no podría pedirle mas – Dijo severamente
-- Bueno, estoy menos preocupado ahora que te veo, sabes? Tenía como un mal presentimiento, que algo malo te estaba pasando o te iba a pasar, pero al perecer todo esta muy tranquilo – Mirando a los lados acomodándose con una mano un mechón de su cabello suelto.
-- No había venido porque estábamos en gira por America con... con... te acuerdas de ese chico de cabello rizado cuando fuimos a Milán…
El era su contacto con el mundo, al igual que algunos de los guardias , se habían hecho amigos de el, Minho era conocido como el mas obediente y respetable de los reos después de tanto tiempo allí era como si hubiera formado una pequeña familia, podía ser la costumbre, pero a veces ese lugar no era tan malo.
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Unas semanas después de la visita de Kibum, Minho estaba acostado leyendo uno de los libro que Jinki le regalo por su cumple años, hace unos días.
-- Ey niño – se abrió la puerta de la celda, mostrando a un hombre vistiendo un traje, camisa y zapatos negros finos, apartándose el cabello del rostro con una mano y con la otra le lanzo un paquete – Se que es un poco tarde, pero… feliz cumpleaños.
Cerro el libro y leyó por enésima vez en el día las palabras grabadas al final de el.
“Fe”
Rodó sus finos dedos por el cuero que recubría las tapas del libro, esto era costoso, pero no le pareció extraño viniendo que ese hombre.
El era el dueño de ese lugar, y no le sorprendería que fuera el dueño de la mitad de esa pequeña cuidad, todo por pequeño que fuera era controlado por el y su gente.
Es un poco extraño contar como lo conoció, teniendo en cuenta que el, si es asquerosamente rico…Entonces que demonios estaba haciendo comiendo en una fétida cocina de su cárcel.
Minho pensó que era uno de los nietos de las viejas cocineras o talvez una persona que vivía en las calles por la forma en que estaba vestido y comiendo de la reserva.
Habían hablado mientras Minho terminaba sus tareas de limpieza en la cocina por haber perdido una apuesta contra Yoochun y por alguna razón se sentía muy a gusto hablando con el, meses después Jinki se presento vestido realmente formal y se disculpo por no haberse presentado correctamente a el, Minho acepto con mucho gusto la ayuda que el le estaba prestando y su relación através de los años se convirtió como de padre e hijo, o así lo sentía el.
-- Y esa cara? --
Minho levanto la cabeza de la almohada para ver a un guardia abriendo la celda.
-- Changmin! Pensé que estabas de vacaciones – levantándose y tomando los implementos de limpieza que el hombre alto de cabello corto le entregaba.
-- Es mas divertido verte limpiar – Dijo caminando a su lado bajando las escaleras.
-- Como esta tu esposa? – Pregunto Minho
-- Estamos bien, aunque no quiso ir a Canadá de vacaciones! Prefirió planear una entretenida cena con sus endemoniados padres, puedes creerlo? – sentándose en una de las sillas del pasillo mientras Minho se detenía y suspiraba para comenzar a limpiar.
Limpiar era un fastidio, pero no era como si tuviera muchas cosas mas divertidas que hacer allí, así que lo hacia sin quejarse y sin prisa de ningún tipo.
Era un pasillo largo, ilumino solo por tres bombillos mal puestos colgados por cables sueltos, no le importaba a donde conducía o que había detrás de todas esas puertas, nunca le importo, se entretenía con el ipod que Changmin amistosamente le había proporcionado por el cambio de un buen cigarro.
Alzó la cabeza para alargar la columna un poco y vio caminar al doctor del lugar a lo lejos, seguido de una niña al parecer medico también ya que llevaba bata blanca y unas carpetas, se acercaban y entraron al pasillo.
Eso era un poco extraño, una mujer iba a trabajar allí? Ladeo la cabeza, tenía que tener agallas para quedarse a la hora de almuerzo, los reos seguramente harían un desastre, peor que los de costumbre, pensó.
La siguió con la mirada, había algo que no cuadraba.
Cuando estaban cerca, la niña aparto su cabello de la cara y cómodo sus lentes grandes.
Minho se quedo paralizado, no era una niña, era un hombre.
Su rostro era muy fino con facciones delicadas, su piel era tan blanca y sus labios grandes y rosados, parecía una niña por su contextura tan delgada y su cabello largo recogido descuidadamente en un coleta, el pequeño a parto la mirada de Minho cuando giró a la esquina perdiéndose por otro pasillo y entro a una puerta que el doctor mantenía abierta para que el entrara.
-- Enfermería – Susurro
-- Bueno, pero también es valido tratar de controlarse, no?
Escucho la voz de changmin a su lado, sobre la música, se quito los audífonos, lo miro y le dijo serio.
-- No se de que estas hablando --