| POV YoungMin |
Los retumbantes toques de su hermano habían cesado después de unos largos minutos, dando paso únicamente al ruido del agua romper contra el suelo de la bañera. Si era sincero, aquello era por demás extraño y le causaba algo de temor saber que era lo que le deparaba después de salir del baño junto con DongHyun.
─Hyung ¿Qué cree que pase?─ Preguntó con un tono desconfiado, después de todo, el mayor seguía necio con tocarle y enjabonar su cuerpo. Algo que por supuesto no permitió.
─Nada fuera de lo normal. KwangMin simplemente vendrá hacia mí dispuesto a reclamarme, pero no me importa, es decir, ya logré mi cometido. Además, sigo sin entender porque tantos celos hacia ti.─ Dijo el mayor con desinterés, encogiéndose de hombros y terminando de enjuagar su cuerpo.
Torció sus labios, completamente desconforme con aquella respuesta, más no quiso retomar el tema, sabía que para el mayor todo era una simple broma para molestar a su gemelo y ya no quería formar parte de eso, suficiente ya había contribuido.
Sí, la culpabilidad había llegado para oprimir sin piedad su pecho y corazón. No le gustaba hacer enojar a su hermano, mucho menos dañarle y sabía perfectamente que su gemelo en estos momentos iba a estar muy molesto y sentido. Más no iba a aceptar su error frente a él, era demasiado orgulloso como para hacerlo, y una pequeña parte dentro de su conciencia aún creía que el menor y el maknae tenían la culpa de todo.
Cuando terminó de bañarse, dio un ligero vistazo a la puerta y terminó por suspirar resignado ante los próximos reclamos de su hermano. Nada le salvaría cuando estuvieran solos en la habitación. KwangMin era muy impredecible; bien podía no hablarle por una semana, como también podría regañarle y gritarle un sin fin de veces. No iba a adivinar lo que pasaría, prefería mejor salir y esperar el resultado de todo.
─Hyung, me voy primero─. Le informó con una pequeña sonrisa a su líder mientras se secaba el cabello, para después enredarse la toalla en la cintura y así poder remover su bóxer.
─YoungMinnie, espera. Hay que hacerlo juntos─. Comentó el mayor con una resplandeciente sonrisa, rodeando su cintura con ambos brazos y poniendo su barbilla sobre su hombro.
─Hy-hyung…─ Sus mejillas volvieron a teñirse de un rojo intenso, apretó sus labios con nerviosismo, siendo presionado por DongHyun para que caminara hacia la puerta.
| Narración normal |
La puerta se abrió y ambos chicos salieron. YoungMin no se sentía muy cómodo con la posición que tenían, sin embargo, sintió alivio de que el pasillo estuviera desierto. Pensó que tal vez los miembros estaban cenando o viendo la televisión juntos. JeongMin y HyunSeong eran buenos intermediarios, así que seguramente habían entretenido al menor de los gemelos un poco.
DongHyun acompañó al gemelo a su habitación, despidiéndose con algunos comentarios “graciosos” sobre KwangMin, pero al gemelo mayor no le parecieron para nada graciosos, solamente se dedicó a correr al contrario de la habitación y encerrarse. Ahora solo contaba con escasos minutos para cambiarse y esperar lo peor con su hermano.
Intentaba recapitular todo lo que había sucedido, lo idiota que había sido al reaccionar así y lo super idiota que era KwangMin por haber ido con MinWoo. No era la acción, era el modo. KwangMin prácticamente lo había hecho un lado e inmediatamente fue a ver a MinWoo ¿Qué se supone que debía decirle eso? ¿Y por qué aún se sentía tan molesto? Y luego estaba el líder, quien se había arriesgado a salir bajo esa fuerte lluvia (que de la nada cayó) para buscarlo, eso definitivamente le comprobó que era importante, por lo menos para alguien y lo hacía sentirse muy feliz. Mientras pensaba en todo aquello, iba vistiéndose con una pijama, pero al terminar, prefirió quedarse en su habitación que ir con sus compañeros. Estaba cansado, no quería hablar con KwangMin, menos con sus compañeros y se sentía un poco mal. Rogaba porque no fuera ningún tipo de gripe a causa de la lluvia.
Todo mundo que conociera a Jo YoungMin, sabía lo rápido que caía dormido, pero lo más gracioso era que trataras como trataras, jamás despertaría tan fácilmente. Por eso mismo, nadie tendría la suerte de despertarlo, pues el gemelo mayor ya había caído a los brazos de Morfeo. A los minutos después, alguien entró a la habitación, haciendo que la puerta rechinara con suavidad, pero no creando ninguna reacción en YoungMin.
La figura se acercó al chico más sensible de Boyfriend, se inclinó hasta él, estirando su diestra a los sedosos cabellos del chico para acariciarlos, acto seguido, una sonrisa se formó en su rostro, pasando esa misma mano al rostro adverso, donde sus dedos se encaminaron a los delgados pero suaves labios de YoungMin. Se escuchó un susurro que entonaba la palabra “lindo”. El mismo dueño de aquel susurró acarición con delicadeza aquellos labios, para después terminar esa considerable distancia entre sus labios con los cerezos adversos. No hubo ninguna pena, ni un remordimiento, menos alguna preocupación. Había una considerable y torturosa necesidad de probar esos labios que estaban prohibidos para él y para todo el mundo. Pero ahora eran suyos, él había dado el primer paso y el primer beso, ya había probado su sabor y definitivamente había comprado lo dulces que eran.
Otro rechinido en la puerta, una reacción para nada agradable del nuevo visitante y de aquel robador de besos ¿Cuál será la excusa?