Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Give me heroine... por FubukiHell

[Reviews - 16]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Aquí está el short-fic especial que teníamos escrito. Realmente es una historia a la que le hemos puesto un gran empeño y que nos ha sacado de una pequeña sequía creativa provocada por tanto estudio. Está escrito por las dos y cada una ha acogido un rol para hacer la historia algo más interesante.

Esta historia está prácticamente terminada así que, si os engancháis, no os preocupéis por la continuación que estará relativamente pronto ^-^

Espero que no os echéis atrás por no desvelar la pareja principal!

Notas del capitulo:

Bueno, solo espero que los poquitos que se pasen por aquí disfruten de esta historia ^-^

Me paseaba nervioso por aquel callejón que era nuestro usual punto de encuentro. Me mordía las uñas, inquieto, no tenía suficiente pasta y la ansiedad me mataba. Además, era demasiado tarde como para decirle al Ruso que ya no quería nada. ¡Me mataría si se me ocurriese soltarle tal cosa!

 

No paraba de buscar la forma de pagarle, todo menos vender mi cuerpo, claro... Obviamente mis ansias habían podido conmigo cuando pedí mi... “encargo”. ¡¿Qué iba a hacer ahora?! Y eso que Yunho me avisó de que no se me fuese la mano, pero... bueno... cuando te crías en un barrio tan peligroso como ese, te acostumbras a no confiar en nadie y a solo valerte por y para ti mismo. La solidaridad o generosidad no eran bienvenidas en los suburbios de Seúl, a no ser que te apeteciese meterte en numerosos follones y peleas y acabar en la ruina, por supuesto.

 

Entonces, lo vi o, bueno... ¿era “lo” o “la”? No importaba... Aquella persona tenía pinta de rica, asquerosamente rica. Lo cual me hacía preguntarme qué demonios hacía aquí... Se veía a kilómetros de distancia que se cuidaba mucho el pelo y la piel y su abrigo negro tenía pinta de caro... me apostaba cualquier cosa a que estaba depilado y tenía hecha la manicura... Él (definitivamente era él; no llevaba tacones y, si fuese tía, los llevaría...) era la solución a todos mis problemas... Solo tenía que acercarme y robarle toda la pasta que llevase encima. Además, con esas gafas de sol ni siquiera me vería acercarme y aquí nadie iba a socorrerle...

 

Saqué de debajo de mi camiseta la pipa que le mangué a mi viejo y me encaminé hacia mi víctima. Me sentía algo nervioso; ése no era mi primer atraco, pero nunca lo había hecho solo, siempre me acompañaba Yunho... Respiré hondo y, cuando estuve a unos pocos pasos de él, comencé a alzar el arma. Después, toqué temeroso su hombro, haciendo que parase y se girase. El chico se quitó las gigantescas gafas de sol y me miró con los ojos muy abiertos. Tragué saliva ruidosamente. Había visto a cientos de ricachones pasearse con sus lujosos coches, pero ninguno era como él. Pese a parecer tan rico, sus ojos eran brillantes, preciosos... no como aquellas pupilas vacías que encontrabas en todas esas brujas con demasiado bótox en la cara...

 

Él seguía ahí, expectante, así que sacudí mi cabeza y me centré en lo que estaba.

 

-¡Dame todo el dinero que tengas encima! -grité, sonando autoritario y peligroso (o eso intenté).

 

El chico abrió la boca para decir algo, pero no le dio lugar. De repente, en alguna de esas callejuelas, se escuchó la sirena de un coche de policía. Giré la cabeza, buscando de dónde venía el ruido. La verdad era que estaba acostumbrado a ver a la pasma por nuestro barrio, pero en aquel momento me puso muy nervioso por si me descubrían.

 

En un movimiento rápido, lo cogí con fuerza del brazo y lo metí en otro de los numerosos callejones que habían por ahí. Lo tiré contra el suelo y me fui directo a la oscura entrada para vigilar el exterior.

 

-Me cago en la puta... -dije entre dientes al divisar el coche patrulla a unos metros de distancia de nosotros.

 

Aquel chico no se movía de su sitio en el suelo, con la espalda completamente apoyada en la pared del fondo. Su vista se movía rápidamente por todo el lugar, vigilando mis movimientos y lo que ocurría en la calle. De pronto, vi como comenzaba a llorar. Las lágrimas caían a borbotones pos sus mejillas, perdiéndose en su cuello. Me quedé paralizado, nunca antes me había ocurrido algo así. El chico comenzó a sollozar con fuerza y pronto continuó con algún grito de ayuda.

 

-¡SOCORRO!

 

Comencé a ponerme realmente nervioso, ¡estaba haciendo demasiado ruido!

 

-Shh... -dije llevándome el dedo índice a mis labios.- Por favor, ¡cállate!

 

Pero él no hacía caso, seguía haciendo cada vez más ruido. No paraba de llorar y gritar, y eso me exasperaba. Pasé una mano por mi pelo, tratando de tranquilizarme y pensar en la forma de hacer que se callase.

 

-¡Basta, BASTA! ¡No voy a hacerte nada!

 

-¡¡¡POR FAVOR, SOCORRO!!! ¡AYUDA!

 

Estaba llegando al límite de mi paciencia. No paraba de mirar afuera, controlando a los polis. ¡Ese chico sí que sabía sacarme de mis casillas! Cerré los ojos, con mis dos manos sobre la cabeza.

 

-Cállate, cállate, cállate... -comencé a rezar, subiendo el tono de mi voz poco a poco.- Cállate, cállate, ¡cállate! ¡¡¡CÁLLATE!!!

 

Antes de que me diese cuenta de lo que estaba haciendo, ya le había dado con la culata de la pistola en toda la cara, haciendo que callase. Suspiré de alivio al notar el silencio de nuevo rodeándome y volví a espiar el exterior. La pasma se había largado y, como ya era de noche (pese a ser las cinco y media de la tarde), no había nadie en la calle.

 

Me volví a girar hacia él y lo encontré tirado en el suelo, sin moverse. Una oleada de angustia y miedo me inundó, clavándose en mi pecho. No le habría matado... ¿verdad?

 

-Eh, ¡eh! -me agaché a su lado, moviendo su hombro con insistencia.- ¡Oye! Despierta, vamos... -no reaccionaba de ninguna forma.- ¡Vamos! ¡DESPIERTA, MALDITA SEA!

 

Le di la vuelta y traté de encontrarle el pulso, conteniendo el aliento por “no-sé-qué-estúpida-razón”. Volví a respirar al notar que el chico aún seguía con vida.

 

Miré a los alrededores, pensando en lo que iba a hacer ahora. Podría dejarlo ahí y permitir que algún drogata u otro de las numerosas bandas acabase con él y así yo quedaría libre, pero, por alguna extraña razón, no me sentía con fuerzas para abandonarlo. ¡Joder! ¡¿Desde cuándo era tan jodidamente blandengue?! Ja... no estar colocado a esas horas me sentaba realmente fatal... No era fácil vivir esa mierda de vida y, cuando ya no había fuerzas para luchar, solo te quedaba ponerte hasta arriba de la mierda que vendía el Ruso y tratar de tirar para adelante... hasta que los efectos pasasen...

 

* * *

 

[Mir's POV]

 

Cuando abrí los ojos, me sentí completamente desorientado. Me encontraba en una habitación desconocida y no tenía ni la más remota idea del día o la hora en la que me encontraba.

 

El cuarto no era demasiado grande y estaba realmente sucio. El suelo estaba lleno de ropa arrugada y las paredes, que deberían ser blancas, estaban repletas de manchas negras y marcas de manos. Al lado de la cama donde me encontraba tumbado, había una mesilla de noche sobre la que se encontraba una jeringuilla oxidada.

 

Me incorporé lentamente y un espejo al fondo de la habitación, lleno de polvo y huellas de dedos, me devolvió mi horrible reflejo. En mi mejilla derecha tenía un gigantesco cardenal y, cuando me pasé las manos por una parte de mi cabeza que me dolía especialmente, me manché los dedos de sangre.

 

De repente, la puerta se abrió y apareció el tipo que me había provocado todas aquellas heridas. Llevaba un cigarro en la boca y tenía una mueca amarga pintada en su rostro.

 

-Veo que ya te has despertado. -comentó, mirándome con frialdad.

 

Una oleada de miedo me recorrió de arriba a abajo y me provocó náuseas. ¿Por qué me había traído hasta aquí? Me eché a temblar.

 

-¿Q-qué quieres de mí? -balbuceé.- ¿Q-qué vas a hacerme?

 

-No tartamudees. -gruñó.- Odio a las personas que hacen eso. Y tranquilízate, imbécil. No te utilizaría como putita ni aunque realmente fueses una tía, así que puedes mantener tu culo relajado.

 

Me hablaba como si intentase quitarle importancia al hecho de que me había atacado, golpeado y secuestrado. Sentí ganas de llorar de rabia e impotencia, y no pude evitar que se me escapasen las lágrimas. Él resopló, evidentemente fastidiado.

 

-Eres un maldito mocoso llorón. -me espetó, y aquello me hizo llorar aún más.

 

Se acercó a mí y, por un momento, creí que iba a golpearme para que dejase de sollozar. Asustado, cerré los ojos cuando aproximó la mano a mi rostro. Sorprendido, volví a abrirlos cuando sentí cómo me limpiaba las lágrimas con una suavidad increíble, a la vez que exhalaba el humo de su cigarro hacia un lado para evitar echarlo en mi cara.

 

-¿Cómo te llamas, chaval? -me preguntó entonces, en un tono mucho más suave que el que había utilizado anteriormente.

 

-Bang Mir. -murmuré.

 

-¿Mir? ¿Qué clase de nombre es ese? -me preguntó, frunciendo el ceño.

 

-Ya sé que es raro, pero me gusta.

 

-Está bien... Yo soy JunHyung.-se presentó entonces.

 

¿Y él se atrevía a decir que mi nombre era raro? De pronto, me sentí mareado y se me nubló la vista. La herida de mi cabeza me punzaba y ardía. Me llevé las manos hacia allí hasta que todo pasó. Cuando pude volver a ver con claridad, JunHyung se había ido. Suspirando, me resigné a mi suerte y volví a tumbarme para que el mareo remitiese. Entonces, mi secuestrador volvió con un bol en una mano y vendas y agua oxigenada bajo el otro brazo.

 

-Come. -me ordenó mientras me colocaba el bol lleno de leche y cereales sobre las piernas.- Mientras tanto, yo te curaré lo de la cabeza.

 

Sorprendido, lo observé atónito. ¿Por qué razón estaba haciendo eso?

 

-¿Qué ocurre? ¿No te gusta?

 

-N-no es eso...

 

-Entonces come. Ahora te daré algo, porque la cabeza debe de dolerte bastante, pero antes tienes que meterte algo en el estómago. Y tranquilo, que no están envenenadas.

 

Él esbozó una ligera y tímida sonrisa, por unos gloriosos instantes, me dedicó aquel pequeño gesto que consiguió tranquilizarme mucho más que las palabras de ánimo de cualquier persona. Con una alegría que me extrañó poseer en aquellos instantes, comencé a comer mientras permitía que Jun me limpiase la herida de mi cabeza. Después de todo, nadie en casa me iba a echar en falta...

 

 ~To be continued~

Notas finales:

Y ¿qué tal? ¿Os parece que es una pareja muy rara? La verdad es que nos apetecía hacer una mezcla de dos de nuestros grupos favoritos porque, reconozcámoslo, estábamos un tanto hartas de tanto pairing -.-" Pero eso no quiere decir que lo dejemos de utilizar, ojo!

Bueno, espero ver algún que otro review pronto ^-^

Nos leemos!!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).