Me quede paralizado. No podía creer lo que mis ojos estaban viendo. No! No! No! eso no era cierto, no podía ser verdad, debía de estar alucinando. Vos! esa persona en la que tanto confié, que estuvo siempre a mi lado, mi mejor amigo y ahora mi pareja, a la que le entregue mi corazón. Vos no podías estar haciendo eso, no quería creerlo, pero así era, estabas enroscado en el cuello de otro, besándolo como alguna vez lo hiciste conmigo, entregándote completamente. Acariciabas su cabello y el tu espalda. Se separaron, lo miraste con esas turquesas llenas de amor, aun lo tenías abrazado por el cuello, cuando te diste cuenta de mi presencia. Miraste por encima de su hombro y ahí estaba yo, parado sin poder creer lo que veía. Una lágrima recorrió mi mejilla, pero no moleste en secarla. Lo único que hice fue susurrar tu nombre y salir corriendo escaleras abajo, quería alejarme de vos, no volver a verte. Pude oír como gritabas mi nombre, me llamabas, me pedías que regresara.
-No es lo que parece- dijiste
Me frene es seco a mitad de camino, me di vuelta y te mire, estabas bajando y te acercabas a mi con aire despreocupado, como si nada hubiera sucedido. Siempre odie esa manera tan fría que tenes de ser. Quisiste tocarme, pero no te lo permití.
-por que?- fue lo único que pude decir
-porque ya no te amo- dijiste fríamente, eso quebró mi corazón
-y no era más fácil decirme eso en un principio a jugar con mis sentimientos- me sentí usado
-no quería verte sufrir- dime que no dijiste eso por favor ¿enserio? ¿y ahora que estoy haciendo? ¿saltando de alegría?
-ahora lo entiendo. Siempre fui solamente un juego para vos- me miraste sin decir nada-espero que seas feliz con él- fue lo último que te dije. Me miraste y sin decir nada diste media vuelta y partiste de nuevo a tu templo. Estoy seguro de que él todavía esta ahí. Baje las escaleras corriendo, no podía creer que vos me usaras de esa forma, ¿acaso todos esos años de amistad también fueron mentira?
Llegue a mi templo, me sentía vacío, destrozado, todo me recordaba a vos, las fotos, tu perfume en mi cama, tu reloj que olvidaste la última vez que viniste todavía estaba sobre la mesa. No podía quedarme ahí. Continué con mi camino escaleras abajo, la luna me acompañaba en mi sufrimiento, tenía el corazón destrozado. Pase por los templos de libra, virgo, leo, cáncer sin hacer ruido, no quería molestar a sus dueños. Cuando llegue a géminis dispuesto a seguir mi camino fui sorprendido por el hermano del dueño del templo, al parecer el aún se encontraba despierto.
-vas a algún lado?- me preguntó
-necesito tomar aire- respondí con un hilo de voz
-paso algo malo?- al parecer se había dado cuenta que no me encontraba bien
-nada- mentí con la voz quebrada
-seguro?- se acerco y apoyo su mano en mi hombro- sabes que puedes contarme lo que quieras.- Para mi suerte era de noche y estaba oscuro, las lágrimas me traicionaron y comenzaron a escapar una a una de mis ojos, surcando mis mejillas.
-dime que te pasa por favor- tu cara reflejaba preocupación.
-abrásame, solo abrásame, por favor- te pedí y te abrasé a lo cual vos correspondiste de inmediato. Estuvimos así un largo rato, ninguno decía nada, yo porque no podía y vos porque respetabas mi silencio.
Al fin me decidí a hablar.
-me engaño- confesé. No dijiste nada, solo me abrazaste con más fuerza,- me engaño - volví a decir, trate de contener las lagrimas pero no pude.-solo fui un juego para él, jugó con mi corazón-
-hay personas que no saben valorar a lo demás- me separé un poco y te mire. Secaste mis lágrimas, tu mano se sentía suave al pasar por mis mejillas.
-yo le entregue todo- susurre- ¿por que me hizo esto?-
-porque es un idiota- me contestaste.
Caí en la cuenta de que estaba temblando, no de frío, si no por todo lo que sentía en mi interior. Tomaste mi mano y me guiaste hasta el sofá para que me sentara, desapareciste unos segundos y cuando regresaste tenías un vaso de agua en la mano.
-toma un poco de agua, te va a hacer bien- agarre el vaso y tome un poco. Te sentaste a mi lado y pasaste tu mano por sobre mi hombro y yo apoye mi cabeza sobre el tuyo.
-tal vez me lo merezco- suspire
-pero que estas diciendo?- te paraste de golpe, haciendo que me sobresaltara- eres una de las personas mas maravillosas que conozco. Ni se te ocurra volver a decir eso- me amensaste. Una sonrisa apareció en mi rostro por primera vez en toda la noche
-gracias –dije- vos también sos una excelente persona- me sonreíste- creo que será mejor que vaya a descansar.- me pare del sillón y deje el vaso en la mesa- de nuevo gracias- te di un beso en la mejilla y me dispuse a partir cuando sentí que me agarraste la muñeca. Te mire sorprendido
-no te vayas todavía- dijiste muy bajo. Estaba en shok, ¿que estaba pasando?
-por que?- pregunte sin entender
-es que…- te note nervioso
-que pasa?- me acerque un poco
-yo… yo siempre espere este momento- no entendía nada
-de que hablas?-
-siempre odio verte junto al cubo de hielo- si ya estaba en shok esto me dejo peor- siempre me gustaste-note como te sonrojabas. Un calor se extendió dentro de mí, no lo creía. Me acerque un poco más y pose mi mano en tu hombre. Nuestras miradas se conectaron
-Kanon…- susurre
-Milo…- susurraste.
Me tomaste por la cintura y me acercaste a vos. Te acercaste a mi oído y dijiste en un susurro casi inaudible – te amo-acto seguido acariciaste mi mejilla y me besaste. En un principio no sabía que hacer, si resistirme o no, pero al final termine cediendo. Profundizaste el beso introduciendo tu lengua en mi boca. Te dejaste caer en el sillón, aun abrazado a mí, provocando que cayera contigo. Luego de unos minutos nos separamos par falta de aire, estaba agitado y avergonzado. Sentí una revolución en mi interior, la tristeza había desaparecido, no del todo, pero si la mayor parte, me sentía bien, raro, pero feliz.
Al fin hablaste y me dijiste – nunca me dejes- abrasándome más fuerte x la cintura.
-jamás lo haré- me sonreíste y volviste a besarme.
Me guiaste a tu habitación y ahí te apoderaste de mí, me hiciste tuyo en todos los sentidos. Esa noche me quede contigo, dormimos junto, abrazados.
Al otro día los rayos del sol me despertaron dándome de lleno en la cara. Cuando desperté no estabas a mi lado, la desilusión se apodero de mí nuevamente, creí que solamente me habías usado, cuando te vi entrar por la puerta, tenías una bandeja con el desayuno. La felicidad volvió, sonreí, ¿como se me había ocurrido pensar eso? que idiota! Pero bueno, eso ya no importa…
Ya pasaron 3 años desde aquella noche y acá estamos juntos en mi templo a punto de ver una película. No me arrepiento de nada de lo que pasó esa noche.
-ya esta por comenzar- me gritas desde la sala
-ya voy- te contesto. Voy hasta la sala y me siento al lado tuyo.
-alguna vez te dije que sos hermoso?- preguntas de forma picara
-si, pero me encanta que me lo repitas- me recuesto sobre tu pecho, besas mi frente y acaricias mi pelo.
-te amo-
-yo también-
~Fin~