– ¡RESPONDE!-grita un malhumorado Edward- ¿Qué demonios haces aquí? Tu te largaste ¿Recuerdas?-Edward se levanta y evita las ganas que tenia de golpear al hombre que se encontraba tirado en el pasto delante de el.
– ¿Quién...? ¿E…Edward?-Hohenheim se levanta y sacude la tierra que se adhirió a su ropa. Observa al pequeño que tenia delante de el. Ese era su hijo. Tenia las mismas facciones; pelo rubio con esa antenita en su cabeza; esos ojos dorados. ¿Pero como? El Edward que tenía enfrente parecía de unos 15 años y su pequeño ahora tenia 7, amenos que…. No...No podría ser.
– ¿¡QUIEN MAS PODRIA SER! ¡¿A QUE VOLVISTE? NI FALTA QUE HACIAS-A Edward se le forma un nudo en la garganta. Por ese hombre su madre…su madre había muerto. Voltea a ver a Roy que lo mira sorprendido. No quería que el lo viera así. El, aparte de su hermano, lo conocía muy bien. Aunque por afuera Edward aparentara enojo, bueno…lo que Roy veía era… si enojo. Enojo y un dolor causa del abandono, y como Roy adivino lo que Edward pensaba, que por culpa de Hoheinheim, Trisha Elric había muerto.
– ¿Que te paso en el brazo hij…Edward?-pregunta Hohenheim preocupándose. No le agradaba que su hijo (aunque Edward no lo considere como padre el no podría culparlo, lo dejo a el y a su hermano tan pequeños y a su madre, la mujer que siempre amo por quien sabe cuantos años) tuviera un automail. ¿Qué le pudo pasar?
–Nada que te importe-Responde secamente. Desaparece por… (Empieza a sacar cuentas) 3 años actualmente y 10 años durante su vida y cuando lo ve empieza a actuar como su padre. Eso no se lo iba a permitir. La primera vez que lo vio, cuando tenia 15 habían arreglado las cosas, pero ahora que lo veía ahí, le volvió el coraje. ¡EL BASTARDO VOLVIO CUANDO TENIA 8 Y SE LARGO SIN TAN SIQUIERA DECIR NADA! Nadie sabía que había estado ahí.
Roy empezó a sentirse incomodo. ¿Si el hombre hubiera visto ese beso? No es que pudiera hacerle algo…excepto matarlo. O que pudiera reportarlo, no sabia ni su nombre ni que estaba en la milicia, pero Hohenheim de la Luz era un muy buen alquimista. Sinceramente no creyó conocerlo, para el era un honor estar frente a este gran alquimista, cosa que NUNCA le diría a Edward; Mas sin embargo no le agradaba la forma en que se conocieron, claro, Hohenheim no sabia su nombre pero sabia que grabaría su rostro ya que sintió una mirada de odio en su persona.
–Edward, se que estas molesto. No te culpo. Ni yo mismo me perdono pero tienes que saber que si me fui fue porque tenia que hacerlo. No fue mi intención dejarlos así y yo...-Empezó a decir el rubio mayor pero fue interrumpido por Edward.
–No hay excusas. Volviste 3 años después de dejarnos y te largaste sin decirle a nadie. Ella te estaba esperando. Siempre te espero-Traga saliva y suspira- Mira, yo te odio, pero supongo que ya lo sabes. Si vuelves ahora tratare de perdonarte- No quería hacerlo, pero si su madre era feliz con el bastardo…Puede que no muera aunque eso seria un gran cambio en el tiempo, no harían la transmutación, no se uniría a los militares, jamás conocería a Roy. Puede que Mustang fuera un bastardo también, un arrogante, egocéntrico, mujeriego (bueno, al menos lo era), pero no podía evitar amarlo. ¡Demonios!, se sentía cursi.
–Edward-Dice Roy hablando por primera vez desde que paso el encuentro-No creo que sea buena idea que cambies el pasado. Sabes muy bien que muchas cosas no hubieran pasado. Jamás hubieras acabado con... ehmm… Bueno, el Führer y con Padre y todos los demás y quien sabe como estaría el futuro. Probablemente Amestris no estaría.-Roy se sentía nervioso debido a que el padre de su pareja lo miraba fijamente con asombro. Claro, se preguntaría como el sabía eso. De acuerdo a lo que Edward le había contado, su padre…bueno…Hohenheim le había explicado a Al sobre como se creo Padre.
–¿Hablan de los homúnculos? ¿Ustedes los destruyeron? ¿Y quien eres tu?-Pregunta mirando a Roy de forma molesta. Había hecho su teoría sobre que el hombre era pareja de su hijo y aunque sabia que era verdad prefería que ellos se lo dijesen.
–Si, habla de los homúnculos. Si, nosotros los destruimos y el-dijo el rubio señalando a Roy quien palideció de pronto- Es Roy Mustang. Coronel, próximo Führer y…-Trago saliva. No le importaba que Hohenheim supiera sobre su relación con el moreno pero no estaba seguro de decir lo mismo sobre si Mustang quisiera que los demás lo supieran.
–Con todo respeto señor ehmm… Hohenheim-Dijo Roy nervioso. Trago saliva y miro a Edward-Yo soy la pareja de Edward-Roy cerro los ojos esperando algún grito, golpe o algo mas sin embargo el rubio mayor lo miro y empezó a preguntarle cosas.
– ¿Dónde se conocieron? ¿Cuántos años tienes? ¿Cuánto tiempo llevan saliendo juntos? –Pregunta evitando la mirada de odio que el dirigía el pequeño rubio. El amaba a sus hijos, no podía evitar preocuparse por ellos.
–Ehmm… sobre como y donde nos conocimos, preferiría que Edward se lo dijera. Tengo 32 años-Siente nervios al decir su edad. Volvió a esperar golpes o gritos pero al escuchar silencio continuo-Y ehmm… llevamos 6 meses saliendo.
–Eddy me gustaría hablar contigo si no te molesta-Dijo el mayor dirigiendo una tranquila mirada a su hijo mayor.
–Pues yo no quiero hablar contigo. ¡Y NO ME DIGAS EDDY! –Edward lo miro con odio—Mira viejo si no vas a volver, cosa que yo se que no aras; Te agradecería si tan siquiera vuelves con mamá a y le explicas porque demonios no volverás en vez de teniéndola esperándote hasta que m...—
Edward se callo de pronto. No debería decirle cosas del futuro. Debía intentar volver a su época, Al debería estar preocupado. ¡AL! –Roy deberíamos volver, vamos a llamarte-dice sonriendo. Era increíble el cambio de cuando hablaba con Hohenheim a cuando hablaba con Roy. Al primero le hablaba con odio y al segundo con tanto amor.
–Eh, creo que tienes razón ¿donde podemos buscarme? ¿Que fecha y hora es?—pregunta mirando a ambos rubios. Empieza a buscar su agenda en los bolsillos traseros de su pantalón. Nunca salía sin ella. –Es 20 de Noviembre de 1905. ¿Porque señor Mustang?—pregunta el rubio mayor—El 20 de noviembre de 1905, yo estoy en…—el moreno se sonroja y se calla.
– ¿Donde estabas en este momento Mustang?—Dice Edward imaginando donde se encontraba. No por nada el moreno tenía fama de mujeriego. No podía evitar sentirse celoso. En este momento Roy tenía 22 y el 8. Wow una gran diferencia de edad. Era obvio que estaría con una mujer.
–Yo…Estaba… –suspira—Si Edward estaba en una cita. Tengo el teléfono del restaurant y el de mi casa marcare a ambos solo necesito donde marcar—esperaba que fuera en el restaurant porque si fuera en su casa….
–Bastardo—suspira—Volvamos, le pediré el teléfono a mamá. ¿Vendrás o te iras de nuevo?—Eso ultimo se lo dice a Hohenheim que lo mira con temor—Lo sabia. Entonces hasta nunca viejo.
El moreno y el pequeño rubio caminan hasta la casa que se encontraba alejada de donde ellos se encontraban cuando escuchan otros pasos detrás de ellos. Edward sonríe de mala gana y cierra los ojos; los abre debido a una gran luz que se observa dentro de la casa.
Los tres hombres se miran entre si y salen corriendo en dirección a la casa.