Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El nieto de Santa por Mirelle

[Reviews - 9]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Los personajes no me pertenecen UwU

Quería desear feliz navidad a todos.

Lauritta, espero que te guste el fik. Gracias por leertelos antes de que los cuelgue para darme tu opinión ;)

Notas del capitulo:

ESPERO QUE LES GUSTE =)

El nieto de Santa

 

Era Navidad. El espíritu navideño recorría cada uno de los corazones de los presentes. Faltaban 24 horas para el esperado día 24 de diciembre y la gente iba de un lado a otro sin descanso, haciendo sus últimas compras. Los niños iban sonriendo por la calle – para que, si Santa Claus les veía, pensara que eran buenos y les llevase muchos regalos.

 

Los adolescentes empezaban ese día con sus cursilerías de “yo te regalo esto porqué te amo”, “nunca nos separemos” y el típico “en navidad todavía me pareces más hermosa”.

 

A Sasuke le hastiaba todo eso. Sentía náuseas. Desde pequeño había odiado la navidad.

 

La verdad era que Sasuke no había tenido una infancia fácil. A los cuatro años había reconocido a su padre disfrazado de Santa Claus y había sacado la conclusión acertada; el barbudo sólo existía en los cuentos de hadas.

A los diez años su padre le había considerado lo bastante mayor como para no tener que recibir más regalos navideños y desde entonces había pasado la festividad como unas vacaciones normales. En contadas ocasiones su casa había estado decorada y en inexistentes habían cantado villancicos.

 

-Feliz navidad Sasuke. – gritó Sakura acercándose a él con un sombrero de Santa Claus con cascabeles. – I wish you a...

 

-Sí, gracias Sakura. – interrumpió Sasuke. – No conozco demasiado bien la canción pero diría que la letra es bastante… sencilla.

 

-Supongo que sí… Dime, Sasuke, ¿qué le has pedido a Papá Noel? – preguntó emocionada. Sasuke enarcó una ceja.

 

-¿A Papá Noel? Sakura, sabes que… esto… bueno, no sé como decirlo, pero sabes que Papá Noel no existe y que son los padres, ¿cierto? – se quiso asegurar. Sakura asintió extrañada. - ¿Y entonces, porqué simplemente no preguntas acerca de lo que les he pedido a mis padres?

 

En ese momento pasaba por ahí un niño, que al escuchar la conversación se sintió extrañado y se fue corriendo a abrazar a su madre.

 

-Qué poco espíritu navideño… - rió ella. – Muy bien, pues toma. Éste es mi regalo de Navidad. – alegó, poniéndole el gorro de navidad rojo que llevaba. – ¡Feliz navidad, no acepto devoluciones! – Y se marchó corriendo y feliz. Sasuke quiso devolvérselo, aunque le fue imposible. Antes de que nadie pudiese percatarse del ridículo que hacía con un gorro de navidad un Uchiha – según él mismo – se lo quitó.

 

-Navidad… ¡Menuda porquería!

 

-¡Oye, tú! – le gritó alguien. Sasuke se dio la vuelta y vio que alguien le observaba con el ceño fruncido. Se trataba de un chico rubio, de ojos azules, al que él nunca había visto. El chico se acercó a él.

 

-¿Yo?

 

-Sí, tú. ¿Eres Sasuke Uchiha? – preguntó. Sasuke frunció el ceño.

 

-Depende. ¿Te debo algo?

 

-¡Sí, unas disculpas por tu mal humor! – gruñó el desconocido. Entonces, agarró la muñeca de Sasuke y empezó a tirar de él, queriéndole conducir a algún lugar. Sasuke se resistió y como tenía más fuerza que el rubio, éste no pudo arrastrarle. - ¡Vamos! – dijo al fin.

 

-¿Dónde?

 

-¡Ya lo verás! ¡Tienes que acompañarme! – ordenó. Sasuke se rió de la orden; primero, porqué a él nadie le ordenada nada. Segundo, porqué no se pensaba mover de ahí sin una explicación lógica. Y tercero y más importante, porqué no le daba la gana.

 

El rubio intentó por todos los medios empujarlo o al menos desequilibrarlo, más no lo consiguió.

 

-¿Dónde? – volvió a preguntar el moreno con una sonrisita.

 

-Simplemente acompáñame, ya te lo diré. ¿O es que tienes miedo que te secuestre? – preguntó con una sonrisa maliciosa. - ¿Eres un gallina, eh? ¿Lo eres? ¿Lo eres? – y en ese momento el rubio empezó a imitar al animal en cuestión. Sasuke, lejos de molestarse, le observó con una ceja enarcada.

 

La gente de la calle se paraba a observar al chico mientras hacía movimientos extraños y ruidos animales como si se estuviese ahogando después de haberse comido un hueso de pollo.

 

-No tienes idea del ridículo que estás haciendo. – aseguró Sasuke. El rubio se sonrojó e hizo una mueca de enfado. - ¿Qué te ocurre ahora? – preguntó el moreno. El desconocido le observó a los ojos.

 

-Me han pedido que te haga entrar en razón, pero para eso debemos estar en otro lugar. – informó. Sasuke suspiró – creyendo volverse loco – y le tendió la mano para que le pudiese guiar allá donde fuese. El rubio la agarró con una sonrisa y empezó a correr, arrastrando al pobre chico azabache.

 

 

Corriendo llegaron a un parque con columpios y toboganes, donde había niños jugando mientras las madres les perseguían para ponerles la chaqueta o para recogerles la bufanda que se les había caído. Sasuke les observó serio.

 

-¿Y bien? ¿Qué hacemos aquí?

 

-Quería enseñarte la felicidad de los niños pero ya veo que con el señor bloque-de-hielo-Uchiha no me va a funcionar el truco de la compasión… - alegó el rubio mientras observaba la frialdad de Sasuke.

 

-En primer lugar, ¿quién eres?

 

-Mi nombre es Naruto y soy el nieto de Santa Claus. – sonrió.

 

-Vale, ahora sin bromas, ¿quién eres?

 

-…

 

-…

 

-No era una broma, soy el nieto de Santa Claus. – repitió Naruto un tanto molesto.

 

-Bueno, de acuerdo. Supongamos que eres el hijo del barrigudo barbudo. ¿Qué quieres?

 

-¡No le llames así! ¡Está haciendo régimen para adelgazar!

 

-…

 

Sasuke no lo podía creer. Se había dejado arrastrar por un loco hacia uno de los lugares alejados de la ciudad. ¿Querría Naruto acaso abrirle en canal y vender sus órganos a la mafia? ¿O se trataba tal vez de un secuestro para un ritual satánico? No podía estar seguro, pero seguro que era una de las dos opciones.

 

-Mi abuelo me ha comentado que eres el único que está triste por Navidad. – empezó a hablar con tristeza el rubio. Sasuke le observó por unos instantes.

 

-Yo no estoy triste.

 

-Bueno, pero tampoco estás feliz.

 

-¿Por qué debería estarlo? Más de la mitad de la población mundial está hambrienta, hay una crisis mundial azotando todos los estados, hay terremotos, tsunamis, desgracias del todo impredecibles. ¿Es que acaso hay algún motivo para estar feliz?

 

-No hace falta que estés triste por todas las miserias del mundo, Sasuke. – respondió el rubio, observándole extrañado.

 

-Tampoco tengo porqué estar feliz con todo. Estoy en mi derecho de estar triste.

 

-…

 

-…

 

-Acabas de reconocer que estás triste. – comentó Naruto.

 

-No estoy triste.

 

-Pero…

 

-Pero nada, si no cambiamos de tema creo que me largo. – amenazó.

 

-Me han enviado a alegrarte el día, ya que eres la única persona que está triste en estas fechas.

 

-¡Eso es mentira! – exclamó Sasuke. – Mi padre mismo; ¡él es un amargado!

 

Naruto se sacó una lista del bolsillo y empezó a examinarla. Cuando encontró lo que buscaba hizo un gruñido en señal de victoria.

 

-A Fugaku Uchiha le tocará hoy la lotería y no será infeliz estas navidades. – explicó. Sasuke se sorprendió.

 

-Pues… pues… Mi hermano, mi hermano Itachi. ¡Él odia la navidad! – contraatacó.

 

-Itachi ha encontrado novio este año así que lo celebrará con él. Los dos serán muy felices esa noche y se entregarán el uno al otro como ya tantas veces llevan haciendo. – aseguró el rubio.

 

-¿Es que eres una especie de acosador de la familia Uchiha o algo parecido? – preguntó desconcertado Sasuke. Naruto negó con la cabeza.

 

-También sé que Sakura le propondrá salir a Rock Lee esta noche, que Temari será feliz esta noche cuando a Shikamaru no le parezca problemático acompañarla a la cama para tener relaciones y que Choji se comerá todo el salmón antes de que sus padres puedan sentarse a cenar. – anunció.

 

-¿Quién eres? – preguntó de nuevo, con cierto temor o intriga.

 

-Ya te lo he dicho, soy el nieto de Santa Claus.

 

-¿Y qué crees que necesito yo para ser feliz? – preguntó el moreno. Naruto sonrió.

 

-Te lo digo si me invitas a tu casa. Aquí está empezando a hacer frío.

 

Y así lo hicieron. Ambos habían caminado en silencio bajo la nieve hasta llegar a casa del moreno, donde éste había abierto la puerta con dificultades – se había helado la cerradura. Entraron y Sasuke empezó a encender la chimenea. Ambos se sentaron unos sillones alrededor de ésta.

 

-¿Y bien? – preguntó Sasuke, rompiendo el silencio que se había formado entre ellos.

 

Naruto sonrió y sacó un cuaderno de color azul que se había estado guardando. Sasuke se tensó.

 

-Leo. – anunció Naruto. – Estúpido diario; cada día se acerca más mi cumpleaños. Cumpliré veinte. Aún así, no puedo evitar que una cosa me preocupe: ¿podré perder la virginidad antes de los cuarenta? Sé perfectamente lo atractivo físicamente que soy, así que sé que no tendría problemas para que una mujer me eligiese. En ese sentido, el problema no es mío, es de ellas. Ninguna me parece atractiva y todas son demasiado lanzadas. ¿Qué puedo hacer? – los ojos de Naruto se desplazaron hacia Sasuke.

 

-¿Ya has terminado? – gruñó el moreno. Naruto le sonrió. - ¿Cuándo me has robado el diario?

 

-Antes de ir a por ti. – alegó con una sonrisa traviesa.

 

-¿Y te lo has leído entero?

 

-Efectivamente. Sasuke. Pero… dime: ¿quieres que se cumpla tu deseo? – preguntó Naruto con una sonrisa lujuriosa, dejando de lado el diario. Sasuke sintió un escalofrío.

 

-No, estoy bien como estoy.

 

-Me han encargado que te haga feliz y es lo que pienso hacer. – aseguró muy convencido el rubio mientras agarraba una manta y la ponía en el suelo, cerca del calor de la chimenea. – Siéntate, yo me ocuparé de todo.

 

-¿Estás loco o crees que lo estoy yo? No pienso hacerlo contigo. – gruñó Sasuke. – Ni con nadie, gracias. Si te hace sentir mejor, saldré a la calle disfrazado de barbudo rellenito, cantaré villancicos, donaré dinero a las monjas por caridad, compraré regalos a mis conocidos y prepararé galletitas con formas confusas para regalar a la gente pero no me acostaré contigo.

 

-La felicidad no es felicidad si es fingida. – alegó misterioso el rubio mientras se sentaba en la manta previamente preparada y agarraba la mano del moreno. – Siéntate conmigo, por lo menos.

 

Sasuke hizo lo que le pidió. Se arrodilló en la manta y le observó. Naruto se acercó lentamente a sus labios para besarlos, mientras el moreno se dejaba hacer de manera dócil. El beso duró poco, pero al instante Naruto ya estaba atrayendo a Sasuke hacía sí para darle otro más.

 

Lentamente Naruto le fue abriendo la camisa a su compañero, acariciando ese pecho y bajando hasta el cinturón. Sasuke gemía suavemente. Poco a poco, Naruto fue abriéndole el cinturón y apartándole los pantalones, teniendo acceso a su ropa interior - prenda que quitó segundos después. Sasuke pasó los brazos por encima del cuello del rubio, acariciando su cabello y extasiándose por la belleza de éste – belleza que no había notado antes.

 

Naruto pronto empezó a pasear su dedo por el miembro del moreno, causando que poco a poco éste se fuese alzando e hinchando. Con una sonrisa, Naruto empezó un lento vaivén con su mano en el miembro de Sasuke, provocándole gemidos placenteros. Las caderas de Sasuke se movían al ritmo de la mano de Naruto y viceversa. Ambos perfectamente compenetrados. Cuando las primeras gotas de pre-semen empezaron a aparecer del miembro levantado de Sasuke, Naruto, con la otra mano, empezó a colar uno de sus dedos en el ano – un tanto dilatado por el placer del momento – de Sasuke.

 

Tan solo sentir ese delgado y largo dedo entrar en él, Sasuke emitió un gruñido y se vino en la mano del rubio. Sasuke sonrió y se posicionó encima del moreno, observándole directamente a los ojos.

 

-Abre las piernas, Sasuke. ¿Estás preparado para tu debut?

 

El moreno simplemente no respondió. Tomando eso como afirmación, el rubio ensalivó sus dedos y empezó a meterlos y a sacarlos del ano del moreno, ensanchándolo. Sasuke intentaba soportar las oleadas de placer al ser tocado por primera vez por alguien en aquella sensible zona. Notaba como su miembro estaba nuevamente alzado y como palpitaba de placer.

 

Cuando Naruto creyó que era el momento adecuado, se bajó las ropas y sacó su miembro, perfectamente erecto y excitado. Sasuke lo observó.

 

-¿No es… muy… grande?

 

-Entrará perfectamente, no te preocupes. – alegó, guiñándole un ojo.

 

Sasuke prefirió cerrar los ojos y morderse el labio. Naruto agarró las nalgas del moreno y las separó, dejando una perfecta visión del aro rosado y suplicante del menor. Naruto cogió su propio miembro y lo encaró bien, metiendo levemente la puntita. Luego, separó las nalgas de Sasuke de nuevo y entró con un golpe de cadera.

 

Sasuke gritó de dolor.

 

Se sentía… extraño. Era como si algo exterior estuviese revolviéndole las entrañas – de hecho, era eso mismo. Sentía como unas mariposas en el estómago – sensación de estar enamorado pero sin estarlo. Sentía que ya le daba igual la vergüenza o el miedo, que quería que ese objeto exterior se metiera más a dentro, que le destrozase.

 

-¿Estás bien? – preguntó el rubio.

 

-Hazme… hazme feliz, Naruto. – susurró el moreno mientras una lágrima descendía por su mejilla. – Dame… dame placer… - el rubio sonrió y empezó a moverse, observando los movimientos de ese bello ser que tenía delante suyo. Sasuke gemía sin descanso, al igual que el rubio. Ambos compenetrados, amándose, entregándose mutuamente.

 

Llegó el momento. Por un segundo, la penetración se hizo dolorosa y ese segundo le bastó para eyacular de placer, era una señal de que el placer había llegado a su máximo esplendor. Naruto eyaculó al mismo tiempo dentro de Sasuke, tras un grito muy fuerte de triunfo. A continuación, salió del interior del moreno.

 

-¿Cómo te sientes? – preguntó.

 

-Feliz. – aseguró Sasuke, no comprendiendo del todo todos los sentimientos que estaba sintiendo. – Me duele mucho, me molesta, pero me siento feliz… - aseguró una vez más, observando el techo. Naruto se levantó. - ¿Debes volver con tu abuelo?

 

-Sí, me necesita allí arriba. – alegó. Sasuke asintió sin decir nada más.

 

-Adiós.

 

-Adiós.

 

-…

 

Tras minutos de silencio por parte de los dos, el que habló fue Naruto.

 

-Sasuke, pienso volver el año que viene a hacerte feliz de nuevo así que… por lo que más quieras… procura ser el niño más infeliz durante el año.

 

Sasuke sonrió ante esas palabras y asintió.

 

-Nos vemos el año que viene, Naruto.

 

-Nos vemos el año que viene, Sasuke.

 

 

 

Y el moreno nunca lo reconocería, pero desde esas navidades empezó a adorar esa festividad que se celebraba el 24 de diciembre.

 

CONTINUARÁ EL PRÓXIMO AÑO…?

Notas finales:

No tengo demasiado espíritu navideño, pero...

 

FELIZ NAVIDAAAADDDDD!!!!! >W<


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).