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Gay por conveniencia por Hatake Saori

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Notas del capitulo:

Pues este epílogo se ha adelantado por causas de fuerza mayor (fiesta toda la noche), además ya no quiero hacer esperar más a nadie.

Por fin acaba aquí esta historia. Personalmente, es el fanfic que más he disfrutado escribir y espero que ustedes también hayan disfrutado leyéndolo.

Quiero agradecer de todo corazón los reviws y a los lectores que siguieron este fic. Ustedes fueron los que me impulsaron a terminarlo.

Como dije el capítulo anterior, era el último. Pensé este fanfic para diez capítulos, y aunque es duro, Naruto no se quedaría con Gaara, pero tampoco con Sasuke, si se lee atentamente Naruto no estaba conforme con la actitud de Sasuke y eventualmente lo dejaría.

Sin embargo, supongo que por cariño a la pareja y al amor verdadero, decidí agregar este epílogo, que sucede un año después de que Naruto haya huido con Sasuke.

Disfrútenlo.

Era un día soleado, casi perfecto. Excepto por que a Gaara no le gustaban los días soleados ni el calor. Prefería los días nublados, con vientos inclementes y lluvias torrenciales. Sólo en esos días, tenía excusas perfectas para no salir de casa.

Lamentablemente, no era uno de esos días, y el pelirrojo se encontraba caminando por una calle muy conocida. Frente a él, la prestigiosa universidad de Konoha alzaba sus muros. El verano ya había terminado y los estudiantes sonreían y conversaban animadamente a su alrededor. A pesar de su prominente carrera como abogado, Gaara era tan joven que se confundía con facilidad con los estudiantes.

Aquél no era un día cualquiera. Su hermana mayor, Temari, acababa de ser nombrada directora del departamento de humanidades. No era un cargo sin importancia, y Gaara había aprovechado la ocasión para ver a su mamá, que llevaba casi un año sin dirigirle la palabra.

Abrumado por el sol, y sin intenciones de esperar a que Temari terminara con sus nuevas responsabilidades, se sentó dentro del jardín de la universidad bajo un gigantesco cerezo que le proporcionaba suficiente sombra. Distraído, observaba sin mucho interés a los estudiantes. No había nada en particular que atrajera su curiosidad, y lo hacía por el puro placer de rememorar épocas más felices en su vida, cuando una pareja de personas le llamó poderosamente la atención.

Para empezar, la chica tenía el cabello de un flameante color rosa chicle que atraía bastantes miradas a cada paso que daba, y como complemento, su minifalda tampoco dejaba demasiado a la imaginación. Su semblante parecía molesto y regañaba a un chico que caminaba junto a ella. A pesar de que todas las miradas masculinas eran dirigidas a la hermosa joven, Gaara fue no podía apartar la mirada de su acompañante: era Naruto.

Aunque estaba bastante cambiado, había dejado los pantalones de mezclilla agujereados y las playeras sucias. No estaba usando un traje de Armani, pero llevaba pantalones de vestir y hasta una camisa con corbata. Incluso estaba usando gafas y se había peinado. Gaara sintió un vuelco en el estómago al verlo: estaba bastante guapo.

Naruto sonreía a las palabras de la chica y se pasaba la mano despreocupadamente por el cabello, como restándole importancia. Repentinamente, su mirada se desvió y se encontró de lleno con los ojos azules de Gaara.

Por un momento, quedó petrificado.

-Adelántate Sakura, te veré más tarde—dijo con tranquilidad, y caminó con paso decidido, pero nervioso al pelirrojo.

A Gaara el corazón le palpitaba con tanta fuerza que parecía que se le saldría del pecho. Temía que Naruto quisiera saludarlo de mano, pues notaría que estaba empapado en sudor.

Sin embargo, Naruto sólo hizo un gesto con la cabeza y le dedicó media sonrisa. Se sentó junto a él, en el pasto, sin preocuparse por ensuciar los pantalones más elegantes que tenía.

-Te ves bien, Gaara—dijo después de algunos minutos de incómodo silencio.

Pero el pelirrojo parecía mudo. Aún le sudaban las manos y en su estómago sentía que se armaba una revolución de mariposas que clamaban por salir.

-También tú, Naruto—logró articular finalmente algunas palabras—esa ropa nueva te queda.

Esbozó una sonrisa satisfecha.

-Gracias. La tuya tampoco está mal—comentó, refiriéndose a los jeans deslavados y al saco negro que Gaara llevaba en esos momentos—te sientan mejor que los trajes tan formales que solías usar.

-Y esas gafas—prosiguió Gaara ignorando el comentario del blondo—te hacen lucir casi como un profesor.

Naruto soltó una risita involuntaria y se quitó las mencionadas gafas.

-Es que ahora lo soy. He terminado el máster hace más de medio año. Ahora me dedico a dar clases, son sólo unas cuantas horas, pero ya es bastante.

-Ya—Gaara sintió una punzada en medio del pecho. Parecía que su maltrecho corazón aún no había sanado por completo, como él creyó ingenuamente. Las lágrimas luchaban por salir de sus ojos, pero en vez de llorar, carraspeó y dijo—me imagino que Sasuke Uchiha te terminó pagando el máster.

Naruto se quedó con los ojos muy abiertos de la sorpresa y su boca formó una mueca de sorpresa que casi parecía una O.

-¿Es que no te has enterado?

-No—Gaara estaba más nervioso. No era así como se había imaginado su primer encuentro con Naruto después del divorcio: imaginó que se encontrarían casualmente en algún bar famoso de la ciudad, donde Gaara luciría seductor e interesante y Naruto no tendría más opción que caer rendido a sus pies. El plan en sí mismo era una contradicción, lo pensó Gaara después, porque no era ni divertido ni interesante.

-Sasuke se ha casado con Ino—ante la expresión de fatal desconcierto que tenía el pelirrojo, Naruto añadió—Fugaku ha prometido heredar todo a su primer nieto varón. Supongo que ahora Sasuke es una especie de heterosexual por conveniencia o algo así. Espero que le vaya bien.

-Vaya—dijo Gaara sorprendido por la noticia—eso no me lo hubiera esperado nunca. Yo ya creía que ustedes estaban casados.

Naruto se rió con ganas y sólo se detuvo al sentir la mirada profunda del pelirrojo sobre él.

-Pues resulta que no—anunció divertido—no pude soportar ni tres días con él. Antes de que acabara la semana en Santa Lucía, ya estaba empacando mis cosas y subiendo a un avión. Pero su hermano, Itachi, sí es encantador. Me dejó pasar una semana en su mansión en Gran Bretaña y luego me prestó dinero para volver a casa.

Gaara, que había pensado en una pequeña luz al final del túnel después de esta confesión, volvió a quedarse en blanco con la historia del hermano. ¿Acaso los Uchiha estaban destinados a arruinarle la vida?

-Ah, su hermano—dijo finalmente con la ira contenida en su voz.

El rubio se echó a reír otra vez.

-Su hermano, casado con una mujer. Tiene dos hijas. Fue él quien te quitó a Neji Hyuuga de encima. Por lo visto los seriecitos son los peores.

Hubo un silencio incómodo. Ambos recordaban el día que preferían haber borrado de sus mentes y la mención de Neji Hyuuga lo había sacado a colación.

-Entonces—intervino Gaara intentando cambiar el tema—¿cómo lograste pagar el máster? Ni siquiera aceptaste el dinero por el divorcio.

-Mis padres—suspiró Naruto feliz—me buscaron apenas volví a la ciudad. Me dijeron que habían visto las fotos de nuestra boda en la sección de sociales del periódico. Me pidieron perdón y querían componer lo que había sucedido. Incluso fuimos a terapias, ya sabes, donde vimos El espantatiburones y cantamos el Cumbayá. Regresé a su casa y fuimos felices como perdices. Aunque ahora vivo solo y con todas mis cuentas pagadas.

-Me alegro mucho por ti Naruto—dijo Gaara, y el rubio al verlo a los ojos, se pudo dar cuenta que era cierto. El pelirrojo le sonreía con franqueza y verdadera felicidad. Naruto tuvo que girar la cabeza para poder limpiarse una lágrima.

-Pero basta de mí, ya he dicho mucho—canturreó con alegría—dime tú, ¿qué tal te va? Me sorprende que no supieras nada de todo el asunto de Sasuke e Ino, fue la comidilla por meses en el bufete de Fugaku.

-Ya no trabajo ahí—confesó Gaara

-Lo lamento, creí que serías socio—se disculpó Naruto apenado. Le entristecía saber que la mayor ambición de Gaara había fracasado después de todo.

-Lo fui. Fugaku me nombró el día que…-- pensó un momento antes de decir otra palabra—el día que arrestaron a Neji, pero renuncié. Shikamaru y yo abrimos nuestro propio bufete. No es tan glamoroso, ni gano tanto dinero como antes, pero me hace más feliz.

-Creí que tu sueño era ser socio del señor Uchiha—dijo Naruto sin comprender.

-Lo era, pero me parece que ese día perdí cosas más importantes.

Naruto ya no miraba a Gaara, ni parecía con esa despreocupación tan suya. Sus ojos estaban fijos al frente y tenía los puños apretados.

-Fue culpa tuya.

Gaara se sorprendió al escuchar eso. Sabía que Naruto estaba evitando ese tema a propósito y no creyó que lo sacara en ese momento.

-¿Qué dijiste?

-Nada—dijo Naruto levantándose enseguida y sacudiendo sus pantalones—no he dicho nada, todo esto ha sido un error. Lo siento, pero me están esperando.

Gaara se levantó también y tomó a Naruto de las muñecas. A pesar de que eran del mismo tamaño, Gaara era más fuerte, y lo acorraló contra el árbol en el que minutos antes se apoyaba. La gente comenzaba a verlos.

-Dilo Naruto, sé que fue mi culpa. Si yo no hubiera sido tan cobarde, todo sería diferente.

-Ni siquiera fuiste a buscarme—le respondió el rubio con resentimiento—después de encontrarte con Ino, no hiciste nada. Simplemente dejaste que me fuera.

-No Naruto—susurró con gravedad—nada de eso. Llegué al aeropuerto a buscarte, pero tu avión ya había partido. Compré un boleto a Santa Lucía pero sólo hay vuelos una vez por semana. Cuando llegué te busqué pero no supe nada de ti, después unos hombres malinterpretaron mi inglés y pensaron que vendía drogas. Pasé tres días en la cárcel hasta que Temari fue a buscarme. Después de eso, supuse que estarías con Sasuke en alguna otra parte del mundo. Dejé los papeles del divorcio con Sai porque creí que ya no tenía más derecho de hacerte infeliz.

Naruto rió con la historia. Todo le parecía tan ilógico, y sin embargo, parecía que había algo de sensatez.

Uno de los guardias de la universidad se acercó a ellos. Naruto lo conocía: Sarutobi, un anciano con corazón de oro que muchas veces le había prestado dinero a Naruto durante sus años de estudiante.

-¿Está todo bien por aquí?—preguntó con una sonrisa tranquila en los labios—Profesor, ¿necesita algo de ayuda?

-Gracias, está todo bien. —respondió Naruto con un palmeándole las espaldas con amabilidad—en realidad, ya me iba.

Mientras el rubio se alejaba, Gaara se quedó parado justo donde estaba, muy temeroso y muy pequeño como para hacer algo. Quería ir con Naruto, pero parecía que ya todo había terminado.

Caminaba con el ocaso de vuelta a su auto cuando la voz de Naruto lo llamó.

-Así que te ha costado lo tuyo aceptar que eres gay—sentenció mirándolo expectante.

-Sí

-Entonces, ¿eres Gaga o Cher?—dijo el rubio con los brazos cruzados y expresión de tremenda concentración.

Gaara le sonrió ampliamente.

-Me parece que soy más Freddy.

Naruto le devolvió la sonrisa.

Notas finales:

Ojalá lo hayan disfrutado. No me gustan lso finales demasiado cursis ni empalagosos, así que espero que este les haya gustado.

Por favor, no olviden dejar sus comentarios y todo lo que piensan relacionado con este fic escribiendo en la cajita de abajo y dando click en el botón debajo. Espero que nos veamos muy pronto por acá.

(Como pequeño espacio publicitario, estoy preparando un nuevo fic (Naturaleza muerta) donde habrá mucho menos humor y más drama. Estén pendientes.


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