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El Rey de Egipto por Cucuxumusu

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Notas del capitulo:

Weno siento el retraso pero (como dicen los politicos) la culpa no es mia   sino del sisteme educativo Español y sus semanas de examenes.

Aki les dejo el cap mas largo que los anteriores como recompensa disfrutenlo xq a saber cuando vuelvo a publicar jeje

 

 

Ulquiora entro en la gran sala del trono tras haber esperado la reglamentaria media hora, le habían retirado toda arma que pudiese portar y la habían purificado el cuerpo lavándole y afeitándole como exigía el ritual.

Finalmente avanzo con paso firme por la nueva sala del trono ya que la anterior por lo visto la estaban reconstruyendo. A pesar de ir solo y desarmado y no presentar ninguna seria amenaza  había una larga fila de guardias rodeando la sala.

El nuevo faraón se encontraba sentado en su trono y parecía cansado “mejor para mi “ pensó satisfecho, con su juventud y inexperiencia así como con el cansancio que aparentaba sería fácil manipularle.

Se acerco a los pies de la escalera que levantaba el trono del suelo y miro fijamente al monarca arrogante. El chaval frunció levemente el ceño esperando. No había hecho la reverencia reglamentaria y el momento se prolongo, nadie hacia nada aumentando la tensión entre los presentes.  

De repente una risa clara y limpia se oyó a las espaldas del monarca proveniente de un inquietante albino que intento disimular su ataque repentino de risa incontrolada de forma no muy convincente, lo que hizo que la vena en la frente del monarca comenzara a hincharse.

-Ejem- murmuro el monarca intentando que el otro se controlara, la risa ceso de momento- ¿Sois Ulquiora no?-

-Si-

-¿Y donde esta vuestro amigo  el tal Grimmjow?-

- No ha querido acudir – le excuso. No contaría que se había reído en su cara como un maniático cuanto le dijo que les reclamaban en palacio, ni que luego había desaparecido misteriosamente tras haberle suplicado que asistiese.

-Soy el faraón y he dado una orden- exiguo el chaval.

- Y el un dios y la ha rechazado- el monarca se quedo estático sin saber que contestar  y con una gota de sudor recorriendo su nuca, así que se reclino en el asiento y acaricio al tigre para relajarse.

-Ya…- dijo sin creerse semejante patraña.- Bueno vayamos al problema principal, he oído que  tú y tu… Em.… grupo habéis arrasado el templo del  dios Ra  ¿Puedo saber por qué?- pregunto con una maliciosa sonrisa que no auguraba nada bueno al pobre Ulquiora.

Ulquiora guardo silencio pensando la mejor forma de decírselo sin morir en el proceso: lo mejor sería ser claro y directo.

-Veras… no os aceptamos como faraón, sois joven y sin experiencia alguna, con vuestro gobierno Egipto se sumirá en el caos- “que hipócrita que soy” pensó- hay otros sucesores aparte de usted que consideramos mucho más preparados que usted para asumir semejante carga y debido a su negativa a dimitir nos vimos obligados a demostrarle que haremos todo lo que esté en nuestras manos para derrocarle-

Ichigo se quedo a cuadros sin palabras, era la primera persona que le faltaba al respeto de aquella manera a pesar de saberse en desventaja y no le gustaba. Intento mover la boca para insultarle y mandarle matar pero de su boca no salía sonido alguno y boqueo como un pez atónito por haber salido de repente del agua.

Ogichi volvió a estallar en carcajadas agarrándose la tripa mientras se apoyaba en la parad de espaldas a él pensando que si no le veía la cara tampoco le oiría y intentando a la vez mantener el equilibrio que el ataque le había arrebatado.

-EJEM- volvió a toser el monarca y el albino se cuadro de nuevo con lagrimas en sus ojos- y dime Ulquiora ¿Ese otro candidato no será Grimmjow por algún casual?-

-Puede- “si”

-Ya…como no- Ichigo necesitaba dormir, cuando acabase la maldita entrevista se iría directo a su habitación- Veras Ulquiora- empezó con una sonrisa en su boca- YO soy el rey por derecho de sucesión y porque los dioses así lo quisieron- parecía que hablaba con un niño que se había portado mal pero su cara cambio a una de cólera repentinamente y levantándose grito- pero no voy a permitir estupideces que arruinen a mi pueblo, y si tu supuesto dios de veras lo es que venga aquí y me lo diga a la cara, entonces y solo entonces a lo mejor puede que le entregué la corona-

Ulquiora se sorprendió ante la repentina presencia que imponía el monarca, realmente parecía el hijo de los dioses.

-Pero si no lo hace o simplemente se demuestra que no es un dios las represaría caerán sobre vosotros y todos y cada uno de vosotros seréis condenados a muerte, ¿He hablado claro?- continuo el monarca.

Ulquiora suspiro rodando los ojos- Es una pena que no nos entendamos- “seriáis un buen monarca”- vuestra tozudez causara la muerte de muchos ciudadanos justos.-

-Los ciudadanos justos no destruyen los templos- le recordó el otro.

Ulquiora simplemente sonrió. Macabro, como burlándose de él, sin decir absolutamente nada y Ichigo entonces comprendió el verdadero significado de la frase anterior.

-No os atreveréis- le reto pálido de repente.

-¿Atreverme a que majestad?- se burlo el de ojos verdes, dijo empezando a dirigirse hacia la salida.

-Espera- ordeno el otro, pero su voz había perdido ya toda la fuerza que había poseído hace momentos antes.

-Pensar en nuestra propuesta majestad realmente os conviene a usted y a vuestro querido pueblo- murmuro saliendo por la puerta riendo.

No le podía acusar de traición, aquella conversación podía entenderse de muchas diferentes maneras y no podía culparle por una de ellas. No podía hacer nada hasta que ya fuese demasiado tarde.

********************************************************

 

Grimmjow cogió carrerilla y salto al siguiente tejado con la agilidad y elegancia de un felino. Sin siquiera pararse siguió corriendo por la oscura ciudad trepando, escalando y corriendo por los tejados en dirección al palacio.

Sus pasos no producían ruido alguno al correr sobre las tejas, como los de un asesino entrenado para matar sigilosamente, su cuerpo no producía sombras al recortarse contra la brillante luna, pero sus ojos azules brillaban intensamente como los de un demonio peligroso.

 Sobre las casas sobre las que pasaba sus inquilinos se revolvían en sueños incómodos presintiendo algo malo sobre ellos, pero antes de que pudiesen despertarse Grimmjow ya había volado hacia la siguiente casa rápido y ligero como el viento.

Finalmente se choco contra los grandes muros del palacio y se paró en seco.  El viento de la noche se levanto revolviendo sus cabellos y levantando la arena del suelo en pequeñas nubes que le envolvían sin tocarle como temiendo lo que pudiese hacerles. Decidido trepo el muro infranqueable de piedra lisa y blanca llegando hasta el borde del mismo, y sentándose en lo alto inspecciono el lugar.

El gran jardín estaba tranquilo, tanto los animales como las fuentes dormían  plácidamente, el único peligro en aquella tranquilidad era el puesto de guardia con la antorcha humeante y el viejo guardia dando cabezadas claramente aburrido.

Salto los siete metros que le separaban del suelo cayendo ligeramente sobre él en el más absoluto silencio y como el viento en la noche avanzo hacia el guardia como un dios del apocalipsis al mismo tiempo que se apagaba la antorcha y sus ojos cobraban aun más brillo.

El hombre asustado ante la aparición intento gritar pero antes de que siquiera lo intentase su cuerpo ya descansaba sobre el suelo plácidamente dormido a los pies del intruso. Grimmjow paso a su lado ignorándole completamente sin haber disminuido su avance y con la mente puesta en su presa que presentía en una de las habitaciones de los pisos superiores.

Observo el mejor medio de subir y agarrándose a las ramas del árbol que había elegido como el mejor camino, se balanceo de una a otra ascendiendo lentamente por su fuete estructura y  moviéndose a la vez que las ramas cambiaban su posición con el viento.

Consiguió por fin con una suave finta contra la rama, saltar y aterrizar en el pequeño balcón sin perder el equilibrio. Las puertas estaban abiertas y la brisa agitaba las cortinas que brillaban con la luna fantasmagóricamente.

Dentro dormía su querida presa ajena a su intromisión.

Grimmjow avanzo dos pasos acercándose a la gran cama. Estaba decepcionado, había sido demasiado fácil entrar. El tigre en el suelo levanto la cabeza de su ensoñación listo para atacar al intruso que acababa de sentir y a una mirada del peli azul la volvió a bajar dormido de nuevo como un pequeño gatito.

El chico estaba en la cama, y al parecer estaba tan cansado que simplemente se había dejado caer sobre ella, sin preocuparse ni de cerrarlas puertas, ni de cambiarse ni ni siquiera de meterse en la cama y dormía profundamente de espaldas a él.

Grimmjow le contemplo un rato analizando a su enemigo, ciertamente era joven, muy joven pero por sus ojeras y su cara de cansancio, demostraba inteligencia y preocupación por su patria. Hubiese sido un buen rey.

Grimmjow se acerco a él listo para finalizar su trabajo y Ichigo se removió incomodo al entrar en una pesadilla, girando su cuerpo y quedo boca arriba, completamente expuesto al intruso.

Grimmjow paró en seco contemplando al chaval sorprendido por su repentina belleza. Su suave piel dorada, su torneado abdomen que subía y bajaba al ritmo de su intranquila respiración, sus largas piernas  que se podían entrever a través del fino pantalón de lino que se ataba a la delgada cintura, su cara de preocupación enmarcada con aquel cabello naranja y desordenado que le daba un aspecto rebelde y su boca…su boca con los tentadores labios entreabiertos en una clara invitación exhalando su aliento y pequeños murmullos que se perdían en la noche.

Grimmjow se acerco a él y el chico volvió a revolverse, girando sobre un lado quedando en posición fetal como un niño pequeño buscando el calor de su protectora madre. Tan frágil e indefenso.

El de ojos azules se inclino sobre el al mismo tiempo que el chaval fruncía el ceño a punto de despertar de la terrible pesadilla.

-Buenos días majestad- murmuro con su grave voz en la oreja del pobre chico.

Ichigo abrió los ojos alarmado y giro su cuerpo quedando cara a cara con la aparición. Su fuerte y poderoso cuerpo se recortaba contra la luz de la luna y sus ojos azul eléctrico relucían como los de un gato.

-¿Quie…quien eres tú?- dijo asustado, intentando ubicar donde estaba-¿Qué haces aquí?¿cómo has entrado?- miro desesperado a la puerta donde fuera se encontraba Ogichi- Vete o llamare a…-

Entonces el extraño se giro y se dirigió a la pared a examinar uno de los impresionantes jeroglíficos que decoraban la habitación, habiendo perdido aparentemente todo el interés en él.

-Ahórratelo -empezó haciendo un aspaviento con su mano- soy Set- dijo luego examinando un jarrón dorado de una mesa- y he venido a hacer una inspección de tus penosas fuerzas de seguridad, asique ya me estás dando las gracias y  una buena razón para no matarte enano- continuo mirándole por encima del hombro, sonriendo.

El pobre Ichigo procesaba la información a toda velocidad, aquel intruso había entrado en su habitación por arte de magia y sin saber cómo  intuía que estaba en peligro a pesar de tener a su guardia a menos de diez pasos.

-¿Grimmjow?- dijo recordando el nombre del revolucionario entonces el aludido hizo una mueca de asco.

-No me llames así, yo soy Set-

-Ya-dijo el otro sentándose sobre el colchón mientras se pasaba una mano por la frente para relajarse y apartar el sudor que perlaba su frente desde hacía un rato. Grimmjow miro el gesto, había sido demasiado incitante, los ojos cerrados, el pelo pegado a la cara por el sudor, la boca abierta…

-¿Qué quieres?- pregunto el peli naranja mirándole serio.

Grimmjow se acerco a él mirándole desde arriba en la oscuridad.

-Quiero que dimitas y me entregues la corona-

-No-

Sin embargo el otro sonrió y le tomo de la barbilla alzándole la vista, en el mismo gesto y misma posición que había repetido Ogichi la noche anterior. Ichigo noto un escalofrió recorrer su espalda al recordarlo.

-No te preocupes, no lo perderás todo ni te matare ni nada- empezó intentando convencerle- es mas podrías tener un puesto muy importante- comento, pasando un dedo por los tentadores labios del chico provocativamente- podrías convertirte en my amante, seguirás teniendo poder y…- sonrió macabramente-…nos lo pasaríamos muy bien-

Ichigo al oírlo frunció el ceño y aparto la mano del otro de un manotazo levantándose en el acto de la cama y enfrentándole ya a la misma altura.

-Lo siento pero si crees, que me puedes corromper lo llevas claro, me importa una mierda lo que me pase pero no voy a permitir que destruyas mi pueblo-

Grimmjow sonrió otra vez cada vez mas complacido. Asique no era de esos, bueno no pasaba nada acabaría cayendo a sus pies como todos, que el proceso fuese más difícil y largo no importaba, es más solo provocaría que le desease mas.

El chico entonces al ver que se le quedaba mirando, le empujo con el hombro haciendo que ambas pieles se tocasen y Grimmjow cerrase los ojos ansioso. Ichigo se dirigió hacia la puerta a buscar a Ogichi. 

Su suave aroma a canela siguió su trayectoria y envolvió a Grimmjow haciendo que sus manos temblasen por querer tocarle, su indiferencia le sacaba de quicio y le excitaba a la vez. Sin pensar lo que hacía agarró al muchacho de la muñeca antes de que llegase a la puerta y lo empujo contra una pared apresándolo bajo su cuerpo con su boca a centímetros de la ajena. Sus ojos volvieron a brillar.

-Hay otras formas de que te rindas- dijo pasando su lengua por aquellos anhelados labios deleitándose con su dulce sabor, incitándole probar más que el leve contacto.

Y entonces se abalanzo sobre su presa engulléndolo en un salvaje beso recorriendo la cavidad del menor, lamiendo su lengua sin dejarle siquiera tomar aire. EL chico intento zafarse de la prisión, pero el mayor era demasiado fuerte y a una mirada de los ojos azules su cuerpo no pudo volver a moverse, inerte.

Grimmjow se recreo un rato en aquellos increíbles labios hasta dejarlos rojos y desgastados y empezó a bajar entonces por su terso cuello chupando aquella dorada y suave piel completamente hipnotizado por el chico.

Ichigo recobro el aire e intento volver a moverse, aquello era malo, ¿cómo había llegado a aquello?. Grimmjow tiro de su pelo hacia atrás para poder degustar mejor su sensible cuello en el que empezaban a aparecer manchas rojas. Su mente volvió al presente inmediatamente.

Las manos del mayor recorrían su fuerte abdomen, lentamente subían y bajaban por su pecho disfrutando del manjar que tenían debajo, sus impacientes dedos delineaban sus músculos ansiosos por memorizarlos,  el pobre Ichigo sin poderlo evitar empezaba a calentarse.

-Para…-intentaba controlar la voz para que no demostrase emoción alguna .

-¿Me darás la corona?- murmuro deteniendo su juego y mirándole a los ojos con su cara a centímetros de la suya de nuevo. Ichigo trago saliva.

-N..no- su voz había perdido toda la convicción necesaria.

 Y Grimmjow satisfecho con la respuesta que alargaba más su comida, volvió a caer sobre su cuello de una forma aun más salvaje. Le mordisqueo la clavícula y Ichigo cerró los ojos y se mordió el labio intentando pensar una forma de escapar a aquello. La mano del dios ambiciosa empezaron a acariciar las largas y deseadas piernas sobre la ropa, mientras otra mano traviesa se envolvía entorno a la delgada cintura posesivamente apretando su pequeño cuerpo contra el del revolucionario ávido por sentir al menor contra su cuerpo estremeciéndose.

Ichigo por su parte se sentía extraño, nunca había hecho aquello y no se sentía cómodo haciéndolo con un extraño que acababa de conocer por muy bien que se sintiese. Entonces  intento pensar en cualquier plan para librarse de él pero el hombre le estrecho mas contra él y consiguió colar una rodilla entre sus piernas abriéndoselas. No pudo pensar mas, ya que luego con la mano bajo su pierna le levanto una colocándola contra su cintura y aumentando el contacto.

Un estremecimiento le recorrió la espina dorsal y sin poderlo evitar se agarro al hombre apoyando la cabeza sobre su hombro conteniendo un sonoro gemido.

-Para…- su débil voz recorrió la oscura habitación retumbando en las paredes.

-Dámela-

-…No- 

El hombre le arrincono aun más entre la pared y su cuerpo, frotando su rodilla contra su entrepierna. Ichigo se arqueo sobre su espalda, aun mordiéndose el labio para contener el gemido traicionero.

Grimmjow sonrió complacido, tenia al chaval completamente sometido: su respiración entrecortada conteniendo los gemidos, los ojos cerrados de placer, el fuerte agarre al que le tenía sometido y los escalofríos que le recorrían, le hacían verse completamente indefenso y apetecible.

-Pues atente a las consecuencias- murmuro roncamente contra su oído.

-Nnh..o- pidió el chico desesperado.

Pero el mayor no le hizo caso y empezó a chupar y mordisquear su lóbulo y aumentar la fricción contra su miembro, una mano se coló por su pantalón, empezando a acarician la tan ansiada piel bajo el.

-Nnh…o- seguía pidiendo el otro. Pero su cuerpo ya no le respondía y empezó a pedir por mas restregase contra el de ojos azules.

Grimmjow ya no podía mas necesitaba hacerle suyo en ese momento, tener al chaval en aquel estado y pidiéndole más con su cuerpo, mientras se intentaba resistir sin probabilidades de conseguirlo, era demasiado. Bajo la mano hacia su miembro acariciándolo maliciosamente mientras le mordía fuertemente la oreja.

Entonces el menor sin poder contenerse ya lanzo un fuerte gemido que resonó por la habitación hasta extinguirse.

Ambos se quedaron quietos mirándose a los ojos, Ichigo avergonzado y sorprendido por su grito y Grimmjow divertido y preocupado por si alguien les había escuchado.

Y así había sido, al cabo de un momento, unos débiles golpes sonaron contra la puerta a modo de llamada.

-Disculpadme majestad ¿Os encontráis bien?- pregunto Ogichi  preocupado al haber escuchado un grito.

Grimmjow saco un pequeño y afilado puñal de dios sabe dónde y se lo coloco a Ichigo en el cuello como advertencia.

-Sí, no pasa nada no entres- respondió Ichigo entendiendo la amenaza.

-¿Seguro?-reitero Ogichi. Grimmjow movió su mano contra su miembro molestándole y haciendo que Ichigo tuviese que contuviese otro gemido.

-Si- respondió por segunda vez.

-Bueno, pues que durmáis bien majestad.-

Grimmjow miro al chaval aun con el puñal sobre su cuello, la excitación y el frenesí habían desaparecido de los ojos del muchacho y ahora solo había un odio profundo en ellos. Se volvió a acercar a él y volvió a unir sus bocas intentando volver a empezar.

Ichigo quiso volver a resistirse pero la presión sobre su cuello le hizo dimitir, asique simplemente se quedo quieto mientras el otro simplemente devoraba su boca, y volvía a acariciarle e intentar excitarle, pero para desgracia de Grimmjow su cabeza había vuelto al mundo y no caería dos veces en la misma trampa.

Grimmjow se separo molesto por la falta de reacción y se dio cuenta en la mirada de odio del chico que no conseguiría aquella vez nada. Asique bajo el puñal y se separo del chico dirigiéndose hacia la ventana.

-Tsk…volveremos a vernos su majestad, y la próxima vez acabare lo que he empezado- dijo guiñándole un ojo y saltando por el balcón haciendo que la pesadilla acabase.

Nada mas desaparecer Ichigo, se desplomo en el suelo rendido y asustado por lo que acababa de pasar, las lagrimas cayeron por su cara y sollozo sin saber qué hacer, demasiados problemas, demasiadas sensaciones, demasiado en poco tiempo: su padre, la corona, sus hermanas, los problemas, Ogichi, la revuelta, el dios, Grimmjow… empezó a respirar desacompasadamente en un ataque repentino de ansiedad, sus manos temblaban descontroladas presas del pánico.

Los golpes volvieron a sonar en la puerta.

-¿Majestad?-

Pero aquella vez no contesto y al cabo de un rato la puerta se abrió un poco. Ogichi entro y se quedo sorprendido al verle en aquel estado. Se acerco a él con paso rápido con el miedo pintado en su cara por lo que le hubiese pasado y frunció el ceño cuando vio las marcas rojas sobre su cuello y pecho.

-¿Quién ha sido?- pregunto delicadamente arrodillándose ante él y acariciándole el pelo levemente. Ichigo se abalanzo sobre él abrazándole fuertemente y escondiendo su cara en su fuerte hombro, Ogichi le seguía acariciando la cabeza suavemente y abrazándole a la vez.

-¿Quién ha sido?- su voz seguía siendo suave. Ichigo se pego aun mas contra el buscando protección, temblaba violentamente y el de ojos dorados solo pudo abrazarle aun más fuerte como consuelo.

-Sss…Set- susurro el pequeño entre sollozos.

Ogichi le acaricio y abrazo hasta que el menor se tranquilizo y finalmente se quedo dormido en sus brazos, sus movimientos y palabras seguían siendo dulces y tranquilizadoras, pero si Ichigo hubiese levantado la vista y mirado sus ojos hubiese visto la mirada de un asesino planeando  como asesinar a su siguiente víctima.

 

 

Notas finales:

Juas juas, la cosa se pone interesante alguien va a morir y tengo que decidir como XD no os preocupeis por el lemon como todas las cosas llegara a su debido tiempo n.n

Dejen reviews por el amor de dios o me siucido y entonces si que no hay historia T.T


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