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Quieres una vida normal? por kiojy 06

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Notas del capitulo:

me tarde un poquito pero a cambio hice la actualizacion mas larga u-u

Espero que les guste escplica asi a garndes rasgos el pasado de di y por que no le cae bien kushina

quedo algo turbio solo espero que no me maten -w-Uuu

Este capi se lo dedicoa Diamond por que se quedo rona por mi culpa la ultima vez que leyo gracias nena xDD

El día estaba  parcialmente nublado y pesar de eso los poco rayos de sol que lograban atravesar las nubes quemaban bastante, dando a conocer a todos que la primavera estaría por acabarse dando paso al verano. Las clases de hoy habían terminado, para suerte del rubio y su pobre cabeza, era un hecho que su cerebro no funcionaba con tanto calor, de hecho casi nunca lo hacia con o sin calor en opinión del moreno.

 

Debido a su ignorancia en cuanto las direcciones y las calles de la ciudad, ambos shinobi  se encontraban en la entrada de la escuela, esperando sus respectivos medios de trasportes. Había sido un acuerdo silencioso, ninguno de los dos volvería a hablar del tema del “casi” beso. Sasuke por que estaba avergonzado, naruto, por que tenia miedo de oir los motivos detrás de esa acción, era un tanto risible como no le asustaba luchar contra  ninjas poderosos pero no ser capaz de hablar sobre amor con su mejor amigo.

 

Sin embargo no importaba lo mucho que lo evitaran, el sentimiento seguía ahí, como ahora,, cuando disfrutaban su compañía mientras esperaban. —Kiba tenia un montón de esas revistas en su mochila, dijo que las vería con los chicos en el recreo pero no se si lo hizo— hablo el ojiazul mientras el moreno le escuchaba impávido. No lo demostraría pero estaba irritado, todo el tiempo era Kiba, Kiba esto, Kiba el otro, Kiba, Kiba, Kiba… que no podía hablar alguna vez, no se, de Hinata, juraría que hasta podría escuchar hablar de Gaara.

 

—No te quejes, no tienes que pasar cada minuto pegado a mi— se molesto, sabia que el rubio no lo decía con ese son pero estaba molesto de que hablara de alguien mas.

 

—No me quejaba teme… solo te lo estaba comentando ttebayo— le contesto de mala manera.

 

—Que tiene de especial ver mujeres semidesnudas en un revista— sigo de quejumbroso sobando su cabeza con su mano, es que, a veces no entendía a los chicos de su edad.

 

—De verdad teme, eres muy raro… alguna vez has sentido ganas de besar a una lida chica? — pregunto curioso de saber si el azabache tenia aunque sea un poco de libido— O a alguien al menos ttebayo? — reformulo la pregunta al ver la rotunda negativa en los ojos del Uchiha menor.

 

—No seas idiota, no soy frígido o algo asi— contesto un poco ofendido— Yo tengo a alguien a quien quiero besar— confeso sin verlo a los ojos.

 

—Y quien es? La conozco? — cuestiono con un tono algo desesperado. Era un hecho, estaba celoso de saber que el ojinegro tenia a alguien que realmente le gustaba.

 

—Por que habría de decirte a quien quiero besar? — respondió fingiendo molestia, había notado la molestia en la voz del rubio y eso le encantaba.

 

El sonido chirriante de las llantas de un elegante coche llamó su atención. El jaguar XL negro estaciono justo enfrente de la entrada y de ellos. Hizo sonar su bocina al mismo tiempo que bajaba el vidrio polarizado,  mostrando a un hombre desconocido para el rubio, bien vestido con uniforme color gris en  cuya manga descansaba el símbolo de la familia Uchiha, la igual que en sombrero que llevaba. —He venido por usted señorito—

 

De muy mala gana el azabache se despidió del rubio, chocando su puño contra el del contrario y subió al auto un rato después. El ojiazul quedo solo, ahora solo tenia que esperar a Minato. Se recargo en el enrejado de la escuela, planificando desde ya lo que le contaría a Kushina cuando llegara a su a casa, la haría sonreír y ella en recompensa le abrazaría amorosamente antes de mandarlo a hacer sus deberes, seguramente una hora después llegaría a su cuarto con un pequeño postre y le ayudaría a hacer su tarea mientras Minato hacia lo mismo con Deidara.

 

Suspiro feliz. Esta vida estaba gustándole demasiado, de repente le había parecido tentadora la idea de quedarse ahí y no volver jamás a su hogar.

 

—Tu te llamas Naruto, verdad? — pregunto un joven, al parecer de su escuela pues portaba el mismo uniforme. El chico, que lo sobrepasaba en estatura lo miro de forma penetrante con sus oscuros ojos café que combinaban a al perfección con su cabello del mismo color.

 

—Si, Quien eres tu? — indago el rubio serio, algo en la mirada del contrario y su sequito de amigos le inquietaba y asustaba a la vez.

 

—Eso no importa — dijo sonriendo de una forma que al rubio se le antojo perturbadora — Solo venimos a aclararte unas cosas — por el tono de voz supo que estaba jugando con el y por la forma en que era rodeado supo que algo saldría mal.

 

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El lo sabía, quizá también todos a su alrededor, no es que se preocupara por el y mucho menos, solo que le había acostumbrado a su deslumbrante y alegre forma de ser. Había empezado sin ser algo obvio, simplemente un día había regresado decaído de la escuela, hablo apenas con monosílabos, tampoco pareció preocuparle el comer y después de aquello se había encerrado en su cuarto.

 

Kushina y Minato supusieron que solo había tenido un mal día en la escuela, que el les contaría cuando estuviese listos, pero no paso así. A ese día le sucedió un segundo y un tercero, el rubio estaba actuando apagado y aunque intentaba actuar normal cualquiera que lo conociese bien era evidente que algo malo pasaba. Sus auto llamados padres habían intentado hablar con el, pero sin muchos resultados pues el kitzune aseguraba y perjuraba que estaba bien.

 

Incluso Sasuke sabia que algo andaba mal, se encontraba tan preocupado que no había tenido mas remedio que recurrir a su hermano mayor “Algo le pasa a Naruto y no se qué hacer”  fueron sus palabras apenas había entrado a la pieza del Uchiha mayor que se entretenía buscando información por internet (había aprendido rápido). Itachi lo miro extrañado pero nunca podría negarle ayuda a su pequeño hermano, escucho atento como naruto le pedía comer dentro del salón cuando antes se la pasaba corriendo de aquí hacia haya queriendo conocer el lugar, o que cuando iban por el a la escuela le preguntaba si no podía quedarse a que Minato llegara.

 

Itachi sospechó que alguien lo estaba molestando, pero no se lo dijo a su hermano, de por si parecía alterado y no sabía que haría si le calentaba la cabeza con solo suposiciones.  Por eso se lo comento al rubio pelilargo, después de todo era la persona que vivía con él. Cuando el susodicho recibió el mensaje no perdió el tiempo y se adentro en la habitación del menor sin siquiera llamar a la puerta. El ya lo sabía, lo había percibido desde el primer día.

 

—Ya me canse jodido mocoso así que dime que jodida cosa te pasa? — hablo tan “amablemente” el rubio pelilargo.

 

—Lárgate— hablo el rubio menor hecho un ovillo en su cama con las sabana cubriéndole totalmente. El akatsuki se molesto, camino a grandes zancadas hasta la cama del rubio y quito de un solo jalón todo lo que cubría el cuerpo del rubio menor.

 

—Quien te crees que…— la amenaza quedo a medias, por un momento su cabeza pareció conectar los cables; por eso había estado evitando balarse con el, por culpa de aquello había bajado todos los días a cenar con un suéter puesto independientemente del calor tan abrasador que ese día hubiera.

 

Sus cuerpo después de eso pareció moverse automáticamente, aprisiono al rubio en su cama, sentándose sobre el y tomando sus manos con una sola de el para colocarlas arriba de su cabeza. Con su única mano libre subió la playera blanca hasta poco mas arriba del pecho del kitzune, que a pesar de sus varias quejas y ataques parecía casi un enclenque ante la sorpresiva y nueva fuerza de mayor.

 

No dijo nada, a pesar de estar enojado su expresión no cambio en lo mas mínimo, incluso Itachi Uchiha hubiera envidiado aquella cara de póker. Subió su mirada del cuerpo de pequeño a sus ojos, pidiendo de forma autoritaria pero muda  una explicación para todos los moretones que marcaban en varias partes de su cuerpo.

 

—Suéltame ya!! —bravo enojado el rubio menor, agitándose revolviéndose hasta que el akatsuki lo soltó.

 

—Que te paso? — cuestiono, no pidiendo, sino exigiendo una respuesta.

 

—No es asunto tuyo ttebayo!!... yo puedo arreglármelas— refunfuño tomando sus cobijas y tapándose nuevamente.

 

La ira del rubio que parecía acumularse estallo en un grito —Que no es asunto mío?!! Quien esta jodiendo todo el tiempo que debemos actuar como un equipo?!! No eres es tu el que siempre me esta sermoneándome siempre por preocupar a esa vieja pelirroja?!! Que crees que estas haciendo ahora?!! — los gritos llegaron hasta la planta baja, llamando la atención de sus tutores que enseguida subieron a ver lo que sucedía.

 

Minato reacciono rápido y tomo al rubio mayor por los hombros, antes de que esto llegara a una simple discusión verbal— Que pasa aquí? — pregunto preocupado el padre tratando de sonar tranquilo para apaciguar a Deidara.

 

—Solo me esta molestando ttebayo— hablo desde debajo de sus cobijas el rubio menor. Eso solo irrito mas al akatsuki, semejante mentira y en su cara se merecía una paliza.

 

—Deidara ve a tu cuarto por favor— pidió la ojiazul con voz firme.

 

—pero el…— rezongó pero la mirada de Kushina no le dio pie para seguir, chito sacudiéndose los brazos de Minato y se fue azotando la puerta

 

—Cariño ve a calmarlo por favor— pido de forma dulce a su esposo quedándose a solas con el mas chico de sus retoños, se acerco lentamente a la cama y se sentó en un costado para acariciar las finas hebras doradas que se asomaban por las sabanas de su niño—Naruto, cielo… se que este no es el momento, pero cuando tu desees hablar de eso estaré aquí para ti, soy tu mamá y siempre deseare protegerte, así que confía en mi cielo— dijo suave, en el tono amoroso que solo una madre puede dar, beso la frente del kitzune deseándole buenas noches y saliendo de la habitación. Naruto no tuvo que meditar mucho para saber que esas palabras eran ciertas, mañana, si no lo solucionaba hablaría con ellos, no quería preocuparlos más.

 

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 El clima en esos días ( al menos los que habían estado aquel lugar) era sin dudas, particular; no importaba la súbita oleada de calor que permanecía durante toda la mañana y poco después de la una de la tarde, siempre –o al menos así parecía- terminando lloviendo. Ya fuera un pequeño aguacero con gotas finas, delgadas que no duraban mas de dos horas, pero que si dejaban todo el resto de la tarde nublado hasta el día siguiente, o una tormenta torrencial que asemejaba mucho a un diluvio.

 

Esa mañana en particular había sido cálida, nadie parecía importarle saber que llovería después, es mas se podría decir que hasta lo estaban deseando (cualquier cosa para deshacerse del calor). Los rastros de la pequeña llovizna de la madrugada habían sido evaporados por el sol, sin embargo ya para la tarde volvía a estar nublado.

 

El ojiazul había llegado temprano, mas sorpresivamente había llegado al lugar indicado, guiándose apenas por  un croquis mal dibujado del lugar en el que estaba. Aquel dibujo le había hecho pensar, que si realmente hubiera una posibilidad de que el Namikaze fuera su padre, el talento no lo hubiera heredado precisamente de él.

 

Se dedico a esperar sin quejarse, pues al final de cuentas el había insistido en recoger a su “hermano menor”. Ahora se encontraba aburriéndose con un pequeño fierro flojo que alguna ves hubiese formado parte de la reja, quizá estuvo doblando y girando aquello por mas de una hora oir que de repente lo había zafado de su lugar.

 

Miro hacia todos lados asegurándose de que su pequeña travesura no hubiera sido vista, tubo que esconderlo, cuando la bola de adolecentes empezó a salir del edificio. Fingió lo mejor que pudo, recargo su cuerpo en la reja tratando de parecer indiferente y de no llamar la atención… aunque al parecer tubo el efecto contrario ya que todas las miradas de quienes pasaban a su lado se posaban sobre el, y como no hacerlo; si las chicas no podían hacer mas que envidarle la pequeña cintura que poseía y que se dejaba ver en la playera sin mangas de color negro que se ajustaba a su cuerpo y los chicos, bueno no tenía que ser un genio para saber que pensaban de el, porque si supieran que era un tío, lo mas seguro es que no le mirarían así.

 

La escuela se vacio de poco en poco, pues cada vez salían menos estudiantes. Se pregunto si el mocoso del kitzune se abría confundido entre la multitud de estudiantes, espaciándose de el. Lo descarto en seguida, el no sabia que el vendría , además pudo escuchar súbitamente  la voz de rubio, apenas un risita forzada.

 

—Ya te he dicho que no es nada teme— dijo escandalosamente el rubio obligando su sonrisa. El Uchiha no se lo creyó sin embargo dejo de insistir y camino hacia la entrada en silencio, se había molestado, no es que se mereciera la total confianza de rubio, pero tenia esa imperiosas necesidad de saber todo de el.

 

El akatsuki se escondió de ellos, en la columna principal que unía la puerta principal con el enrejado que rodeaba la escuela. Observaría un poco mas antes de apareces, además, asi tendría algo bueno con que chantajear a ese par.

 

Saco de su bolsillo en maravilloso aparatito del que estaba enamorado últimamente y empezó a sacar fotos. Sin dudas esos dos eran el sueño de cualquier pervertido que gustase de una buena escena romantice entre hombre, pues, en la media hora que el pelilargo estuvo escondido se dedicaron enteramente, peor de forma discreta al otro.

 

A veces el azabache acariciaba la mejilla del menor subrayaba las marcas con su pulgar, degustando en cada momento la suave piel del ojiazul que en respuesta a su caricia sonreía de forma sincera. Otras, el rubio agarraba la mano del azabache con la boba escusa de que no era “justo” que el Uchiha tuviera las manos mas grandes que el, este solo sonreía de forma superior. Unas cuantas mas el ambiente se ponía rosa, Deidara aseguraba que estaban a punto de besarse o decirse algo importante pero cobardes como ellos solo, volteaban su rostro o miraban al piso intentando esconder su vergüenza.

 

23 fueron las fotos que el rubio saco (ya vería como utilizarlas para luego) hasta que el hermano menor de Itachi saliera de camino subiendo a la limusina. Deidara miro el coche con abominación, el peor invento sin dudas… claro según el.

 

Pasaron cinco minutos más en lo que el ojiazul mayor contemplaba sus recientes adquisiciones, y apenas un segundo cuando guardo el celular, estaba por dirigirse hacia el menor cuando mas pasos lo hicieron esconderse instintivamente detrás de su columna. Deidara los conto, 9 personas exactas habían rodeado al rubio, que permanecía con la mirada llena de coraje hacia al frente, a un joven de cabellos café, el líder al parecer.

 

—Creo que no has aprendido la lección, o es que acaso te gusta todo lo que te hacemos? —pregunto con sorna , para un segundo después cambiar su cínica sonrisa por una cara de repulsión —Toda la gente como tu es asquerosa

 

—No voy a irme de la escuela solo porque tú me lo pidas ttebayo— reto el ojiazul

 

Pareció ser la señas pues dos de los mastodontes que se encontraban con el se lanzaron sobre el rubio. Naruto, no pareció tener problemas, esquivo y propino varios golpes, nada del otro mundo, podía con ellos y el akatsuki estaba seguro de eso. El problema fue cuando, a esos dos se le unieron 3 mas, que deforma traicionera atacaron por la espalda al ojiazul.

 

El golpe le dio de lleno en la nuca, dejándolo algo mareado, lo que el los otro aprovecharon para agarrarle bien, para que no escapara o dejara de forcejear. A esas alturas el pelilargo ya estaba enojado, había agarrado aquel fierro que rompió de forma inconsciente y lo aferraba a su mano derecha. No supo por que su cuerpo no le respondió a la primera, se quedo mirando cual espectador.

 

La respuesta era obvia, el ya no estaba ahí, no, Estaba en aquella pequeña villa donde había nacido, recordando como los demás niños de su edad le ignoraban, lo molestaban o simplemente le golpeaban por ser un bastardo, el hijo de una cualquiera. Pestañeo, para ver al líder acercarse al rubio, seguido de sus amigos que cerraron mas el circulo.

 

—Te gusta no es así?, ser humillado por mi… así les gusta a los que son como tu… cualquier hombre esta bien…— el castaño comenzó acercarse de manera peligrosa aunque el Usumaki no pareció advertirlo, le dolía la cabeza, esta vez el golpe había sido mas fuerte— Entonces te daré lo que quieres.

 

Deidara miro atento, con los ojos llenos de pánico como el castaño metía su mano dentro de la camisa del menor, apretando con fuerza los moretones que el seguramente había ocasionado, lo vio deslizar esa mano hacia abajo, jugueteando con la pretina del pantalón, escucho como débilmente y aun mareado Naruto le decía que parara.

 

Lo recordó de golpe, como aquella mujer lo había sentado sobre sus piernas, como había tocado lugares que el no quería que tocara, como había dolido la primera, la segunda y mas tarde  una tercera.

 

Su cuerpo se movió al fin, a una velocidad increíble sujetando con fuerza el fierro que había roto, .no lo pensó, solo lo hizo. Golpeo al primero en el estomago, al segundo en el hombro y al líder directo en la cabeza.

 

La sangre empezó a fluir de forma abundante sobre la nuca del chico, pero eso no le importo al rubio, lo golpe una vez mas en esta ocasión en el estomago, otra mas en la espalda. En cualquier lugar que pudiera tener a la mano aunque el chico ya se encontraba hecho ovillo en el suelo.

 

Sus secuaces se asustaron, corrieron tan rápido como pudieron al ver la sangre de su amigo empezar a empapar el suelo. Naruto no mentiría, también estaba asustado, casi absorto, le asustaba Deidara, la mirada que tenia y las extrañas palabras de odio que no parecías realmente dirigidas a su atacante. Y aun así, aun que tuviera miedo logro sostener la mano de Deidara y empujarlo al suelo antes de que matara a aquel desdichado sujeto-

 

—Deidara ya basta— le llamo una vez estuvo sobre el en el suelo, el bastón había caído lejos haciendo un eco metálico al caer al piso. El rubio akatsuki respiro hondo, pareció volver a la realidad, fue entonces que miro el cuerpo del joven bañado en sangre y no pudo evitar asustarse de si mismo también.

 

Se escucho un ensordecedor sonido, un trueno que ponía sobre aviso la inminente llovizna. Las ligeras gotas empezaron a caer lentamente una a una, llevándose consigo la sangre en el rostro del muchacho y formando un pequeño río de tinta roja a su alrededor.

 

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La puerta se azoto detrás de ellos, el rubio camino a zancadas hasta la sala seguida de un pelirroja y un rubio que parecían incluso mas molestos de lo que el se encontraba. Ambos padres miraron al menor de sus hijos ordenándole con seriedad que fuera a su habitación. Naruto lo pensó, no es que desconfiara del rubio, pero era peligroso y después de lo ocurrido no sabia si aquello era buena idea.

 

Miro a los azules ojos de sus aquellos que se hacían llamar sus progenitores y supo que no era momento de oposiciones, aun así a la par que las gotas de lluvia se hacían mas gruesas el rubio subió solamente a la mitad de la escalera, preparado para cualquier cosa.

 

Las palabras fueron acalladas por unos minutos, llenando la casa del plapeo se hizo mas fuerte conforme el viento aumentaba, conforme los segundos el silencio aumentaban también. Ambos padres parecían buscar las palabras adecuadas sobre que decirle al rubio pelilargo sentado en el sofá, que les retaba con la mirada molesta e inconforme.

 

—Como as podido hacerlo?! — hablo Kushina en tono fuerte, rudo casi hostil, pero sin gritar— Casi mataste a ese chico, si no fuera por que la ambulancia llego a tiempo—

 

Así era, había llegado a tiempo, junto con la patrulla que se encargo de llevarse a ambos rubios a la delegación. Sus padres habían pagado la fianza poco después de que arribasen a la estación de policías. Pero a pesar de que era una acusación serie la que le presentaban en el caso del mayor el y el pequeño kitzune no habían quería abrir la boca.

 

—Que demonios pasaba por tu cabeza cuando empezaste a golpearlo?!! — seguía hablando Kushina, atrás de ella Minato solo lo miraba con cierto enojo y decepción.

 

Deidara permaneció callado, mirándolos con enojo. A final de cuentas ¿Qué se creían ellos para hablarle así? No eran realmente  sus padres a final de cuentas. —Tienes idea de las consecuencias de lo que estuviste a punto de hacer? —hablo esta vez Minato con un tono de voz un poco amargo en el.

 

—Eso…— Deidara lo miro un poco asombrado, pensando que quizá no le gustaba para nada que el rubio mayor lo viese de esa forma,  le dolía… o algo parecido

 

—Creo que yo y tu padre te hemos enseñado los suficientes valores para que sepas lo que está bien y lo que esta mal y lo que hiciste paso por varias veces la línea de lo que está mal— siguió regañando Kushina.

 

—El empezó u´n — grito el rubio poniéndose a la defensiva—El provoco todo esto!!

 

—Y que te hizo según tu que fue tan malo como para que lo lastimaras de esa forma? —Deidara callo .le había prometido al menor no abrir la boca, el mejor que nadie sabia lo vergonzoso que eso podría ser, humillante mas bien, el asco la impotencia que esos sentimientos conllevaban. Sabia sobre todo sentirse atemorizado de la persona que debería brindarte apoyo— Creo que estas lo suficientemente grande para saber  que hay otras formas de arreglar las cosas. No creas que vamos a permitir ese tipo de comportamiento , te enviare a un internado si es preciso para corregir ese estúpido comportamiento tuyo, que no ves que puedes arruinar tu futuro con esto— la ira controlaba a al pelirroja en ese momento, como cualquier padre el miedo a que su hijo se descarrilara estaba presente y no quería que eso pasara.

 

La irritación vino a Deidara, se supone que si tan buenos padres se creían deberían haber sabido que torturaba al pequeño rubio, pero no tenían ni idea y en vez de procurarle estaban ahí sermoneándolo gritándole por una escoria que no valía la pena, amenazándolo con correrlo con alejarlo de ellos. —A caso eres tonto? — grito la pelirroja con Minato detrás de ella tratando de calmarla, la palabra  pareció taladrar su cabeza ahí estba de nuevo, una mujer haciéndole menos descreditándole, aterrándolo. Dio unos pasos hacia atrás agarrándose la cabeza y tapando sus oídos, las palabras los golpearon en un súbito recuerdo, cada una de las cosas que le dijo y alguna vez creyó, pero no pasaría de nuevo el podía defenderse ahora el no dejaría que ella le tocara otra vez.

 

—Cállate!! —grito Deidara fastidiado y por demás arto de la estúpida situación —Tu no eres mi madre así que deja de joderme— vocifero una vez más con sus ojos destellantes de ira— No necesito padres, no necesito nada de ustedes he estado perfectamente bien sin ellos durante mucho tiempo, no necesito que dos idiotas digan preocuparse por mi para después deshacerse de mi— la rabia hablaba, los adultos le miraban sorprendidos, angustiados. —No los necesito los odio a ambos ojala se mueran— exclamo.

 

<> se escucho fuertemente, la cara de Deidara se encontraba ladeando, mientras su mejilla había adurido un fuerte tono rojo. El rubio parpadeo un par de veces, incrédulo, ante la fuerte cachetada recibida de su madre que le miraba enfadada pero segura de su acción. Las mirada llena de rencor dejo que hablara por el, empujo en su repentina carrera a Kushina y salió corriendo de casa, sin importarle que la lluvia cayera a mares.

 

Minato se acerco a su pelirroja esposa, tomándola por los hombros y besando su cabeza para que sintiera su apoyo. Deidara nunca les había hablado así, se preguntaron mentalmente ¿Qué le había pasado al dulce niño que habían criado?, incluso la ojiazul se sintió tentada decir, que el chico que recién había salido de su casa, no era su hijo.

 

—Mamá— llamo su atención el rubio asomándose por la entrada de la sala que daba a las escaleras — Hay algo que no les dije— continuo entrando a la sala por completo con la mirada agachada

 

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La lluvia torrencial siguió, los truenos estridentes, golpeaban con fuerza la tierra, avisando que la lluvia no sedería pronto. Las calles de la ciudad (solo algunas) empezaban a inundarse, mientras el agua intentaba fluir atreves de las coladeras que estaban tapadas. Todo estaba vacio, a penas y solo se llegaban a ver las luces de unos pocos carros que cruzaban por ahí, llenando la calle de rechinidos de llantas y motores, del  sonido del agua al chocar contra los neumáticos y caer de nuevo al frio suelo de concreto. Sin embargo mas al fondo se escuchaba el pequeño tap de los tenis de un joven.

 

El solo corrió, corrió  sin mirar atrás, sin detenerse un solo segundo. Incluso a pesar de que sus piernas punzantes de dolor exigían que se detuviera a dejarlas descansa, pero eso no le importaba. Tampoco le importaba la lluvia, estar empapado hasta las partes mas recónditas de su ser o empezar a sentí hambre. Solo dejo que la lluvia lo cubriese, que se llevara los horribles pensamientos de su mente que en algún momento habían empezado a surgir.

 

Se fue deteniendo, poco a poco hasta que el correr se hizo a penas un leve trote y mas tarde un suave caminar. Aspiro fuertemente, jadeando mientras recuperaba el oxigeno perdido, se aventó los cabellos mojados hacia atrás permitiéndose hacer lo que rara vez hacia, dejar que su ojo izquierdo contemplara el deprimente panorama.

 

Había acabado en un parque que jamás había visto… Bueno, eso era obvio contemplando que apenas conocía aquel mundo. Era pequeño, apenas del tamaño del terreno de una casa de  tamaño moderado. El perímetro, estaba adornado con grandes árboles, que ahora mismo se hallaban mojados como él, lo demás era arena caliza y un poco de grava  con algunos juegos, apenas los suficientes para que un grupo de pequeños se divirtiera. Una sola hilera de columpios, una única resbaladilla, un pasamanos, una ruleta y un par de sube y bajas todos ellos destacando en un color rojo.

 

No supo qué, pero algo le adentro hacia el, camino directo a los columpios y se sentó en uno sin importar que estuviera empapado, total lo estaba el también. El solo acto de sentarse lo relajo de repente, advirtiendo hasta entonces que tenia frio, hambre y quizá hasta algo de sueño. Se regaño mentalmente por ser tan impulsivo, pero no soportaba mas aquella estúpida situación de locos. Empezó a mecerse ligeramente, temiendo que su peso fuera demasiado para el  juego mientras recargaba su cabeza hacia el lado izquierdo de las cadenas, mirando el suelo.

 

No sabia cuanto tiempo había permaneció asi, ni cuanto había corrido, pero empezaban a dolerle las piernas. Quiso levantarse peor no hayo un motivo para hacerlo, aunque quisiera regresar a casa no sabia como hacerlo y aunque supiera quizá ni le aceptarían de nuevo

 

“Si te largas de esta casa no volverás  a ser mi hijo”

 

Se espanto ante el súbito recuerdo, razonando que lo mejor para el era quedarse ahí. Cerró los ojos, intentando alejar todo de su mente pero no parecía funcionar los recuerdos se venían uno tras de otro haciéndole sentir increíblemente mareado. Se abrazo a si mismo, buscando protección y un poco de calor, encogiendo instintivamente los hombros, como si aquello pudiera evitar que las gotas de agua mojaran su piel… increíblemente funciono.

 

Alzo la mirada, pues con toda razón, no creía que el simple acto de levantar los hombros detuviera la lluvia, en especial por que el sonido de fondo le avisaba que seguía lloviendo. Se sorprendió bastante con lo que vio.

 

La mirada carbón se clavo en sus ojos azules, molesta y Deidara hasta podría jurar que con cierta preocupación. A pesar de ya no estar en su mundo ninja el azabache aquel había caminado hacia el sin hacer el mínimo de ruido  o quizás el estaba demasiado ensimismado consigo mismo. Se tallo los ojos, creyendo que la ilusión de Itachi Uchiha se extinguirá si lo  hacía, pero no fue así, allí estaba en persona aquel engreído ojinegro sosteniendo un paraguas del mismo color intenso que sus orbes y su cabello, cubriéndole del arrasador paso del agua.

 

—En qué demonios estabas pensando? — hablo enojado el Uchiha, el rubio parpadeo sorprendido

 

—Como sabias que estaba aquí u´n? — pregunto desconcertado, pues ni el mismo sabia su ubicación.

 

—Suerte quizá, estaba pasando por aquí cuando vi un punto amarillo en medio de la lluvia— aclaro el azabache señalando su coche, la sorpresa volvió al rostro de Deidara, ¿Itachi sabia conducir esas cosas? ¿Es que había algo que ese idiota no pudiera hacer? — Naruto-kun esta preocupado por ti— soltó de repente e llamando la atención del ojiazul, para que luego el rubio bajara su mirada al piso

 

—Que te dijo u´n? — intento indagar el rubio akatsuki con voz neutra aun así, se escucho el  ligero temblor en su voz

 

—Solo que saliste corriendo después de una discusión con  Kushina y Minato, llevan dos horas buscándote— volvió a levantar la cabeza, tanto había pasado ya?

 

—Buscándome u´n …— repitió absorto el ojiazul, realmente había algo en su cabeza que no le permitía  dar congruencia a esas palabras.

 

—Quieres contarme que paso? — hablo serio el Uchiha sin perder en ningún momento su porte. El menor pareció resistirse a la conversación. Todo quedo en silencio, el rubio simplemente no quería hablar y el azabache no le forzaría. Simplemente quedaron ahí en silencio con la lluvia golpeando sobre el pavimento de fondo.

 

—Los recuerdos… son horribles no u´n? —comenzó el rubio sacando al azabache de sus pensamientos —La gente se la pasa queriendo crear muchos de ellos, pero nunca se dan cuenta que los consumen poco a poco al punto de que ya nadie quiere sentir el presente o mirar al futuro… es lo que pienso de ellos u´n — el ojinegro permaneció en silencio

 

—Sabias que existe un jutsu que bloquea los recuerdos u´n?...yo no lo sabia hasta que conocí a Sasori-san —claro que lo conocía el mismo lo usaba, era un graciosa sensación el usarlo, sabes que paso algo, sabes que lo hiciste tu, pero al mismo tiempo es como si al mismo tiempo fuera algo ajeno a ti, siguió callado— Danna siempre estaba diciéndome que era molesto y ruidoso aun así siempre estaba a mi lado cuando tenia pesadillas.. el simplemente me lo sugirió un día… “has intentado bloquearlos?” eso fue lo que pregunto recuerdo que yo solo negué con la cabeza, el me miro con fastidio… Dijo que era un jutsu prohibido que no me haría daño pero que si algún día desaparecía recordar dolería mil veces peor aun asi acepte… no creí verme en esta situación— rio afligido, una carcajada forzosas…como si se riera de si mismo salió de su garganta.

 

—Es por eso que admiro a Danna me dio una oportunidad de seguir sin permitirme mirar atrás u´n … Pero cuando llegamos a este sitio…toda mi seguridad se fue de repente… hace tanto que no tenia una pesadilla que ahora siento que  se me saldrá el corazón del pecho… cualquier situación… si es aunque sea similar atrae el recuerdo y duele es como tener un c-4 en la cabeza y hacerlo estallar u´n — Itachi no pudo evitarlo, sonrio ante la loca analogía pero asintió, era verdad por que el mismo lo estaba viviendo.

 

—Kushina-san…es como un detonante…— callo un largo rato sin saber si continuar o no, en parte la falta de palabras de parte del Uchiha a pesar de ser incomoda, era reconfortante, el no insistía, no lo presionaba y eso le gustaba. —Yo alguna vez tuve una madre…—rio amargamente— Bueno cualquiera la tienes… aunque no sé si madre es la palabra correcta para describirla. Era una mujer horrible, aunque físicamente era linda… no se parecía a mi en absoluto, ella tenía el cabello castaño largo y ondulado y ojos verdes, siempre tan llenos de furia que parecían dos esmeraldas siendo reflejadas por la luz, yo… yo me parecía a mi padre y eso es lo que mas le irritaba… hablando de el, nunca lo conocí… ella solía gritarme que nos abandono por mi culpa el no quería tener hijos o algo así y lo que realmente le impido quitarme la vida antes de nacer había sido su madre, mi abuela…—respiro hondo—No recuerdo mucho de ella, solo se que murió cuando yo tenia 2 años… la verdad nos e como sobreviví por que desde que yo recuerdo, esa mujer raramente se acordaba de alimentarme— Itachi estuvo a punto de preguntar pero su prudencia lo detuvo, en cambio dejo que el rubio se explayara.

 

—Yo tenia una vecina, era una gran persona, si lo recuerdo bien ella me cuido hasta que tuve 5 años, me enseño a leer y a escribir lo básico que debía saber un niño a esa edad, me alimentaba a veces, creo que cuando se compadecía de mi, incluso me enseño a pintar… por que tienes que saber que ella era una gran artista u´n — esta vez su sonrisa era ms sincera llena de nostalgia pero era real— Hacia cuadros muy bonitos, siempre pintaba cosas comunes simples… desde un lápiz hasta las pequeñas aves que iban a parar al jardín de su casa, ella me decía que un artista debe encontrar lo hermoso y lo horrible en las cosas mas comunes… quizá era por eso que pintaba de aquella forma… pero murió… era una ninja, chunin creo… era un ninja y tenia responsabilidades con la aldea en que vivía… iba a misiones siempre regresaba con un nuevo boceto de los lugares que veía… pero un día simplemente no regreso…— de repente la mirada del ojiazul le pareció distante, intento darle apoyo posando su mano el mojado pero suave cabello, quería llevar al ojiazul a secarse, pero sabia que no aceptaría moverse en estos momentos y si lo hacia quizá no tendría la capacidad de retomar la conversación.

 

—Ella murió y yo simplemente tuve que aprender a sobrevivir, aun ahora la extraño tanto,… aquella mujer mi madre… era alcohólica, para pagar su vicio invitaba hombres a la casa, ellos le pagaban a veces con dinero otras con alcohol, nunca supe que hacían aunque estas alturas es obvio… ella me corría de la casa a golpes en ocasiones si no quería, no importaba que estuviera lloviendo o nevando, pero no le gustaba que estuviera adentro u´n. Tuve que aprender a conseguir comida, porque ella no me dejaba entrar a la cocina…decía que ella ganaba con su “trabajo” lo poco que había ahí, que si yo quería comer tenía que trabajar y lo hacía recuerdo que intente ser buen hijo, pensando que si yo me portaba bien me trataría mejor me terminaría queriendo asi que le daba todo lo que ganaba era poco pero no importaba con tal de verla feliz … hice muchas cosas, mi favorita era trabajar para un hombre chistoso que tenia un puesto de ramen, el me daba comida gratis a veces y otras dinero porque decía que no podía vivir solo de ramen. El señor tenia una hija, ella me conseguía ropa y me termino de enseñar a leer y escribir y parte de eso a sumar y restar… todas las operaciones básicas, todo lo que ella podía pues apenas tenía uno o dos años mas que yo.

 

—Creo que mi vida hasta ahí era buena u´n … hasta que cumplí los 7, esa mujer parecía estar consumida por el vicio a lo largo de apenas dos años su belleza fue desapareciendo, por lo que los hombres ya no querían contratarla…eso la molestaba después de todo sin dinero como iba a beber… sus arranques de ira terminaban conmigo golpeado casi morir había veces que no podía ni levantarme  y aun asi conservaba el sueño de que podría quererme alguna vez u´n … Luego viene lo feo…—hubo otro silencio sin que el Uchiha supiera exactamente qué decir. —Yo iba a cumplir 8 años… la chica y el señor de puesto quisieron hacer algo lindo por mi cumpleaños, por ser un gran empleado recuerdo que dijeron… la chica me compro una yukata muy bonita en color azul, me baño y me vistió con ella, en esos tiempo yo apenas sabia el concepto de higiene personal… esas son cosas que te enseñan tus padres y yo no tenia precisamente unos buenos u´n …ato mi cabello que me llegaba a los hombros y junto con su papa me hicieron un festín de cumpleaños… esa fue la primera vez que comí pastel—  volvió a sonreír nostálgico

 

—Llegue a mi casa cuando ella me vio se sorprendió mucho de verme así, me regaño por comprar cosas tan caras sin su permiso pero no me pego… creo por que en cuanto entre a la casa ella tubo una idea con la cual sacar provecho…ella ya no era bonita, no le pagarían mucho por su cuerpo… pero por el mi, seguro que si…— las palabras cesaron, incluso el mismo Itachi quiso por un momento no escuchar mas, sintió una creciente ira mientras se preguntaba como eran algunas personas capaz de dañar a otras.

 

—Ya pasaron 11 años y aun así todo es tan nítido… dicen que la primera vez de un persona nunca se olvida.. es verdad, siempre es algo memorable… mi primera vez fue con una muer como 40 años mas grande que yo, nada bonita por cierto u´n …-intento reír de nuevo pero sonó forzado

 

—La segunda si fue con un hombre un anciano pervertido,  a le siguieron muchos mas, aun lo recuerdo primero me aseaba , me alimentaba bien y hasta era cariñosa conmigo me seintia feliz de tener su amor como siempre lo había querido pero, cuando pasaba me dejaba pudriéndome en mi dolor y el circulo se repetía cuando encontraba alguien a quien venderme…intente escapar varias veces pero no era muy bueno en eso ella siempre terminaba encontrándome de ninguna forma podía permitir que su fuente de dinero se fuera, siempre estaba diciéndome que una vez que saliera por esa puerta no volvería a ser su hijo y esas palabras por laguna razón me aterraban incluso mas que los hombres que venían a verme u´n … el ultimo que tuve después de usarme le dijo a mi madre que ahora que no era “nuevo” no ganaría mucho conmigo…—se aferro a la camisa del mayor buscando fortaleza de alguna parte— Entonces le conto que unos sujetos buscaban niños algunos los vendían a ricos y otros los menos afortunados según el eran vendidos por partes para gente enferma que necesitara cualquier parte del cuerpo desde algo interno a algo externo, le sugirió que me vendiera que yo era muy bonito y con el dinero que le darían viviría lo que le restaba de vida… ella creyó que estaba inconsciente pero no fue así u´n … aproveche que ella salió a encontrarse con esos sujetos y me vestí como pude, aun con sangre entre mis piernas aun con el dolor y los golpes que ese sujeto me había dado por que no me quedaba quieto…no se como lo hice pero me levante y escape, camine hasta salir de mi casa, del pueblo, camine hasta que simplemente me desmaye… sin despedirme de las personas que había apreciado  o que me habían ayudado alguna vez…—

 

—Cuando desperté estaba en un hospital… me peguntaron por mis padres y yo les dije que habían muerto en la guerra… ellos me llevaron  a un orfanato, no paso mucho allí, yo simplemente me volví retraído, acumulando el odio hacia esa mujer… no me juntaba con nadie y si me molestaban simplemente los molía a golpes u´n. El orfanato cerro, no había fondos o algo así… nos dejaron en la calle pero cualquier cosa era mejor que volver a casa.  Vague por las aldeas hasta que me asenté en las rocas… me detuvieron por robarle un brazalete a Kurotsuchi ahí fue donde conocí a Onokoi me dijo que me daba una segunda oportunidad de seguir adelante, por que era muy joven, me propuso hacer de mi un buen ninja… después de todo le robe a su nieta que a pesar de ser una niña estaba en el mejor entrenamiento ninja que existía … yo recordé a mi vecina en ese momento quería ser igual que ella así que acepte… me dedique tanto al arte como a al arte ninja…lo demás creo que ya lo conoces u´n … mi avaricia por conseguir el punto máximo de mi arte me llevo a esto- señalo sus manos refiriéndose al jutsu prohibido.

 

El azabache no dijo nada por un rato, solo se acerco para acariciar dulcemente los cabellos del rubio, como lo hubiera hecho con Sasuke cuando era pequeño.  El rubio no se movió, a pesar de que le disgustaba sentirse tan débil , el calor que desprendía el moreno le gustaba, aun cuando contrastara tanto con su fría piel, que por la lluvia había empezado a congelarse al punto de hacerlo temblar. El Uchiha lo noto enseguida, y se regaño a si mismo por no haberlo notado antes, se saco el saco negro que portaba y lo puso sobre los hombros del rubio y volvió a colocarlo sobre su estomago.

 

—Esta bien, ya no tienes que cargar con esto tu solo… siéntete libre de apoyarte en mi si quieres desahogarte— le hablo serio, pero de forma dulce una voz que el rubio nunca había escuchado con anterioridad— También déjame asegurarte que Kushina no es de ese tipo de personas, ella cuidara de ti, te amara y te protegerá por que eres su hijo, o ella así lo cree

 

—Como puedo confiar en eso u´n? —pregunto el rubio —Todos siempre dicen que una madre debe cuidarte… entonces por que la mía no lo hizo? Por que Kushina lo haría? —

 

—Cres que sea el tipo de persona que hace esas cosas?- contesto con otra pregunta el ojinegro

 

—No lo se…quizá… o no… u´n

—Por que no le das una oportunidad, si te hace daño yo mismo le daré una lección— el rubio se sorprendió, se pregunto asi mismo si estaba hablando en serio o era una broma, sin embargo  Itachi haciendo una broma no sonaba de lo mas real o coherente. —te sientes mejor? — el rubio asintió. No lo admitiría en voz alta pero se sentía mejor, como si se hubiera quitado un peso de encima. —Llamare a naruto-kun, para decirle que estas bien— le aviso el ojinegro y aunque no estaba muy de acuerdo con eso , no dijo nada, solo acepto.

 

No fue una llamada rápida, el Uchiha solo se encargo de avisarle a naruto que lo había encontrado y al parecer este le había dicho que iría para haya pues le dio la ubicación del lugar en que se encontraban. En algún momento de esos pocos minutos había dejado de llover, ahora solo calaba el aire frio temblado sobre la piel de ojiazul. Respiro el olor a tierra mojada y por un momento se sintió con mucho sueño y un dolor enorme de cabeza, supuso que era por stress la igual que el repentino dolor en su cuerpo.

 

El azabache llamo su atención, frotando sus hombros con sus manos para darle calor, luego hablo —Me peguntaba si podía contarte algo— pregunto formalmente el azabache, cerrando el paraguas.

 

—Ya que tu me escuchaste a mi… no me queda de otra que escucharte a ti— respondió de mala gana el rubio, arrepintiendo poco después de su sequedad, después de todo el azabache había sido amable con el— No le contare a nadie u´n — hablo para convencerlo aunque en realidad no lo necesitaba

 

—Es una larga historia, Que dirías, si te dijera que no soy lo que parezco? — inicio, el rubio presto atención, sintiendo que un gran secreto vendría hacia el.

 

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Bajo del coche rápido, con los otros dos adultos detrás de el, poco le importo que su tenis se mojaran con el agua de los charcos que circundaban la calle, los vio enseguida, dentro de un pequeño y oscuro parque, con la tenue luz de las mampara iluminando apenas sobre ellos. Su corazón sintió un respiro cuando vio completo al ojiazul akatsuki, camino mas lento esta vez, no sabia que sucedía exactamente pero parecían estar discutiendo. Aunque en realidad solo el rubio discutía o asi le parecía.

 

—Deidara! — llamo su atención el pequeño kitzune saltando sobre el en un fraternal abrazo. El rubio de la hoja, jamás había tenido hermanos quizá el que mas se asemejaba a eso era el mismo Sasuke, pero a el lo amaba, asi que no contaba. Y si bien el rubio no era precisamente un amor de persona, empezaba a sentirle afecto, aunque no supiera por que el simplemente le gustaba.

 

—Estoy bien niño no tienes que abrazarme— le rezongaba  el rubio mayor tratando de apartarlo, aunque no esperaba que el rubio se aferrara el con tanta fuerza así que termino por rendirse. Cosa que hizo reír ligeramente al azabache.

 

—Deja de reír es aterrador u´n!! — grito Deidara un poco sonrojado, otra de las miles de cosas que jamás aceptaría es que Itachi se veía guapo riendo. El Uchiha parecía hacerle caso pues volvió a su cara de poker.

 

—Deidara, niño donde te habías metido? — hablo una cuarta persona, se le hacia ligeramente familiar mas no lo ubico entre ellos, solo li miro con desconfianza

 

—Hijo, estas bien? —llego otra persona junto al anciano peliblanco que había hablado hace unos instantes.

 

—Minato-san? — susurro sorprendió. Entonces si lo habían estado buscando pensó el rubio para si. — Estoy bien u´n — hablo bajito con las mejillas sonrojadas. Se sentía cansado aun, había escuchado la historia del azabache atentamente y casi le da un infarto al saber la verdad, ese bastardo había engañado bien a todos incluso a Pain. Suspiro, había prometido no decirle a nadie sobre aquello y ciertamente se sentía un poco feliz de conocer algo que nadie mas sabia del azabache era como ser especial para el.

 

El rubio se froto sus brazos abrazando consigo el saco del Uchiha, tratando de aligerar la pesadez muscular que tenia, jamás volvería a correr de esa manera. — Como se te ocurrió salir sin un suéter— le regaño el mayor de los rubios

 

—Lo...siento? —no es que realmente lo hiciera pero cuando pensó en huir rápidamente no pensó siquiera en si el ambiente estuviera frio.

 

—Por cierto…de donde sacaste eso? — hablo de nuevo su padre tratando de ocultar sus celos detrás de una traicionera sonrisa

 

—Itachi me lo dio u´n — hablo natural Deidara, lo que provoco que el rubio mirara  inquisitivamente al pelinegro parado frente a el.

 

—Minato tranquilizate— hablo divertido el peliblanco invitado

 

—Quien eres tu u´n? — pregunto Deidara con la misma mirada que su padre le dedicaba al Uchiha en esos momentos

 

—Es Jiraiya, es nuestro abuelo, esposo de tsunade oba-san ttebayo!! — le contesto feliz rubio, tan lleno de emoción que Deidara hubiera asegurado que el niño acabara de presenciar un milagro o algo parecido.

 

—Sera mejor que vayamos a casa, su madre ya debe estar lo bastante preocupada— hablo de nuevo el peliblanco pues al parecer su hijo no parecía ser un adulto responsable tomando los hombros del rubio pelilargo en un gesto de propiedad mientras miraba feo al Uchiha. —Minato, deja al muchacho, solo has que Deidara suba al auto— se cruzo de brazos mientras veía a su hijo y nieto seguir sus ordenes.

 

—Amn…Itachi-san, gracias u´n — le grito el akatsuki al otro ya cuando estaba en el auto, el menor de todos también le agradeció diciéndole que lo vería en otro momento y así se marcharon dejando al Uchiha solo con un paraguas en las manos. Se sintió aliviado y extrañamente libre

 

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Para cuando bajo del auto su cuerpo estaba completamente resentido, su cabeza palpitaba mientras su cuerpo le pedía a gritos que no se moviera, su estomago estaba echo pedazos, solo esperaba que pararan el carro para regresar todo lo que aun no había comido. En cuanto llego fue el primero en entrar, se sintió extraño al sentir el ligero olor a jazmín que despedía la persona que le había dado la bienvenida con un caluroso abrazo que el no respondió, aun no se sentía listo para hacerlo; además de que su cuerpo le mataba.

 

—Lo siento tanto— escucho la voz quebrada de Kushina, supuso, desde un principio que no era una mujer que se disculpara seguido asi que la escucho— Naruto me conto que lo defendiste, perdón por no escucharte o confiar en ti— hablo dulce apretando mas su abrazo.

 

—Esta bien u´n — guardo su orgullo también, después de todo ni el ni el menor habían dicho del por que de la agresión, quizá, era en parte su culpa. Iba a regresar el abrazo cuando sintió un fuerte coscorrón en su cabeza propinado también por la pelirroja, eso lo desubico un poco ¿Qué maldito problema tenía esa mujer?

 

—Eso es por preocuparme tanto mocoso— hablo la ojiazul cruzando sus brazos “molesta” — Te prepare el agua así que ve a bañarte después de eso ve a acostarte te llevare algo de comer a tu cuarto— ordeno sin mirarle con paso firme a la cocina, el pequeño se sintió avergonzado aun mas con las risitas indiscretas de los otros tres detrás de el.

 

Obedeció sin embargo después de un rato, se baño en compañía del menor el cual no paro de hablar de Sasuke, después fue a su cuarto para acostarse y mas tarde recibir comida de parte de Minato, que le acompaño mientras le contaba una historia de la luz celestial algo de una chica que viva en una aldea llamada Francia.

 

Fue hasta mas tarde que Kushina entro, el ya estaba dormido, aunque incluso entre sueños sentía malestar. Su pulso cardiaco estaba acelerado y sudaba poco mas de lo usual, su cabeza le seguía palpitando a pesar de estar dormido y su cuerpo estaba entumido. Fue entonces que medio despertó y la vio, estaba sentada a su lado mientras mojaba un trapo en agua fría y la posaba en su frente. Entonces lo entendió, tenia fiebre y el no se había dado cuenta.

 

La vio repetir toda la acción hasta que sabe que hora de la madrugada pues volvió a dormirse otro rato, para cuando volvió a despertar la pelirroja seguía ahí, acariciando su rostro, sin duda sabia que estaba despierto pues le sonrió dulcemente, después de eso quedo dormido otra vez.

 

No despertó hasta muy tardé, no le habían despertado para ir al colegio, aunque lo agradecía enormemente todavía se sentía mal, ya no tenia fiebre pero sentía todavía su cuerpo un poco pesado y su garganta le dolía. Bajo sin embargo hasta el comedor, donde vio a Kushina preparando comida, se sintió un poco conmovido preguntándose cuanto habría dormido la pelirroja o si lo había hecho en realidad después de cuidarlo, la miro captando lo que Itachi había querido decirle sobre ella. Podría tener el carácter de un gorila, pero su cariño era sincero.

 

Entro un poco cohibido logrando captar la atención de la ojiazul— Iba a subirte el desayuno si sales de la cama podrías sentirte mal— le regaño de forma dulce sin gritarle siquiera terminando lo que estaba haciendo.

 

—Me…preguntaba, si podía comer junto a ti…m…ku…mamá u´n — sintió sus mejillas arder por un efecto diferente de la enfermedad, miro al piso donde momentos después cayo la cuchara que sostenía la ojiazul que ahora le miraba sorprendida. —Mama? — lo repitió sintiéndose estúpido, aunque no duro mucho pues segundos posteriores se vio atrapado en un asfixiante abrazo, fue leve, tan lento que sintió que pasaban eones cuando sus manos poco a poco correspondieron el gesto de Kushina.

 

Ahora tenia una mama un papa y hasta un revoltoso hermano, ahora, sabia lo que ese idiota kitzune veía en aquel mundo y a el también le gustaba.

 

 

 

 

Notas finales:

No me asecinen por facor, se supone que esto sera necesario para despues u.u

Ademas las confecciones haran que se abra una bonita brecha de algo ais como amistad entre dei e itachi...

Ademas de ahora en adelatnte todo sera bonito y rosa lo prometo owo... casi -w-Uu

Actualizare en cuanto pueda mis niños nwn gracias por leer y sus reviewns ya estan contestados n.n


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