3 de enero
Cuando desperté en la mañana me sorprendí porque, de nuevo, no estabas. Pero después recordé que Bad Luck tenía que estar en vivo en un programa de TV alrededor del mediodía. Bien. Como se fue el mini mocoso, tenía un día tranquilo y perfecto ante mí.
Caminé hacia la cocina, planeando mi día en silencio. Había tantas cosas que quería hacer… Ver una película de zombies. Cortarme las uñas de los pies escuchando a Bob Dylan (sí, por alguna extraña razón, siempre me ha gustado hacerlo, aunque aún estoy tratando de averiguar cuál es la conexión entre mis uñas y el buen y viejo Bob). Pasar tanto tiempo leyendo en la tina que la piel se me iba a arrugar. O sólo relajarme y disfrutar el silencio. Bueno, no esterabas que trabajara un sábado, ¿o sí?
Miré la mesa de la cocina. No había tostadas quemadas. Ni una nota en tinta brillante. Casi tuve que espantar un dejo de desilusión. Gracias a Dios nunca vas a llegar a leer esto. Encontraría una carta de amor de cinco páginas llena de ridiculeces todas las mañanas. O peor, te morirías de un ataque al corazón (eso, o un sangrado nasal intenso) y eso sería horrible. ¡Todos mis programas de TV favoritos quedarían cancelados y los reemplazarían por tributos a ti por dos semanas, si es que no más!
No puedo evitar sonreír mientras escribo esto. Puedo imaginarte gritándome por ser tan malo. Ay bueno, nunca vas a saber lo mucho que me gusta molestarte…
Pero volvamos a la cocina…
Bostecé y abrí la alacena. No nada como el olor del café para despertarme en la mañana. Sería aún más perfecto junto con el olor de los croissants frescos, claro está, ¡pero ni siquiera trates de tocar el horno de nuevo! Sé que había una época en la que lo único que quería era morirme, pero ahora… bueno… ¡Ya confesé suficiente por hoy!
Abrí el frasco del café, cerré los ojos y aspiré profundamente… ¿Qué. Mierda?
No tenía olor a café, para nada. En vez de eso, tenía un olor dulce muy familiar… Miré el frasco y encontré un pedacito de papel con una nota escrita con letra infantil.
“¡El chocolate caliente es mucho más rico que el café! Igual, el café te causa mal aliento"
¡MALDITA SEA!
¡El niño tiene suerte de estar a miles de kilómetros porque lo habría hecho pasar por el infierno en ese mismo momento!
Despotriqué contra él y decidí saltarme el desayuno. Con pesar.
Aun así, no iba a dejar que un enano zarrapastroso arruinara mi ‘día perfecto’. Podía sobrevivir por un día sin café, después de todo. Pero necesitaba calmarme primero. Y no hay nada como un poco de nicotina para relajarse. Sí, las adicciones dominan mi vida. Pero eres una de ellas, así que no te quejes.
Busqué mis cigarros en mi abrigo. El paquete estaba vacío. Cierto, me había fumado el último ayer en la noche. Pero seguí impávido. Pero esa no era mi última palabra porque soy un hombre inteligente y siempre tengo un cartón de cigarros en un escondite secreto. Siempre puede ser útil en caso de emergencia.
Arrastré una silla hacia el baño, me subí a ella y rebusqué en el mueble sobre el WC. Agarré el cartón y lo abrí. Solo para descubrir, con horror, que el mocoso había reemplazado mis cigarros por… ¡cigarros de chocolate!
Adentro había una nota que decía “¡Fumar es malo! ¡Y también te causa mal aliento! Mejor no hablemos de lo terrible que es el olor a cigarro en la ropa. Y no te enojes, es malo para tu corazón de fumador”.
¡Ese bastardo! ¡El niño es el mismísimo Diablo!
Sin cafeína, sin nicotina… y las tiendas cierran los domingos… ¡La suertecita que tengo!
El día no podía ser peor. Al menos eso es lo que pensé, pero no era la última de mis sorpresas…
Cambió todas las latas de cerveza que tenía en el refrigerador por latas de Canada Dry. “Se parece a la cerveza, ¡pero tiene mucho mejor sabor!” ¡Muérete, Riku!
Escribió “Sana, sana” en el botiquín. Con tinta permanente.
Sintonizó todos los canales de TV en “Discovery Channel”.
Reseteó el Animal Crossing y dejó una nota en la caja del juego que decía “Ahora que atrapé todos los insectos, encontré todos los fósiles y te compré una casa mucho más grande, tal vez vayas a encontrar que el juego es muy aburrido. Por eso lo reseteé. ¡Diviértete!” Por la remierda, ¿y todos los vecinos de los que me había hecho amigo? Cubo el Pingüino, Elvis el León, Matilda la Kanguro… ¡Nunca en la vida había tenido tantos amigos! Dios mío, me siento vacío…
Estaba muy deprimido (de verdad no te entiendo cuando dices que soy muy exagerado…), pensando en todos mis amigos animales, cuando sonó el teléfono.
“¡Hola, papá! ¡Soy yo, Riku! ¿Estás bien?”
“¿Bien?” Le grité. “¡Cómo esperas que esté bien, imbécil!”
“Oh, parece que encontraste mis notitas… ¡Ojalá te hayan gustado!”
“Me estás jodiendo, ¿mierda chica? La próxima vez que venga, voy a hacerte tragar tu maleta y te voy a patear de vuelta a los Estados Unidos inmediatamente, ¿me escuchaste, idiota?”
Lo escuché reírse al otro lado de la línea. No exactamente la reacción que esperaba. Se aclaró la garganta.
“¿Terminaste? Estoy un poco decepcionado, pensé que lo ibas a hacer mejor”, sonrió. “Da igual, me puedes decir lo que quieras, ¡no me duele y todavía te quiero, papá!” ¡Y estoy contento de que ya estés pensando en la próxima vez que nos veamos!”
“Qué… Pequeño…”
“Perdón, ¡tengo que colgar! ¿Sabes lo que cuesta llamar a Japón desde acá? ¡Chao, papá!”
Abrí mi boca para protestar, pero ya había colgado. ¡Maldito mocoso!
Ese fue el momento que elegiste para volver a casa y tirarte encima mío.
“¡Yukiiiiiiiiiiiiiiii! ¡Pensé que ibas a estar aburrido, así que salí temprano del trabajo para venir a acompañarte!"
¿Aburrido? ¡Nunca!
O quizás solo un poco…
“¡Por Dios! Cuatro paquetes de cigarros de chocolate vacíos, tres latas vacías de Canada Dry… ¿Estás tratando de hacer explotar tus niveles de azúcar, Eiri? Ooooooooooooooh… espera un segundo… ¿Por fin estás tratando de cumplir tus resoluciones de Año Nuevo? Resolución número 1: Dejar de fumar. ¡Por eso comes tantos dulces! Número 2: Dejar de beber… ¡Por eso las latas de Canada Dry! Y si mal no recuerdo, la siguiente en la lista era ‘Adoptar un niño’… Oh, Eiriiiiiiiiiiiiiiiii…”
¡Ay, no! ¿Qué pasó con el gran Yuki Eiri? El bastardo frío, malo y sin corazón… ¿Quién hubiera pensado que lo iban a dominar dos mocosos? Sí, supongo que mi reputación está arruinada definitivamente…
¡Gracias por leer!
¡Lo siento de nuevo por el capítulo mediocre! Oh, antes de que pregunten, ¡no pienso hacerlos adoptar un niño! Lol y si lo hicieran, ¡por supuesto que sería Riku! Pero eso no es lo que tengo en mente por ahora… ¡Gracias de nuevo! :)