Solo quédate en silencio, déjame recorrer la blancura de tu piel y perderme en la oscuridad de tus ojos, déjame darte el último beso antes de irme lejos de ti, no volver a rosar tus labios será un infierno, dispuesto estoy a soportarlo, pero déjame una noche a tu lado, permíteme poder estar en esa misma cama envuelto en tus brazos y lleno de tu calor mientras yo doy un poco de ternura a tu cuerpo. Di que me amas, que no somos culpables de la pasión que se enciende entre nuestras pieles, por lo menos un momento, quiero saber que lo que hacemos no es ningún pecado, dame un beso mas y sellemos el pecado de nuestra unión con tiernos “te amo” que condenaran nuestro destino.
-debería estar entrenando con Izuna, se molestara de saber que otra vez he estado contigo-
Veo tu espalda, amplia y perfecta, esas cicatrices que solo me hacen desear poder delinear cada una con mi lengua, lo he hecho, no lo niego, me ha encantado y siento un placer desbordante cada que tus labios gimen mi nombre y tus manos se aferran a mis cabellos, necesito de ti, necesito del pecado que es tu cuerpo y de esos ojos azabaches que parecen un abismo de perdición en el paraíso de tus caricias. Quiero darte un último beso. Quiero guardar mis sentimientos porque siento que podrían hacerte daño.
-Madara, ellos saben la relación que tenemos-
Comienzo, mis labios se niegan a aceptarlo y mi cuerpo reniega de tu ausencia, deseo poder envolverte contra mi pecho y quedarme tan profundo en ti que casi seamos uno, pero sin embargo, no importa que tan cerca estemos, siempre seremos separados por la frialdad de tu mirada y el calor de nuestras pieles encendidas. Estamos cometiendo un gran pecado, pero se siente como rosar el cielo.
-¿Por qué crees que se enoja Izuna? Dice que desde que follo contigo me he vuelto un desobligado para nuestro clan. Lo cual no es verdad-
Ah sí, no lo recordaba, así es como le dices tú cuando yo entrego mi corazón y mi alma a tu cuerpo, cuando profano tus labios y someto al gran conquistador con el solo latir de mi pulso, deseo tu cuerpo, deseo tu alma, y sin embargo deseo más que reconozcas los sentimientos que tengo ¿es que solo yo siento que esto es algo más que follar?
-Madara ¿Qué es esto que hacemos?-
Tus ojos, negros carbones que no tienen sentimientos más que cuando estallas en éxtasis, cuando gritas mi nombre entre gemidos y ese hielo implacable se derrite con un deseo interminable de estar juntos, con el calor de mis caricias, con el furor de mis labios. Entonces tu sonrisa ladina rompe el encanto al igual que rompe mi corazón.
-Follamos idiota, cogemos o como quieras llamarlo-
Te echas la camisa encima y acomodas tus cabellos, un gesto indiferente, una muñeca viva que se resiste a que juegue con ella, porque no eres una muñeca, no eres ninguna prenda o mueble que pueda utilizar y eso me enfada a momentos, por que quisiera poder guardarte en un pequeño baúl y tenerte solo para mi, tenerte y guardarte para que nadie pueda amarte más de lo que hago yo.
Me levanto, tú te quedas quieto, curioso, en tus ceño fruncido se ve el desconcierto cuando estampo mis labios a los tuyos, te niegas y yo demando aun mas de aquellos que gritan mi nombre tan alto, no es secreto que terminemos en el mismo lecho noche tras noche, no es secreto tampoco que nuestros clanes lo desaprueben totalmente.
Pero quiero saber que hay detrás de esos parpados cerrados, detrás de esos sonrojos inexplicables. Arranco la ropa de tu cuerpo con un hambre renovada, se que te encanta la violencia, incluso en tu primera vez la demandaste con voracidad, tal cual reclamaste mis labios y te entregaste de forma tan perfecta.
-Hashirama….aahh…. ¿que…que haces?-
Me quedo sin respirar, intentando impregnarme con el aroma tan cálido de tu piel. Hueles a sangre, a la de todos los que has asesinado, quiero alejar esas imágenes, dejemos el mundo afuera y cerremos la puerta de nuestro corazón donde quede atrapado el contrario, te necesito, Madara Uchiha. Necesito tu orgullo, necesito todo tu cuerpo y que esta noche sea solo el principio de muchas más.
-T-tenemos que salir…Tobi…umhg….Izuna…-
-shh…solo quédate en silencio…- para que yo pueda amarte, quiero demostrarte mis sentimientos, solo dame un momento, solo dime lo que quiero escuchar. Quédate en silencio unos minutos mientras escucho los latidos de tu corazón y encuentro ahí la respuesta a mis preguntas, deja que ambos se junten y unan en una pequeña colisión de mundos, como el fuego y el agua, como el fuego y la pólvora que terminaran en un desenlace violento, pero totalmente necesario.
Necesito fundirme en tu cuerpo y no abandonar jamás el refugio cálido que representan tus brazos, tus cabellos azabaches, tan largos, aun recuerdo por que los dejaste crecer. Es porque yo lo alague, dije que tu cabello era sedoso y brillante como las plumas de un cuervo, entonces dijiste que no lo cortarías jamás.
-Te amo-
Susurro a tu oído y acaricio tus cabellos, tú me observas, te quedas mudo y eso me hiere, quiero una respuesta, quiero escucharlo de tus labios y no de tu silencio, necesito saber que tú también me amas como yo a ti.
-Hashirama, creo que deberíamos irnos…tengo entrenamiento con Izuna y no le hará gracia que me quede en la cama contigo, ya le molesta mucho saber que yo recibo-
Y a mí no me hace ninguna gracia saber que mis palabras son ignoradas, quiero y necesito una respuesta, una palabra solamente para hacer florecer el sentimiento de amor entre las dudas sembradas en mi pecho.
Me levanto y comienzo a vestirme, se que tú haces lo mismo, no hay nada, no dices nada y tu silencio traspasa la oscuridad de la habitación. Me dirijo a la puerta cuando siento el tirón de tu mano y tus labios en un leve roce que me dedicas, una leve unión de ambos, un casto beso, es el más profundo que me has dado. Dime que no es el último de eso.
-Saldré yo primero, no quiero otro sermón de Tobirama, enserio, parece un jodido marido-
Te pierdes entre aquella multitud de arboles y yo guardo mis sentimientos mientras te alejas de mi, siento el viento, el calor del sol se cuela entre las ramas pero no llega a calentar el frio helado al que tu ausencia me destierra, tu respuesta fue cambiar de tema. Mi amor está perdido.