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Tras las Cortinas Celestes por CrawlingFiction

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Notas del fanfic:

Gracias a todas por leer esta historia. Muchas bendiciones y Chesters para todos! :D

Notas del capitulo:

Cabe aclarar que  LINKIN PARK es una banda de rock REAL proveniente de California. Es decir que los personajes de este relato SON REALES y no de mi invención ( Exceptuando a Richard Jenkins). Muchas de las escenas y flashbacks del pasado tienen bases reales. Claro con su lado ficticio.


Espero y disfruten de mi primer Fic. Sin más que acotar, saludos a los lectores :)

Capítulo I: Pasados.

 

            Culminaba ya el recital. La tarima se estremecía con cada salto y grito del público emocionado, el eco del bajo y las guitarras resonaba a través de inmensos equipos de audio que si cayesen no quedarían vestigios de su victima bajo su armazón oscuro y metálico.

    Las pantallas mostraban el seguimiento cercano de las cámaras y luces tornasoladas hacia un hombre que mediría un metro y setenta, de aspecto menudo y frágil, enfundado en pantalones oscuros, botas, una delicada camiseta ya empapada de sudor, dejando entrever el lienzo que era la piel de su pecho, recorrida con variedad de tatuajes de formas y colores llamativos. Su camisa a cuadros aguamarina desabrochada le conferían una imagen de leñador en busca de aventuras. Él era capaz de cantar a viva voz junto a su micrófono azabache, saltar, corretear por el entarimado y animar a la fanaticada allí presente para después deleitarlos con desgarrados gritos de su ya fatigada garganta. La calcárea piel de su rostro sudado enrojecía acompañado de un rictus cargado de ira y desespero en cada uno de sus alaridos.

            Mas sin embargo, Chester Bennington no se encontraba solo en el escenario, junto a él se encontraba su mejor amigo, un hombre de  aspecto más fornido, de sutiles rasgos asiáticos, y cabello lacio tan negro como la noche que se cernía sobre ellos, quien en toda la función tomó el rol de pianista, guitarrista, segunda voz y MC. Sin lugar a dudas alguien muy talentoso. Ese hombre respondía al nombre de Michael Shinoda, formaba junto con “Chaz” apodo de Chester, la banda californiana Linkin Park. Constituida por seis integrantes: el bajista, Dave Farrell, mayormente conocido como Phoenix debido a los tatuajes de dicha ave mística en su espalda, él era un hombre muy afable y sereno, Robert Bourdon, el baterista quien a pesar de su fama de persona silenciosa y con un dejo de misterio se empeñaba en varias labores creativas del sexteto, tal cual Joe Hahn, el encargado de los samplers, caracterizado por sus rasgos coreanos y humor sarcástico, contrario de el guitarrista Brad Delson, un joven judío de cabellos revueltos y barba muy vivaz. Juntos crearon lo ya casi una década después ha sido una de las bandas más significativas del nuevo siglo. No obstante tras los camerinos que separan a los artistas de su fiel fanaticada se descubren las privaciones y secretos que han de tener para con su público.

            El recital concluye con gritos y aplausos, de nuevo han realizado un show memorable para aquellos que asistieron al encuentro. Después de reiterados agradecimientos para con la audiencia que no paraba de aplaudir se retiran tras bambalinas.

    — ¡Buen trabajo chicos! ¡Han hecho un recital maravilloso!- Exclamaba contento el manager de la banda de nombre Richard Jenkins. —Dudo que los fans no lo hayan disfrutado.

            Entre risas y comentarios jocosos abordaron el autobús del Tour que los llevaría a su nuevo destino en la gira promocional de su reciente producción discográfica Minutes to Midnight, en la cual se arriesgaron en probar algo distinto a sus ya predecibles trabajos anteriores. El autobús constaba de una modesta cocina, unos cuantos muebles y un largo pasillo que comunicaba con los cubículos donde la banda y su manager descansaban. Dichos cubículos constaban de una acogedora cama, que debajo de ésta había unas gavetas para almacenar zapatos, ropa u otros artículos y un pequeño televisor, los cubículos no contaban con puertas, sino una gruesa cortina azul celeste. También había un baño y unos pequeños salones reservados como un improvisado estudio y salón con algunas consolas y diversos videojuegos.

            Los chicos se reunieron a cenar en la pequeña mesa dentro del autobús entretanto Richard, su manager tomaba una ducha.

—    Y, como decía en los camerinos antes de la presentación, Chaz andas algo nervioso últimamente-. Indicó Joe mientras se servía otra ración.

—    ¿Qué le estará pasando?-Se preguntó impasible Phoenix.

—    Tienen razón ambos. ¿Qué te sucede últimamente?-. Inquirió Mike quien acto reflejo tomó la mano de Bennington buscando atraer su atención. Chester no desviaba su mirada de la mesa, sonrojado ante el tacto de su compañero. Con el pulso acelerado y las miradas de sus compañeros escudriñando su rostro.

—    ¡No me sucede nada! ¿De acuerdo? Son puras invenciones suyas-. Exclama Chester todavía ruborizado mientras se dirige a su pieza fingiendo enfado. Todos en la mesa se miraron extrañados. Segundos después  vino a encuentro Richard con la piel aún húmeda por su reciente baño.

—    ¿Me podrían explicar que fue ese alboroto?-.preguntó algo somnoliento. Ya estaba cayendo en los dulces brazos de Morfeo antes que la exclamación de Chester lo despertara

—    No sabemos, lo hemos visto extraño y al preguntarle al respecto se alteró.- Respondió Brad algo apresurado.

—    Resuélvanlo antes de mañana.-Finalizó Richards mientras se dirigía a su dormitorio.

En su cubículo cubierto tras la cortina celeste y tapizado de diversos tipos de calzados dejados a su suerte se encuentra Chester, en su cama abrazando sus rodillas recordando el suave tacto de Shinoda mientras siente como sus pómulos se encienden “¿Qué estará pasando? Parezco estúpido. Ellos sólo se preocupan por mi, más ni sé que me sucede. ¿Qué fue lo que sentí? Su tacto es…suave” Chester es interrumpido de sus divagaciones por Phoenix, quien tranquilamente toma asiento a su lado.

— ¿Me dirás que tienes?-.Pregunta Phi mirándole con cariño y preocupación.

—Tan paternalista como siempre…-.Refunfuña Chester estrechando más el abrazo a sus piernas.

—Somos una familia.-Dice Phoenix escueto. —Queremos saber que tienes para poder ayudarte.

—No lo sé Phoenix.-Contestó Chester. —De verdad que no lo sé. Quizás sea estrés o cansancio, me siento un poco mareado y todo pasa tan rápido a mi alrededor, pero descuida estaré mejor, un poco de descanso y estaré excelente. Y disculpas por el drama que armé.- Finalizó el chico mostrando su mejor sonrisa al preocupado bajista.

— ¿Seguro?-.Cuestionó dudoso el músico al vocalista. —Nos preocupa verte más extraño de lo usual.-dijo Phoenix con un tono divertido

— ¡Si claro!-. Responde el pelinegro con nuevos bríos soltando el lazo hacia sus piernas. Con palmadas en la espalda busca tranquilizas a Phoenix quien ya aliviado deja el lugar para que Chester descanse.

“Esperó que sea así” pensó finalmente Bennington antes de apagar la luz. Confiado que al día siguiente sea lo más ajetreado posible para no pensar más a fondo sus inquietudes hacia Shinoda.

            Chester Charles Bennington nació en la soleada Phoenix en Arizona el día 20 de marzo de 1976. Desde niño soñaba ser una estrella de rock y el quinto integrante del grupo británico Depeche Mode, quienes junto a Stone Temple Pilots eran sus influencias musicales. No obstante no todo fueron sueños. Cuando sus padres decidieron poner fin a su matrimonio, Brian, su hermano y él se vieron sumergidos en la desorganización familiar y la violencia. Aunque, lo que marcó con tinta indeleble realmente la vida del chico, en ese entonces a la sazón de nueve años fueron los abusos de carácter sexual hacia él por parte de su tío. Situación que prosiguió hasta que su padre, un policía le fuese concedida la custodia de Chester a los trece años de edad.

—Por favor...-. Ordenaba una voz grave.

— ¡No! Es...Esto está mal, no debería ser así yo…yo no quiero-.Interrumpió mascullando un pequeño niño cuya voz se apagaba por el temor.

—Lo hemos hecho antes. Te va a gustar.- Esa voz grave se empezó a aproximar, voz que el conocía, causa de sus pesadillas. Escondido tras las fotografías familiares. Quien confiaba y le traicionó—Ven. Acércate.-Ordenó a lo bajo ese hombre, quien inmundamente comenzó a acariciar al niño, comienza a desvestirlo. El pedófilo continuó con el acto deshonesto mientras el chico no se atrevía a abrir los ojos.

            Cuando el hombre culminó, se subió sus pantalones, le dio unas palmaditas en el hombro al niño y abandono la habitación. Al instante el chico abre los ojos y enrojecido de ira comienza a sollozar.

—Soy un cobarde.

            A los quince años de edad ya Chester acumulaba grandes cantidades de poemas, dibujos y canciones para resguardar sus sentimientos y temores. Tiempo después junto a su amigo Sean Downell creó el grupo Sean Downell and His Friends, que posteriormente sería Grey Daze. “Me sentía realmente en familia, tenía una conexión con ellos que antes no había experimentado”

Ocho de la mañana. El reloj no dejaba de tintinear con su endemoniado sonido indicado el comienzo de un nuevo día en la agenda de la banda.

—Buenos días muchachos.-Dijo Rob luego de levantarse perezoso de la cama.

—Buenos días.-Correspondieron casi todos al unísono aletargados.

Mike fue a la cocina a por un vaso de jugo y al notar la presencia de Richard se le acerca.

— ¿Todavía no llegamos?-.Preguntó Mike inquieto a Jenkins entretanto observaba al chófer, éste no despegaba su vista de la vía. El conductor era un hombre ya maduro, muy hábil al volante.

—No, maldición. La próxima vez mejor será tomar el avión.-Refunfuña el manager desviando la mirada hacia la ventanilla. —Por cierto… ¿No falta alguien acá desayunando?-.Preguntó distraído.

—Hmmm. Es verdad. Chester no está aquí hurgando las cajas de cereal.-Respondió Rob preparando el desayuno junto a Brad y Joe.

—Ha de seguir durmiendo el vago ese, le iré a despertar.-Dijo Mike entretanto se dirigía a la alcoba improvisada que aún seguía ocupada, tropezando con varios objetos a su paso “La maña de Chaz de arrojar al suelo y desordenar es impresionante” Pensó Mike buscando un espacio para avanzar entre tanto trasto. Tiró con suavidad de la cortina e ingresa a la habitación del joven, no pareciera que Shinoda tuviese reales intenciones de querer despertarlo. El joven de ascendencia nipona se agacha a nivel de Chester que aún dormía plácidamente estrechando la almohada. Se acercó delicadamente, parecía como un niño los fines de semana; pijama y calcetines para abrigarle de lo frío que se podía tornar el bus que no se detenía sobre la marcha. Mike podía escuchar las suaves exhalaciones de su amigo, su rostro era apacible e inocente, alto contraste a los chistes y ocurrencias que llegaba a hacer a lo largo del día “Parece un ángel cuando duerme” Pensó Shinoda distraído. Mike al notar la proximidad de sus caras ruborizó avergonzado. “¡Joder Mike! Despiértalo de una vez y listo” .Pensaba aun mirando embelesado al vocalista, su mejor amigo.

—Y si… ¡No, no, no! ¿Estás demente Shinoda?-Masculló para sus adentros.

—Chaz…Amigo, despierta.-se dirigía Shinoda a lo bajo. —Rob preparó waffles, a ti te encantan.-Le tomó de la mano creyendo que así lo despertaría. — Chester…despierta

—Mike…-Susurró el aludido que aparentemente continuaba dormido. —Si supieras lo…que…siento.- Prosiguió como si el Mike al cual se refiriese estuviera en sus sueños.

            “¿Sentir qué?” murmuró Shinoda con la sangre subida al rostro y el pulso más acelerado

            De manera casi inconsciente y osada se acercó más para cerrar la brecha entre sus labios sin temor a que llegase a despertar. Su corazón no paraba de bombear vertiginosamente, su voz interior le advertía desde lo profundo que se hiciera a un lado, más él desatendió, era impulsado por la imprudencia, sus párpados se cerraron. Sólo pudo atinar un dulce roce.

— ¡Dios Santo! ¿Cuál es la demora?- exclamó Richard Jenkins irrumpiendo en el cubículo de su representado.

            Shinoda con el corazón desbocado del susto se incorporó velozmente como si fuese un cabo esperando órdenes de su mayor. Aliviado notó que Richard no se dio de cuenta de lo que él había hecho.

—Chester despiértate.- Ordenó el manager sacudiéndolo.

—Hmm…Ajá, allá voy.- Contestó Chester frotándose los ojos con sus nudillos. Luego los abrió y saludó al par presente en su habitación. —Buenos…días.

—Nada de Buenos días, ¡Apúrate! Hay muchas cosas que hacer.- gruñó Richard saliendo del lugar para atender una llamada telefónica

—Oh, Mike ¿que haces aquí?- Preguntó Chester despreocupado. — ¿Me estabas grabando durmiendo para subirlo a linkinpark.com?-Bromeó mientras sacaba una muda de ropa del gavetero bajo su cama.

Shinoda inmediatamente recordó lo que había cometido, totalmente avergonzado con su amigo se excusó y dejó la alcoba dejando a Chester solo. El tatuado estuvo sentado en su cama unos momentos, tratando de recordar su sueño que ahora no era más que imágenes borrosas. Después de mucho escudriñar su mente recordó algunas escenas. Acto seguido empezó a reír.

—Atrevido.-dijo rozando sus labios con las yemas de sus dedos. —Te patearé el trasero.-Comenzó a reír nerviosamente de camino al baño.

Aunque Grey Daze le confirió buenas experiencias y le acercó más a su sueño de ser cantante todo lo bueno tiene un final, por supuesto, no siempre bien recibido.

            Recién había culminado un concierto que había reunido a unos mil espectadores, uno de los mejores en la corta carrera de la banda, haciéndoles un espacio en la música local, pero ese sería la última función de la banda.

            — ¿¡Cómo diablos atreven tomar mis composiciones haciéndolas pasar por suyas!?-Gritaba Bennington en el camerino caminando por este de un lado a otro como fiera enjaulada haciendo sacudir sus rizos castaños. El silencio le dio la respuesta. — ¡Son de lo peor! ¡Imbéciles Traicioneros!- Acto seguido Chester deja la habitación iracundo.

            En California se suscitaba otra discusión, esta vez en un pequeño estudio improvisado de Beverly Hills, propiedad de un chico pelinegro de nombre Mike Shinoda.

—Así que…no tenemos aún un contrato.-Afirmó un joven vestido de camiseta y amplios pantalones llamado Mark Wakefield.

—No aún no. Todavía no nos contratan sólo hace falta esperar más.-Dice Shinoda. —Sólo hace falta esperar más.

— ¿Esperar?- Preguntó burlón Wakefield, al segundo cambia de animo. — ¿Me estás jodiendo? ¿Qué más tengo que esperar? ¡Meses armando ese maldito demo y nadie nos acepta! ¡Nos dan la espalda!- Estalló lleno de angustia.

¡Cálmate! Joe y yo enviamos el demo a Empire Music. Sólo hacer falta esperar a una respuesta. Además hemos hablado con el vicepresidente de Zomba Music y él nos apoya.- Señaló tranquilizador Shinoda que en ese entonces ocupaba aretes en sus orejas.

—Me cansé de esperar.- Finalizó Mark. —Eso de rockear y tener muchos fanáticos solo fueron ambiciones tontas sin caminos. Me cansé de esperar, Chicos, renuncio a Xero.

            Semanas ya habían pasado. Era casi mediodía y Chester aún se hallaba en su habitación sepultado bajo sus sábanas, estaba despierto y aunque era su cumpleaños se hallaba desanimado. “Yo creyendo que eran mi familia” Pensaba esbozando una burlona sonrisa, burla dirigida hacia él mismo por haber sido tan ingenuo. En eso su padre, Arthur entró a su alcoba y nota la tristeza de su retoño.

            — ¿Por qué estás así? ¡Sonríe! Hoy es tu cumpleaños.-dijo su padre mientras escudriñaba en los oscuros y taciturnos ojos de su hijo. — Es por la banducha esa, Grey Daze ¿cierto? Chester nada más sintió. Un tenso silencio se ciñó sobre ellos. Luego el joven de ahora cabello corto y aretes le respondió.

            —Eran como mi familia. Viejo, con ellos me sentía en confianza. Sentía esa estúpida conexión con alguien más. Pero terminaron aprovechándose de mí. Haciendo por suyas mis canciones.- Atinó a decir el chico. Su padre no hacia más que escucharle con infinita comprensión.

            —Te entiendo. Es lamentable que las cosas sean así. ¿Por qué no tomas mejor esa tristeza y frustración y la dejas ir? Conserva lo importante: Tu experiencia. Sólo mírate, haz crecido. ¡Hasta te has cortado el cabello!- Las suaves risas de ambos animaron  la situación. —Sé que no pensamos igual, yo detesto eso que te hiciste en el brazo.-dijo señalando el tatuaje en el brazo de chico, un pez koi en un estanque azul, pez japonés representante de la fortaleza, coraje y paciencia que cada uno alberga- Una leyenda contaba que un koi con gran esfuerzo escaló una cascada y fue convertido en dragón. El ascenso del pez representaba triunfar en la vida. —Todo son etapas, tu tiempo en Grey Daze culminó, llévate lo bueno. Si tanto gustas compones y cantar continúa.

—Muchas Gracias, papá.-Dijo el joven hacia su progenitor a quien ya cabellos blanquecinos poblaban sus sienes. —Seguiré tu consejo. Hace poco conocí a Jeff Blue, él cree en mí y me informó sobre un casting.

— ¿Jeff Blue?-Preguntó Arthur.

—Es el vicepresidente de Zomba Music. Me habló de un grupo llamado Xero, necesitan un vocalista. Me mostró sus demos y me pidió que grabase mi voz sobre ellos. Hoy debería venir a decir si a Xero les gustó.

—Espera a ver que dirá. Mientras, dúchate. Apestas.-Bromeó Arthur yéndose de la habitación.

En el improvisado estudio de Mike se encontraban escuchando los demos que dieron a los aspirantes.

—A ver…-murmuraba Rob entretanto buscaba en un caja plástica los casetes. —Escuchemos este.

            Era de un joven de la zona. Tenía buen timbre vocal, más sin embargo no encajaba con lo que Xero planeaba crear. Descartado.

            Estuvo así el cuarteto por más de una hora escuchando las grabaciones. Ya comenzaban a desalentarse.

—Esto es un asco.- masculló Shinoda obstinado. —No consigo al indicado.- Prosiguió frotando su cabello azabache peinado en punta.

— ¿No serás muy exigente?-Preguntó Brad Delson con un carcajada burlona entre sus dientes.

—Ni sé ya.-Respondió Mike.

—Esperen, quedan tres cintas.-Afirmó Dave tomando a el trío del fondo de la caja. Escogió una de las opciones y leyó. —A ver; Bennington C. Chester. Phoenix, Arizona.

—Bonito apellido.- comentó Mike buscando imaginarse al portador de esos datos en la cinta.

—Bien, vamos a ver que tal con el chico de Arizona.-Dijo Joe animado. Tomó el casete y lo introdujo al aparato VHS. Los demás se acercaron expectantes.

            La primera canción de la cinta “Essaul” era con la voz suave y rasgada del joven desconocidos. Dicha voz subía sus tonos con ridícula facilidad. En otro demo le añadió partes de su invención y unos desgarrados alaridos. Era perfecto. Cuando la cinta acabó los cuatro jóvenes músicos reunidos allí se miraron sonrientes. Era él, el chico de Arizona era el indicado.

 

Notas finales:

HOLI! Espeor hayan disfrutado de este primer capítulo! :D

Mi arte preferida son als descripciones, para la próxima quiero enfocarme más en los sentimientos de los personajes. Opinen que tal y nos leemos luego!

CrawlingFiction


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