Un chico de largo cabello rubio recogido en una coleta y ojos azules como el cielo, estaba sentado en una de las mesas de la casina, con las manos a lada lado de la cara, se le notaba un semblante triste y preocupado, y como no estarlo por la situación que en ese momento acontecía. Al lado de él lo acompañaban dos de sus mejores amigos, un chico pelirrojo de ojos castaños y otro delgado, pelinegro y ojos del mismo color que reflejaban la preocupación hacia su amigo rubio.
-¿Cómo esta Sai?-Pregunto de repente el rubio, para romper el incómodo y tenso silencio.
-Bueno, ahora está dormido al parecer el dolor de la cabeza es menos intenso que antes pero la fiebre no ha bajado del todo.-Dijo el chico pelinegro llamado Sai, con un tono de tristeza en la voz.
-Pero sigue estando igual que antes Sai, no ha mejorado nada.-Dijo el segundo chico, mientras pasaba una mano por el hombro del chico rubio que empezaba a sollozar.
-Lo siento mucho Deidara, pero esto se pudo haber evitado si le hubieran vacunado de la rabia a tiempo… -Comenso a hablar de nuevo pero un fuerte golpe producto del puño del rubio contra la mesa lo detuvo.
-¡Con un carajo Sai! ¿¡No entiendes que desde el accidente de mis padres no tenemos ni un jodido centavo?! ¡Mi sueldo no me alcanza para pagarle las medicinas y mucho menos costearme un hospital! ¡Mis padres no nos dejaron absolutamente nada! ¡Nos dejaron en la calle a nuestra suerte, tuve que evitar enfermar para poder cuidar de Naruto pero todo me salió mal… *Snif* *Snif* Por mi culpa ahora se muere… - Ya no pudo aguantar el llanto y empezó a llorar desconsoladamente-Esto es mi culpa…
-¡No Deidara! ¡Esto no es tu culpa! Nadie tuvo la culpa de nada, tampoco tus padres, Naruto no tuvo nada de culpa. Fue un accidente.
-Claro que no, Naruto tuvo la culpa-Interrumpió Sai- El muy necio quería ir a fuerza a esa feria y si no se hubiera escapado de casa nunca lo hubiera mordido ese perro, así que la culpa no la tuvo Deidara.
Ese comentario solo logro echarle en cara a Deidara que no podía hacerse cargo ni de su hiperactivo hermano de 15 años, el que ahora se debatía entre la vida y la muerte a causa del mal de rabia. Y eso solo aumento su peso de culpa.
-Ya cállate Sai, ya viniste a hacer tu trabajo, ahora te puedes retirar, yo luego te paso el dinero de la consulta.-Sasori vio el rostro de Deidara, y pensó que los comentarios tan directos de Sai no le venían de muy buena ayuda por ahora.
-No te preocupes por eso, no les cobrare nada yo solo me preocupo por el bienestar de Naruto.- Sai se quitó la bata blanca, que tenía la inscripción *Sai Uchiha, pediatra. Konoha Hospital.* y la guardo en un maletín negro junto con su estetoscopio y unas cuantas bolsitas de suero vacías. Ya dispuesto a marcharse- Vendré mañana para ver cómo sigue Naruto, si la fiebre empeora o regresan sus ataques violentos mándalo al hospital de inmediato Deidara.
-Pero Sai yo no puedo pagar…-No lo dejo hablar
-No digas nada mas Deidara, hablare con Tsunade-sama para ver si puede regresar de Tokio para atender a tu hermano y que no les cueste nada. Es lo único que puedo hacer por ahora.
-Muchas gracias por todo Sai.-El rubio se puso de pie y abrazo a su amigo pelinegro-De verdad no sé qué habría pasado si no hubieras llegado en ese momento.
-Créeme Dei, solo se hubiera adelantado la citación. Me tengo que ir, nos vemos mañana.
-Claro, hasta mañana.-Deshizo el abrazo y el pelinegro salió por la puerta. El rubio regreso al comedor- cocina junto con Sasori, este ya le estaba preparando un poco de té negro para calmarle los nervios.
-Ven Deidara siéntate un rato, necesitas descansar.
-Gracias Sasori.-Sin mucha gana se volvió a sentar, dejando caer los hombros y la cabeza, haciendo un gesto de cansancio. Pues como no estar cansado si había trabajado tiempo extra en la veterinaria para poder pagar los gastos de este mes. El pobre Rubio ya estaba hecho polvo, sentía que si se movía tan solo un milímetro se desmoronaría en un segundo, tanto física como emocionalmente, pues tras la noticia de que la enfermedad de su hermano había empeorado no lo hiso sentir todavía peor.
-Aquí tienes Dei, vas a necesitar energías para cuando despierte Naruto.-El pelirrojo le tendió una taza de té que Deidara perezosamente recibió.
-Gracias Sasori y perdóname las molestias de verdad no sé qué haría sin ti o sin Sai, aunque este imbécil lengua larga me saque canas verdes.
-No te disculpes Dei, además no es ninguna molestia yo estoy más agradecido contigo me perdonaste a pesar de que yo fui el causante de…
-Sasori, nadie tuvo la culpa del accidente, mucho menos tu no eras consiente de tus acciones así que no tienes por qué culparte de nada.
-Entonces, si yo entiendo eso ¿Por qué tu no entiendes que lo que le paso a tu hermano le pudo haber pasado a cualquiera? No es culpa tuya.
-Te equivocas Sasori, si fue culpa mía. Si no le hubiera gritado a Naruto no estaría como está ahora…
-Mira, mejor no hablemos de eso ¿Si? Te pones triste y no me gusta nada verte así, mejor come y duerme algo mañana debemos ir a trabajar y necesitaremos dar todo de nosotros.
-De acuerdo.-Dijo el rubio sin mucho animo
-Eso no me sonó del todo creíble-Cuestiono el pelirrojo.
-¡hagámoslo!- Dijo esta vz, haciendo una fingida (Pero creible) sonrisa de oreja a oreja como las que le daba Sai y also el pulgar en señal de estar de acuerdo. El pelirrojo no le creyó pero se notaba que intentaba hacer un esfuerzo por poner buena cara así que mejor no le dijo nada.
-Está bien Dei, me tengo que ir mañana regreso para llevarte a trabajar.-Sasori tomo su abrigo y la mochila que estaba colgada en el respaldo de la silla, se acercó hasta Deidara y le revolvió los cabellos en señal de despedida.-Y ya no te agobies por las cuentas de este mes, ya me hice cargo de pagar el agua y la luz.
-¿¡Sasori por que hiciste eso!? Ahora boy a acabar deviendote dinero y… -El que su amigo aya tenido que pagarle las cuentas que él no podía pagar de verdad que lo avergonzaba, le hacía ver lo poco eficiente que era y eso no le gustaba nada.
-Lo hice porque quiero ayudarte y punto. No me tienes que agradecer ni mucho menos pagarme ya has hecho bastante por mi eidara que esta me parecio la única forma de agradecerte.
-Sasori…
-Ya Deidara, son más de las 9 PM, mejor ve a dormir. Mañana tienes que ir a trabajar y no creo que Kiba se tome muy bien eso de que bañes perros medio dormido ¿No crees?
-Tienes razón, además de que tendremos trabajo extra, Kiba dijo que muchas personas han estado matando a perros sin dueño supuestamente con rabia ni siquiera se molestan en saber si están enfermos o no, pero lo hacen por eso Kiba quiere verificar la situación. Mañana sacrificaremos a 4 perros más, incluido al que mordió a Naruto.
-Eso será bueno, acuérdate del dicho, matando al perro se acaba la rabia. Entonces hasta mañana rubito, que descanses.-Sasori se despidió de Deidara dándole un beso en la mejilla subiéndole los colores a la cara.
-A-adiós Sasori.
Cuando su pelirrojo amigo por fin se fue Deidara fue y se sentó en sofá que había en la sala, que también era su cama. Poco a poco, fue sumiéndose en un profundo sueño que lo hiso olvidarse brevemente de sus preocupaciones y miedos, para llevarlo a la paz y tranquilidad que solo los buenos sueños pueden dar.
En el sueño, Deidara estaba viendo el atardecer a través de la ventana que da al balcón de su antigua casa, está totalmente vestido de blanco. De pronto unas blancas y torneadas manos se pasan por su cintura, atrayéndolo hacia otro cuerpo que ahora estaba pegado tras él. Deidara se sobresaltó y se dio la vuelta, viendo a un hombre moreno y alto, más o menos uno ochenta de altura, pero lo que más llamaba la atención del joven rubio eran sus penetrantes ojos negros y unas ojeras bajo ellos. Tenía abrazado a Deidara por la cintura, y este simplemente se dejaba hacer, el primero en hablar fue el moreno.
-Serás mío.