Una fiesta se había organizado en el departamento del vocalista de la banda amiga para the GazettE. Todos estaban ahí, el cumpleaños del guitarrista K, era celebrado en el departamento de su compañero Ryoga. Casi toda la PS company estaba presente en ese nada pequeño departamento.
Todos se encontraban hablando entre ellos, unos sentados en los sillones que disponía el living del lugar, otros de pie, en la cocina, en los pasillos, toda la planta baja era ocupada para la celebración de su cumpleaños.
Uno de ellos se encontraba sentado en el sillón más pequeño en el cual solo podía sentarse una persona, evitando así poder conversar con alguien más, tenía una bebida en su mano izquierda y un cigarrillo en la derecha, su expreción era neutral, no se le veía feliz. Pero tampoco triste; Más bien si se le veía atentamente en sus ojos se podía notar un poco de enojo. Éstos que a su vez se movían siguiendo atentamente a una de las personas que se encontraban ahí, el pequeño vocal de su banda.
A él se le podía ver por el contrario, bastante alegre. Fue uno de los organizadores de dicha fiesta, Así que por tal motivo quería que todo estuviera más que perfecto. Andaba de ahí por allá, disculpándose con las personas que se topaba al querer recorrer el lugar una y otra vez. Ofrecía bocadillos, bebidas, cigarrillos, cualquier cosa con tal de ver a todos lo bastante cómodos como para no querer irse de la gran celebración.
Reita le había visto desde que llegó, supuso desde un principio que el estaría tan ocupado en la fiesta que ni tendría tiempo de verlo y darse cuenta que le había estado observando toda la noche.
Ruki, por otro lado. Estaba saludando a todos, pero lo que realmente le tenía al pendiente era aquel chico cumpleañero. K, el cual se la había pasado agradeciendo a todos por su presencia en la fiesta. Se le veía muy feliz y eso era suficiente para Ruki.
Después de verlo toda la noche, Reita decidió levantarse e ir hasta dónde Ruki, el cual lo veía ya hablando felizmente con K, nunca le pareció que hablaran y menos que se hicieran tan "aparentemente" amigos.
- Necesito hablar contigo... - Mencionó tranquilo tomándo a Ruki del brazo.
- Hablamos después. - Ruki se soltó de su agarré y volvió su sonrisa al ver nuevamente al guitarrista. Para según él, continuar con su conversación. Para ésto Reita se molestó por el acto de ignorancia hacia él y tomó su brazo de nuevo jalándole con un poco más de fuerza.
- Qué vengas conmigo. - Dijo con un tono de voz molesto y le llevó jalándolo por las escaleras del departamento.
Mientras Reita llevaba a la fuerza a Ruki por todo el lugar, el menor solo podía corresponder con jalones para intentar al menos safarse y así poderse alejar. Intento que falló puesto que Ruki contaba con menos fuerza que Reita.
Terminó por rendirse y seguirle, pero Reita continuaba tomándole con fuerza. Ruki comenzó a quejarse y exijirle que le soltara.
- ¡Reita! ¡No quiero hablar contigo! ¡Suéltame! - Gritaba Ruki, lo cual parecía una simple charla, ya que la música sonaba por todo el lugar.
Reita, ignorando sus quejidos, abrió puertas al azar, esperando encontrar un buen lugar para "charlar" con Ruki. Después de abrir unas cuantas puertas logró encontrar la que parecía ser la recámara de Ryoga. Sin su permiso, entró y jaló a Ruki lanzándolo a la cama, éste calló sentádo sobre el colchón y Reita pudo aprovechar para cerrar la puerta, asegurándola.
- ¿¡Qué rayos te pasa!? - Gritó Ruki molesto y se puso de pie en cuanto pudo.
- ¿¡Qué rayos te pasa a ti!? - Le contestó con el mismo tono molestó y se cruzó de brazos mirándole fijamente.
- ¿De qué carajos quieres hablar conmigo? Y habla rápido que tengo que estar abajo, en la fiesta. - Ignoró Ruki a su pregunta, cuestionándole otra.
- ¿Por qué tan feliz hablando con el guitarrista ese de quinta eh? -
- ¿Qué, estás celoso o qué? - Se hacían preguntas el uno al otro, las cuales parecían que no iban a contestar, más que con otra pregunta. Ruki sonrió al darse cuenta que su reclamo se podía tratar de celos puros.
- ¿Qué? - Reita rió lo que hizo que la sonrisa de Ruki desapareciera. - Por supuesto que no son celos. -
- Entonces, según tú... ¿Qué son? - Preguntó Ruki.
- Nada en especial... -
- No le veo el sentido a que me traigas hasta acá para que me salgas con que no es "nada en especial". Idiota. - Reita sonrió de lado y tomándo de las caderas a Ruki se fue acercándo a su cuerpo, éste, por instinto retrocedió hasta toparse con el borde de la cama y se detuvo, Reita continuó hasta quedar a pocos centímetros del menor.
- Aún no lo entiendes, ¿cierto? - Reita susurró a su oído. Lo que le causó a Ruki un escalofrío recorrer todo su cuerpo.
- ¿Qué tengo que entender? - Mencionó seguro.
- Que tú eres mío y yo decido con quién te relacionas y cuándo. - Ruki lo apartó y soltó una carcajada. El semblante serio de Reita no desapareció.
- Oye, Reita... qué gracioso eres. - Controló su risa y le miró fijamente. - Yo no soy tuyo ni de nadie. Y mucho menos tienes tú el derecho de decirme qué hacer o no con los demás.
- Eso es lo que tú crees, pero no es así. Tú eres sólo mío. ¿O qué? ¿Ya se te olvidaron todas las noches que pasaste conmigo? - Una sonrisa de malicia apareció en los labios del mayor.
- No... no las he olvidado. -
- ¿Entonces? ¿Quieres que te aclare de nuevo a quién le perteneces? - Volvió a acercarse a Ruki. Intentándo tirarle al colchón de la cama.
- ¡Déjame! - Gritó Ruki apartándolo. - ¡No puedo creer que pienses en eso cuando estamos aquí en la recámara de Ryoga! -
- Ah, si ese es el problema, entonces podemos irnos a mi casa o a la tuya, como las veces anteriores. -
- No seas imbécil. Tengo que estar aquí. - Dijo Ruki con una voz calmada, a lo que Reita sonrió de nuevo.
- ¿Sabes qué es lo que más me gusta? -
- ¿Qué? -
- Qué sigas aceptando que eres mío. -
- Ya te dije que no soy tuyo. Yo puedo acostarme con quien yo quiera. -
- Sólo yo puedo hacerte gritar de placer. - Reita se burló.
- ¡Cállate imbécil! Eso no lo sabes ni puedes comprobarlo. ¿Qué tal si ya encontré a alguien que es mucho mejor que tú en la cama? - Apareció una sonrisa en el rostro de Ruki.
- Yo estoy seguro que no habrá nadie mejor que yo para ti. Sólo yo puedo hacerte gritar de placer, y sólo yo puedo meterme contigo, tú eres mío. Entiéndelo ya. -
- Para tú mala suerte, quizá eso esté por terminar. -
- ¿Qué quieres decir? - Dijo Reita casi en murmuro.
- Que si K, me da el "sí" que tanto he esperado, tendrás que aceptar que ya no volveré a acostarme contigo y tendrás que dejar de decir la estúpidez de que soy tuyo. -
- ¿En serio quieres andar con el guitarrista ese? - El rostro de Reita se tornó serio y confuso. Había escuchado decir a Ruki en comentarios con su banda, durante los ensayos. El tal guitarrista de BORN, K le llamaba mucho la atención y que le gustaría tener una oportunidad de "andar" con él.
- Sí, ya le he dicho que me gusta y sólo estoy esperando a que él responda. -
- ¿Cómo estás tan seguro de que dirá que sí? -
- Eso a ti no te importa. Son asuntos míos. Ahora que todo ya está aclarado, ¿Me dejarás en paz? -
- No, tú eres sólo mío. Ya te lo he dicho. - Afirmó en tono serio y con mucha confianza.
- Pues tendrás que hacerlo aunque te pueda. Yo ya decidí estar con K, y te dejaré a ti en el olvido lo quieras o no. -
Reita caminaba por toda la habitación. Llevó sus manos a su nuca y elevó la vista al techo. Mantenía en todo momento una sonrisa, suspiró y se colocó frente a Ruki.
- Respetaré tú decisión sólo porque se trata de ti. Pero con una pequeña e insignificante condición. -
- Te escucho... - Mencionó Ruki atento a sus palabras.
- Seguirá todo igual entre tú y yo. Hasta que tú guitarrista de quinta te acepte. -
- ¿No te ha pasado por la mente que, el querer tener una relación con alguien es porque le quieres ser fiel? - Reita bufó y se cruzó de brazos.
- Es eso, o le cuento todo lo que hemos estado haciendo a tú enamorado. -
- Él aún no es nada mío. No tengo por qué caer ante tú amenaza. - Dijo el menor con tranquilidad. Reita para ésto ya tenía preparado un chantaje de los cuales bien se le conocía.
- Sí, pero... ¿Qué crees que piense de ti? Digo. Porque si le cuento que te has acostado conmigo éstos últimos meses no creo que piense que en serio podrías serle fiel... o, quizá piense que aunque ustedes sean pareja. Tú y yo sigamos viéndonos en la cama. ¿No te parece que se hechará para atrás cuando le cuente todo eso? -
Ruki bajó su vista, pensando en las consecuencias de no aceptar la propuesta de Reita, pues aquel tenía razón. Además Ruki y Reita eran compañeros de banda. Habría conciertos y giras en las que tendrían que salir juntos. ¿Cómo se sentiría K? Si quizá durante las giras continuan con sus encuentros y éste ni cuenta se daría. Sería como aceptar que tenga un "amante".
- De acuerdo... - susurró después de pensar muy bien a lo que vendría. Tanto como los encuentros con Reita. Y como las citas con K para poder ganárselo, y así comenzar la relación que tanto buscó.
- Bien... así me gusta - Reita cambió su semblante a uno más calmado y satisfecho. Colocó las manos en la cintura del menor, se acercó a su cuerpo y justo al instante en el que se iba a topar con la piel de su cuello, escuchó como intentaban entrar a la habitación.
Ruki le apartó de inmediato. Comenzó a preocuparse pues se suponía que no debía estar en la recámara de Ryoga y menos con Reita. ¿Qué tal si se trataba de K?
- Entra al baño - Susurró desesperado empujando a Reita hasta la puerta de dicho lugar. Reita abrió la puerta y entró cerrándola después.
Ruki después de ésto abrió la puerta que tanto jaloneaban para poder entrar.
- Ryoga... - susurró mirándole aún con los nervios de punta.
- ¿Por qué te encerraste aquí? Creí que estabas abajo con K... ¿Qué haces aquí? - Preguntó el vocal de BORN un tanto confundido. Estaba un poco sudado. El estar entre tanta gente hacía que el calor aumentara en aquel departamento.
- Es... es que, tenía que venir al baño. -
- Pero tú sabes bien que el baño está por allá... - Apuntó a la puerta la cual era efectivamente, el baño para las visitas.
- Es que, cuando iba para allá, estaba ocupado y me vine para éste, lamento haber entrado sin tú permiso, pero... tengo que entrar - Apareció un pequeño sonrojo en sus mejillas, le daba vergüenza ventilar ése tipo de cosas que en realidad nisiquiera eran ciertas.
- Oh, eso quiere decir que ¿Aún no entras? - Ryoga entró a la recámara para asegurarse de que el baño estuviera en buenas condiciones para que el vocalista lo pudiera usar.
- ¡No! - Gritó Ruki pues Reita se encontraba ahí escondido.
- ¿Qué? - Volteó Ryoga de inmediato.
- Yo... ya revisé y estaba a punto de entrar cuando tocaste. -
- Oh... bueno... ¿Por qué te encerraste? -
- ¡Necesito completa privacidad! Ryoga, lo siento. ¿Me permites? -
- Ok... te veo abajo ¿si? K quiere hablar contigo. -
- ¡Sí! En unos minutos voy para allá -
- Bien. - Ryoga salió de la recámara y cerró la puerta. Ruki se recargó en ésta y soltó un muy profundo suspiro.
Reita salió del baño y soltó una carcajada de burla hacia Ruki.
- ¡Buena esa! No sabía que podías mentir tan bien sobre temas como ése. - Continuó sus burlas hasta que Ruki le empujó hacia la cama.
Se colocó sobre él, le miró fijamente a los ojos. Reita sonrió y al darse cuenta Ruki ya tenía su mano sobre su pantalón, haciendo una fuerte presión a su virilidad.
Reita le tomó de su nuca y le acercó a su rostro. Rozó sus labios con lentitud. Ambos disfrutaban de aquel roze de labios. El menor comenzó a masajearle bruscamente y Reita terminó los rozes con un beso el cual Ruki no dudó en corresponder.
Al término de unos minutos tocándose y besándose. Parecía más una batalla que ninguno quería perder. Quién daba más placer a quién. Lo que ellos interpretaban como "Quién necesita más a quién".
Reita giró su cuerpo, ya era Ruki quién estaba debajo de él. Liberaba pequeños suspiros los cuales eran sustituidos por los gemidos que el mayor le provocaba.
Las manos de Reita recorrían su cuerpo firmemente. Sus labios se apoderaban de la piel de su cuello y de sus labios. Elevó su camisa intentando tocarle con libertad, a lo que Ruki tomó su mano deteniéndolo.
- Basta... tengo... no, tenemos que bajar o se les hará extraño que nos hayamos "perdido". - Ruki le empujó para quitárselo de encima. Reita se negó recostándolo de nuevo y le besó tratándo de convencerlo de que se le fuera la idea de que estaban en casa ajena.
- ¡Reita! ¡Ya deténte! ¿Qué más quieres? Si ya te he complacido demasiado por hoy. - Se liberó de su agarré y acomodó sus prendas. Reita no tuvo más opción que aceptar y sin decirle nada abrió la puerta y salió de la recámara dejándo la puerta abierta.
Ruki se hechó un vistazo al espejo. Quería ver si todo en su peinado y maquillaje seguía en orden, además... hacía tiempo para que no le vieran bajar a la fiesta junto a Reita.
- Estúpido... - Mencionó Ruki con furia al notar una marca rojiza en su cuello. Abrochó bien todos los botones de su camisa esperándo que así no se notara.
Al cabo de unos minutos, decidió bajar y al pasar entre las personas que se encontraban aún celebrando. Buscaba a su guitarrista. No lo encontraba, pero pensaba "No pudo irse, están celebrando por él"