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Kissing you por Destroy_Rei

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Notas del fanfic:

Dedicado a: Faby b29; ¡Te quiero amiga :)!

Lo he escrito escuchando 'Kissing you' y otras canciónes bien dulces de las GG, pero no tienen nada que ver exactamente con la letra de la canción~

¡A leer~!

Lo único que quería Kibum, era un beso.

 

-          Señor Kim, no debe estacionarse de esta forma – suspiró el policía, dándole golpecitos con su bolígrafo en el pecho – lo dejaré pasar esta vez, pero por favor no vuelva a hacerlo.

 

Asintió con fuerza, viendo la sonrisa deslizarse en esa boca abultada, exquisita, chillando en su interior ‘Quiero un besoooooooo’ Y se subió a su automóvil a aparcar de forma correcta. El alto oficial le dio una última mirada para volverse luego hacia el resto de vehículos en la calle. Los ojos gatunos del chiquillo conduciendo siguieron la figura esbelta por el retrovisor, mordiéndose el labio inferior nervioso, frustrado.

 

La vida de Kim Kibum era bastante simple antes de que le entregaran su primer parte. Él estaba tranquilo en ese vecindario de abuelos, de calles silenciosas, de vecinos cordiales. Le gustaba vivir así, y cada vez que veía en la tele programas donde los jóvenes decían ‘Necesito algo nuevo para romper mi rutina’ él reía, con una taza de galletas entre las manos, fundido en un cobertor enorme, disfrutando de su paz. No quería nada nuevo, ni una pareja, ni una mascota. Amaba estar solo, relajado, ordenar la despensa, salir a trabajar en su pequeño Spark en la mañana.

 

-          Joven, identificación – pero un día, ya no hubo más calma

-          ¿p-perdón? - ¡Incluso las palabras se le entorpecieron en la boca!

-          ¿Puede mostrarme su identificación? – repitió un muchacho uniformado, apoyando ambas manos en la ventana, riendo con dulzura ante su expresión nerviosa, desorientada.

 

Conocer al oficial Choi le costó doscientos dólares por ir a exceso de velocidad, pero el dinero no era el problema, lo que realmente le había afectado fue darse cuenta que no podía dejar de pensar en esa curvatura cálida que había adaptado la boca hermosa del policía de cabello largo y ojos grandes. De pronto, se encontró en una serie de situaciones molestas para sus vecinos, que lo hacían encontrarse casi semanalmente con el hombre alto, perfecto.

 

Avergonzado en la puerta de su casa, con la música a todo volumen y la luz de la patrulla jugando en su rostro, ‘Joven Kim, ¿Puede bajarle el volumen a la música?’ Su corazón latía rápido.

 

Torpemente apoyando el peso de su cuerpo en una pierna y luego en la otra, ‘¿La calle Girasol? Siga recto por esa calle, la tercera que intercepta’ Escuchó su voz cálida, sintiendo un hormigueo en su estómago.

 

‘Joven Kim’ Tenía los brazos cruzados y el rostro risueño ‘Sé que no ha bebido nada, el alcoholímetro me lo demuestra’ Soltó una risa, revolviendo los cabellos castaños del mas bajo ‘Por favor no abra latas de cerveza en la plaza, ¿sí? La gente puede malinterpretarlo’ Los ojos gatunos brillaron, maravillado con el tacto.

 

Kibum suspiró, cargando el rostro en sus manos, mientras veía por la ventana el cielo gris de invierno, y los árboles desnudos con un par de aves oscuras. Quería ese beso, pero más fuerte que eso, quería que Minho tomara la iniciativa. Podía imaginarlo claramente, tomándolo bruscamente del brazo, apoyándolo contra su patrulla, diciéndole una línea agresiva, con los labios hinchado muy cerca de los suyos, algo así como:

 

-          Has sido sentenciado  a besarme sin parar, de manera perpetua.

 Él iba a estar como:

 

-          Soy culpable de todo ¡Si, si, si!

 

Y se iban a besar sin parar, como siempre quiso, como siempre debió ser.

 

‘Es perfecto’ dijo con ojos soñadores el de mirada felina, sintiéndose el más enamorado del mundo, con la cabeza llena de ilusiones rosas, con aroma dulce.

 

 

 

El alto oficial suspiró, arreglándose la gorra, mientras apretaba el timbre de esa propiedad tan bien conocida, ¿Cuántas veces la había visitado el último tiempo? Ya había pedido la cuenta. Se acomodó el cabello largo que enmarcaba su rostro  varonil, y respiró hondo, mientras escuchaba los pasos apresurados del otro lado acercarse.

 

-          ¡Choi-sshi! – exclamó el muchacho bonito sujetándose de la puerta, con las mejillas carmín.

-          Muy buenas noches joven Kim – empezó, alzando una ceja – siento interrumpirlo, pero hemos recibido una llamada de que un ladrón se ha metido a su casa.

-          ¿Un ladrón? – preguntó fingiendo inocencia – debe ser una broma, no hay ningún ladrón.

-          ¿Ah no? La chica de los recados dijo que escucho claramente que estaba efectuándose un robo en esta dirección – frunció el ceño, poniendo al otro nervioso

-          ¡Quizá se ha equivocado! – habló despreocupadamente, con una pizca de travesura en sus palabras

-          Yo estaba junto a ella cuando recibimos SU llamado, joven Kim

-          ¿Por qué estaba junto a ella? – cambió el tonó, mirándolo con desconfianza.

-          ¿Debo responder a esa pregunta? – sonrió, dando un paso dentro de la casa - ¿Por qué sigues metiéndote en problemas? ¿Realmente eres así de malo?

-          Y-yo… - de pronto, se le trabó la lengua, porque aquella nariz hermosa, estaba rozado la suya.

-          No hagas esa cosa para llamar mi atención – suspiró contra sus labios – ya la tienes.

-          Ch-choi-sshi… - tartamudeó, con la cara ardiendo.

-          Joven Kim, queda usted arrestado

-          ¿Qu-qué? ¿Por qué?

-          Por ser tan hermoso y robarme el corazón…

 

Lo besó lento, ahí en la entrada del hogar que los había visto tantas veces suspirar y reír por las ocurrencias del dueño de casa, quién jadeó sorprendido, incapaz de reaccionar. El alto soltó una pequeña carcajada contra los labios dulces, quitándose la gorra, para dejarla sobre esa cabecita castaña de ideas locas.

 

-          Que cursi ha sonado eso – dijo apenado, levantando sus ojos gatunos hacia los grandes – dame otro – pidió cogiéndolo del cuello, volviendo a besarlo…

 

… una y otra vez.

 

Notas finales: ¡Tengan un hermoso San Valentín!

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