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Metrópolis. por Aomame

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Notas del fanfic:

se ma acaba de ocurrir...a ver que tal se desarrolla.

Notas del capitulo:

Si te despierto, que será lo que inicie ¿el sueño o la pesadilla?

Metrópolis.

No despiertes el sueño del androide…

En un mundo diferente, lejano y futuro, se extiende a lo largo de la ciudad una densa neblina, luces fantasmales brillan débilmente. Y la enorme torre gobierna el horizonte.

Es ahí en el sexto piso, donde se guarda el secreto. El androide duerme. Yo lo observo en silencio, con los papeles contra mi pecho, estrujando mi corazón con ello. Su sueño es tan profundo que me pregunto que ve en él.

Flotando apaciblemente, su cuerpo descansa. El líquido rojo claro lo envuelve suavemente, y sus miembros relajados ni siquiera se mueven, porque no hay nada que perturbe su amnios artificial. Él duerme, casi hasta dulcemente y yo le observo casi conmovido.

Una mano se posa en mi hombro suavemente y aun así logra estremecerme, al girar, el rostro amable de mi hermano no sonríe. Sin más extiende sus manos y le doy aquellos papeles, con un solo gesto me pide que me marche, y lo hago, silencioso como antes. Pero antes de marcharme aventuro un último vistazo.

El androide no se mueve, continúa flotando, pero sus parpados se levantan lentamente. Parpadeo  y miro de nuevo, me equivoque, sigue durmiendo, viviendo en un sueño o quizás conociendo al sueño dentro de él.

No lo despiertes, dijo mi hermano, no hagas ruido, no pronuncies palabra, jamás…déjalo soñar.

Así que siguiendo esa orden me alejo, la puerta se abre al notar mi presencia, y solo del otro lado puedo respirar tranquilo, mis dedos temblorosos como siempre que salgo de ahí, presionan el código de seguridad, y mi pupila es escaneada por el laser de color verde.

El androide…duerme.

+++

La metrópolis a mis pies luce cansada y maltratada, el cielo nublado alcanzo el más alto nivel de contaminación hace unas decenas de años, el sol desde entonces poco se ha visto. No existe una sola planta fuera de las que se cosechan bajo soles artificiales. El mundo cambio drásticamente, ahora solo quedan recuerdos fotográficos, imágenes binarias que muestran el pasado del planeta, coloreado de  verde y azul.

Yo no conocí ese mundo, pero me gusta añorarlo. Y no soy el único, el propósito científico de hoy en día es el de restaurar lo perdido, biólogos, químicos, físicos…todos volcados con ese único anhelo: regresarle al mundo lo que era antes.

Tal vez tardemos milenios, pero antes de irme de este mundo quiero ver un campo verde. Por eso estoy aquí, en esta alta torre, el laboratorio más grande, cada rincón está diseñado para que cada especialista trabaje, es aquí, la nueva Naciones Unidas, porque  los científicos son de todas nacionalidades.

Pero hay un científico aquí que tiene razones más egoístas, más personales y que si no fuera por qué es un genio en  ingeniería genética, tal vez jamás habría tocado el piso de esta torre. Mi hermano tiene en sus manos el retorno de todas las especies perdidas, pero también en una zona de su laboratorio, secretamente construyó la sala en la cual el primer ser humano transgénico será creado. Solo yo puedo entrar, solo yo puedo atravesar la puerta, porque solo yo conozco el secreto.

Androide es su nombre, el nombre de este ente biológico construido a base de ADN y células. Este monstruo engendrado del egoísmo más terrible: el amor.

+++

Hace más de veinte años, el mundo un tenía un color dorado por las mañanas, yo no había nacido, es más ni siquiera estaba contemplado para ello. Mi hermano, tenía un amigo, de esos que se han tenido toda la vida, con los cuales se han compartido todas y cada una de las experiencias del andar diario.

Mi hermano lo amaba y lo hacía más allá de lo que podía explicar. Sin embargo no eran iguales. Cuando la última guerra mundial estallo, él era un capitán del ejército, mientras mi hermano era un simple científico insipiente, apenas graduado, apenas comenzando su posgrado.

Su amigo fue a la guerra, mi hermano se quedo en Japón aguardando su regreso, para entonces, la biología y lo relacionado con ella solo importaba si podía dañar, si se podían crear armas capaces de destruir cruelmente comunidades enteras. Mi hermano se negó a trabajar en armas biológicas y fue encarcelado por desacato. Los tiempos de Guerra son difíciles e insorteables.

De pronto en solo segundo, la mitad del mundo se convirtió en cenizas. Su amigo regresó, mis padres le pidieron ayuda y liberaron a mi hermano. Se reunió de nuevo con su amigo, que en batalla había perdido uno de sus ojos.

Te ayudaré, dijo mi hermano, te construiré un nuevo ojo, uno funcional, uno con el que puedas ver el horizonte. No quiero, fue la respuesta, el mundo se acabará pronto, no quiero ver como sucede. Su amigo le sonrió tranquilo, como aquel que ya sabe el futuro, la humanidad llego a su propio límite, su final inminente, tal vez sea el principio de la regeneración del planeta.

Sin embargo, mi hermano trabajo arduamente, manejando tejidos, programando y desprogramando células madre, para construirle un órgano perfecto, donde incluso la pupila fuese del mismo color. A cambio de todo el material, acepto trabajar creando virus masivos y mortales, claudico a sus principios y así inicio el fin del mundo.

Mientras ejércitos unidos pelaban desesperados por la victoria, por salvar lo poco que quedaba de sus tierras, de sus seres queridos, su amigo le pidió detenerse, le hablo sinceramente, le recordó el pasado, de sus sueños, de la forma en la que él se encontraba, atrapado como soldado, no tenía otra opción que pelear, él y el resto,  eran los únicos que podían salvar o al menos intentar salvar a los civiles que aguardaban aterrorizados, escondidos en sus propios hogares, que ya no eran seguros. Le explico que como científico, tenía el poder de elegir, y que eligiera la vida, que trabajara para salvarla, para cuidarla, que escogiera la vida, siempre ante todo, ante todos, que desde su trinchera, su laboratorio, protegiera lo bueno de la ciencia, y amara la vida.

Fue la última carta de su amigo, en una defensa heroica, miles de soldados japoneses protegieron con su vida y sangre el mar embravecido que los comunicaba con el continente, la península de Corea  y sus costas amanecieron de un color rojo. En respuesta Oriente lanzo la última arma, la terrible bomba estallo destruyendo  un tercio del mundo que quedaba. Y la pesadilla cesó.

Cansados ambos bandos, miraron a su alrededor y se rindieron, los pocos soldados sobrevivientes regresaron mermados de los campos, los prisioneros fueron liberados y la paz se sintió como un día pesado y oscuro, amargo y sin sentido.

Mi hermano espero que su amigo volviera, y lo hizo, cubierto por mantas que antes eran blancas, traído desde el lugar de su muerte por sus más fieles soldados, que al dejar el cuerpo le rindieron homenaje. Incluso ahora, se puede ver una estatua suya a las afueras de Metrópolis, como otras tantas de militares acaecidos ese día final, tanto de Oriente como de Occidente, todos protegiendo el reducto humano que era la ciudad. 

Pero mi hermano no podía soportar la perdida, cegado por el dolor tomo tejido de su amigo, guardándolo secretamente. Mis padres sobrevivientes a la guerra, como muchos otros  aun jóvenes,  decidieron tener otro hijo, algunos lo hicieron por la pérdida de los primeros, pero los míos lo hicieron para salvar  a mi hermano de su soledad, así fue como yo nací. Pretendiendo ser el sustituto de la persona que mi hermano amo.

Obviamente mis padres murieron sin lograr su objetivo, estoy seguro que tengo cariño de mi hermano, pero él jamás dejo su obsesión por su amigo, porque jamás dejo de amarlo.

Todas las armas biológicas fueron destruidas y comenzó una nueva etapa de regeneración. Tocamos fondo como especie, nos consumimos a nosotros mismos y ahora deseamos parchar el vacio que creamos, pero mi hermano solo desea llenar un vació, el que dejo su amigo.

+++

Androide es una construcción genética de Gaara, el amigo de mi hermano, le llamaban Kazekage porque como una sombra se escabullía entre sus enemigos y como el viento tormentoso cortaba sus vidas en un segundo. Gaara, o más bien Androide, duerme un sueño profundo, y siempre que lo veo se me estruja el corazón porque pienso que tal vez sueñe con la guerra, aunque sé que las células somáticas no guardan recuerdos, que tal, solo que tal, que su alma permanece encerrada en ellas. Desearía que no, que no tuviera recuerdos dolorosos, si mi hermano lo amo tanto, quiero creer que él era una persona digna de vivir.

-Sasuke.

-nii san.

-¿qué haces?

-yo…solo veo la ciudad.

-¿para qué? carece de algo atrayente.

-afuera, esta la estatua de Kazekage sama-mi hermano trago saliva y me miró ceñudo.

-no vale la pena, ni siquiera es posible verle-dijo haciendo alusión a la neblina gris de la ciudad.

Guarde silencio, mientras su asistente, Sakura,  le entregaba los adelantos de la construcción genética del Manatí.

-déjate de tonterías y ponte a trabajar-me dijo examinando los papeles.

-sí.

Pocas veces hablábamos, debido  a la diferencia de edad entre nosotros, bastante alta, Androide quizás tenga la misma edad que yo, quizás él sea  un poco más joven. Su construcción está en etapa final, y entonces tal vez despierte. Mi hermano será feliz, por primera vez en su vida.

-Dr. Naruto- en la entrada del laboratorio, sonrió el director del departamento de genética, Kakashi sensei, mi hermano  levanto la vista-tenemos un problema.

-¿de qué se trata?

-la asociación Naturantia, está presionando, dicen que en este laboratorio se está creando una aberración. Yo no sé de qué demonios hablan, pero según ellos hay una habitación secreta por aquí.

-¿cómo pueden asegurar eso?

-que disque hicieron una especie de rayos X al edificio, yo que sé… vendrán para ver la zona, estos locos ecologistas, solo saben reclamar, pero no hacen nada por mejorar, creen que con comer verduritas ya la hicieron.

-defienden lo que creen correcto-dije-ellos no son científicos pero intentan proteger lo último que queda de la naturaleza, tal vez  están equivocados en la forma,  pero son la parte social importante.

-como sea, no podemos impedirles venir. Así que si existe esa zona, Naruto, muéstraselas, que este departamento no quiere ser incendiado. Vendrán en dos horas.

Sin más el director se fue. Mi hermano apoyo los codos en el escritorio y escondió el rostro entre sus manos, yo aguarde sudando. Cuando se decidió, me miró.

-sígueme.

Lo hice y me aparto del resto de mis compañeros.

-si quieren entrar, lo harán-dijo-tienes que llevarte a Androide de aquí.

-pero, él aun…

-ya lo sé, aun me faltan pruebas, pero su cuerpo está bien, y hasta el momento no ha tenido fallas sistémicas, llévalo a tú departamento, cuando todo se calme lo traeremos de vuelta.

-¿estás seguro?

-es lo único que se me ocurre ahora, vamos hazlo, dos horas es poco tiempo.

Asentí.

+++

Cerré la puerta y camine con cuidado. Androide seguía durmiendo. Lo observe, trague saliva y  apreté contra mi pecho la manta blanca con la que lo cubriría. Sus ojos cerrados en una fina y delicada línea, me indico que nada había cambiado. Su rostro era muy hermoso aun siendo distorsionado por el cristal, su cabello era aun más rojo que el líquido que lo rodeaba.

Coloque mi mano sobre el cristal lentamente, me pregunte estúpidamente, si podía sentirme, probablemente no. Primero que nada tenía que despertarlo.

-Androide-lo llame, pero solo una pequeñísima burbuja escapo de sus labios entre abiertos- Androide tenemos que irnos. Androide.

Nada, suspiré y me encarame a la base del tubo gigante, de forma tal que mi rostro y el suyo quedaron al mismo nivel.

-Gaara-susurré-Gaara, ven conmigo.

Lentamente sus parpados se elevaron, unas pupilas de color indescifrable me miraron confundidas, me miró mientras yo contenía el aliento, perecía estar en una clase de cuento de ciencia ficción donde el androide despierta para asesinar a todo el que esté en su paso. Mi mano sobre el cristal comenzó a sudar y a dejar la marca de su existencia en él.

-Gaara san-dije-es hora de irnos.

Me apeé de la base y apreté el botón de drenado, el liquido rojo comenzó a bajar, a cierto nivel comencé a bajar el vidrio del tubo, Androide tosió cuando el liquido abandono su nariz y boca, tomo bocanadas y respiro por primera vez el aire del mundo. 

Mis manos tomaron su cuerpo desnudo y frágil, incapaz de sostenerse por sí mismo, ya que nunca antes había utilizado sus miembros, lo cubrí con la manta, mientras él se acostumbraba a respirar y a sentir su piel  a la intemperie.  Tomándolo en brazos, recorrí la sala hasta el otro lado, mi pupila fue leída y aquel elevador escondido comenzó a descender. Androide me miró, y yo baje la vista, pude ver el color de sus pupilas, aguamarina, como los mares tropicales y coralinos del antiguo mundo. Eran bellos, como su rostro. Nos quedamos viendo embelesados, yo por él y él por mí pero nuestras razones quizás eran totalmente diferentes.

Así fue como comenzó mi historia, mi lucha propia por un amor, que desde el principio no era mío.

 

 

Notas finales:

Espero que haya gustado, la historia vino a mi cabeza escuchando Metropolis de L´arc en ciel jeje en fin, un review si les gusto, sino igual echen jitomatazos jaja

hasta el proximo capitulo!!

continuara...


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