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Gay por conveniencia por Hatake Saori

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Notas del capitulo:

Espero no haber tardado mucho, pero por fin traigo este nuevo capítulo. Intento actualizar lo más rápido posible mientras estoy de vacaciones, pero después espero que sean pacientes. Disfruten el capítulo y no olviden dejar reviews.

Gaara nunca se consideró un galán de telenovelas.

Era cierto que su cabello era pelirrojo y brillante y sus ojos la intersección perfecta entre el cielo y el mar, pero nunca había atraído precisamente a muchas mujeres. Especialmente, sólo recordaba a una. Matsuri, en la universidad. Una chica sencilla y agradable, pero demasiado simplona para su gusto. Fue probablemente la más larga relación que tuvo.

Pero en opinión de Gaara había mucha diferencia entre no ser un donjuán y tener que recurrir a ser gay por desesperación. Ni siquiera estaba desesperado, sexualmente hablando.

Y, pensó Gaara mientras repasaba a un atolondrado rubio que se mecía en su silla justo delante de él, si alguna vez hubiera tratado de ser gay, en definitiva Naruto Uzumaki no hubiera sido su primera opción. Taylor Lautner, tal vez.

-No quiero criticarte ni nada Temari—dijo Gaara en un tono que hacía pensar todo lo contrario—pero no creo que este sea uno de tus planes más brillantes. Y sí, estoy tomando en cuenta esa vez que prometiste un gatito para Navidad.

-Yo creo lo mismo—dijo de inmediato Naruto una vez que salió de su asombro, nunca había estado en un departamento tan lujoso y limpio. Hasta le ponía los pelos de punta. Parecía que ahí hacían limpieza diario. —no es que no me agrade la idea de un matrimonio por interés, pero creo que debo pensármelo un poco. Unos cien o doscientos años bastarán—concluyó Naruto sujetando sus cosas y vigilando la salida en todo momento.

Pensaba en su amigo Sai, él probablemente habría dicho que sí sin pensarlo más de tres segundos. Y eso que no era gay. Tampoco podía decir que el hermano de Temari no fuera atractivo, al contrario, lo era bastante, aunque no su tipo precisamente. Naruto prefería a los morenos de ojos oscuros. Lo que le molestaba realmente de todo eso, era tener que fingir una relación con un hombre que no lo sentía ni digno de besarle el trasero (literalmente hablando, por supuesto). Si al menos Temari hubiera intentado emparejarlo con Taylor Lautner las cosas hubieran sido muy distintas.

-Pues yo creo que este es uno de mis mejores planes en años—dijo la chica contentísima, con una sonrisa que no le cabía en la cara—mataremos dos pájaros de un tiro. Tú, Naruto, resolverás tus problemas económicos al vivir en este confortable apartamento y pagando tu máster con el sueldo de Gaara.—el pelirrojo frunció el ceño. Ya había visto comer al Uzumaki y no estaba muy dispuesto a alimentarlo todos los días— Y tú, querido hermanito, evitarás que en la firma crean que eres un homofóbico de primera.

-Aún no veo como podría eso ayudarme—dijo Gaara poniéndose de mal humor y frotándose la sien con los dedos. Todavía no estaba muy seguro de cómo era que ese chiquillo rubio podía arreglárselas para hacer tanto ruido sentado y sin abrir la boca, y aún no podía olvidar la mancha en el tapiz de su auto y el florero que había roto.— ¿Cómo es que casándome con un…Naruto mi jefe podría respetarme de nuevo?

-¿Un Naruto?—repitió Naruto indignado. Hubiera querido hacer una drástica salida del departamento pero no tenía suficiente dinero para tomar el autobús de regreso a casa y Temari tenía que darle un aventón.

-Ni siquiera es lo suficientemente gay—dijo Gaara ignorando totalmente a Naruto. Lo miró de arriba abajo y decidió que definitivamente no era lo que necesitaba. No había nada de Gaga ni de Cher por ninguna parte. Ni siquiera se veía algún vestigio de Elton John.

Para Naruto aquello rebasaba su paciencia y si no fuera porque una finísima mesa de cristal se interpuso en su camino, le hubiera arrancado los ojos a Gaara.

-Tranquilos—dijo Temari evitando que mataran a su hermano pequeño—ustedes sólo deben de confiar en mí. ¿Acaso les he fallado alguna vez?

Ambos muchachos pensaron diversas ocasiones que servirían de ejemplo para esa pregunta, pero como la rubia era más alta y fuerte  que ambos, decidieron guardar su opinión.

 

El picnic de los Uchiha era justo donde se reunía la crema y nata de la sociedad. Quien quisiera ser conocido en las altas esferas jurídicas de Konoha, debería de presentarse a ese almuerzo. La mejor comida era servida por un grupo excelente de meseros y las señoras de la high society sacaban las mejores galas de su clóset de coctel.

Pero ellas no eran las únicas en sacar algo del clóset. Muy cerca de la mesa de los postres Gaara se acomodaba su camisa Lacoste increíblemente nervisos. Sus elegantes zapatos se removían en el perfecto césped y sus manos jugaban con los cubiertos de plata. Junto a él, Naruto miraba divertido la escena que se desarrollaba a su alrededor. Casi estaba a punto de sacar una libreta y tomar apuntes para su tesis.

-¿Te gustaría dejar de mirar a todos así?—dijo Gaara un poco molesto. Además miró con enojo el plato de Naruto, que estaba lleno a reventar.

-¿Qué?—preguntó el rubio indignado y se llevó una generosa porción de paté de fua a la boca—es rica y es gratis

Gaara suspiró hondamente y contó hasta el diez.

-Deja esos comentarios—lo regañó alejando el plato de su acompañante—en cualquier momento vendrá el señor Uchiha y quiero que parezcas un esposo presentable. O al menos un gay decente.

Gaara lo miró de arriba a abajo: sandalias de hippie, pantalones de mezclilla con agujeros en las rodillas y una camisa del color naranja más brillante que uno podría encontrar. Eso en definitiva no era lo que Gaara imaginaba por un gay bien.

-¡Por todos los dioses!—exclamó el pelirrojo furioso y comenzó a manosear a Naruto para intentar mejorar un poco su imagen. Al menos peinar su rubio cabello con su peine de bolsillo. Naruto intentaba zafarse cuando una poderosa mano aparto a Gaara de su lado.

-Gaara—saludó Fugaku sonriendo al pelirrojo. Iba acompañado de una hermosa mujer de piel clara y cabello oscuro y un muchacho de la edad de Naruto, muy parecido a la señora.

Naruto no podía dejar de ver al joven Uchiha con la boca abierta. Si alguna vez hubiera soñado con un hombre que no fuera Orlando Bloom, sin duda hubiera sido ése. Piel clara como la nieve, ojos oscuros como la noche y labios rojos como la sangre. Sin duda era la maldita Blancanieves hecha hombre.

Gaara comenzaba a ponerse de malhumor por la expresión de su falso-novio cuando este se echó encima el plato lleno que llevaba en las manos.

-Grandísimo tonto—susurró Gaara mientras los señores Uchiha ayudaban a Naruto a limpiar su ropa, quien sonreía apenado ante la situación.

-Esto me pasa a menudo—dijo felizmente mientras la señora Uchiha le limpiaba la solapa con su propio pañuelo de importación—una vez en Ichiraku Ramen casi hago que el pobre viejo se tiré toda la orden encima.

-Entonces no es un accidente, eres un dobe natural—apuntó el hijo de los Uchiha con una sonrisa burlona en la cara. Gaara estaba tremendamente avergonzado y su sonrojo casi hacía desaparecer su cara con su cabello. Naruto también se había sonrojado pero del coraje. El hijo de Fugaku de repente ya no le parecía tan encantador.

-Aquí el único estú…--comenzó a decir Naruto cuando la mano de Gaara le impidió continuar tapándole la boca. Ya tenía suficiente con ser despreciado por su homofobia para que Naruto lo empeorara todo insultando al príncipe Uchiha.

-¡Qué chico tan simpático!—sonrió la señora Uchiha mirando afablemente a Naruto y por la pequeña sonrisa que se dibujaba en la cara de su marido (probablemente a ninguno de los dos les caía demasiado bien su hijo pequeño), Gaara pensó que tal vez había un rayo de esperanza. Creyó que era la luz al final del túnel y vio su oportunidad. Abrazó a Naruto firmemente de la cintura y dijo, casi gritando:

-Éste es mi prometido Naruto Uzumaki—sonrió de la manera más real que le parecía posible. Naruto también sonrió, aunque más bien parecía que tenía dolor de estómago.

Fugaku y su familia se quedaron completamente callados, al igual que todos cuanto los rodeaban. Incluso Neji estaba asomando su cabeza por ahí. Gaara creyó que todo iba según lo planeado.

Después de un par de minutos en sepulcral silencio, Fugaku se aclaró la garganta.

-¡Vaya!—dijo sin disimular su sorpresa—no creía que tú, Gaara…

-¿No creía que estuviera tan enamorado?—preguntó por un tono que quería parecer jovial pero que asemejaba al vómito de gato—no quise decirlo jamás porque creí que tanto cotilleo podría desconcentrarme de mi trabajo. Pero la verdad es que estoy muy enamorado y a punto de casarme.

-Vaya—repitió Fugaku que no salía de su asombro. A su lado Naruto tenía que hacer esfuerzos sobrehumanos para no echarse a reír y pretender estar muy enamorado de Gaara. Incluso le tomó la mano.

El silencio volvió a rodearlos y Naruto tuvo que romperlo extendiéndole la mano al señor Uchiha y presentándose él mismo.

-Soy Naruto Uzumaki—dijo sacudiendo su cabeza—y le aseguro que mi pastelito y yo estamos muy enamorados. Casi no podemos esperar para la boda.

-Es un placer—dijo Fugaku sonriendo tímidamente—yo soy Fugaku Uchiha, así que confío que habrá escuchado mucho de mí—Naruto asintió cortésmente, aunque no tenía ni idea de quién era aquel hombre tan amable—ella es mi hermosa esposa Mikoto Uchiha y él mi hijo Sasuke.

Gaara se presentó con la familia y tuvo que separar a su futuro esposo del joven hijo Uchiha, quienes parecían haber superado sus rencillas personales y ahora se tomaban con una fuerza excesiva las manos.

-Se supone que debes de agradarle a mi jefe—le susurró el pelirrojo mientras le presentaba al resto de sus colegas, ambos sonriendo y saludando como el príncipe Charles y la princesa Diana—no coquetear con su hijo

-Creo que le caería mejor si fuera su yerno—dijo Naruto sonriendo a unas viejitas que lo miraban como si también fuera su prometido—quizá a todos les caería mejor si fuera el prometido del heredero Uchiha a el prometido de un pelirrojo gruñón.

Gaara frunció el ceño y comenzó a alejarse de Naruto, aquello era demasiado para un solo día y que su propio prometido lo humillara no le caía de lo mejor. El rubio, que por lo visto no lamentaba en lo absoluto separarse de su pastelito, enseguida fue abordado por el joven Uchiha.

-Para ser un dobe, creo que pudiste haber conseguido un novio mejor—dijo ofreciéndole una bandeja de postres que Naruto enseguida devoró—Gaara no es famoso por tener el mejor genio.

-Ja—Naruto rió sarcásticamente y tomó una copa de champaña que bebió enseguida. Podía acostumbrarse a esa vida de rico—Gaara es el hombre más egoísta y mala leche que he conocido jamás—Sasuke arqueó una ceja al escuchar lo bien que se expresaba Naruto de su futuro marido y el rubio se apresuró a corregirse antes de meter de verdad la pata—No te preocupes, creemos que la autocrítica es lo más importante en nuestra relación. Comunicación—agregó intentando sonar convincente, aunque era difícil teniendo a Sasuke tan cerca.

-Pues parece que Gaara ha encontrado que puede comunicarse más de cerca que con su prometido—comentó insidiosamente el Uchiha, señalando con su propia copa de champaña al pelirrojo que platicaba con una rubia bastante atractiva y con una falda muy corta.

Naruto les dirigió una mirada y sonrió.

-Al menos así dejará de fastidiarme un rato—susurró entre dientes. Sasuke lo escuchó y su sonrisa fue más grande que la del rubio.


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