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Quieres una vida normal? por kiojy 06

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Notas del capitulo:

De nuevo e demore, asi que les dejo aqui el capitulo para que los disfruten n.n

Sentirse atrapado era un curiosas sensación, una mezcla de emociones que iban una entrelazada de la siguiente, formando una cadena que pesaba en lo mas profundo del inconsciente. La primera emoción que viene siempre es la sorpresa (tan rápida y momentánea que nadie llega a disfrutarla), la segunda es una fuerte negación a verse descubierto (siendo sinceros todos creemos que existe el crimen perfecto), la tercera es la ira (irracional y siempre hacia uno mismo por no estar preparado para cuando eso pasa) y quizá  la ultima el miedo.

 

Para cuando la puerta estuvo abierta por completo, dando paso a un Itachi rabioso; el rubio ya había pasado por el todo el ciclo. Ahora, en la última etapa solo quedaba decir algo por demás inteligente.

 

—No es lo que parece — exclamo inmediatamente quizá demasiado automático,  lo típico de una respuesta cliché

 

—No me interesa, toma tus cosas nos vamos—ordenó frio y distante, realmente serio.  Hace apenas unas semanas que Itachi había dejado de usar ese tétrico tono suyo, era poco pero a Deidara le pareció repentinamente una eternidad, tanto así que le dolió en el alma escucharlo de nuevo.

 

—Jovencito— Hablo el más grande de los presentes, molesto también por la interrupción. — Te recuerdo que Deidara es mi invitado, y el se va cuando el lo decide, no me obligues a llamar a seguridad

 

—Adelante, igual no me iré sin el — El rubio se sintió chiquito, las miradas filosas que se enfrentaban lo hacían saber lo lejos que estaba de enfrentar a ese  par, incluso aunque fuera una ridícula competencia de miradas.

 

—Deidara— siseo el Uchiha akatsuki, apremiando al rubio a que se diera prisa, sin soltar la mirada al otro, como temiendo que si dejara de verlo se abalanzaría directamente sobre el ojiazul.

 

EL rubio no supo bien que fue lo que le hizo obedecer; el ambiente o el enojo  de Itachi dirigido indirectamente a  él.  Solo tomo sus cosas y luego jalo a Itachi del brazo, guiándolo a la salida  pues no dejaba de mirar a su reciente oponente y dudaba que fuera a hacerlo.

 

—Esperaba un poco mas de resistencia de tu parte ángel — la voz iba dirigida hacia él, mas no la mirada —Que decepción. — eso había sido un golpe bajo, directo a su orgullo. Ciertamente el no era así, y era culpa de Itachi, de lo que le hacía sentir.

 

—Vámonos de aquí— habló Itachi respondiendo por el recién insultado Deidara, el pelinegro empezó a caminar, asegurándose de que el rubio lo seguía.

 

EL pelilargo se despidió mentalmente del ostentoso lugar, era hermoso y no podría disfrutarlo nunca mas. Ambos chicos bajaron por el elevador (para desgracia del ojiazul), sin una palabra o mirada de por medio. Deidara simplemente no se atrevía; quería decirle gracias, por que a final de cuentas la situación estaba por salírsele de las manos, quería también, romperle la cara por que el era perfectamente capaz de cuidarse solo, y lo mas importante, no quería que estuviera molesto con él; se supone que estar molesto por lo que hacia el otro (al menos en la curiosa relación enemigos-aliados-compañeros-rivales que tenían) era su trabajo. Algo en el interior de su pecho le incomodaba que el otro lo ignorara, de nueva cuenta, como antes.

 

Llegaron a la planta baja y con dificultad por sus temblorosas piernas el rubio siguió al pelinegro, justo hasta la entrada, donde el mas grande hablo con uno de los empleados y se quedo parado en las escaleras, esperando, con las manos en los bolsillos y la mirada en el cielo, en cualquier cosas en realidad que no fuera menor.

 

EL rubio, por su parte permaneció de junto a él, a varios pasos de distancia y únicamente se acerco a él cuando uno de los empleados, trajo consigo el coche en el que Itachi había llegado desde universidad.

 

El vehículo era mas chico de lo que Deidara estaba acostumbrado, un auto pequeño a penas con dos puertas y de alguna forma compacto. Un bocho había escuchado decir al vallet  y que de  cierta manera le generaba  claustrofobia, pero como sentirse mal físicamente, si otro cosa ocupaba sus pensamientos. El silencio era sepulcral. Tan incomodo que el blondo se debatía por abrir la boca o dar explicaciones…

 

“Dar explicaciones…”

 

Deidara se molestó nuevamente consigo mismo, el no tenia por que explicarle nada al azabache, era su vida y debía hacer lo que el considerara pertinente, por no decir lo que le viniera en gana; entonces… ¿Por qué? …

 

El rubio resoplo, haciendo volar su flequillo de su rostro, era ridículo que un sentimiento cambiara su forma de ver las cosas, la percepción más bien hacia una sola persona. Ciertamente, no tenia por que rendirle cuentas al azabache, pero quería hacerlo; una necesidad urgente porque lo supiera inocente y volviera hacer el chico apacible de antes.

 

—D…de donde sacaste esta máquina? — rompió el silencio el rubio con la esperanza de tener un trato mas habitual.

 

—De Sasori — respondió seco, sin apartar la vista del volante. Su interlocutor se sintió fracasado al no obtener mas.

 

—Danna? — le miro sorprendido pero el otro no parecía estar dispuesto a apartar la vista del frente

 

—Te vio irte,  dijo que actuabas raro y se preocupo… estaba por decirle a Minato pero me encontró  antes, le dije que yo iría por ti, para no perder tiempo me dio sus llaves — respondió a su interrogante inconclusa, había sido una oración larga y aun así Deidara la sintió igual de tajante que la anterior.

 

—Como, me encontraste? — cuestiono otra vez, tal parecía que le tenia bien vigilado pues lo había encontrado rápido, como la vez huyo de sus padres de mentiras.

 

—Le llame a mi padre, el me dijo donde estaba instalado Madara y como podía llegar — Deidara ya no pregunto mas, no sabía muy bien que decir, la actitud de Itachi no estaba ayudando, es más le fastidiaba

 

—Je,  si hubieras esperado cinco minutos mas ya tendría toda la información — dijo en un tono entre broma y verdad aun enojado con la actitud del otro.

 

— Se veían bastante íntimos cuando llegue— repuso con cierta amargura en su voz

 

—Nos estábamos poniendo cómodos  de hecho— soltó irónico,  su enojo y en parte su orgullo estaban dominando a estas alturas su juicio

 

—Debí haber arruinado la diversión—

 

Itachi simplemente no lo miraba eso lo estaba frustrando — Lo hiciste — susurro rencoroso cruzando sus brazos

 

—Entonces debería dar la vuelta y llevarte con el — Itachi empezaba a subir ligeramente el tono de voz

 

—Adelante!  Al menos el no me trata como un idiota y ni me juzga por lo que hago!

 

—Debe ser porque esta muy ocupado abriéndote las piernas — ambos gritaban, Itachi pensó por un momento lo difícil que era concentrarse en una pelea y conducir al mismo tiempo.

 

—Deja de tomarme a la ligera, se lo que hago!

 

—No lo sabes, piensas que es así pero solo actúas tan impulsivamente como siempre!

—No es de esa forma!!

 

—Entonces que tan lejos pretendías llegar?! —Itachi detuvo el coche de improviso, haciendo enojar a los conductores posteriores a él. No lo miro pero enseguida supo que quizá sus comentarios lo habían empeorado todo. El azabache se estaba aferrando al volante con tal fuerza que los nudillos se le habían puesto blancos.

 

—…

 

El rubio no tenía la respuesta solo afilo su mirada mientras se mordía el labio —Dime! Tu cuerpo y tu mente estaban realmente dispuestos a hacerlo — EL otro se mordió el labio un poco mas fuerte, Itachi lo supo desde el momento en que abrió la puerta, lo asustado que estaba y su silencioso agradecimiento por llegar antes de que las cosas fueran a mal — Tan desesperado estas por volver y ser un peón mas en el juego de óbito! — Un comentario sin pensar pero el otro ni lo tomo en cuenta.

 

—Ya cállate, lo hice por ti!! — Itachi lo miro a la cara por primera vez, estaba sorprendido ( en lo cabe que Itachi este sorprendido) entonces solamente callo, Deidara lo miraba con cierto reproche pero quería continuar, gritándole y diciéndole lo imbécil que era —Estaba asustado y aun así… quería hacerlo para que volvieras a casa…— Itachi se fue calmando mientras el otro hablaba, quizá no era el momento pero reconoció que Deidara se veía lindo cuando se enojaba — Tu y Naruto quieren regresar… la verdad no me interesa que le pase al idiota de tu hermano pero tu y naruto quieren protegerlo por eso… yo solo quería… Maldición no sé lo que quiero— el ojiazul se calló prefirió no hablar mas antes de decir algo que no quería, no le daría la razón a Itachi pero ciertamente a veces era impulsivo y hablaba de mas

 

Sin decir una sola palabra el azabache volvió a manejar, una buena decisión con todos esos gritos y bocinas detrás de él. Pero se detuvo a estacionarse unos metros mas allá. Bajo del auto, cerrando la puerta con un golpe fuerte y después camino hacia la banqueta, aspirando hondo, tratando de que la respiración relajara todas las partes tensas en su cuerpo. Miro al cielo también, se estaba haciendo tarde y seguramente Sasori estaría esperando el momento adecuado para decirle a Minato que su pequeño bebe se escapó de la escuela.

 

Bajo la mirada, dirigiéndola al rubio en el coche, no sabía exactamente que pensar de todo aquello, solo que había sido infantil. Pero el no tenía idea de como manejar esta emoción; los celos siempre fueron algo tan ajeno a el que no estaba seguro de que hacer al respecto, enojarse, tranquilizarse o ser indiferente, ¿cuál de todas las emociones era correcta?. Trato de recordar una situación familiar, una con la que hubiera permanecido en calma y en paz, pero no pudo rememorar una.

 

Ni siquiera cuando Sasuke nació se había sentido celoso,  pues, a pesar de ser solo un niño el sabía perfectamente que su hermano necesitaría mas cuidados e incluso desde entonces  había tenido (y tenia) unas ganas inmensas de protegerlo de todo.

 

Debía, en cualquier caso, ser cosa de una relación de pareja, pero con su única novia tampoco había sentido algo similar; su relación estaba basada en confianza; eso y aunque sonara ególatra; la chica lo veneraba bastante para ver a otras personas con esa intención a sus espaldas.

 

—Itachi? —  Deidara en algún momento había bajado del auto, odiaba estar en ese lugar y la actitud taciturna y pensante del otro le llamo la atención. Quería que volviera a reír, aunque eso lo asustaba… sin embargo debía corregirse, no era miedo lo que sentía, era emoción, un éxtasis hasta ahora desconocido al que podía acostumbrarse fácilmente.

 

El otro le miro, dedicándole una sonrisa amarga que Deidara odio desde el primer instante —Porque siempre tienes que complicar las cosas— dijo ya en calma  

 

—No las estoy complicando, intento hacer que volvamos a casa— rezongo mientras lo miraba desafiantemente

 

—No hablo regresar—El rubio enmudeció, ya no entendía nada, ¿Qué era entonces?  – Cada vez que haces algo estúpido me preocupo y saber que me preocupo solo hace darme cuenta de que te quiero mas y mas cada maldito minuto que pasa – termino con voz fuerte pero no gritando.

 

EL joven akatsuki se pasmo, era precisamente lo que no quería escuchar y aun así se sonrojo mientras sentía una punzada de felicidad atravesarle el pecho, como algo cálido resbalándose por su interior asegurándose de tocar todo dentro de su cuerpo.

 

Deidara no supo en que momento el Uchiha había avanzado hacia el, ni mucho menos se entero en que momento su espalda choco contra el muro de la residencia detrás de el, ahora estaba acorralado, cara a cara y pecho contra pecho.

 

Tan cerca que el aliento del pelinegro  agitaba levemente el cabello rubio. Los hombros del ojiazul habían sido tomados por las grandes manos del otro y ahora le brindaban tenues caricias, con los dedos apenas rosando su cuerpo. EL rubio bajo la cabeza, siendo  de repente consiente del calor que generaba el otro cuerpo pegado al suyo —Deidara…— le llamo el otro en un susurro, pero el otro no lo miro, cerro los ojos, temiendo ver lo cerca que los labios del azabache estaban de su rostro.

 

—Itachi…no— rogo igual de quedo que el otro, colocando sus manos en el pecho, sintiendo casi de inmediato el palpitar acelerado del mayor, se veía tan calmado que le costaba imaginar que estaba tan nervioso , no, ansioso… justo como el.

 

—“No” que? — volvió a susurrar, subiendo sus manos de los hombros al cuello, en un moviendo tan delicado como lento; sus dedos se deslizaron sintiendo a su paso el pulso en la carótida y siguieron hasta los lóbulos de las orejas.

 

—S…solo… no — replico en voz baja, temblando ante el cosquilleo que le calentaba la piel; esos  mismos dedos, con paciencia quitaron todo el cabello del rostro del ojiazul, colocándolo detrás de la oreja. Deidara, que aun mantenía los ojos cerrado, se dejo hacer cuando las manos del otro firmes pero suaves en sus mejillas le alzaron el  rostro.

 

Itachi no respondió, solo lo observo por un rato, algo que al rubio se le antojo eterno. — Abre los ojos— le ordeno, pero el otro se negó sacudiendo levemente la cabeza. No podía, simplemente no podía, solo así; sintiendo, pensaba que moriría, no quería averiguar que pasaría si abría los ojos. — Por favor— suplico el otro, algo que sonaba mas a un deseo ferviente que fue acompañado de un delicado  beso en la frente .

 

Deidara lo hizo, abro los ojos, mas por la sorpresa que por las ganas. Sintió entonces su corazón detenerse, un lapso tan corto y efímero pero poderoso. Los ojos negros se mostraban ante el con una intensidad impropia. Su rostro fue bajando a su altura y fue a encontrarse con el otro… o casi.

 

Justo cuando creyó que su boca se encontraría con la del rubio, el azabache se vio interceptado por una de las manos del rubio. La pequeña mano intrusa se había colado entre los labios de  ambos y por lo que supuso no la quitaría de ahí.

 

—No puedo…— apenas y se escucho el sonido con su mano cubriendo la boca del otro — No aun…— confeso el otro sonrojándose mas si era posible, incluso Itachi había sentido lo inusualmente caliente que las mejillas del otro se estaban poniendo.

 

Lo dejo ser, mas no se aparto.  Siguió el juego del otro, pegando sus labios a esa pequeña mano perteneciente al rubio sin dejar un ápice de espacio. Lo beso, a pesar de esa mano intrusa divirtiéndose de enredar sus labios entre los dedos del rubio.

 

Escuchó a Deidara aspirar aire sorprendido, y lo vio cerrando los ojos de nuevo, seguramente no se esperaba aquello. El rubio quería escapar pero dudaba que sus piernas siguieran en su lugar y entre mas se concentraba mas podía sentir los labios del otro, presionando contra sus dedos, incluso la lengua del otro se colaba entre las diminutas aberturas entre dígitos. Itachi  se acerco a el, queriendo reducir cualquier espacio entre ellos  por un momento  el rubio se dijo a si mismo que ni la luz del sol pasaría entre ellos, aun así había una necesidad necia por lo improbable.

 

Deidara había besado antes, inútiles y nada recíprocos besos quizá por eso era que los labios de Itachi lo electrocutaban, dejaban una sensación electrizante donde tocaban, tanto que se vio tentado a quitar su mano, pero aguanto. Sin embargo ahora ninguno de los dos se veía capas de separarse   

 

 Quien sabe cuánto tiempo había pasado,  segundos o minutos,  horas o días, ninguno de los dos estaba seguro quizá por eso Itachi  con la frustración tatuada en sus ojos había dado un ultimo beso en su frente y había regresado al coche,  dejando al ojiazul con las piernas temblando y rostro como un faro.

 

Tuvo que recuperarse rápido, al menos visualmente; respiro hondo, coloco su cabello en su lugar  y con pasos lentos y temblorosos siguió a su acompañante poco después,  el silencio volvió pero esta vez ambos querían que fuera así.

 

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En aquel sueño, el no sabía dónde se encontraba, una habitación o la nada, simplemente no podía distinguirse, había un vacio interminable que se dividía en dos partes. Frente a él se extendía una oscuridad profunda y francamente aterradora, todo lo contrario a su otra mitad espaldas a el donde el suelo y las paredes eran de un blanco tan pulcro que no podía distinguir cuando terminaba una y acababa la otra, el se encontraba de ese lado donde la luz le brindaba al menos la visión de sus manos. El chico permaneció de ese lado, de alguna manera lo prefería a la oscuridad incierta.

 

Al principio, la primera vez que había soñado con esto, todo era un sepulcral silencio, fue quizá en ese momento que decidió quedarse en el seguridad del lado blanco, y poco después pensó que había acertado, pues conforme fueron pasando las noches  y el sueño se hizo recurrente, el silencio se convirtió en un murmullo un susurro apenas audible proveniente del negro, un sonido que  podría ser confundido con el sonido del viento.

 

El ruido noches después volvió a aumentar, el sonido era similar a la estática, justo ese incomodo sonido que hacia el televisor cuando no tenia señal, que se repetía de forma intermitente,  un escándalo molesto que era interrumpido por el pitido del silencio, el solía solo mirar a la gran nada hasta despertar, le asustaba o mas bien le inquietaba lo que pudiera provenir de aquel lugar.

 

 Ahora, esta vez, en su sexta vez en el sueño podía escuchar palabras, aunque en realidad eso era lo que su mente le decía, algo en su cabeza decía que era el sonido de una voz lejana tratando de llamarle.

 

Naruto…

 

Creía poder escuchar entre la estática y como todas las noches se dedico a esperar. Fue cuando lo vio, dentro del sonido de las palabras jamás dichas, un movimiento, sutil e ignoto, algo que se retorcía y se abría paso dentro de aquel lugar sin luz.

 

El rubio tubo que ahogar su gemido de sorpresa, no sabia cuanto tiempo le llevó a aquel ser llegar hasta el,  pero ahora podía verlo o mas bien solo en parte, un mano había salido a la luz, una extremidad delgada que solo se asomo hasta el codo, pues lo que fuese su  cuerpo permaneció en la oscuridad.

 

El la miro atento, se movía de forma irregular, de arriba hacia abajo, luego a los lados incluso en círculos,  buscando con sus largas uñas negras; el rubio supuso con miedo que intentaba aferrarse a alguien… a él… y posteriormente llevarlo consigo.

 

El solo pensamiento lo inquieto “eso” venia por él, podía asegurarlo no solo porque no hubiese nadie mas en el cuarto si no porque lo había encontrado, era un ida un tanto fantástica pero sabía que lo estaba buscando pero el  rubio no quería ser encontrado.

 

—Naruto…

 

Se escucho de nuevo, la voz ronca y desgarrada, seca y cansada le llamaba mientras el caminaba con pasos cuidadosos hacia atrás alejándose, de la extremidad con largas uñas negras.

 

—Naruto… — una vez mas — Naruto…— otra vuelta, esta vez un grito mas desesperado que sincronizaba con la mano que se movía frenéticamente. — NARUTO!!! — grito aquello.

 

Un último alarido que logro despertarlo.

 

No estaba muy seguro de que había sido una pesadilla, pero había despertado agitado y sudado, no obstante no sentía miedo,  solo una molesta intranquilidad alojada en su pecho. Prefirió entonces, no dormirse de nuevo, no quería saber como terminaba aquel sueño, pero eso no lo detenía de suponer, quizá aquel ser lograría salir de la oscuridad, quizá fuese algo humano y si no lo era ¿Qué era?, ¿qué pretendía hacerle? ¿qué quería de el?

 

Pensó en otra cosa mejor, no se moría por saber la respuesta.

 

Se concentro en el nuevo día; ¿Cuánto había pasado ya? ¿3 o 4 semanas? La verdad es que no contaba los días, pero si se divertía en cada uno de ellos. Había descubierto tantas cosas en tan pocos días que se sentía energético cada mañana, las cosas que se encontraban ahí eran tan singulares como ninguna otra, como nuevas características de sus amigos, gozar del amor de una familia y quizá lo mejor ( aunque eso y sus padres se peleaban el primer puesto) era sin lugar a dudas Sasuke; su olor, sus ojos sus labios ( y que Minato no le escuchara) sus besos!!

 

El día anterior, hace unas cuantas horas en realidad, habían estado chocando sus labios una y otra vez, que incluso habían terminado ligeramente hinchados y rojos; imposible de ocultar ante los ojos de un padre sobreprotector  por lo que las preguntas de su progenitor no se habían hecho esperar.

 

Pero, ¿Qué podía decirle? Estaba seguro que las palabras “estuve besando al chico que me gusta mientras nos metíamos manos por cierto, durante mas de una hora” no era algo que a algún padre le gustaría escuchar, entonces haciendo caso  a su sentido común (raro en el) había optado por la mentira mas obvia del mundo … “me caí”… obviamente Minato no había creído una pisca pero tampoco iba a presionar a su hijo a que le contara, después de todo el hablaría cuando estuviera listo, como siempre hacia o mas bien procuraba hacer.

 

Después de eso estuvo demasiado ensimismado en si mismo, como para observar lo extraño que Deidara se estaba comportando tanto que ni siquiera noto que el chico permaneció el resto de la tarde encerrado en su cuarto mientras el volaba entre las nubes de la fantasía.

 

Pero ahora, era otro día, y pese a los sueños inquietantes era hora de comenzar la jornada. Bajo solo hasta que escucho ruido en la cocina, así levantaría menos sospechas y no estaría solo.

 

Como era de suponerse, Kushina fue la primera en poner un pie en la cocina, estaba preparando seguramente el desayuno, cuando lo miro, sin duda alguna se sorprendió de que fuera el menor de sus hijos el primero en llegar, a ser sinceros naruto nunca había sido exactamente madrugador. Sin embargo no le dio mayor importancia y se dedicaron a charlar mientras los otros bajaban.

 

Quizá fue en ese momento que naruto supuso que andaba algo mal en Deidara, quizá fue que se había puesto la ropa al revés, o zapatos de diferente color y diseño, o lo mas probable es que lo delatara el tremendo golpe que se había dado contra la puerta cuando intento salir por ella, naruto quiso preguntar todos en la familia en realidad, pero prefirió hacerlo mas tarde, su curiosidad era mucha pero ver al rubio mayor tan distraído  subiendo al coche del vecino en vez de al de su  supuesto padre le hizo entender que quizá no era el momento. Aun así decidió hacer la pregunta reglamentaria.

 

—Esta todo bien? — pregunto curioso una vez que todos se encontraban arriba del auto correcto.

 

—Por supuesto que no — contesto dejándose caer en todo el asiento poniéndose de su característico color verde.

 

—No me refería, a tu malestar… hablaba mas… en general. — Deidara no respondió aquello se limito a hacerse un ovillo verde en coche. Y la verdad el pequeño no hizo ningún intento mas por sacarle información ya tendría tiempo de sobra después.

 

Llegaron pronto a su destino, la escuela estaba tan amplia y brillante como siempre, a veces daba algo de nostalgia cuando el chico la miraba por mucho tiempo, pues le recordaba a la academia ninja. Naruto bajo del auto y se despidió de ambos rubios y se quedo esperando en la reja, era una de esos días en que el había llegado antes de su azabache compañero (hablando de el, un escalofrió estrujo agradablemente su estomago).

 

Naruto miro la entrada, viendo como sus compañeros mas madrugadores entraban en la institución entre ellos su pelirrojo amigo que estaba esperándolo pacientemente mientras leía. El pequeño zorro no era tan idiota como normalmente creía la gente, despistado y torpe quizá si ( pero solo muy poco), el sabía perfectamente que aquel asunto de ser “gay” como lo decían tan retorcidamente en ese lugar no había quedado tan olvidado como su amigos le habían hecho creer.

 

Tan solo dos días después el sujeto aquel que lo molestaba continuamente, aparte de terminar en el hospital había sido expulsado, sus amigos suspendidos y casi por poco le tocaba igualmente a él, pero dado que técnicamente no había sido el agresor, se había salvado por los pelos.

 

Después de eso,  el rumor se había expandido mas rápido que Gai sensei pidiendo una competencia ridícula a  Kakashi, sus amigos no fueron la excepción y poco mas tarde luego  de un alargo interrogatorio se dedicaron a protegerlo – entiéndase a no dejarlo ni un momento a solas- En pocas palabras si no estaba con Sasuke estaba con alguno de los chicos, la victima de hoy parecía ser Gaara, la de ayer había sido la inocente Hinata, aunque a ella no parecía sentarle muy bien estar seca de él. Suspiro resignado, odiaba sentirse inútil, asi de débil. Era de esas pocas cosas que  extrañaba del su mundo original, la capacidad de defenderse por su cuenta, de hacer grandes hazañas, no depender de los demás y ser él quien lo daba todo por proteger a sus seres queridos.

 

Trato de relajarse, de sonreír para saludar a su amigo lejano, tan radiante como el siempre había sido. — Gaara!! Buenos días!! Que haces tan temprano por aquí?

 

—Naruto— le sonrió dedicándole una linda sonrisa, el pelirrojo siempre le había parecido alguien dulce (claro después de conocerlo, sin el odio a la humanidad y sin el shunkaku)) que se preocupaba por el y le procuraba, claro todo lo que podía con la distancia de por medio. Había una vez ( y que por amor a dios Sasuke no se enterara) que el rubio había pensado en que si Sasuke no fuera parte  de su vida naruto pudo haberse enamorado de el pelirrojo,  pero ese no el caso.

 

—Sucede algo? — hablo su amigo un poco incomodado por la mirada tan atenta sobre el.

 

—Solo me preguntaba donde están tus hermanos.

 

—Ellos vendrán mas tarde, no te preocupes por ello, mejor cuéntame, que tal te fue ayer? — el pelirrojo pareció sonreír apenas, naruto estaba acostumbrado a eso, a su tranquilidad estática quizá por eso  entendió hacia donde iba dirigida esa pregunta.

 

—E…Eso… me fue bien — contesta un poco avergonzado,  mirando en otra dirección, dibujándole una sonrisa a su amigo de ojos claros.

 

—Me alegro por ti, solo intenta limitar tus demostraciones de afecto, no puedes pasar todo el día en los labios de otra persona.

 

— Podría intentarlo— protesto un poco mas rojo.

 

Para cuando el aguamarina quiso agregar algo mas, el potente sonido de un coche llegando a toda velocidad detuvo sus palabras, la limosina del imponente Uchiha había llegado.  Ambos lo observaron mientras se acercaba a ellos con su atípica actitud de siempre, llamando también la atención de todas las chicas del colegio. Al llegar a la reja el azabache se detuvo justo a lado del ojiazul  vacilando sobre lo que debía hacer a continuación. Estando ahí el pelirrojo lo que menos quería hacer era verse débil, así que opto por mirarle inducidoramente esperando que captara que era un estorbo y debía irse de ser posible muy rápido.

 

—Buenos días teme — saludo alegre el rubio mirando a su amigo con la misma urgencia pero con una esencia menos asesina.

 

No habría que ser un genio para entenderlo, por eso el aludido decidió despedirse—Bien, me iré ahora… solo recuerda lo que hablamos — el rubio asintió sonriendo. El pelirrojo le dio la espalda y se marcho, no fue hasta que estuvo a muchos metros de ellos que el Uchiha se permitió relajarse.

 

Jalo al despistado rubio del brazo plantándole un rápido y fugaz beso en los labios— Buenos días usuratonkachi  — saludo  enrojeciendo ligeramente, algo de su orgullo Uchiha había sido dañado pero ver la cara tanto sorprendida como roja del rubio le dio una cierta satisfacción y levanto su ego.

 

—S…si, buenos días —  el rubio se movió para encararlo de frente, aun con ese color rosado en las mejillas. El solo se quedo mirando, pensando repentinamente en su otra vida. En lo que pasaría si lograban encontrar una forma de regresar, el pensamiento era frio,  era incluso un poco melancólico, no quería verse así mismo mirar  atrás y ver lo que tubo, lo que dejo por un sueño que por una milésima de segundo pareció insulso, eso era demasiado incluso para alguien tan positivo como él.

 

Recordó también la voz de sus sueños, la mano y la voz intentando llegar desesperadamente  a donde estaba, llamar su atención y llevarlo consigo.

 

—No pongas esa cara, me hace pensar que no debería estar haciendo esto… y ya pase por esa fase no quiero dar un paso atrás — Sasuke le sostuvo la mirada, parecía igual de perdido que el mismo.

 

—Tienes razón, lo siento… es solo que estos sueños locos me deprimen y…—repuso el rubio sonriendo tan brillante como siempre y callando tan rápido como se dio cuenta de sus propias palabras.  No eran importantes sin embargo sintió que debía de hablar de ellos.

 

—Sueños? — la voz de Sasuke  sonó curiosa y desconfiada, le miro como si hubiese estado guardando un importante secreto de años.

 

—Nada en realidad, son solo eso…— el Uchiha estaba a punto de indagar un poco mas al respecto cuando sintió algo frio colarse por debajo de su ropa, jugueteando con su espalda y la cintura del pantalón.  Vio a naruto, tan lejos y enojado como para que esas manos pudieran ser de el.

 

—Que linda pareja, un día de novios y ya están hablando de fantasías y sueños húmedos — era Suigetsu que con una fingida voz excitada acariciaba con descaro la espalda del Uchiha.

 

—Saca tu mano de ahí si no quieres que te la arranque — amenazo Sasuke, sosteniendo su cabeza mientras masajeaba el puente de la nariz contralando sus impulsos asesinos — No crees que esto es repetitivo y absurdo? No tienes a alguien mas a quien joderle la vida? — el Uchiha agarro la mano de su amigo doblándola como si fuese a quebrarla

 

— En realidad no, Karin suele llegar tarde e Ino solo me deja molestarla en el almuerzo—  en respuesta obtuvo un movimiento mas brusco ahora si que empezó a dolerle—Auch auch auch, vale lo capte suéltala — el Uchiha lo hizo de mala gana pues el rubio,  posando una mano sobre su hombro había pedido con su mirada que se controlara aunque lo que realmente quería el rubio era romperle la mano el mismo.— Al menos ahora  se porque naruto-kun no te agarra la manos, podrías extirpársela con tu “amor” — lloriqueo el peliblanco de forma infantil y corriendo antes de que el comentario le pudiera costar mas de la cuenta.

 

Ambos chicos suspiraron cansados, en parte fastidiados, en parte aliviados de estar solo de nuevo, pero el festejo duro apenas unos segundo cuando el timbre que daba inicio a las clases se escucho por toda la escuela, habían sido derrotados nuevamente esta vez por la campana , pero ninguno se fue a clases desanimado esa tarde les tocaba comer juntos y nada se los impediría.

 

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—Teme? —  le hablo con la voz aparentemente calmada, pero por el tic de enfado que hacía con su rubia ceja  sabía que no era de esa forma.

 

—Que? — respondió tosco, haciendo curiosamente el mismo gesto que su acompañante con su ceja, sin embargo, el intentaba comer para mantener su mente alejada de todo aquel barullo.

 

Naruto noto, quizá porque lo conocía de hace tiempo, que el azabache trataba de hacerse ajeno a lo que pasaba, con justa razón después de todo no era su culpa. —Entonces… que hacen ellos aquí? — se atrevió a preguntar el ojiazul mirando de izquierda a derecha el circulo que todos lo adolecentes (amigos de Sasuke) habían hecho.

 

—Que pregunta naruto-kun estamos conviviendo con el novio de nuestro amigo— respondió feliz cierta rubia de ojos verde agua comiendo un poco de arroz del bentou rosa que traía.

 

—Pero porque justo hoy— gruño con los palillos en la boca comiendo el también. ¿Y por que todos? Se pregunto mentalmente mientras miraba de forma discreta a la peli rosa de ojos verde, ahora ex novia de Sasuke.

 

—Al menos disimula un poco esa cara larga naruto-kun no quieres darle una buena impresión a los amigos de tu persona especial? — esta vez hablo Suigetsu de forma socarrona pero esta vez estaba a una distancia prudente, aun quería proteger su cuerpo.

 

—Eso…— el rubio pareció meditarlo, sus amigos (los reales) le habían dicho algo similar en una de esas tantas platicas vánales que solían tener  cuando estaba todos juntos. Los amigos deben ser quien de el visto bueno a la pareja… aunque todo se resumió a que al final la decisión era de uno.

 

—Además aun no te hemos aprobado como pareja de Sasuke-kun, eso significa que aun te lo puedo quitar— fue el turno de Karin  de aportar algo y aprovechando que estaba a un lado de Sasuke se dejo caer en su hombro con un amplia sonrisa

 

—Ustedes no tienen que aprobar nada, puedo salir con quien me dé la gana y ustedes no deben meter las narices — rezongó el Uchiha apartando su hombro y provocando que Karin cayera a un costado.

 

—No seas aburrido sa-su-chan— le regaño de forma cantaría Sai.

 

—Y bueno Naruto cuéntanos tus hobbies— la rubia solo se dedico a ignorar a su malhumorado amigo para empezar el interrogatorio.

 

—Hobbies? — alzo una rubia ceja sin entender a que se refería. Ese extraño idioma que debían aprender muy aparte del que hablaban era complicado, le pareció de cierta manera ridículo que no se hablara el mismo idioma en todas partes ¿No sería mas fácil la comunicación?

 

—Si ya sabes lo que te gusta hacer en tus tiempos libres — Aclaro fastidiada la pelirroja.

 

—Pues…eso…— el rubio intentaba pensar — Entrenar…creo…— no había nada de donde venia que pudiera resultar similar a ese lugar. — No eso no… amn… me gusta leer manga — respondió viendo a la rubia — También me gusta escuchar música y estar con Sasuke — respondió  un poco inseguro.

 

—Manga?... a Sasuke –kun no le gusta el manga— hablo por primera vez la peli rosa, a pesar de que intentaba ser prudente y nada infantil, cierto veneno salía de sus palabras. No era realmente su culpa, Ino la había arrastrado ahí en contra de su voluntad recordándole que antes de haber sido novia de Sasuke había sido su amiga y era necesario recuperar esa posición, por el bien de ambos.

 

—Ni siquiera sé que es — refuto calmo el Uchiha.

 

—Son historias con dibujos, puedo pasarte los que me prestó Hinata son muy buenos — el rubio paso por alto las palabras de su amiga mientras hablaba alegremente con el Uchiha, ansioso de mostrarle las cosas que el consideraba divertidas en aquel peculiar lugar.

 

—Entonces los leeré— en aquel micro momento los chicos vieron algo que pensaba que era un mito, una genuina sonrisa en el rostro del ojinegro. Por primera vez (y si era la primera genuina vez) se sintieron mal tercio y hasta un poco culpables de interrumpir su intimidad, pero el momento paso tan fugaz como vino.

 

—Y por qué te gusta Sasuke? — pregunto Jugo, no era que su amigo fuera un mal partido o mala persona, pero tenía que admitir que siempre había sido malo en sus relaciones interpersonales, lo entendía de sakura, la chica alababa todo el tiempo que su novio era apuesto.

 

El blondo  no sabía si debía responder eso en frente de Sasuke, pero todos (incluido el mismo Uchiha) ya lo presionaban por su respuesta, No quedo de otra más que tomar tiempo para pensarlo…

 

¿Por qué le gustaba Sasuke?

 

El jamás tubo una respuesta a esa pregunta,  se la había hecho tantas veces así mismo pero todo se volvía confuso y difícil tanto que optaba por dejar la pregunta abierta. El azabache tenía muchas cualidades pero la mayor parte del tiempo le fastidiaban.

 

—Debe ser por que Sasuke-kun es muy inteligente — opino  la chica de lentes rojos, esa era la cosa que a ella mas le gustaba de el ojinegro.

 

—No en realidad, es mas creo que eso me irrita— el comentario había sonado contundente y frio, quizá con un sutil toque de fastidio, incluso Karin se estaba arrepintiendo de haberse sentado junto al ojinegro cuando una peligrosa aura comenzó a emanar de su platónico amor

 

—Como que te irrita? — pregunto peligrosamente Sasuke, mirándole como si hubiese dicho la peor de las blasfemias.

 

—Es que normalmente estas presumiendo que eres mucho mas listo que yo, a decir verdad es muy molesto, me hace enojar — explico el ojiazul, aquello le cayó como balde de agua fría, había ocasiones (pocas y contadas aseguraba el) donde efectivamente hacia ver al blondo que su capacidad intelectual era ridícula, pero es que se lo ganaba a pulso con todas las estupideces que llegaba a decir o hacer.

 

Busco apoyo en sus amigos, pero ellos inmediatamente evitaron su mirada y sonrieron nerviosos. No querían molestarlo pero era verdad que a veces incluso ellos mismos tenían una opinión similar con la actitud que este tomaba cuando se equivocaban.

 

—Que tal, por que es muy guapo?— inquirió Ino tratando de quitar la tensión del ambiente, esta vez la rubia exponía lo que mas gustaba a ella.

 

Naruto volteo su mirada a Sasuke, y este a el de regreso. Lo miro atentamente, como si tuviera que analizar que las palabras de la rubia fueran ciertas — Bueno… tampoco es eso — suspiro cansado, lo hizo porque su cerebro no podía pensar en que era lo que era mas importante para él, sin embargo, desde fuera parecía que a su parecer Sasuke no era exactamente atractivo.

 

—Que quieres decir con eso dobe? — una sonrisa muy forzada se instalo en la cara del ojinegro y su tic en la ceja había regresado para hacer visible su descontento. Todos los amigos del Uchiha tragaron en seco y se recorrieron unos centímetros hacia atrás.

 

—No  digo que no seas guapo— se apresuro a decir el rubio — Es solo que, es un motivo un poco superficial, además ¿Por qué me gustaría algo que hace que otras chicas se  fijen en ti?— Los presente tuvieron que darle la razón, incluida Haruno pues varias veces había deseado que su amado no fuera tan guapo pues llamaba demasiado la atención de otras personas.

 

—Que tal su actitud cool? — Esta vez hablo Jugo, las chicas siempre usaban esa palabra para describir a su azabache amigo.

 

—Debe ser broma, ser huraño no es cool para nada —  una verdad sincera escapo de los labios del rubio, sacando una sonora carcajada a los chicos presentes y una mueca a las chicas.

 

—A quien estas llamando huraño?!! — el chico había llegado a su límite de paciencia, aprovecho que las manos del kitzune estaba ocupadas con su comida para jalarle fuertemente la mejilla sique pudiera defenderse.

 

—ay ay ay! — la queja del rubio quedo en el aire mientras el azabache le propinaba su merecido castigo.

 

—Ya se, son sus besos no? — el castigo fue cortado de pronto ambos adolecentes miraron a Sai que era el que había hablado, lo apuñalaron con la mirada sonrojándose al mismo tiempo. — Después de todo no pasaron besándose una hora ayer solo por nada, no? — el chico sonrió tan característicamente como siempre ante las miradas curiosas de sus amigos que internamente se preguntaban si aquello era cierto.

 

—N…no!! — grito naruto avergonzado por sentirse observado (quizá hasta juzgado y claro odiado de parte de la ojiverde de cabello rosa) por los presentes. Era peor que cuando Rock Lee había descubierto su primer beso con Sasuke.

 

—Así que besas mal — aseguro el ojimorado burlándose del pelinegro, que ya estaba a nada de soltarle un buen golpe al rubio por responder de forma tan idiota.

 

—Estas cavando tu tumba — amenazo el Uchiha al chico a su lado.

 

—No dije que besaras mal! — se defendió, nadie aquí le dejaba terminar de acomodar sus ideas — D…d…de hecho fue algo… muy genial— confeso sin mirar al ojinegro ni a sus amigos, no quería estar mas apenado de lo que estaba— Además es la primera vez que nos besamos de esa forma… no tiene sentido que me haya enamorado de eso.

 

—Entonces,  que es? —apresuro la peli rosa — De la manera en que lo dices parece que solo estás jugando con Sasuke-kun— vocifero la chica ya cansada de todo el circo que sus amigos estaban montando.

 

—Es que es difícil…— naruto pensó mejor sus palabras, no quería poner de peor humor a Sasuke o lastimar mas a Sakura — Me gustan todas las cosas que dijeron de el, es… solo que no puedo amarlas por separado, deben de estar todas juntas para que puedan ser Sasuke, porque yo amo todo de el. —todos permanecieron en silencio casi sepulcral que termino intimidando al rubio — Es un sentimiento complicado.

 

Sakura quedo callada, tomo sus cosas y salió lentamente del lugar. Quería actuar natural pero aun dolía en su pecho haber sido cambiada y no poder ganar a esos sentimientos que vio reflejados en los azules ojos de su rival.

 

A penas segundos después de que la puerta se cerro, todos en al azotea sugieron con atenta mirada el camino de la chica fue cuando el Uchiha aprovecho. En un pestañeo pequeño sucedió algo sorpresivo.  Cuando el rubio vio,  ya tenía encima de sus labios los de Sasuke,  fue rápido pero aun se asombró de poder sentir los cálidos labios del mayor, de  probar a penas el sabor salado de las bolas de arroz que había probado hace unos momentos.

 

El beso instauro el silencio, las miradas habían regresado a la pareja, las amigas de Sasuke los miraban estupefactas, jamás había presenciado un beso entre chicos por lo que fue extrañamente excitante (quizá por  morbo). Los varones, simplemente no esperaban que su amigo besara abiertamente al rubio, tanto Suigetsu como Sai se sintieron desanimados al no poder estropear el momento, pero ambos pensaron que siempre tendrían otra oportunidad.

 

—Hey! No se pongan a tono que hay niñas presentes— brome Suigetsu, sabía que Sasuke solo le ignoraría pero el rubio no, el chico si que estaba avergonzado.

 

—Cierra la boca solo fue un beso — hablo Sasuke molesto.

 

—No puedo imaginármelos en sus citas, seguro son de los que se la pasan besándose en el cine en lugar de ver la película— le secundo Sai al peliblanco.

 

—No me hagas lastimarte Sai— amenazo, aunque pereciese que sus amenazas eran llevadas por el viento pues los chicos no parecían exactamente asustados.

 

—Oh, pero nosotros nunca hemos tenido una cita — agrego de mas el rubio que volvía a recuperar su color natural. Los camaradas del vengador voltearon a ver simultáneamente a Sasuke, como queriendo decirle con sus miradas de desaprobación lo horrible novio que era.

 

—No me miren así llevamos un día saliendo—  no lo diría pero ese gesto tan coordinado le había cohibido un poco.

 

—Tengan una cita el sábado— sugirió la rubia pasando su mirada al rubio

 

—Yo tengo entradas para ir al cine, pueden ir con ellas — ofreció Sai ( a primera vista sospechoso pero el azabache lo dejo pasar)

 

—Pueden verse en la estación del tren,  que sea temprano para que puedan ir a otros lugares antes, como a comer— agrego la pelirroja como si estuviera planeando su propia cita con Sasuke — Conozco una puesto de comida al que siempre he querido ir con Sasuke-kun — (definitivamente a la chica de lente se le había olvidado que no era su cita)

 

—Yo conozco buenos hoteles, ya sabes para después— el peliblanco giño un ojo a Sasuke y este se repitió a si mismo que el homicidio en esta y de donde venia era ilegal… mas ilegal ahí al parecer.

 

—Entonces el sábado a las 11 en la estación cercana a la plaza, no llegues tarde Naruto-kun— finalizo la rubia de ojos agua.

 

—No decidan por su cuenta!! — les regaño el Uchiha, con una venita palpitando en su frente, estaba ahora lo suficientemente irritado. Volteo a su lado para buscar sostén en su compañero ninja, pero este ya se encontraba en su propio mundo.

 

—Una cita con Sasuke…— escucho que susurraba el chico mirando con ilusión el piso, Sasuke conocía esa mirada, era la misma que ponía cuando les asignaban una misión clasificación C. Suspiro resignado, al parecer tendría una cita con el rubio.

 

Pero pensándolo de nuevo, sonaba bastante bien.

 

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La existencia humana en si siempre le había sido algo tan interesante como excitante, sin embargo no por eso menos irritante y molesta. La personas (desde los ninjas hasta los simples mundanos con los que se acostumbraba  convivir) eran sin lugar a dudas una raza avanzada, en aquel lugar dada su falta de poder físico, habían hecho de su mundo un lugar lleno de pequeñas maravillas, en su mundo; todo estaba rodeado de la perfecta la armonía entre lo físico y lo mental, aun así, hay algo que todos aquellas miserables personas tenían en común, la propensión al desastre, la maldad y la autodestrucción.

 

Por eso Madara los miraba siempre con mezcla de compasión y rabia. Pobres de aquellas personas encerradas en su pequeño mundo de maravillas, por desgracia solo las personas de las aldeas ninjas tendrían la oportunidad de redimirse y encontrar la verdadera felicidad.

 

Era una lástima sin dudas, el arte, la tecnología y la música; justo como la melodía que el pianista a unos metro de él se esmeraba por tocar; se perdieran en la oscuridad del egoísmo humano, pero en fin. Madara se concentro una vez mas en el chico frente a él, ignorando de nuevo los tacones chocando contra el azulejo, las copas de vino chocar una contra la otra, y la algarabía de las voces chillonas y chismosas de las mujeres de alta alcurnia.

 

El joven que lo acompañaba portaba un traje bastante básico; negro.  Lo único que tenia al parecer (Madara anoto mentalmente que le compraría un par mas al menos, verlo con el mismo traje todo el tiempo lo volvía loco) su cabello tan negro como el de el mismo estaba correctamente peinado hacia atrás ( otro de los caprichos del Uchiha por supuesto) y portaba unas oscuras gafas negras; sinceramente en cualquier otro momento el mayor las hubiera odiado pero dadas las circunstancias era lo mejor.

 

—… Si he de ser sincero, estoy un poco preocupado por como terminaran las cosas…— Al parecer su interlocutor había seguido hablando mientras el divagaba en su existencia, por lo que se limito a sonreír y escuchar con fingido interés para ver si podía retomar la conversación — Las nuevas generaciones de Konoha sin duda nos han seguido el paso a una manera alarmante, en especial ese chico… el portador del kyubi y el único sobreviviente del clan Uchiha…sin mencionar que aun no hemos podido derrotar al portador del ocho colas, además…

 

—No tienes por qué alarmarte — le interrumpió moviendo su copa de vino, para liberar el aroma de destilaba aquel licor de uva. — Todo a su tiempo, la tierra no se creó en un día y  yo sabía desde un principio que el plan “ojo de luna” iba a tomar su tiempo, todo siempre tiene sus pros y sus contras, lo único que debe hacerse es atacar las cosas malas con una buena estrategia

 

Su interlocutor no hablo, asintió y  espero que Madara continuara — Por el momento concéntrense en capturar a los biju que no estén protegidos tan celosamente como  esos dos, lo importante me gustaría resaltar; es que no se conozcan, no aun por lo menos… no sería conveniente — el pelinegro tomo un sorbo de su copa de vino— También asegúrate de que Nagato siga con vida, no queremos problemas futuros.

 

—Eso se hará, Yugito nii es la única que falta, los miembros de akatsuki han sido un gran elemento y Nagato como su líder sin lugar a duda hace un gran trabajo, solo tengo que seguir manipulando sus sentimientos de compasión al mundo.

 

—Confió plenamente en tus capacidades, Óbito. — le sonrió rememorando con cierta nostalgia el día que lo encontró, apenas un cuerpo que intentaba aferrarse a la vida,  lo curo y posteriormente  lo educo; aunque debía admitir que su amigo, ese tal Kakashi, se llevaba el crédito después de haber matado al amor de la vida del chico, no costó mucho convencerlo de que el tsukuyomi infinito era la solución a todo. No obstante no hace mucho, había reparado la poca convicción del chico a que él regresara al otro mundo, como lo veía terminaría traicionándolo tarde o temprano, pero incluso para aquello Madara estaba mas que preparado, por ahora debía mantener la sonrisa y hacer creer al muchacho que toda su confianza estaba totalmente depositada en él. —  Oh por cierto…— miro al chico directamente a los ojos, mejor dicho a las gafas de sol (después de todo el sharingan en el ojo izquierdo de óbito debía de ser ocultado) — No se te perdió algo?

 

El mayor miro al más joven con una sonrisa entre traviesa y burlona, que ante la confusión del chico solo pudo ensancharse mas — Perder algo? — pregunto confundido, dejando la pequeña taza de café en la mesa —

 

—Una pequeña cosa escandalosa…— el otro aun no alcanzo a comprender — Piensa un poco, rubio, encantadores y problemáticos ojos azules, con una linda boca impertinente. — el otro pareció palidecer, bajó la mirada y Madara vio con creciente gusto que temblaba imperceptiblemente y es que… ¡¿Cómo demonios Madara podía haberse enterado de aquel pequeño error?!

 

—Falleció lamentablemente…—  dijo con cierto pesar,  es lo que había escuchado al menos.

 

—Deberías entender a estas alturas, que, no todo lo que deja un cuerpo físico esta muerto — regaño sin borrar la sonrisa, después de todo el mayor era prueba de aquello. —Analiza, donde iria un alma perdida si no está muerta

 

—D…deidara está aquí? — menciono el chico con nerviosismo, pasando saliva con una lentitud tortuosa.

 

—Bingo! Siendo así, estarás consiente que también hay alguien quien lo acompaña no es así?

 

—Itachi, cierto? —  Óbito se estremeció de nuevo, al descubrir que no solo el rubio si no Itachi también se encontraban ahí — Ambos son aliados — hablo por fin el chico después de que hubo controlado sus nervios — Son parte de la organización, Deidara e Itachi llevan desaparecidos un par de días, estaba preocupada ya que no habíamos recibido señal de vida de alguno de ellos, incluso había rumores de que Deidara estaba muerto.

 

El mayor guardo silencio, analizando cuidadosamente, atando cabos —No supone un problema para mi que estén aquí, sin embargo, ese chico, el que es parte de nuestra descendencia, es listo, podría sospechar algo si no es que ya  lo hace.

 

—Madara, yo creo que realmente es un problema… ya que el hermano menor de Itachi y…— óbito quiso callar, no es que fuera una falla suya, de haber sabido por supuesto que lo habría impedido pero  eso no lo salvaría de la ira del mayor — … el jinyuriki del kyubi  también desaparecieron junto con ellos.

 

La reacción del Uchiha mayor fue lenta, miro primero a su acompañante como entendiendo lo que implicaba,  su sonrisa se borro tan rápido como su cerebro acabo de sostener la información, para finalmente ver a óbito con  enojo y rabia contenido.

 

—Tienes alguna idea de lo que eso significa?! —alzo la voz, estampando las manos contra la indefensa mesa de madera  y arrojando lejos la copa de vino que termino por partirse en miles de pedazos, manchando el piso con su contenido sin acabar. El otro asintió por supuesto que lo sabía; Sin Naruto no había jinrurichi, sin portador no había zorro de nueve colas, y sin biju el plan no podría ser realizado.

 

Madara se aferro al mantel con la suficiente fuerza como para jalar la vajilla en la mesa, pero de un momento a otro empezó a reír, con una frenética locura. Era divertido desde su perspectiva que las cosas se salieran de sus manos, era un reto y el amaba superar los obstáculos, saltarlos e infringirles dolor, era solo una pequeña piedra en el camino, una que se encargaría de disfrutar; se dijo mientras recordaba al rubio, al parecer esto estaba por comenzar y el ganaría lo sabia desde ya.

 

 

 

Notas finales:

que les parecio? todo es intriga y misterio pero en el proximo cpaitulo ya vendran algunas respuestas a todas las incognitas.

 He estado al pendiente de sus comentarios, y se que sufren con el mada dei y lo que les falta D: ... pero tambien lo disfrutan no se hagan >,> ... xD el chiste es que es necesario para que la continue la historia.

Espero acabar  pronto el proximo capi , nos vemos niños

 

los adoro <3


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