Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Sentimientos por Lariett

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Los personajes de Sekai Ichi Hatsukoi no me pertenecen, son obra de Shungiku Nakamura.

Notas del capitulo:

Este es un fic dedicado con mucho cariño para Asagi Yami, ¡Feliz 14 de Febrero! y también para todos aquellos que se han tomado alguna vez la molestia de leerme, gracias n.n

 


 


El despertador sonó haciendo mucho ruido y logrando que Ritsu abandonara de golpe el mundo de sueños en el que se había sumergido la noche pasada. Se levantó con un tanto de dificultad percatándose sin asombro alguno que no se  encontraba en su cama, sino sobre el suelo. Echó un vistazo a su alrededor y notó varias hojas regadas por su recámara.


 


-Debí quedarme dormido mientras trabajaba… -murmuró al momento que tomaba una de las hojas del suelo y la revisaba.


 


Estaba a punto de cerrar los ojos de nuevo pero los abrió de golpe y reviso la hora la hora que marcaba el reloj.


 


- ¡Maldición! –gritó. -¡Ya se me hizo tarde!


 


Se levantó rápidamente y recogió todas las hojas del suelo; no le daba tiempo para ducharse y cambiarse de ropa, ni siquiera para comer, así que sólo tomó su maletín, se calzó los zapatos y salió del departamento a la carrera. Corrió rápidamente por las calles hasta llegar hasta la estación. El tren estaba a punto de partir y estaba consciente de que si no lo tomaba llegaría aún más tarde de lo que seguramente iba. La gente que lo veía se tomaba un momento para ver al tren y otro para voltear a verlo a él, como haciendo apuestas internas para ver si Ritsu llegaba a tiempo a tomar el tren o no. Decir que llegó en el último momento sería poco. Antes de que las puertas eléctricas se cerraran completamente Ritsu alcanzó a meter la mano dentro y empujó una de las puertas hacia un lado para impedir que estas se cerraran. Al fin se abrieron y él ingresó en el tren. Por suerte encontró un asiento vacío y se sentó. En ese instante su celular comenzó a vibrar, lo sacó de su bolsillo revisando que le había llegado un mensaje de texto. Era de Takano.


 


“¿En dónde estás?”


 


Ritsu suspiró quedamente; el enojo de Takano era palpable inclusive a través del mensaje.


 


“Voy para allá.”


 


Tecleó y después guardó el celular. “Si no llego pronto, seguro que Takano-san me mata.” Pensó.


 


El camino se le hizo eterno. Al fin el tren llegó a su destino y él se levantó como impulsado por un resorte.  Salió a toda prisa y se sintió en cierta forma aliviado cuando llegó a la editorial. Entró y se dirigió hacia el ascensor. En el momento en que las puertas se iban a cerrar, una mano se interpuso y se abrieron de nuevo, entonces entró Yokozawa, quién no pudo evitar hacer una mueca al ver a Ritsu. Una vez que el ascensor se puso en marcha se formó un silencio incómodo que duró unos cuantos minutos, hasta que Yokozawa se decidió a hablar.


 


-Otra vez tarde. –dijo secamente mirando de forma despectiva a Ritsu. –Se te está haciendo una costumbre, ¿no crees?


 


 


Ritsu sólo hizo una mueca de fastidio y dirigió su mirada a otro sitio. No le agradaba para nada que Yokozawa lo atacara cuando pudiera.


 


-No te creas mucho sólo por que Masamune te pone algo de atención. –dejó salir con un dejo de celos en su voz. –Si no cumples con tu trabajo como es debido, prescindirá de tus servicios irremediablemente.


 


-¡¿Cuántas veces tendré que decirle que entre Takano-san y yo no hay absolutamente nada?! –explotó Ritsu. Yokozawa lo volteó a ver con desprecio.


 


-Si, claro. –dejó salir sarcásticamente. –En el momento en que lo conociste decidiste acercarte a él y engatusarlo para después patearlo y romperle el corazón, y ahora diez años después regresas para hacerle lo mismo, ese es tu juego, ¿no es así?


 


-¡No! ¡Yo nunca…! –quería defenderse, pero Yokozawa no lo dejaba hablar.


 


-¡Escúchame bien! –exigió al tomarlo por la solapa de la camisa. –Si en algo valoras tu vida aléjate de Masamune, no voy a permitir que le hagas daño de nuevo.


 


-Pero yo…


 


En eso las puertas del ascensor se comenzaron a abrir y Yokozawa soltó a Ritsu antes de que alguien los viera. Ambos abandonaron el ascensor. Ritsu dejó que Yokozawa tomara la delantera; se hallaba demasiado pensativo como para recordar que traía prisa. “Yokozawa-san dijo que no dejaría que yo le hiciera daño de nuevo a Takano-san”, pensó Ritsu, “pero… la verdad mi intención nunca fue dañarlo, de hecho él me lastimó mucho a mí, pero todo eso terminó por un malentendido… entonces, ¿será posible que Takano-san y yo…?”


 


-¡Onodera! ¡Llegas tarde!- le reprendió Takano-san al verlo.


 


-¿Mn? –murmuró un tanto ido al levantar la cabeza. -¡Ah! ¡Lo lamento! –exclamó haciendo una leve reverencia.


 


-Toma. –dijo Takano tendiéndole un montón de manuscritos apilados. –Acaban de llegar. Corrígelos.


 


-¿Todos? Pe-pero… son muchos…


 


-Si llegas tarde, se te acumula el trabajo. –declaró. –Ahora, ¡muévete!


 


-Si. –exclamó Ritsu al momento que se iba a sentar frente a su escritorio algo malhumorado.


 


-¡Buenos días Rit-chan! –saludó Kisa con su alegría habitual.


 


-Buenos días. –saludó Ritsu con una leve sonrisa volteando a verlo.


 


 


 


-Oye, ¿vendrás con nosotros a tomar algo después del trabajo? –preguntó Kisa.


 


-Pues…


 


-¡Onodera! Te aviso de una vez que como llegaste tarde el día de hoy, tendrás que quedarte después de la hora de salida. –dijo Takano con cierta malicia.


 


Ritsu sólo hizo una mueca de fastidio y respondió con un “de acuerdo” cuando lo que realmente quería hacer era darse de golpes contra el escritorio. Por ningún motivo se quería quedar después de las horas de trabajo en la oficina solamente acompañado por Takano, pero ni modo, así era el trabajo.


 


*   *   *


 


-¡Hasta mañana Rit-chan! –se despidió Kisa junto con los demás mientras abandonaban la oficina.


 


-Hasta luego… -musitó Ritsu con desánimo.


 


La oficina no tardó en quedarse sola. Suspiró con cansancio, hasta que la presencia de alguien justo detrás de él lo sobresaltó.


 


-Traes la misma ropa que ayer… -murmuró Takano en su oído.


 


-Si… -murmuró Ritsu, tratando de aparentar que el tener a Takano tan cerca no le afectaba; rápidamente posó su vista en la computadora y comenzó a teclear para terminar rápido con su trabajo.


 


-¿Te sucede algo?- escuchó que le preguntaban pero se encontraba demasiado nervioso como para reaccionar rápido.


 


-Ah, no… -contestó Ritsu.


 


-Onodera…


 


-¿Qué quieres? Si es por el trabajo pendiente, pronto terminaré y…


 


-Mírame al menos cuando me hables.


 


-¿Qué? –cuestionó Ritsu, algo confundido al momento en que por pura inercia volteaba a ver a Takano.


 


Aquello al parecer no fue una muy buena idea ya que Takano no dudó en tomar a Ritsu del rostro y atrapar sus labios en un beso.


 


-¡No! ¡Basta!... –exclamó Ritsu al momento que trataba, sin éxito de quitarse al mayor de encima. -¡Si alguien nos ve…!


 


-Nadie nos va a ver…- murmuró Takano al momento que lo besaba de nuevo, acción que se le dificultaba un poco, ya que Ritsu no dejaba de moverse, pero poco a poco se comenzó a dar cuenta de lo que provocaba en el menor y que a cada momento su cuerpo se dejaba de tensionar.


 


Aunque Takano se había equivocado al decir que nadie los vería, en ese instante entró por la puerta Yokozawa y al ver a los dos en una acción tan comprometedora se puso verde de coraje. Cerró la puerta de un portazo y ambos se separaron algo sobresaltados.


 


-Masamune, ¿aún sigues aquí? –preguntó Yokozawa en tono casual.


 


-Si. –respondió. –Tenía trabajo pendiente que hacer y por esa razón le pedí a Onodera que se quedara.


 


-¿Nos regresamos juntos? –preguntó Yokozawa.


 


-Claro. –respondió Takano. –Sólo deja traigo mis cosas.


 


Se levantó de la silla, en eso Ritsu aprovechó para recoger rápidamente sus cosas para irse antes que ellos.


 


-Bueno, creo que es hora de irme, adiós. –se despidió rápidamente mientras corría hacia la puerta.


 


-Aguarda Onodera, mejor vente con nosotros, si caminas por la calle tú sólo podría ser… -hizo una pausa al escuchar el portazo que dio la puerta. -… peligroso.


 


*   *   *


 


Ritsu caminaba sólo por las calles en camino hacia su departamento, después de haber bajado del tren. El viento estaba helado, así que se cubrió mejor con su gabardina mientras el aire movía insistentemente su cabello. “Takano-san accedió a irse con Yokozawa-san…” pensó, “Eso significa que… ha de sentir todavía algo por él, ¿no?” hizo una mueca de frustración al momento que se sentía morir interiormente, sabía que sentía algo por su arrogante jefe pero jamás lo aceptaría por ser demasiado orgulloso. Apresuró el paso, pero iba demasiado ensimismado en sus pensamientos como para darse cuenta que alguien lo estaba siguiendo. Cruzó una calle, pasó cerca de un callejón oscuro y en eso sintió que alguien lo jalaba del brazo hacia su interior.


 


-¡¿Qué demonios…?! – alcanzó a exclamar, totalmente desconcertado.


 


-Vaya… que bonito saco… -escuchó que decía una voz tétrica, un escalofrío recorrió su espalda. – ¡Dámelo, y todo lo que traigas también! –ordenó con una voz nada amigable.


 


-¡No! –consiguió decir Ritsu y sin querer, se sorprendió de sus palabras. ¿Por qué demonios se resistía?


 


-¡Que lo hagas! ¡Ya! –gritó el sujeto, en eso tomó el maletín de Ritsu y comenzó a forcejear con él; se frustró al darse cuenta que no se lo podía quitar fácilmente, así que le dio un golpe en el estómago.


 


-¡Auch! –el agredido se quejó de dolor mientras se encorvaba ligeramente, acción que aprovechó el ladrón para arrebatarle el maletín y tirarlo al suelo en donde lo golpeó un par de veces más.


 


Ritsu cerró los ojos mientras se quejaba ante cada brutal golpe, añorando para sus adentros que alguien fuera en su auxilio, hasta que sintió como pronto le dejaban de pegar, y escuchaba los quejidos de dolor del ladrón mientras era golpeado.


 


-¡Déjalo en paz, maldito imbécil! –gritó una voz conocida. Escuchó pasos que se alejaban.


 


-Onodera, ¿estás bien? –preguntó la voz gravemente preocupada.


 


Ritsu abrió los ojos.


 


-Takano-san… -murmuró.


 


-Tonto, -le dijo. –creí haberte dicho que era peligroso si caminabas sólo de noche.


 


*   *   *


 


En pocos minutos ya se hallaban ambos en el departamento de Takano, quien le curaba las heridas a Ritsu.


 


-Te dije que me esperaras, -le recordó Takano. -¿Por qué no lo hiciste? –cuestionó molesto.


 


-Te ibas a ir con Yokozawa-san, no quería estorbar. –dijo Ritsu.


-No seas tonto. –le murmuró, al momento que le limpiaba una herida que al fin había dejado de sangrar. Ritsu bajo la vista, Takano trató de besarlo pero este se resistió.


 


-¡No! –gritó, visiblemente furioso.


 


-¿Por qué? –cuestionó.


 


-¡Si estás saliendo con Yokozawa-san, entonces deja de jugar conmigo! –gritó Ritsu fuera de si, al instante se sorprendió de lo que dijo y bajó la vista para no toparse con la de Takano.


 


-Más imbécil no puedes ser… -murmuró Takano mientras levantaba su rostro por el mentón, así obligándolo a verlo a los ojos. -¿Cuántas veces tendré que decirte que entre Yokozawa y yo no hay nada? Salimos, sí, pero eso fue hace mucho… ahora estoy libre… ¿Por qué no quieres que estemos juntos? –preguntó, mientras lo volvía a atraer hacia él.


 


-Por que… por que… -Ritsu quería decir algo pero la cercanía de Takano-san lo trastornaba seriamente, así que cuando lo tuvo a centímetros de su rostro ya no pudo encontrar razones coherentes para no estar con él y se dejó besar.


 


-Sempai… te amo… -murmuró.


 


-Y yo a ti, Ritsu…


 


 


By Lariett


 


 

Notas finales:

Sé que no es la gran cosa pero espero les haya gustado n.n


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).