Cap.1
Voy a contarles una historia. Un momento realmente horrible en mi vida y, aunque tantos sucesos tontos y disparatados, pero cruciales en el desarrollo de mi relato, opaquen la verdadera esencia de este, espero que vean y puedan comprender mis sentimientos, ocultos detrás de las cosas que me llevaron hacia la verdad y me enseñaron a no desesperar y también, que hablar es mil veces mejor que simplemente actuar impulsado por el miedo.
Una noche desperté y sentí un cambio de peso sobre el colchón, como si algo se moviese. Luego, escuché pisadas descalzas ir y venir por todo el cuarto, el agudo chillido de puertas del armario abrirse y cerrarse repetidamente y el rozar de alguna que otra tela. Finalmente, decidí abrir los ojos. No podía ver claramente, estaba demasiado oscuro, supuse que era de madrugada, y la luz que de repente entró por la puerta me cegó aun más, pero de cualquier manera sabía que era él, podría reconocerlo a kilómetros de distancia.
- ¿A dónde vas?- Pregunté casi en un susurro y con la voz un poco gangosa a causa del sueño, mientras mis ojos lograban, de a poco, acostumbrarse a la luz.
- Necesito ir al baño- Contestó fríamente mientras se ponía cuidadosamente una camisa blanca.
- ¿Y para que te vistes?- Levanté mi ceja izquierda mirándolo fijamente, esperando un respuesta.
- ¿Estamos preguntoncitos Key?- Bromeó. Realmente no me hacía nada de gracia, y al parecer lo notó al acercarse a mí.- Vamos, solo fue un chistecito.- Trató de excusarse mientras se sentaba a mi lado.- Ya, duerme que mañana tenemos mucho trabajo.
Besó delicadamente mi frente mientras me recostaba, luego me arropó y salió del cuarto tratando de no hacer ruido alguno. Me detuve a escuchar sus pasos, suaves, cautelosos. Oí el abrir y cerrar de una puerta, el baño, supuse. Los minutos pasaban y no oía nada más. Fijé mi vista en el reloj digital que estaba en mi mesita de luz; dos en punto de la madrugada. ¿Quien se vestiría para ir al baño a esta hora? Seguramente no habría nadie despierto ya que llegábamos exhaustos de tantas actividades. Días atrás había estado observando a Jinki y supuse que estaba durmiendo mal, a veces tantas actividades estresan, lucía cansado y aprovechaba cualquier momento y lugar para dormir.
Pero un único pensamiento llenó mi mente; ¿Acaso Onew era capaz de engañarme? Mi piel perdió su color, mis manos sudaban, mi corazón se detuvo por unos momentos, pero rápidamente pude sentir su latir más fuerte que nunca. No, el no puede. Pero si realmente pensaba que él era incapaz de engañarme ¿Por qué reaccionaría yo así?
Los malos pensamientos abandonaron repentinamente mi cabeza al escuchar la puerta del baño abrirse y cerrarse de nuevo. Volví a escuchar sus pasos de la misma forma suave y cautelosa en la que se fueron; volvía a la habitación. Una ola de alivio recorrió mi cuerpo. Fingí estar dormido desde el momento que pude distinguir el sonido del picaporte, pero solo entró luz. Escuché un leve suspiró y, de nuevo, la puerta cerrarse. Luego; nada. No pasos en el cuarto, no telas rozar. Silencio.
Pasaron las horas. Tres de la mañana, tres y media, cuatro, y aun seguía esperándolo. Los nervios me comían vivo y parecía que cada vez que un número cambiaba en el reloj temblaba aun más. Tenía muchísimo miedo. Y luego cuando desperté por la mañana, estaba allí, como si nada hubiese pasado, abrazándome en un sueño aparentemente profundo. Como si yo no hubiese perdido horas de sueño esperándolo o hubiese tenido una pesadilla en la él me abandonaba. Pero sabía que no era así, por que podía sentir el temblar de mis rodillas, el frío en mi espalda, mi perfecta autoestima desaparecer poco a poco y el miedo de perder a aquel que amo destrozarme por dentro.
Me levanté y vestí rápidamente, no quería tener que hablarle. Luego corrí a la cocina a preparar el desayuno para distraerme con cualquier tontería y alejar esos pensamientos de mi mente.
- Psss… Jjong- Llamé a mi casi sonámbulo Hyung que entraba a la cocina.
- ¿Qué ocurre? Por qué no hablas como una persona normal y ya…- Dijo mientras se llevaba una tostada a su bocota y se encaminaba al baño. Lo tomé del brazo y lo arrastré de nuevo a la cocina.- Ohh, ¡Que cara! Jinki Hyung no te dio descanso a noche.- Bromeó, pero al ver la seriedad de mi rostro demacrado por la falta de sueño decidió callar.
- ¡No es eso, inútil!- Golpeé su hombro con toda mi fuerza por hacer tal comentario justo en este momento. Tal vez fui un poco cruel ya que él no sabía lo que estaba pasando yo, así que bajé el tono de mi voz y continué.- Hyung, por favor promete que no le dirás a nadie lo que estoy a punto de contarte.- Jjong solo asintió ante mi súplica mientras se frotaba el hombro golpeado.- Creo…- Decirlo dolía tanto que no me animaba a terminar la oración.
- Crees…?- Me incitó a seguir- Vamos Kibum, puedes confiar en mi.-Frotó mi espalda con intención de darme ánimo.
- Creo que Onew me engaña.-Las palabras salieron rápido, chocándose unas con otras.
JongHyun me miró fijo con los ojos abiertos como platos y la mandíbula desencajada. Digamos la verdad, no es algo que alguien espere escuchar sobre mi novio. Él es un tanto… especial.
- Claro que no.-Contestó luego de unos segundos de silencio.- Estamos hablando del líder, no puede…- Continuó tomando asiento para no caerse ante lo que acababa de escuchar.
- ¡Buenos días muchachos!-Gritó Jinki desde la puerta. Tan solo lo miramos, Jjong en estado de shock y yo rezando por que no haya oído nada.
¿Qué hubiera pensado Onew si hubiese sabido se mis sospechas? ¿Me hubiese dejado por no confiar en él?
- ¿Qué pasa? Es un bonito día, los pájaros cantan, el sol brilla, y hasta Jjong se levantó temprano!… No pongan esa cara… ¡Sonrían! -Trató de animarnos, luego se adentró en la habitación, depositó un pequeño y corto beso sobre mis labios y me sonrió abiertamente antes de retirarse tarareando al baño.
Estaba tan feliz que ni siquiera notó que no le correspondí el beso, ni que de mis labios solo brotó una amarga mueca, en vez de una sonrisa como de costumbre. Sentí que ya no me prestaba atención, ya no se fijaba en mí, me volví invisible de un día al otro ¿Acaso siempre fue así y fui tan ciego de no verlo? En ese momento pude escuchar el crash de mi corazón rompiéndose.
- La canción del baño…-Susurramos tristemente los dos que quedamos en la cocina al reconocer la melodía que tarareaba.
Esa canción solamente la canta cuando se despierta feliz, muy feliz, hacía mucho que no la cantaba. Pero no podía, no ahora. No justo en ese momento que yo estaba así. Aun que no puedo culparlo, él no sabía lo que me dolía escucharla.
- Tienes razón…-Susurró débilmente Jjong luego de pasar varios segundos escuchando la tan dichosa canción.- ¿En qué necesitas que te ayude?
- Espíalo, cuéntame todo lo que hace mientras no estamos juntos.- Contesté mirándolo desesperadamente.
- ¿Y como planeas que él no lo note?-Preguntó.
Buena pregunta Hyung, muy buena, pero yo tenía una respuesta muchísimo mejor.
- Solo hazlo.