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La diferencia es una virtud a su favor por SeungKey

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Notas del fanfic:

adasdas ;___; siempre quise hacer un fic de infinite D8 y mi sueño se a cumplido 8) -es feliz- lol espero y les guste D: esque como nunca e leido ninguno DDDx asi que no se si lo alla hecho bien(?) uwu el fic 1313 8DD lol espero y les guste D8 

Notas del capitulo:

Espero y les guste ;___; es el primero asi que esta aburrido y largo pero por algo se empiza 8D 

 

PD: Choi Han Kyul es personaje inventado D8 y tambien Jun Soo, asi que cualquier nombre parecido con la realidad es mera coincidencia 8-) 

-Disculpe... -Sungkyu se aclaró la garganta al dirigirse al anciano que ahora pasaba por la calle.

-Si…

-Me dijeron que por aquí había un restaurante de pulpo…

-Ah, sí -asintió el anciano-. Sigue derecho y a unas cuatro manzanas lo encontraras.

-Está bien. Muchas gracias.

Agradeció Kim Sungkyu haciendo una leve reverencia.

-No es nada –se excusó el anciano con una sonrisa-. ¿Tocas la guitarra?-preguntó al notar el instrumento, protegido por un estuche negro, colgando de la espalda del joven.

-Sí. Hace unos cuantos años que comencé, y se ha vuelto mi fiel compañera.

-Ya veo. Continua tocando muchacho, la música ayuda a expresar lo que el corazón no puede decir con palabras.

Sungkyu dibujó una triste sonrisa.

-Lo aré.

Los dos extraños se despidieron con un ligero gesto de manos y continuaron con sus respectivos caminos.

Sungkyu venía de un pequeño pueblo donde el solitario lago enfrente de su casa había sido el nacimiento de muchas letras de canciones. Un día, sentado en el porche, viendo el lago, guitarra en mano, empezó a tararear una letra familiar. Cuando de repente, una piedra aterrizó en la cabeza del guitarrista. Al levantar la vista para descubrir al culpable de tal atrocidad, se encontró con un chico de cabello lacio y expresión culpable. Este chico había sido el causante de la creación de muchas canciones que marcaron la corta fama de Sungkyu en su diminuto pueblo. El había sido el causante de que sus ojos brillaran cada vez que se sentaba enfrente de un micrófono en los pequeños bares de su vecindario. El también, había sido, el que le rompió el corazón.

Sacudió su cabeza. No quería que esos recuerdos tristes inundaran sus pensamientos ahora. Actualmente, venía a Seúl, no solo para olvidarse de aquella persona, sino también para poder sobresalir en el mundo musical. Ya que, si no podía tener a su lado a la persona que amaba, por lo menos trataría de no perder de vista su primer amor, la música.

-Aquí es…

Entró al primer restaurante de pulpo que apareció ante sus ojos. Se veía muy moderno, no como las fotos que su amigo de la infancia, le habían enviado hace apenas cuatro años.

Bueno, todo cambia ¿no?

Había muchos clientes, y los dos meseros que ahora alcanzaba a contar se veían atareados tratando de atender todos los deseos de los comensales. Clavó su mirada en uno de los meseros. Delgado pero de brazos fuertes, cabello negro…

Se parece.

Y se parecía mucho, a aquel que hiso que, con una piedra en la cabeza, su corazón cobrara vida. Pero había perdido comunicación con él desde hace ya un año. No sabía donde había ido a parar, y siendo realistas, no había posibilidad alguna de que el extraño mesero fuera el chico que buscaba. Por alguna razón, Sungkyu tenía esperanza.

Su corazón se aceleró.

El mesero se giró lentamente para no perder el equilibrio a su charola donde llevaba un par de platos con restos de comida. Y fue ahí donde Sungkyu lo miró.

No es el.

Tenían casi la misma cara, incluso el cabello era parecido. Pero no era él. Este mesero tenía los ojos ligeramente más grandes y la nariz más fina, pero su boca era idéntica a la de su persona especial.

El mesero vio directamente a Sungkyu, en un parpadeo ya estaba enfrente de su cara, y le dedicaba una amplia sonrisa.

Sonríen igual. 

-Buenas tardes, tenemos todas las mesas llenas, hay una clase de reunión de cumpleaños, y ya se imaginará. Pero en cuanto se desocupe una lo pasaremos enseguida. Siéntese si gusta.

-Ah, no. Yo no vengo a comer.

-¿Ah, no?

-¿Gyu?

Kim Sungkyu se giró hacia donde venia la voz y se encontró con su amigo de la infancia. Aquel con el que había mantenido contacto por cartas desde hace ya cuatro años, cuando este se había mudado del hogar de Sungkyu.

-¡Dongwoo!

Sungkyu corrió a abrazar a su amigo. Lo recordaba tal y como hace cuatro años, solo que ahora un poco más alto.

-¡No has cambiado en nada, hyung!

-Tu tampoco. Bueno, sigues estando igual de feo que siempre.

-Y tú sigues tan sarcástico como siempre –desvió la mirada a Woohyun, que seguía parado enfrente de ellos observando la escena en primera fila-. Oh, Woohyun. El es mi amigo de la infancia Kim Sungkyu. Gyu, el es Nam Woohyun. El empleado del mes.

-Aquí no hay empleados del mes –puntualizó Woohyun.

-Pero si lo hubiera, tú lo fueras -sonrió Dongwoo, con esa sonrisa que Sungkyu recordaba desde siempre.

-Hola… -Gyu le dedicó una sonrisa nerviosa. Vaya se le parecía tanto.

-Hola, te diera la mano pero da la casualidad que ahora cargo con platos llenos de saliva de otras personas.

-Demasiada información Woohyun. Anda ve y llévalo a la cocina. 

-Es lo que iba a hacer –se volvió hacia Sungkyu que lo examinaba de arriba abajo- . Gusto conocerte Hyung.

Y desapareció en un santiamén.

 

 

-Cuando me llegó tu carta de que venias a Seúl, no creí que fuera tan pronto -Dongwoo sorbió de su refresco de cola y dobló la pajilla después de dejarlo sobre la mesa. Tal como Sungkyu recordaba. 

-Yo tampoco, pero muchas cosas pasaron. Lo mejor era salir de ese pueblo.

-Ya veo. Pues, me alegro de tenerte conmigo otra vez.

-Yo igual.

-Aquí esta su refresco señor cliente -Woohyun puso sobre la mesa un refresco de cola acompañado por unos aperitivos.

-Gra…

-¡Disculpe! -gritaron del otro lado del restaurante-. ¡Mas de esta sopa!

-¡Sí! -Y Woohyun volvió a desaparecer.

-¿Quién es él?

-¿Quién? ¿Esa señora? Es una señora que viene muy seguido aquí a comer la sopa especial. Vaya que le gusta. Pero no sabía que a ti te gustaban las señoras mayores. Tiene hijos, ¿Sabes?

-Haha, no. Me refiero a ese chico, Woohyun.

-¡Ah! Es un amigo de la universidad. Trabaja los fines de semana en esa cafetería de estilo de los años 70, cantando. Es muy bueno. Incluso podría ser profesional.

-Ya veo.

Dongwoo examinó su mirada. Un foco en su cabeza llena de pulpo se encendió.

-¡Ah! Ya veo tu problema –le dio unas palmaditas en la espalda a Sungkyu-. Se parece a Han Kyul, ¿Verdad?

Dongwoo no había conocido en persona a Choi Han Kyul, solo en fotografías. La primera vez que vio la foto de este pensó que se trataba de Woohyun y tubo que examinarlo detenidamente antes de ir a preguntarle a Woohyun si el de la fotografía no se trataba de él.

-Un poco. Han Kyul tenía los ojos más rasgados, y su nariz es un poco más gruesa. Pero Han Kyul tiene los ojos más claros, casi miel. 

-Vaya… sí que te lo sabes de memoria.

-Pero tienen la misma sonrisa. No me cae bien -se cruzó de brazos.

-¿Ah? Pero si ni siquiera lo conoces. Hace bromas todo el tiempo, y le gusta imitar a las personas pero es muy divertido.

-No importa. Esa clase de personas que hacen bromas todo el tiempo y piensan que todo el mundo los ama. Las odio –finalizó haciendo un gesto de repugnancia con la cabeza.

 -Si tú lo dices… ¡Oh! –Dongwoo se levantó tan rápido de su asiento como si una hormiga le hubiera picado en el trasero. A continuación se encontraba haciendo reverencias a la multitud de personas que salían del restaurante, al parecer, eran las de la reunión-. ¡Gracias por venir!

Cuando el restaurante quedó medio vacío, Dongwoo se dejó caer sobre la silla.

-Necesitamos más personal, Jefe.

Dongwoo se giró de su silla para contemplar el rostro cansado de Woohyun. 

-Tienes razón –asintió Dongwoo-. Con eso de que Sungjong tiene exámenes en la escuela y no puede venir estos días…Tendré que convencer a mi madre.

-Y la señora Yang, si no mal recuerdo, tiene un pésimo carácter cuando se trata de dinero, sin ofender –agregó Sungkyu.

-¡No ofendes! –Dejó escapar Woohyun-. El otro día le pedí un aumento y me dijo que no. Solo porque me vio descansando unos cuantos minutos…

-Woohyunnie –le llamó Dongwoo.- fueron dos horas, y en una semana.

-Minutos, horas, semanas, ¿Cuál es la diferencia?

-El caso, es que mi mamá no querrá contratar a otra persona, al menos que…-Dongwoo miró a Sungkyu.

-¿Qué?

Foco interior de Sungkyu, encendido.

-Ah no. No. Vine para la música, no para trabajar de mesero o algo parecido.

-¿Música? –se sorprendió Woohyun.

-¡Vamos! –Pidió Dongwoon como si no hubiera escuchado a Woohyun-. Hazlo como paga por que te de alojamiento en mi departamento.

-Deberías de darme alojamiento ‘Gratis’ por ser tu amigo de la infancia –puntualizó Sungkyu como si fuera lo más obvio.

-Pero también te daría comida –añadió Dongwoo-. Y yo se que te gusta mucho la comida.

-No me convencerás con eso. Sabes que tengo muchos problemas de espalda y esas cosas. No podría estar atendiendo a los clientes.

-Sabía que eras un anciano pero no ‘tan’ anciano –Woohyun puso una mano sobre su mentón-. ¿Te operaste? No me sorprendería si se te callera la nariz en este momento.

-Woohyunnie, por favor –le pidió Dongwoo-. Esto es serio. Si él trabaja tendrás mas descanso para mandar mensajes con tu amor platónico o que se yo.

¿Amor platónico? Se preguntó Sungkyu.

-Buen punto. ¡Trabaja hyung! ¡Anda, Anda! –Woohyun tomó el brazo del guitarrista y comenzó a hacer pucheros.

Sungkyu, al ver esa escena de pucheros anormalmente adorables, comenzó a considerar la posibilidad de trabajar en el restaurante de pulpo.

-Me… ¿Me darás comida gratis? –preguntó a su amigo de la infancia un tanto avergonzado.

-Sí, comida gratis –respondió Dongwoo-. Incluso Woohyun preguntara a su jefe de la cafetería si te deja tocar entre semana, eso te abrirá muchas puertas.

-¿Le preguntará?

-¿Le preguntaré?

-¡Sí! –respondió el heredero del restaurante con una sonrisa haciendo que sus ojos fueran unas líneas curvadas.

-Ah, no –se negó el menor de los tres-. Me niego a poner en juego mi trabajo te cantante por él.

-Vamos Woohyunnie. Sería temporal. Hazlo por mí –el mayor tomo el brazo del menor tratando de convencerlo. Pero algo que él ya sabía, era que haciendo eso era pedir un milagro para que su empleado del mes accediera.

-¿Por ti? –Mofó el menor de los tres-. ¡UF! Hasta crees, hyung.

-¡Vamos!

-Ya déjalo, Dongwoo –le dijo Sungkyu mirando al vacio-. Es obvio que no quiere. Y si vengo aquí a buscar puertas, prefiero lograrlas por mi mismo que estarle rogando a alguien.

Eso fue, para Woohyun, un golpe en el estomago.

-Está bien. Le diré.

Dongwoo sonrió de oreja a oreja ante la revelación de Woohyun. Sungkyu no estaba del todo feliz. Simplemente observaba al menor de los tres de pies a cabeza. ¿Cómo era posible que se le pareciera tanto? En estos momentos, Woohyun tenia una expresión de puchero, mientras su Jefe lo tomaba de los brazos y daba pequeños saltitos. Se parecían demasiado. Pero nunca le caería bien. No había razón alguna. Podrian ser parecidos físicamente pero en la actitud eran completamente diferentes. Han Kyul era reservado, decía la realidad de una manera cruel pero con una simple sonrisa, lo duro se esfumaba. Han Kyul hacia bromas y hacia que las personas lo amaran por ello. Han Kyul era tímido y, a pesar de que Sungkyu era un año menor, lo hacía sentir fuerte, como si lo pudiera proteger de todo. Así era Choi Han Kyul.

No pienses en el. No los compares.

-Una cosa más –dijo Dongwoo-. Sungkyu, dormirás en la misma habitación de Woohyun. 

-¿Qué?

 

 

Nam Woohyun iba de camino a la cafetería donde trabajaba a hacer su ensayo para el sábado. Durante el camino, se lamentaba sobre las extrañas amistades que su Jefe tenía. ¿Por qué entre todas las personas del  universo, tenía que ser ese chico? Woohyun no tenía nada contra él, apenas lo había conocido. Pero era obvio que ese tal Sungkyu lo odiaba. Woohyun siempre había sido muy meticuloso con la elección de amigos. A lo largo de su vida había conocido a muchas personas, pero solo un puñado de estas, habían permanecido a su lado. Y una más pequeña cantidad, había considerado amigos. Así que, cuando se trataba de personas como Kim Sungkyu, era obvio que había algo de él que no le agradara. Y era más frustrante, tener que compartir habitación con él y peor aún, darle un trabajo en su hermosa cafetería. Esto si era frustrante. Ahora se lamentaba de por qué diablos tuvo que pedirle alojamiento a Dongwoo cuando pudo haber aceptado el departamento que sus padres le ofrecían.

Estúpido, estúpido y más estúpido.

-Ya llegue.

-¡Woohyunnie! –el mesero de la barra se acercó a toda velocidad y empezó a abrasarlo frenéticamente.

-Hyung –le llamó Woohyun en tono seco-. Me asfixias.

-Oh, sí disculpa –lo dejó en el suelo.

El jefe de la cafetería, cuyo nombre era Jun Soo, era un hombre de alrededor unos 35 años, pero Woohyun no estaba del todo seguro, y no se atrevía a preguntar. Jun se vestía como mesero y atendía a los clientes en la barra de bebidas. Nadie sabía cómo era el jefe de aquella cafetería, solo los empleados de esta misma. Jun Soo se encargaba de mantener su identidad en secreto para que, cuando venían las personas a hacer audiciones a tocar en su cafetería, no trataran de impresionarlo y actuaran como normalmente lo hacían. Ya que, muchos dueños de compañías exitosas iban normalmente al establecimiento a disfrutar de música acústica y planear sus próximas personas que iban al mundo del estrellato. Woohyun sabía que de ahí habían salido estrellas como IU y Nell, y él quería ser el próximo.

-Bien, ¿empezamos? –le preguntó Jun Soo a Woohyun.

-Sí. Hice una nueva canción que creo que podrá funcionar.

-¿Ah, sí? –Jun Soo parecía encantado.

-Sí, pero aun no puedo tocar la guitarra por lo que dijo el doctor. Quiere que mi mano sane por completo.

-Y estoy del todo de acuerdo con ese doctor. Sabes, deberías de pedirle su número.

-¿Para qué?

-Tú sabes, quiero un doctor que me ‘atienda’ si sabes a lo que me refiero ¿verdad?

-Amm, claro. Pero preferiría hacer como si no lo supiera.

-Hay Woohyun a veces eres tan gracioso –le dio unas palmaditas en el hombro mientras reía.

-No, lo digo enserio. No quiero saber.

-Ya, ya. Apresúrate a ensayar que ya casi dan las 10, y es muy tarde para andar por las calles solo.

-Pero soy un hombre –puntualizó Woohyun un tanto irritado por las constantes preocupaciones de su jefe. Aunque después de un tiempo se acostumbraba, y le parecía divertido.

-Y yo soy Madonna –dijo un tanto sarcástico Jun Soo.

-Lo sabía –exclamó victorioso Woohyun-. Sabía que un hombre normal de 35 años tendría esas caderas.

-¿35? –preguntó indignado el Jefe con caderas igual que Madonna-. Woohyunnie, si no quieres que te despida por andar divulgando, digo, mintiendo por ahí sobre mi edad, será mejor que subas rápido a hacer tu ensayo.

-Haha, está bien.

-Los niños de ahora…-Jun Soo dejó escapar un suspiro mientras se observaba frenéticamente las caderas.

 

 

-¿Qué hacemos aquí? –le preguntó Sungkyu a su amigo de la infancia.

-Venimos a ver la práctica de Woohyun –dijo Dongwoo como si fuera lo más obvio.

-Y, ¿Se puede saber para qué? No tengo ganas de ver a ese mocoso como se pierde en una canción.

-Pero te encantará –le aseguró el heredero del más famoso restaurante de pulpo de todo Seúl. O bueno, eso creía él.

Dongwoo tomó del brazo a Sungkyu y lo encaminó hacia el interior de la cafetería. Sungkyu pudo observar cómo los años 70 reinaban en el lugar. Lo hacía ver acogedor pero con buen gusto. Era esa clase de lugar donde, en sus películas favoritas, el protagonista tocaba las baladas mas armoniosas para su persona especial. Miró hacia el escenario, ahí se encontraba Nam Woohyun. Estaba de espaldas, seguramente acomodando cables de sonido, o ese tipo de cosas. Definitivamente ese chico no cantaría del todo bien. Seguramente solo se valía de su imagen. Y, por más que le costara trabajo aceptar a Sungkyu, ese tal ‘Woohyunnie’ o como quiera que lo llamara Dongwoo, se veía muy bien.

Yang Dongwoo se acercó cuidadosamente a la espalda del mesero de la barra, le puso las manos en los hombros. El mesero dio un pequeño saltito pero no emitió sonido. Dongwoo le hiso una seña de que guardara silencio. Si el mesero no hubiera sonreído, Sungkyu hubiera pensado que Dongwoo asaltaría al pobre señor. O señora. No estaba seguro de que fuera.

El mesero les dio las señas para que se sentaran donde quisieran. Dongwoo optó por una mensa un tanto alejada del escenario. No había casi personas a esa hora, solo una pareja de enamorados que compartían una malteada de vainilla y un grupo de amigas con unas computadoras portátiles. Sungkyu notó como observaban a Woohyun y reían nerviosas.

Tal como lo pensé. Solo es su imagen.

-¿Se puede saber a que venimos? ¿Y porque te mantienes de incognito?

-No quiero que Woohyun sepa que estamos aquí. No le gusta que venga a ver sus actuaciones, siente un tanto de vergüenza.

-Entonces, ¿Cómo sabes que canta hermosamente o como dijiste? –preguntó Sungkyu un tanto irritado.

-Pues he venido a escondidas como ahora, gran genio. ¡Oh! Ya va a empezar.

Woohyun se acercó al micrófono, lo golpeó dos meses y habló.

-Buenas noches. Soy Woohyun y are mi ensayo para mañana. Am…aun no puedo tocar la guitarra por mi mano fracturada, así que tendrán que escucharla en a capela.

Sungkyu pudo escuchar a lo lejos al grupo de chicas con computadoras portátiles, diciendo ‘Pobre oppa’. Si que eran estresantes.

Nam Woohyun contó hasta tres y comenzó a cantar una singular melodía. Dongwoo cerró los ojos y sonrío ligeramente. Sungkyu notó incluso que la pareja de enamorados dejaban atrás las carisias y su malteada de vainilla y se concentraban en Woohyun. Sungkyu debía de aceptar que cantaba muy bien. Demonios, cantaba anormalmente bien. Gyu incluso se sorprendió de que no fuera profesional. Las notas altas le salían sin ninguna imperfección, era todo un experto. Incluso pensó, que tal vez, el no necesitaba una guitarra, su simple voz podría hacer todo el trabajo.

Al finalizar la canción, el extraño mesero de sexualidad un poco dudosa, estalló a aplausos, le siguieron el grupo de chicas y a continuación la pareja. Dongwoo también comenzó a aplaudir tímidamente, tratando de no llamar mucho la atención, pero Sungkyu pudo notar, que estaba sonriendo.

-Gracias –Agradeció Woohyun un poco apenado.

A continuación bajo del escenario y el mesero lo abrazo posesivamente. Woohyun intentaba librarse. Era una escena un tanto graciosa para Sungkyu, pero aun así oculto su sonrisa poniendo su mano sobre su mentón.

Dongwoo miró a Sungkyu con expresión de ‘te lo dije’

-Bien, bien. Canta muy bien. Canta hermoso, Dios. Ese tipo no es humano.

-¡Ja! Sabría que te gustaría. Ahora –Dongwoo tocó con la punta de su dedo el hombro del mayor-. ¿No te gustaría tocar aquí?

-¿A quién? ¿A mí? Pues la verdad sí, pero Woohyun ya está trabajando y canta fantástico, no creo que el jefe quiera darme una oportunidad.

-¿Y si cantaras con él? Woohyun no puede tocar la guitarra y la necesita para mañana –Dongwoo comenzó a mover sus cejas frenéticamente.

-No sé que le suceda a tus cejas, pero creo que necesitas un doctor.

-Hay mira qué lindo –dijo un tanto sarcástico, Dongwoo.

-Tan lindo que podría hacer llorar a una niña de cinco años.

Los mayores se giraron y se encontraron con el rostro divertido de Woohyun.

 

-Así que quieres que Gyu hyung toque la guitarra conmigo.

-Si –afirmó Dongwoo.

Sungkyu al ver el rostro cansado y poco convencido de Woohyun, decidió que era momento de intervenir.

-Lo sé, es una pésima idea. Buscare trabajo en otro lugar.

-Me parece bien.

-¿Enserio? –preguntó Dongwoo emocionado.

-¿Enserio? –repitió Sungkyu incrédulo.

-Si –Woohyun se giró y se dirigió al mesero de sexualidad dudosa-. ¿Tú qué dices, hyung?

-Me parece bien, ustedes dos harían una increíble pareja. Son tan lindos –a continuación Jun Soo pellizcaba las mejillas de Gyu y Woohyun.

-Hyung no somos esa ‘clase’ de pareja –enfatizó Woohyun.

-Ya verás. Yo nunca me equivoco –a continuación, rio, le giñó un ojo Sungkyu y desapareció de la cafetería.

 

 

Kim Sungkyu trataba de dormir mientras luchaba con la luz que irradiaba del celular de Nam Woohyun. Tal como Dongwoo le había prometido, compartía habitación con Woohyun. No lo podía creer. Y lo peor aún, la habitación era tan minúscula que apenas cabían en un rincón de esta los dos colchones en que dormían. Después de haber tomado un tren hasta Seúl, estaba totalmente exhausto lo primero que quería, aparta de darse una ducha, era dormir. Pero daba la casualidad que su queridísimo compañero de habitación no lo dejaba. Ah, ese maldito celular. Quería arrebatárselo de las manos y echarlo al escusado. Con eso sería feliz.

-Woohyun, apaga eso –ordenó por centésima vez.

-Espera.

Uno, dos, tres…

Y Sungkyu ya no lo soportó más. Le arrebató el teléfono, se levantó de la cama y justo salía de la habitación cuando Woohyun lo tomó de brazo.

-¿Qué piensas hacer? –preguntó con voz firme mientras apretaba el brazo de Gyu.

-Tirarlo al maldito escusado haber si así puedo dormir.

Woohyun parecía sorprendido ante la respuesta del mayor. Lo soltó lentamente, y se echó a reír.

-¡No le veo la gracia!

-Hyung, ¿Enserio piensas hacerlo? –preguntó Woohyun mientras se secaba las lagrimas.

-Pues si no me dejas dormir lo aré.

-Bien, bien. Puedes quedártelo esta noche –accedió Woohyun-. Pero no lo tires al escusado –se apresuró a decir.

-Mientras pueda dormir…

Ya acostados Sungkyu dormía volteando al otro lado de la cama, tratando de evitar los ojos del menor.

-Oye…-se atrevió a decir Woohyun.

-¿Qué…? –preguntó adormilado y un tanto irritado, Sungkyu.

-No puedo dormir. Hablemos de tu vida.

Sungkyu se giró para ver el rostro del menor  en la oscuridad.

-Mi vida no es interesante –dijo por fin-. Pero aseguro que la tuya sí.

-Mi vida tampoco es interesante, hyung. Siempre es lo mismo. Mis padres querían que me volviera doctor pero, escape de casa o por así decirlo. Ellos piensan que me fui a México.

-¿México?

-Sí, les mentí y les dije que quería volverme charro. 

-¿Qué es eso?

- Ni idea.

A Sungkyu se le escapó una carcajada ante la respuesta del menor.

-Mira hyung, puedes reír.

-Claro que puedo reír. No soy un amargado o algo parecido.

-Pues lo pareces. Parece como si me odiaras. ¿Crees que no noté como me clavabas esas miradas en el restaurante?

¿Por qué diablos es tan directo?

-No te odio –admitió Gyu, ya que, después de todo era la verdad-. Ni siquiera te conozco.

Por alguna razón Woohyun sonrió.

-Es la primera vez que comparto habitación con alguien. No sé por qué, pero estoy feliz de que seas tú. Aunque me odies.

-Que no te odio. Pero te odiare si no me dejas dormir.

-Bien, bien –rio Woohyun-. Buenas noches.

La mañana siguiente, Sungkyu ya conocía una de las mañas de Woohyun al dormir; en toda la noche no le quito el pie de encima de su pierna. Por más que lo bajaba este volvía a subir. Después de múltiples advertencias, al girarse para darle un golpe a su compañero de habitación, se topó con su rostro completamente dormido. Obviamente, no era consciente de lo que su querido pie hacia. Vaya noche. 

Notas finales:

Espero y les haya gustado D8 

y si no(?) pues pues coman pedo D:< (?)

ok no 8) lol -huye-

disculpen las faltas de ortografia ;____; 


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