Sankoku festejaba las buenas nuevas para el Emperador. Hacia mas de un año, la gobernadora de la provincia Sa trajo a una concubina para el harén real de su majestad. De inmediato fue tomada como segunda esposa, ya que el primer espacio, era un lugar guardado simbólicamente por el Emperador a ojos y conocimiento de todos. Con algo más de insistencia el Emperador embarazo a su consorte. Así que esperaban los últimos meses para tener un príncipe heredero del prospero país, construido a base de sangre y sacrificios. A base de amistades y futuros.
-anda insoportable - se quejo Kouyuu con una montaña de papeles en las manos - sigue llorando la decisión de Shunrei. Él quería que el heredero se lo diera ella - Shuei lo escucho con paciencia. igual que siempre hiciera desde que lo conociera - ahora la familia Kou anda exigiendo a mi padre para que convesca a Shouka para que pronto me case con mi prima. Como si no supieran que a ella no le incomodaría. Incluso seria más sencillo, le facilitaría mucho las cosas.
-con el pavor que le tienes a las mujeres, Francamente te conviene casarte con ella - alzo los hombros, para luego abrir un retrato a color de una mujer de mujer de algún ministro - te quitarías de golpe estas proposiciones matrimoniales. - dejo ese retrato y abriendo otro, sonriendo de lado le dijo - me Parecen increíbles esas dos - suspiro - que te sigan insistiendo cuando su padre y marido respectivamente hizo una falsificación del anillo de la familia Sa. Si que eres popular Kouyuu
-tienen la esperanza que si me caso con esa delicada Flor - el general río. si, si, sin duda la joven era un botón de flor de selecto gusto y exótico proceder. Pero no de su agrado - la familia Kou olvide los intentos de asesinato para ese sujeto
-mala suerte para ellos. Tu padre no olvida. Independiente mente de si te casases con ella. Reishiin es protector.
Kouyuu lo miro fijamente. Habían pasado tres años desde que Shunrei viniera ha pasar el año nuevo y regresara a la provincia Sa a gobernar con el niño de doble personalidad y su amante celosa Kourin. Por lo que Shuei Ran tuvo mayor influencia en su vida. Ryuuki se aisló prácticamente en el trabajo, que solo podía interrumpirlo cuando Ryuuki estaba al borde de un colapso nervioso. Así aprovechaban para platicar profundamente de lo que los aquejaba.
Seiran estaba con Shunrei. Shouka se la pasaba en los archivos con Shusui reiniciando una vida amorosa y de respeto. Su padre mismo pasaba mucho tiempo con el ministro Ki en el departamento de economía. Algo se traían esos dos
Paulatinamente Shuei fue lo que le quedaba por los días y tardes. En las noches desaparecía para verse con la dama Kouga. Y en las mañanas simplemente no coincidían. Ran seguía sonrojándolo, provocándolo con sus insinuaciones o peticiones que abecés no lograba enterarse si eran bromas, juraría que en mas de una ocasión fue enserio.
Ablando de matrimonios, justamente lo hacia quien no sentaba la cabeza, quien jugueteaba con cortesanas, pero que se alejaba de mujeres de cuna. Shuei era tan simplemente él.
Suspiro y continúo con su trabajo. No quería terminar Pronto. Iría en la noche a ver al Emperador, así que mejor hacer el despiste. Ran le dijo que iría al complejo de las Geishas. Una razón mas para quedarse trabajando.
La luna estaba en un punto muy alto. Apenas Ryuki andaría terminando lo que fuera que anduviese revisando. Se soltó su cabello. Un dolor de cabeza amenazaba con azotarlo. Nunca anduvo por los pasillos sin su melena amarrada. Pero ahora nadie lo veía. Se daría ese lujo. Fue a la oficina y se topo con una ligera risa que podría pasar desapercibida. Se acercó sin hacer ruido. No quería Interrumpir nada, a lo mejor Ryuuki se llevaba mejor con su consorte. Por su cabeza paso la imagen de ella visitándolo para hablarle del avance de su embarazo.
De seguro era indetectable. Pego la oreja y abrió apenas la puerta, menos mal que no grito. ¡Benditos reflejos! Alcanzo a cubrir su boca por puro instinto de supervivencia.
Impactante, inverosímil.
Podía buscar más sinónimos, sin embargo esas eran suficientes. El Emperador estaba sentado en su diván a la luz tenue de la vela sobre el escritorio de madera, con Shuei hincado sosteniéndole la mano. Ryuuki sonrojado como una fruta madura, abanicándose con su mano libre y ladeando una sonrisa.
El general lucia fatigado y aclaraba su garganta constantemente. Se quedo para ver que sucedía. Shuei le mintió. le dijo que iría a casa de Koshou cuando en realidad estaba con Ryuuki. ¿Cuántas veces le habrá mentido? Y ¿porque?
Se suponía que se tenían confianza. La tenían ¿verdad?
-no me convence - dijo Ryuuki moviendo sus cabellos al otro lado del hombro - dilo otra vez. Házmelo creer. Dime bien claro lo que sientes al verme
-alteza es caprichoso - dijo afectado Shuei - el nacimiento de su heredero es bueno
-espero que sea una niña - acoto muy seguro Ryuuki - mi hijo tiene que ser de Shunrei también. No importa que me tilden de egoísta. Los quiero a los dos - acaricio el rostro de Shuei. Kouyuu tuvo que morderse el labio para no decir nada - sigue diciéndome
-quiero que te olvides de esas mujeres - Shuei cambio de semblante. Su relajada faz puso tenso al Emperador cuando trasmuto a sensualidad. Kouyuu se amedrento otro tanto - olvida a Shunrei.. No tienes que ver con ellos, quédate conmigo. Ya te he defendido, me he puesto en peligro por ti ; atravesándome entre las espadas o arcos, burlando los venenos - Kouyuu trago duro. Estaba observando desde primera fila la declaración de amor dirigida al Emperador. Se sintió romperse pero su recién descubierta vena masoquista, lo dejo plantado, oyendo a esos dos enamorados - he conquistado batallas, coronándome victorioso de casi todas las peleas que libro. Ahora aquí, frente tuyo, me engarzo en la mas cruenta batalla, la cuna de las guerras de pasiones profundas y de crueles agonías. Clávame el puñal que ha de obligar a mi pulso a parar. Sácame el corazón para estrujarlo en tu diminuta mano virgen, delicado tacto de crema, veneno y antídoto. Paradoja de lo adictivo que eres.....o sálvame con la miel de tus labios. Cásate conmigo
-su..shu..u..Shuei - no culpaba al Emperador por tartamudear. El general era Increíble
-¿me mataras o me dejaras vivir?
Ya no quiso escuchar más. Se fue tan silencioso como llego, no los interrumpiría. Ahora entendía ese mal humor de Ryuuki. En tres meses su heredero nacería y Shuei le pedía matrimonio. No quiso toparse en los archivos con Shouka, su tío olía a metal carmesí. Shuei olía así tras venir de una casería contra los bandidos de las provincias. Tan solo pasaba porque se perdió y no encontraba la salida.
No esperaba que su tío lo agarrara por sorpresa y lo abrazara, apretándolo en un tacto tibio. Esos susurros que le invitaban para que llorara y a los que hizo caso. Así afianzado a Shouka Kou en la oscuridad de una noche sin luna.
Si tan solo hubiese levantado el rostro, temblaría de miedo. Reinshin despedía un aura asesina muy propia de los sicarios Kou a los que no dejaba que se le acercaran a menos de varios metros. Inclusive al hermano pequeño de eso dos, pese a ser devoto de su sangre y la nobleza que guardaba su corazón, era alejado por Reinshin en su afán por mantener siempre limpio a su hijo.
Si Kouyuu hubiera levantado el rostro, podría asegurar que habría homicidios a lo largo de Sankoku.
Su Padre estuvo escuchándolo llorar, viéndolo inofensivo en lo que rompía el abanico entre sus manos.
-buenos días Kouyuu - dijo Reinshiin escondiendo su cara tras el abanico. Tomaba te con apenas la boca al descubierto. Un mecanismo curioso e ingenioso por parte del Artesano. Ki encontró divertida la escena. No recordaba eso modales en el siempre complaciente Kouyuu - no esperaba verte en este departamento
-al Principio tuve mis dudas - tembló. esa desesperación divertía en demasía a Reishiin - pero sus ropas manchadas de sangre - Shuei vino a trabajar hace cinco días con su ropa de dormir. Alegando sufrir un contratiempo con cuanta ropa quisiera ponerse - dos; de su comida salían bichos - al día siguiente lo invito a comer a un restaurante familiar Kou y en el plato de Shuei saltaban y se arrastraban unos curiosos animalitos. Fue allí donde comenzó a sospechar - ayer el caballo de Ran se deshizo de su silla de montar junto a un acantilado
-¿qué tiene que ver conmigo? – rio de puro gusto
-estoy seguro que Kijin-san tuvo que ver para que el semental de Shuei no tuviera ningún punzón en la espalda - Ki asintió. Si ya había descubierto a su padre. No era importante seguir ocultándolo. Era cuestión de tiempo - ¿hoy que va a ser? Shuei Tiene una junta con los magistrados extranjeros de la consorte del Emperador. Lo único que falta de tu sello personal es la humillación publica. !falta que cuando camine frente a esos hombres, un Kou le haga tropezar y caiga sobre una llamita de un incienso preparado especialmente para prender lumbre a su ropa!
-¿algún problema con eso? - cerro su abanico - hasta ahora nada lo ha matado
-¿no puede ser! - se lamento - ¡quieres prenderle fuego a Shuei! - su padre asintió - ¿qué fue lo que te hizo para que te molestaras? Si los Ran descubren tanta saña injustificada tendremos un grave problemas. Ran Ryuren vendrá y no quiero tenerlo en mi habitación de nuevo
-no fuiste el único que no pudo dormir por ese jovencito - se jacto - Shuei te hizo llorar. Nadie le hace mal a mi hijo. ¿Cuántas veces tienes que verlo para saberlo? No puedo atentar contra el mimado Emperador, por su buena cuartada. Pero ese Ran es diferente. No es prescindible para su familia. Tampoco es el siguiente heredero. Puedo asesinarlo con la mínima de reclamación
Koryu salió corriendo, exigiendo al primer transeúnte, un novato que acababa de aprobar los exámenes, que lo llevara a donde el Emperador para esa junta con los extranjeros. Le hizo correr. Debía evitar que Reinshin llevara a cabo sus malignos planes. Ni se detuvo a pensar como fue que se entero que le dolía llanto que Shuei hablara de amor con Ryuuki.
Debía de decirle que le fue tomando importancia a Ran por su comentarios picantes, donde cada dos por tres le decía lo lindo que le resultaba. Lo placentero que pasaba el tiempo con su compañía. Esas preocupaciones y abrazos que le daban consuelo en las noches escasas donde necesitaba que le cuidarán.
Y todas esas veces Shuei estaba allí, para él.
-ya el mocoso te ha dicho que fue un malentendido – dijo Kijin tan pronto Reishiin lo abrazo - si sigues atormentándolo así, le aras pensar que es por sus intenciones - sintió como su mascara le era quitada -eres un demonio
-hay que ver - suspiro enojado - uno tiene que cuidar de lo que le resulta valioso. Soy un ejemplo muy malo, pero para bien o mal hice algo para protegerte...y proteger al resto de perder la cordura - le besó en la boca - Houju
-soy yo el que tiene que suspirar ¿no se te ocurrió una mejor manera que cubrirme el rostro? - fue su turno para suspirar - no quiero oír una platica de sobreprotección tuya. Aun no le has dicho a Shunrei que eres su tío. No tienes derecho a quejarte sobre el mocoso cobarde y el idiota del Emperador por lastimarlo así. ¿Qué digo? Kouyuu ya esta acostumbrado a que lo hagan sentir mal. Y no uses ese nombre
-Houju - le advirtió - olvidemos a esos idiotas. Sus cuerpos ya están siendo devorados por los gusanos
-no hables de eso frente a mi. Sabes lo que me molesta hablar de las técnicas asesinas Kou
Sino fuera por ser amigo de Ryuuki, no se hubiera metido a la sala de esa manera tan estrepitosa. Su alivio fue máximo al reconocer a Ren Kou, un pirotécnico de la familia al servicio especial de Reinshiin. Bajo la atenta mirada del Emperador, concejales, ministros y la consorte, empujo a Ren hasta llevarlo a la otra esquina, la mas alejada de Shuei y pidiéndole todos los inciensos que traía encima.
Shuei no era el único Ran en la sala. Eso acarrearía una trifulca pequeña pero molesta, donde saldría mucho papeleo que tendría que firmar. Mejor ahorrarse las molestias desde ahora.
-como decíamos a los magistrados - que alivio que Shuei tuviera ropa limpia y su porte no desmejorara mucho con las noches en vela, tan solo para cerciorarse que ningún animal ponzoñoso reptara hacia su cama - como ven su princesa está bien atendida y manda en el harén
-¿eso es suficiente? - Ryuuki enarco una ceja, ya que el extranjero se dirigió directamente a Mía Soldick Kruez, que tan callada como estaba, ni siquiera se acordaba de que existía
- ¿segura que no quiere escapar? - Kouyuu vio esa frase demasiado absurda, pero Ran Shuei negó apesadumbrada mente - sabes que no se te recibirá en tu país y aquí estas sujeta a los deseos del Emperador
-¿puedo hablar con franqueza? - Ryuuki asintió. No recordaba haber tenido una sola platica extensa y sincera con su consorte
-no es necesario - dijo Shuei - ella esta bien atendida y contenta por eso – Kouyuu noto a los extranjeros reír y susurrando pésames al general. ¿Shuei tenia trato también con la consorte? ¡Ese hombre! ¿Cómo se pudo enamorar de un mujeriego y coqueteador de hombres? Sus piezas favoritas eran el Emperador y él. ¡Ya lo sabia! ¿Estaba bien sentirse traicionado?
-todas las veces que me he escapado siempre vuelvo - Mia abrió las piernas aun mas. Suerte que su vestido holgado por su gravidez era largo y cómodo. Los extranjeros notaron que Ryuuki no sabia nada. Eran expertos juzgando y por el contrario: el general era quien debía lidiar con todos esos contratiempos - la primera vez me atrapo Ran Shuei saltando las murallas. Tenia tres meses de embarazo y un barco con destino desconocido esperándome
-¿sigue con esa idea de ser pirata? - rió el magistrado - la conozco desde los pañales, que no la sorprenda que lo sepa.
-el segundo con cuatro meses y medio, puse a dormir a todos en palacio - Kouyuu creyó recordar eso. No lo de la consorte, pero si lo de todos dormidos hasta mediodía. Él desconocía todo lo que la mujer hablaba - deje pasar una semana, cuando ya me encontraba escapando de nuevo. Tuvieron que pasar varios fabulosos intentos para que me diera cuenta que Koshou es la amante de Ran Shuei y que por eso siempre me hallaba -dijo con un resentimiento en la voz. Ran no pudo evitar ladear una sonrisita cansada. Él sabía que de poder, Mía asesinaría a Koshou
-lo que dices es muy grave Mia - Ryuki no le veía lo divertido a que se burlara en su cara, sobre la confianza que le dio. No le importaba, pero tenia que hacerse respetar. Por él mejor que se largara, pero las benditas apariencias debían de respetarse - amerita una sanción
-tengo la palabra Emperador - los orientales indignados tuvieron que dejarlo pasar - he estado huyendo tres veces por semana el ultimo mes, eso no le importa. Pero si he de ser sincera, ya me canse. Vivir aquí no es malo. Me podría acostumbrar - y miro directo a Ryuuki - le daré cuantos hijos quiera. Seis u ocho, no importa. Pero tengo una única condición pervertido de gusto marica
-¿ma ..RI ¿¡marica!? - tartamudeó - ¡que desfachatez!
-mantén tu boca ocupada en algún pene Ryuuki - decir que el Emperador, Kouyuu y Shuei perdieron el color era poco. Ninguna mujer hablaba así - déjame hablar, ya luego ladras lo que quieras perra - sus paisanos soltaron una carcajada tan sonora que parecía que de un momento a otro estallarían - ¿crees que no me entero? Babeas por Shunrei. Si no le debiera ese favor a la gobernadora, no estaría aquí. ¡Agradece que te deje tener un hijo de mi sangre! - lo extranjeros estaban felices por que su doncella seguía siendo la misma ego maníaca que zarpó de su país- he aguantado que me menosprecies. Puede jugar con mis sentimientos todo lo que quieras perra barata que para eso estoy. Con cualquier mujer me callare si es que Shunrei esta de acuerdo, de lo contrario: prepárate para limpiar pisos manchados de sangre, que yo me encargare de matarlas. No dijo nada de los hombres por eso puedes seguir acostándote con ellos - por supuesto que ella ignoraba que en realidad a Ryuuki no le atraían los varones - pero le prometí a mi hermano que no dejaría que nadie se metiera en el amor de otros - Se volteo hacia Kouyuu que traía el incienso en su mano para apagarlo. Se puso tenso. Él no quería salir perjudicado - ve a menearle tu culo a otro hombre Ryuuki. Ran Shuei tiene que escuchar lo que sea que Kouyuu Ri le tenga que decir
-¿yo? - salto asombrado Kouyuu
-si, tú - y jalo a Ryuuki de sus finas ropas - acompáñame a dar un paseo por los jardines. Tengo que saber si es que usted se revolcó con Seiran. Estoy segura que algo le paso en su niñez. Algo importante hombre...o debería decir ¿puta?
Hay todos abandonaron la sala. Kouyuu jugueteaba con la manga de su blusa. Tratando de sacarle provecho al tiempo donde no tenia que ver los ojos directos de Shuei. El mayor suspiro. Demasiado cansado para mantenerse en pie. Kouyuu estuvo raro estos últimos días. Se mantenía esquivo, complaciente, y se sonrojaba con mas frecuencia tras una mueca triste cuando buscaba molestarlo al lanzarle directas. El frágil hombre que era Kouyuu, el latoso y desastroso en la utilización de mapas y estética culinaria, con pésima orientación: lo ignoraba de esa manera tan suya.
Y es que nadie se daba cuenta de eso. Porque a los ojos ajenos podrían estarce llevando mejor. Con menos peleas en el día y más tranquilas tardes acompañadas por té. Tras ese comportamiento extraño, estaban sus incidentes.. Así inmediatamente se dio cuenta de que era una victima de Reinshiin Kou pero no sabia bien el porqué, sino hasta que vio a Kouyuu preguntando por su arroz. Reishiin le estaba advirtiendo que no se acercará al genio.
Una lastima, pues no pensaba hacerle caso. No había estado practicando con Ryuuki en balde con todas las noches en las que no tenia que ir por la consorte traviesa.
No se intimidaría por esas nimiedad escalofriantes que el padre le hacia.
-Ryuuki la tiene difícil - Kouyuu asintió. Él no había tratado a Mía y sinceramente no quería tener que hablarle sino era necesario - pero es el encanto de esa mujer
-olvidaba tus horripilantes gustos - se cruzo de brazos dejando caer en un descuido el incienso que por la cercanía de los dos, cayo sobre la larga túnica azul de Shuei - ¡rayos!
-espera Kouyuu
Lo vio usar las manos desnudas para apagar rápido el fuego. Lográndolo a manotazos. Kouyuu tras su esfuerzo se fue para a tras quedando sentado. Soplo sus manos ardiendo. Ocupaba agua para aliviarse
-tienes pies - le reclamo Shuei viendo las manos. Inspeccionándolas al tomarlas con suavidad - pudiste apagarlo con los pies
-no. El fuego solo se apaga cuando apenas inicia y por los tejidos que desprende la carne - no quería dar ninguna explicación el que fue para evitar que muriera o pasara vergüenzas y termino por casi envolverlo en llamas
-Reinshiin ¿eh? - dramatizo para que fuera divertido - se esta tomando muchas molestias para alejarme - Kouryuu suponía que ya debía de sospechar. Pues nunca dio queja alguna sobre los incidente para iniciar una investigación - no pese que llegarían tan lejos
-y todo por una razón tan tonta
-¿perdón? - ¿tratar de arrancarle a su hijo, al siguiente casi seguro sucesor de los Kou, evitar que tenga descendencia al prohibirle tomar a Shunrei? ¡Vaya! No creía que llamaría a estar enamorado una tontería.. No cuando no habían mujeres de por medio - esperaba cualquier cosa de tu parte, pero esta indiferencia me desconcierta
-creo que es lo mejor. Así el vera que lo acepto y te dejara tranquilo. Nunca imagine que se enteraría antes de que quisiera. Pero es demasiado que se meta así - soplo sus manos - no se puede hacer nada por que le hayas propuesto matrimonio al Emperador - Shuei abrió tal cual grandes eran sus ojos y boca ¿de que hablaba ese tonto? - llegue tarde y he de aceptarlo
-me he perdido - con e se incertidumbre desiso el nudo en el cabello calipso, tan parecido al cielo. Los acomodo. Ese precioso rostro sonrojado de líneas finas era un deleite único - ¿quién le ha propuesto matrimonio a Ryuuki?
-tú
-¿cuándo?
-hace una semana. Los escuche por accidente. Quería hablar con Ryuuki pero
-esto es un gran malentendido.
Lo atrajo por la nuca. Besándolo suavemente para no asustarlo. Pese a la edad de Kouyuu, era virgen incluso sus labios. ¡ha1 estos sabían mejor de lo que había imaginado. Ahora entendía todo. Reinshiin estaba. Furioso porque creyó que no le correspondía a su hijo. También explicaba porque el Emperador ya no quería recibirlo hasta que se declarara a Kouyuu. Pobre. Debió de haberla pasado muy mal.
-como ya oíste mi declaración - Kouyuu se sonrojo - ¿que me respondes? - tan solo se volvieron a besar.