-¡Voy! -escucho su voz proveniente del interior del apartamento, seguida de unos cuantos pasos y del crujido de la puerta al abrirse.- ¡Bummie hyung!
Sonrío y lo abrazo con todas mis fuerzas. Echaba de menos su alegría, su voz, su tacto...
-Pasa, hyung. Hace mucho que no nos vemos y tienes que contarme muchas cosas.
Me interno en ese cálido hogar que conozco tan bien seguido por mi anfitrión. Recorro con la vista fascinado cada rincón de la casa como si no la hubiera visto nunca. Bueno, la verdad es que hace dos años que no entro aquí y me siento como un completo extraño...
Ambos nos sentamos en el sofá que se encuentra en el centro de un amplio salón.
-No ha cambiado nada... -digo en un suspiro cargado de nostalgia.
-Al contrario que tú, hyung... -me contesta mi mejor amigo desde que tengo memoria.
Su sonrisa es igual de brillante que siempre, pero sus ojos parecen tristes, cargados de un brillo melancólico, nostálgico. Algo que hace que me dé un vuelco el corazón. ¿Acaso le defrauda mi nueva imagen? ¿Ya no soy su mejor hyung como antes? ¿Nuestra relación se ha congelado durante estos dos años? Yo... ¿ya no soy alguien especial en su vida? ¿He dejado de ocupar un lugar en su corazón? ¡No puede ser! ¡No puedo permitir que eso ocurra! No cuando se trata de él...
-No pongas esa cara, Minnie... Sigo siendo el de siempre...
-Es que me resulta raro... Ahora eres famoso, te codeas con todas esas actrices guapísimas, cambias de look constantemente... -termina señalando a mi pelo moreno lleno de mechas rojas.- Cuando te veo por la tele siento que cada vez te conozco menos, hyung... Ya no eres el chico divertido y algo tímido que vivía en el piso de enfrente, ahora eres el “Todopoderoso Key”, el gran ido coreano...
-Deja de decir eso. -le pido.- No importa cómo sea frente a una cámara, Taemin. Sigo siendo tu hyung, sigo volviendo a casa para poder ser otra vez yo mismo. Solo me siento cómodo aquí... Por favor... no me digas que todo ha cambiado porque yo no lo veo así... Además, tú también estás distinto: ¡ahora eres universitario! Te has teñido el pelo de pelirrojo y sé que te estás entrenando duramente para ser un gran bailarín... -lo acerco a mí y lo abrazo con todas mis fuerzas.- Taemin... es inevitable que cambiemos, pero eso no significa que los viejos sentimientos desaparezcan. Sigues siendo y serás siempre mi hermanito pequeño.
Nos separamos y le sonrío. Sin embargo, su expresión sigue siendo sombría. Ha cambiado más de lo que creía...
-Ya... tu hermanito... -susurra casi inaudiblemente.
-¡Venga! ¡Arriba, que te invito a un dulce!
-¿A-ahora? -pregunta sorprendido.
-Por supuesto. ¿Cuándo sino?
-¿Y no te reconocerán?
-Tú no te preocupes por eso. Solo alegra esa cara y coge tu chaqueta que nos vamos ya.
Por primera vez en dos años, veo de nuevo esa sonrisa cargada de ilusión y felicidad en el rostro de Taeminnie. Ya lo echaba de menos... Recordar su sonrisa era lo único que me reconfortaba durante las interminables horas de rodaje y, por un momento, creí que nunca más volvería a verla. Me alivia mucho que no sea así...
Taemin se asoma al salón ya preparado indicándome que nos podemos ir. Salimos juntos y nos encaminamos a nuestra cafetería favorita en el centro de Seúl. Solíamos ir allí cuando éramos pequeño. Todo iba perfectamente y por fin vi la posible al idea de pasar una tarde tranquilo, pero nooooooooo... ¡NO podía ser! ¡Es más divertido joderle la vida a Kim Kibum! ¿Verdad, jodido karma?
Por el camino me había encontrado a algunos periodistas, pero todos habían pasado de mí hasta que...
-¡Oh, Dios míoooo! ¡¡¡ES KEY!!! -jodida fan loca gritona...
En menos de un segundo, una avalancha de paparazzis y fans se dirigen hacia donde estamos nosotros.
-¡Corre! -le grito a Tae a la vez que lo cojo de la mano y tiro de él.
-¡Hyung! ¡¿Qué ocurre?! -escucho su voz a mi lado.
-¡NOS PERSIGUEN! ¡¡¡CORRE MÁS RÁPIDO!!!
Nuestra persecución se expande por todo el centro de Seúl. Por el camino nos llevamos por delante alguna que otra viejecita despistada que no se aparta a tiempo. Las fuerzas me empiezan a fallar, ¡llevo un cuarto de hora corriendo! ¡Eso ya es demasiado ejercicio por hoy!
-Hyung, ¿estás bien?
-¡No! ¡A este paso nos van a alcanzar!
-¡Tengo una idea! ¡Sígueme!
Taemin comenzó a tirar de mí desplazándonos a calles menos transitadas.
-¡¿Qué demonios haces?! ¡ASÍ NOS VAN A PILLAR ANTES!
-¡Cierra el pico y confía en mí!
Cuando me quiero dar cuenta, Minnie comienza a despistar a los periodistas. Cada vez nos persiguen menos hasta que ya no vemos a ninguno más.
Los dos nos paramos a descansar, exhaustos. Mi corazón va a mil por hora y nuestras manos aún están entrelazadas. Estaba a punto de tirarme al suelo cuando vuelvo a escuchar pasos acercándose a nosotros. Miro a mi alrededor, asustado. ¿De dónde viene ese ruido? Unos segundos más y lo sigo escuchando, cada vez más fuerte. Alguien ha conseguido seguir nuestra pista...
-Alguien viene... -le susurro a Taeminnie.- Tenemos que escondernos.
Me dirijo a un portal que se encuentra abierto y que está bastante oscuro. Miro dentro y le hago una señal a mi amigo para que me siga. Una vez dentro, nos vamos al rincón más apartado de todo el lugar y nos sentamos en el suelo.
-¿Crees que será otro periodista? -pregunta en susurros.
-No lo sé, Minnie, pero no me quiero arriesgar...
Nos quedamos en silencio. Algo incómodo, la verdad. Aunque es mejor así, porque podré escuchar con más facilidad si alguien entra.
-¡Hyung! -la voz de Tae suena asustada.- Alguien está entrando...
De pronto, vemos un cegador flash iluminando la estancia momentáneamente. Por suerte, desde nuestra esquina, no nos alcanza, pero es cuestión de tiempo que lo haga. ¡Tengo que pensar en algo! Mi mente va a toda velocidad, descartando e ideando planes. Huir de nuevo es demasiado arriesgado; agredir al paparazzi me puede costar muy caro; no puedo permitir que involucren a Minnie conmigo, eso le causaría muchos problemas... ¡Eso es! Miro a Taemin, con sus rasgos afeminados y la poca luz que hay en este sitio parece una chica. Y, si yo me tapo la cara, puedo pasar por cualquier persona...
Levanto al chico del suelo y lo ponga contra la pared, coloco mis manos a ambos lados de su cabeza y me acerco a él tanto como puedo.
-¡Hy-hyung!
-Shh... Tiene que creer que somos una pareja cualquiera... -digo haciendo un “disimulado” gesto de cabeza hacia la dirección de donde vienen los pasos.
Sus ojos se abren mucho y, aunque no debería notarlo, soy capaz de distinguir un leve tinte rosado que cubre sus mejillas. Su respiración parece ahora más agitada que antes y no puedo evitar preguntarme por qué se pone así. No es la primera que estamos tan cerca...
El paparrazzi nota nuestra presencia. Lo sé, porque he escuchado un “ups” proveniente de él. Aunque ni por esas desiste. Se sigue acercando a nosotros, puede que para comprobar que seamos una pareja cualquiera. La cuestión es que está demasiado cerca y, a este paso, se va a dar cuenta de nuestro teatro. ¡¿Qué coño voy a hacer ahora?! ¡SI NOS PILLA ESTARÉ PERDIDO! No tengo otra, no me queda más remedio...
Mis sienes palpitan, trago saliva con dificultad. ¡He hecho esto miles de veces! ¡¿Qué coño me pasa?! Por alguna razón, todo cambia cuando se trata de Taemin... Cierro los ojos y, sin pensarlo más, acabo con la poca distancia que nos separa uniendo mis labios con los suyos.
Eso le pilla por sorpresa porque su cuerpo entero se tensa cuando entramos en contacto. Abro los ojos para encontrarme con sus grandes orbes terráceos, mirándome con emoción contenida y una clara pregunta: “¡¿Pero qué...?!” . No tengo tiempo para explicaciones, así que lo cojo por la cara acariciándolo suavemente, como cuando intentaba tranquilizarlo de pequeño. Parece que capta mi mensaje, de forma que comienza a relajarse.
Sigo escuchando al paparazzi, mirándonos inquieto. Escondo mi cara en la semimelena de Taemin consiguiendo profundizar el beso inconscientemente. Al menos sé que en esta posición no podrá reconocerme...
Finalmente, el tío cansino ese se larga. ¡Ya era hora, joder! Obviamente, decido que es el momento de separarme de Taeminnie, pero mi cuerpo no responde. Se niega a separarse de él... Necesito sentir su contacto. Sus manos se aferran a mi pecho, atrayéndome, deleitándome. Un fuerte deseo comienza a arder en mi interior: quiero profundizar aún más ese beso. Introduzco mi lengua en su boca a la vez que Taemin suspira. Poco a poco, la inexperta lengua de mi amigo se une al contacto. Esto no tiene ni punto de comparación con los fríos besos que he compartido con actrices superficiales y tontas durante mis eternos rodajes. Este beso es tan cálido y especial, tierno, dulce... placentero...
Con un último suspiro, me separo de él. Taemin mantiene los ojos cerrados y sus rojos labios entreabiertos. Aquel leve color que noté en sus mejillas hace unos minutos se ha acentuado, dándole un aspecto aún más infantil. Tan dulce y... guapo... Tan Taemin...
¡Un momento! ¡¿En qué demonios estoy pensando?! ¡Esto...! Esto... no está bien... pero... lo deseo tanto...
-Yo... esto... -balbuceo.- Lo me-mejor sería que... que saliera yo a-antes... Siento haberte fastidiado la tarde... ¡Adiós!
Salgo corriendo como si fuese un maldito cobarde abandonando al pobre Taemin sin darle siquiera la oportunidad de decir algo. Me quedo corto cuando digo que me odio profundamente por hacer tal cosa...
* * *
Han pasado tres días desde el “incidente” en el portal y aún no he conseguido ver a Taemin de nuevo. Cada vez que toco a su puerta sale a su madre y me dice que no está (qué casualidad...) y, si intento llamarlo, nunca está disponible. ¿Por qué no quiere verme desde lo del beso? ¡Sabía perfectamente que no teníamos otra! Además, quitando el hecho de que me quedé más rato del que debía y que le metí la lengua hasta la campanilla, ¡eso no era más que un roce tonto! ¡No es para tanto!
Al cuarto día de no saber nada de él, me digo a mí mismo que eso se va a acabar. Voy a montar guardia en la mirilla de mi puerta hasta que vea a Tae salir de su casa y, entonces, lo pillaré desprevenido y podremos hablar. ¡Decidido! ¡A la mirilla se ha dicho!
No sé cuánto rato llevo de pie como un tonto frente a mi puerta... Cuando estoy a punto de abandonar, un ruido me alerta: alguien sale de casa de Taemin. Efectivamente, es él el que sale. Espero a que cierre la puerta para que no tenga escapatoria y salgo.
-¡Hy-hyung! ¡¿Qué haces?
Lo cojo de la mano y lo meto en mi casa de un tirón. Lo conduzco hasta el salón y lo siento en el sofá. Después, me pongo de pie frente a él con los brazos cruzados.
-¡¿A TI TE PARECE BONITO ESTAR EVITANDO A TU HYUNG?! ¡PORQUE A MÍ NO ME HACE GRACIA!
Tae baja la cabeza intentando ocultar su rubor y su vergüenza. Mi cabreo no dura ni dos segundos más. Nunca soy capaz de enfadarme con mi dongsaeng.
-Dime al menos por qué me evitas. -digo más calmado.
-Porque no soy capaz de verte...
Tengo que admitirlo, eso me descoloca... y mucho.
-No te sigo, Taeminnie. No entiendo a lo que te refieres...
-Tú nunca entiendes nada... -suelta con un matiz de enfado y de tristeza a la vez.
Lo miro extrañado. Él levanta la vista y coge a la primera la pregunta que hay escrita en mi cara.
-Además... ¡a ti qué te importa! ¿Cuándo se ha vuelto importante para ti saber lo que me ocurre? ¡DESDE QUE ERES FAMOSO SOLO TE MOLESTAR POR TENER UNA IMAGEN IMPECABLE! -para un momento para secarse las lágrimas que se le han saltado.- Durante estos dos años no has podido llamarnos o enviarnos una carta. ¡Solo tienes tiempo para ti mismo! Ya no soy nadie en tu vida, solo porque no estoy a tu altura. ¡ERES UN EGOCÉNTRICO Y UN IDIOTA, KIM KIBUM!
-¡¿POR QUÉ DEMONIOS ME INSULTAS?! ¡YO A TI NO TE HE HECHO NADA!
-¡¿Te parece poco aprovecharte de mí?! -dice levantándose.
-¿Lo dices por ese beso? ¡No seas infantil, Taemin! ¡Eso no ah sido nada!
-Nada, ¿eh? ¡Magnífico, Kim Kibum-shi! ¡YA SÉ LO QUE SIGINIFICO PARA TI! ¡¡¡SOLO SOY UN OBJETO MÁS EN TU COLECCIÓN!!!
-¡¿QUÉ TONTERÍAS SON ESAS?! ¡NI QUE TE HUBIESE VIOLADO!
-¡No, peor! Has jugado conmigo y, no contento con eso, me has roto el corazón, ¡me has desechado! Pero, claro, para ti todo está bien, ¡porque tú nunca te enterabas de nada! ¡¿Cuándo te piensas dar cuenta de que, cuando te miro, hay más que admiración en mis ojos?! ¡¿POR QUÉ NO ERES CAPAZ DE DARTE CUENTA DE QUE TE QUIERO?!
Su confesión me pilla desprevenido. Realmente... ¿él me quiere de verdad? Mi corazón se acelera, late a un ritmo desaforado. ¡¿Cómo no me he podido verlo antes?! ¡Qué estúpido he sido!
Me acerco lentamente a Taemin hasta estar a apenas unos centímetros de él. Alargo una mano hasta sus rosadas mejillas para secarle las lágrimas que él ha intentando ocultar, pero que no ha podido.
-Así que eso era lo que te ocurría, ¿eh? Yo he sido un completo idiota, lo admito. Pero, dime, ¿cuándo ibas a notar tú que, si volvía, era solo para verte? -Taemin abre mucho los ojos provocando una boba sonrisa en mí.- Eres lo único que me une a la realidad, lo único que me preocupa a todas horas, la única persona que ocupa mi mente.
Me siento algo tonto declarando unos sentimientos que he descubierto hace apenas unos minutos, pese a que siempre me han acompañado.
Me acerco más a Taemin hasta rozar sus labios.
-Dime, Minnie, ¿sabes ya que te amo?
-Hyung...
-Déjame que te lo demuestre...
Finalmente, dejo que nuestros labios se unan, se acomoden los unos a los otros. Esa sensación tan mágica vuelve a recorrerme, impulsándome a intensificar este dulce beso. No tardo en volver a explorar su boca, deleitándome. Pronto, mi cuerpo comienza a exigirme más, nuevas experiencias. Sin pensarlo dos veces, paseo mi lengua por el cuello de Taemin a la vez que él introduce sus manos bajo mi camiseta.
-Te amo, Bummie hyung... -lo oigo suspirar en mi oído.
-Yo también, Taeminnie. -vuelvo a sus labios.- Y te lo voy a demostrar tantas veces como haga falta para que nunca lo olvides...
Esa noche hicimos el amor por primera vez, unimos nuestros cuerpos, sellamos nuestra promesa de amor eterno. Un amor que, estoy seguro, permanecerá vivo durante muchos años... Me atrevería a decir que hasta el día en que muera, porque nunca, jamás, seré capaz de olvidar la calidez, dulzura y cariño que desprende Taemin, su sonrisa, sus grandes ojos rebosantes de amor. Todo él es inolvidable porque él me ha robado el corazón...
PKA♠