Mi nombre es Matsumoto Takanori y voy en primer grado, hace poco ingresé a este instituto y para ser sincero no tenia muchas ganas de hacerlo, más por la condición económica de mi familia entre otros factores no tuve elección y heme aquí…
Lógicamente no conocía a nadie, ni siquiera las instalaciones del establecimiento y eso me tenía bastante intrigado ya que mi sentido de la orientación no es para nada bueno que digamos; fue así como me interné en uno de los pasillos viendo a chicos que vestían de la misma forma que yo ir y venir, en lo personal, no me gustan mucho los lugares cerrados atestados de gente, por lo que la situación ya me estaba incomodando un poco.
Seguí caminando con la idea de poder encontrar siquiera un lugar en donde poder respirar un poco de aire fresco y ¡Tadaaa~! Al final del pasillo había una puerta que daba hacia el exterior, “Una señal del más allá” pensé, ya que era justo lo que andaba buscando, así que sin más me apronté a acercarme a ésta, posé la mano en el picaporte y lo siguiente que sentí fue un fuerte golpe que me tiró al suelo.
Estaba entre molesto y asustado.. “¡¿Qué demonios me había golpeado de esa manera?!” Pensé, y aun reponiéndome del brutal golpe del cual fui victima miré a todos lados logrando dar con el causante de mi ahora dolor de cabeza y… trasero… :
“Un balón de fútbol…”
Mientras analizaba las teorías de cómo un balón de fútbol fue a dar directo a mi cabeza, pude oír unos pasos.. más bien una carrera en dirección a mí…
-Chibi chibi!! ¡¿Estás bien?! ¡¿Estás enterito?! ¡¿Te duele algo?! – ¡¿Chibi?! Ah noo! Ahora sí estaba molesto! Un intento de chico con boca de pato es el causante del golpe que me tumbó en el suelo y casi me deja inconsciente?!! y..y.. no solo eso! No noo nooo! Más encima ni se arruga en hacer énfasis de mi estatura (de la cual estoy orgulloso por cierto..) y llamarme CHIBI!! Ash! Mi primer día no pudo haber comenzado mejor… -Nótese el sarcasmo-
-Estoy bien… - Dije a regañadientes mientras me levantaba con ayuda de la garrocha andante, sí! Yo también puedo burlarme de su altura.. que por cierto.. es mucha..
-¿Seguro que estás bien? – Me miró no muy convencido, pero justo cuando iba a reiterar mi respuesta interrumpió otro espécimen, uno.. con un pedazo de tela en el rostro??
-Déjalo Shima, ya te dijo que estaba bien.. ¿Verdad chibi? - ¡¿Otra vez chibi?! Ah noo! Iba a responderle como se debe a ese cara de iguana pero la garrocha andante me interrumpió.
-Si Aki, pero el golpe fue demasiado fuerte y.. –
-Ya dije que estoy bien!–
-Uy.. pero que modales pequeño.. –
-Mm.. ¿Eres nuevo por aquí verdad? –
-… - No respondí, ¿A qué quería llegar con todo esto?
-Bien, me cansé de tratar con niños mal educados… vamos Shima, Miyavi nos debe andar buscando… -
En ese momento pensé que estallaría por la rabia que sentía, pero ya me era inútil poder decir o hacer algo porque me habían dejado solo, el cara de iguana (porque eso parecía o.O) terminó por arrastrar al otro y me dejaron solito.. a mi.. AL GRAN MATSUMOTO TAKARONI!! ~ okey exagero… Pero es que de verdad quería partirle la cara a ese imbécil!!
Ash.. soltando un suspiro de frustración terminé por arreglar un poco mi cabello y devolverme hacia la multitud, recordé que antes de venir mi padre me entregó un papel en donde salía cual era mi salón, hurgueteé en mis bolsillos y ahí estaba, lo tomé y sin más comencé a buscar dicho salón.
Demoré alrededor de 10 minutos en encontrarlo! Pensé que jamás lo haría y enserio ya me estaba cansando de buscar.. Quise prepararme psicológicamente antes de.. así que tomé aire unas cuantas veces y me decidí: toqué la puerta esperando que alguien saliera a mi encuentro, pero en vez de eso escuche “adelante…”
Volví a tomar aire por cuadragésima vez en el día y entré, todos se quedaron viéndome, cosa que me incomodó pero ya qué. Me acerqué al maestro y luego éste capturó la atención de todos.
-Chicos, él es Matsumoto Takanori, es nuevo en es instituto así que por favor sean buenos con él y ayúdenlo para que se adapte más rápido a nosotros ¿Entendido? -
Todos respondieron con un “HAI” ensordecedor, por educación me incliné ante la multitud y lo siguiente que hice fue tomar haciendo junto a un chico de un tamaño más bien… similar al mío, rubio y de un aspecto tierno..
-Hola! Mi nombre es Ogata Hiroto! – Saludó animadamente, yo tenía cero interés en formar lazos con gente de ese instituto pero este chico me pareció más bien.. amistoso y de un aura muy agradable.
-Hola, mi nombre es.. –
-Matsumoto Takanori! – Se aprontó a decir dejándome con la palabra en la boca.
-H-Hai, pero puedes llamarme Ruki. –
-Ruki.. ooh.. bueno Ruki, tu puedes llamarme Hiroto! oh.. Hiro-pon.. oh…solo Pon.. oh.. –
-Okey okey! Ya entendí..- intervine - Hiroto.. jejeje. – Vaya chico, aparte de contar con un aura bastante agradable irradia energía pero al más puro estilo de un rayo.
-Señor Matsumoto, ¿Tiene algo que compartir con la clase? – preguntó el maestro mientras todos los subnormales ahí presentes se dedicaban a observarme.
-N-No! Lo siento.. – asdf! Endemoniado Hiroto! A menos de media hora de clase y ya me habían llamado la atención por su culpa. Continuamos con nuestra charla, obviamente en un tono de voz más bajo, me empezó a explicar sobre las materias que nos tocarían, datos y anécdotas de nuestros compañeros de salón, los apodos hacia los maestros y muchas otras trivialidades que ya ni siquiera recuerdo pero que en su momento amenazaron con destruir mi concentración al aparecer rondando mi mente.
Fue así como las horas pasaron volando y ni cuenta me di cuando ya teníamos que regresar a nuestros hogares, Hiroto me había mantenido entretenido durante toda mi estadía en el salón, el comedor, el patio, la biblioteca e incluso es baño!
-¿Y bien Ruki? ¿Qué harás ahora?-
-Tengo que esperar a mi padre, vendrá por mí. –
-Ah.. entiendo, bueno, ¡Te veo mañana! – Con la mano hizo un ademán de despedida sonriendo alegre como siempre, yo respondí de la misma forma mientras le regalaba una sonrisa sincera, de verdad que le estaba muy agradecido a ese chico tan.. simpático, después de todo me hizo olvidar el mal rato que pasé esa mañana.
Me pregunto ¿Quién será ese chico con el trozo de tela en el rostro? Y… ¿Por qué el utilizar ese.. “accesorio” tan innecesario? Sacudí la cabeza al darme cuenta de las estupideces en las cuales estaba enfocando mi mente, observé a todos lados y me di cuenta de que mi padre ya esperaba por mí, crucé la calle y rápidamente abordé el vehículo.
-¿Cómo te fue en tu primer día? –
-Mm.. digamos que tuvo de todo.. –
-Hm.. y.. ¿Aun sigues con la idea de no querer estar en éste instituto? –
-¿No crees que es muy pronto para que me preguntes algo así? Recién es mi primer día.. –
-Cierto cierto, bueno espero que te guste. – Me sonrió animadamente antes de volver toda su atención hacia el camino.
-Ajá.. – Me cursé de brazos y dirigí la vista hacia el exterior, pensando solamente en llegar rápido a casa para tocar mi preciosa guitarra.