Fe ciega
Autora: Candore
Los personajes de Katekyo Hitman Reborn le pertenecen a Akira Amano.
Esos días, cuando uno piensa si realmente dios existe, uno se da cuenta de
Sus grandes errores y seguramente ya no habría perdón en su vida,
Mucho menos aquel hombre que solemnemente a seguirlo a pesar de sus maltratos.
Esa tarde el espadachín de los varia salía en compañía del príncipe destajador, deberían de buscar a su jefe en cierto hotel ambos deberían de subir a un auto negro, cuando vieron quien les esperaba ahí.
—Buenas tardes Squalo y Belphegor—les hablaba una chica de cabello rubio, de tez blanca y ojos violetas, usaba traje y anteojos—soy Orégano y les llevare— se presentó para subirse al auto seguirá por los otros dos.
—Voooiii, y ¿Dónde está nuestro jefe?--pregunto el peli-blanco.
—las preguntas las responderá el señor Iemitsu Sawada—respondió automáticamente la chica.
—shi, shi, shi, debes de ser una mujer extremadamente valiente o muy idiota para viajar con nosotros—le hablaba el príncipe mientras jugaba con sus cuchillas—ya que no tenemos mucha paciencia, shi, shi, shi—reía mientras mostraba su tan característica sonrisa.
—no, tengo miedo a que me maten ya que si yo muero, quien les llevara con su jefe y sus demás compañeros y escuadrón serán asesinados, sin importar que una de ellas sea un arcobaleno.
Ambos asesinos vieron a la mujer con sus instintos asesinos y el mayor le respondió.
—Voooiii, ustedes saben que no pondrá asesinar a nuestro escuadrón, somos los mejores y además quien haría su trabajo sucio sin estar implicados en esas acciones, vosotros deberían de pagar todo, si no lo recuerdan somos los mejores y no dejamos rastros ni testigos.- le hablo serenamente dejado extrañados a los otros dos.
El auto se mantuvo en un extraño silencio, cuando llegaron al hotel la mujer les guio hasta el último piso del edificio, toco para que le respondieran y a pasar.
—bienvenidos Squalo, Belphegor—les hablo el noveno jefe Vongola y a su lado estaba Iemitsu.
—Shi, shi, shi, aquí no está nuestro jefe—le hablo a Squalo el príncipe.
Squalo desde que habían entrado a la habitación no aparto la mirada en esos dos hombres, mientras dejaba a Belphegor examinar la habitación—Voooiii, ¿Dónde está Xanxus? —grito enfardado.
—Squalo, te doy gracias por seguir a mi hijo hasta los últimos momentos pero, él debe de morí por sus crimines contra la familia—le hablaba calmado el noveno.
—Shi, shi, shi, viejo…
—Voooiii, maldito viejo si creer que nosotros varia seguiremos sus órdenes está muy equivocado—hablo mientras veía al mencionado con odio—usted usted es un decrepito que no podrá carga siempre con el peso de la familia sin nosotros, vámonos Bel—dio por finalizada la conversación para salir del lugar dejado a las personas dentro enojadas al menos la mayoría.
—shi, shi, shi, Squalo estuviste muy calmado.-hablaba el rubio sin quitar su sonrisa— ¿y bien?
— ¿bien qué?—pregunto el peliblanco con el ceño fruncido.
— ¿Qué haremos con ese viejo?—pregunto de nuevo.
—Primero, ve a la mansión y diles que nos dispensaremos—hablo sin mucha emoción ni alzando la voz.
— ¿qué?, bromeas vea—respondió muy sorprendido el príncipe destajador.
—debemos de dejare en claro al viejo, ¿que nunca le seguiremos sus ordenes?—le contesto con una sonrisa llena de soberbia.
—shi, shi, shi, ¿y tú qué harás?—pregunto con una sonrisa sádica, sabiendo que el de pelo largo haría algo que involucraría mucha sangre.
—buscare al jefe y matare a quien se interfiera en mi camino y ese viejo lamentara el día que se cruzo con Superbi Squalo—dijo con el seño fruncido.
—Shi, shi, shi, no mueras idiota—hablo para separase.
Continuara…