You seem to need hope
Capítulo 2
Hacía poco más de un mes que las clases de piano habían comenzado y ya sabía tocar algunas cortas melodías. Se me hacía relativamente fácil el tocar ese instrumento y gracias a eso las clases eran llevaderas y divertidas. Fluía con el piano, con la música e inesperadamente con Lay, siempre y cuando el contexto fuese aquel: alumno y profesor particular. Era sorprendente lo bien que nos podíamos llegar a llevar en esos momentos y lo mal que nos tratábamos después.
***
- Les voy a asignar un compañero con el que van a hacer todos los trabajos prácticos de acá a fin de año. No hay discusión respecto a la persona que les toque- dijo la profesora de biología una mañana. Lo miré a XiuMin, que me devolvía la mirada nervioso -Voy a poner todos sus nombres acá- levantó una pequeña caja marrón y la volvió a apoyar en su escritorio -y los voy a sacar de a dos. Es totalmente al azar y, como dije, no hay reclamo que valga. Esa persona va a ser su compañero de trabajo y banco, hasta el último día de clases.
La ansiedad me consumía, sentía como si se estuviera incubando alguna especie de alien en mi estómago. La profesora seguía sacando papelitos de su estúpida caja, la cual tenía mi destino dentro… si me tocaba con alguien perezoso, me perjudicaría en la nota; y si me tocaba alguien con quien no me llevaba, sería difícil sobrellevar las aburridas clases. Mi nombre seguía sin salir, XiuMin frotaba sus manos más nervioso de lo que lo había visto nunca, estando casi al borde de una crisis al saber que su compañero por el resto del año iba a ser Chen.
- Tranquilo. Vas a poder manejarlo, no es el fin del mundo...- dije bajito, intentando tranquilizarlo.
- No dirías lo mismo si a vos te tocara con...- susurró.
- LuHan y Yixing- escuchamos a la profesora y giramos la cabeza a la misma vez para mirarla.
- ¡¿Qué?!- exclamé.
- ¡No, no me puede tocar con él, profesora!- se quejó Lay desde el otro lado del salón.
- Dije que no hay discusión, queda así. Y hagan silencio si no quieren terminar en dirección- finalizó antes de proseguir con la asignación de compañeros.
Me hundí en mi asiento, totalmente disgustado: Ya era suficiente con las clases de piano con Yixing, que eran una vez a la semana. Pero los trabajos de esa profesora normalmente eran muy largos, y nunca se hacían durante las clases. Íbamos a tener que juntarnos en nuestras casas y sentarnos juntos durante varios meses.
- ¿Qué me decías, LuHannie?- me preguntó XiuMin divertido, casi burlándose.
- Callate- respondí cortantemente. Él me sacudió el pelo, como si yo fuera un niño haciendo un tierno berrinche.
***
Esa tarde, mientras volvía del colegio caminando, mi cabeza no parecía querer dejarme tranquilo. ¿Qué voy a hacer? No quiero pasar tanto tiempo con ese idiota. Cuando estamos con el piano casi que nos olvidamos de todo, porque a ambos nos gusta mucho la música, pero dudo que con biología pase eso.
Giré la cabeza distraídamente y divisé a Yixing en el porche de su casa. Estaba con su novia, intercambiando saliva como si se les fuera la vida en ello. Se separaron y ella se rió con esa risita insoportable suya, cuando él le susurró algo al oído. Odiaba que Lay viviera en la misma cuadra de mi casa, ya que siempre tenía que ver ese tipo de escenitas. Suspiré y apure el paso hasta mi puerta.
Entré a mi casa cansado y fui a la cocina donde estaba mi mamá preparándose una infusión.
- Ya llegué- dije depositando un beso en su mejilla y percibiendo el delicioso aroma a café recién hecho.
- ¿Cómo te fue en el colegio?- me preguntó sonriendo mientras buscaba algo en su cartera.
- Bien...- respondí titubeante.
- ¿De verdad? No te escuchas muy convencido- sabiendo que no me estaba mirando, revoleé los ojos. Madres. Se creen que saben todo sobre sus hijos, sus pausas al hablar, sus reacciones y su todo en general. Y lo peor es que tienen razón.
- Sí, de verdad, mamá- le sonreí para sumarle seguridad a lo que decía. En un intento desesperado por evadir su creciente escrutinio, agarré un poco de comida que había sobrado del día anterior, una lata de gaseosa, puse todo en una bandeja y me giré a mirar a mi mamá que no me quitaba los ojos de encima con mi mejor cara de bueno -Voy a almorzar en mi habitación. Tengo tarea que hacer.
- Está bien, hijo. Yo voy a salir, tengo unas reuniones de trabajo… pero voy a estar acá a la noche para que cenemos juntos- me acarició la coronilla con cariño y, muy en el fondo, sentí un dejo de culpa.
- Sí, mamá. Anda tranquila, mucha suerte- sonreí alentadoramente –Te quiero- agregué dándole un rápido abrazo.
***
Ya en mi habitación me saqué la camisa, quedando sólo con la musculosa blanca que llevaba debajo. Me senté en el escritorio, abrí los libros, y empecé a comer mientras leía un ejercicio de matemática.
- No entiendo nada...- suspiré pesadamente.
Escuché un ruido en el pasillo y después cómo alguien tocaba la puerta. ¿No se fue todavía? me pregunté confundido. Me di vuelta sin pararme de la silla.
- Pasá- dije y tome un largo trago de gaseosa, mirando la puerta. Ésta se abrió, dejando pasar a la persona que menos esperaba ver en mi habitación. Por la sorpresa, tragué mal y me atraganté, empezando a toser compulsivamente.
- ¿Qué haces vos acá? ¿Cómo entraste?- pregunté entrecortadamente mirando a Yixing, que estaba apoyado en el marco de la puerta, mirándome.
- Tu mamá me abrió y me dijo dónde estabas, iba muy apurada- respondió -¿Qué, no es obvio? Vengo para que empecemos con ese horrible trabajo...-entró como si fuera su propia habitación, mirando para todos lados.
- Falta mucho, no es necesario empezar ya- quería hacer la tarea del día y dormir hasta la cena. No tenía ganas de estar con él ni de pensar en biología.
- Podemos organizar todo al menos- comentó. Levantó una foto de mi biblioteca, la miró y la volvió a dejar en su lugar.
- Eso podíamos hacerlo mañana, antes de las clases de piano...- sugerí.
- ¿Vas a dar tantas vueltas porque quiero ser responsable?- me miró levantando una ceja y después desvió su mirada a la biblioteca nuevamente -Cuántos libros tenés...- agarró uno y lo abrió, para enseguida cerrarlo y dejarlo de nuevo en su lugar.
- Bueno, como quieras. Pero, ¿Podrías dejar de inspeccionar y tocar todo? Me estás poniendo nervioso...
- No seas histérica, Barbie- respondió sentándose en mi cama con más confianza de la que me hubiera gustado. Me paré molesto.
- Aunque sea mientras estés en mi casa, respetame. Te pido eso, quiero creer que tenés un poco de decencia para actuar correctamente si la situación lo amerita. Sobre todo enfrente de mi mamá- acomodé mejor el libro que Lay había sacado sin sacarle la mirada de encima, casi vigilándolo.
- Puedo intentarlo. ¿No vas a ofrecerme nada para tomar?- suspiré fastidiado, agarré la lata que antes estaba tomando yo y se la ofrecí. La miró y después me miró a mí, levantando una ceja de nuevo.
- De ahí estabas tomando vos.
- Como si eso te importara. Es lo que hay, ¿La querés o no?- se encogió de hombros y la agarró, empezando a beber de ella.
Me senté de nuevo mientras Yixing buscaba las cosas de biología y volví a mirar el problema. Lo leí de nuevo y bufé con frustración, dando un inconsciente golpe a la mesa con la mano.
- ¿No te sale?- di un pequeño saltito y me di vuelta, viendo que él estaba muy cerca detrás mío -Tenés que aplicar esta fórmula- tomó un lápiz y la escribió a un costado -Reemplazas los valores en las "X" y resolvés- me miró y le devolví la mirada con la boca ligeramente abierta. No se escuchaba complicado; pero lo que de verdad me sorprendía era que él entendiera tan fácil esa materia.
- ¿Cómo sabés?- se me escapó la pregunta, aunque la respuesta era obvia. Él me miró confuso, pero a la vez divertido.
- Se me da bien. Puedo ser un verdadero imbécil en algunas cosas, pero mis notas no son malas- se rió y se sentó a mi lado. Al menos sabía que era un imbécil.
- Gracias- susurré.
- Da igual… Además, ahora me debes una- dijo muy serio.
- ¿Qué?- lo miré sorprendido. No quería ni imaginarme lo que sería deberle un favor a alguien como él.
- Es broma- rió levemente.
- Tonto- le di un pequeño empujón con mi hombro y ambos reímos. Cuando las risas cesaron, nos quedamos en un incómodo silencio. No estábamos acostumbrarnos a bromear juntos o a llevarnos bien siquiera, y se sentía la tensión que se había creado en el ambiente. Me aclaré la garganta- Después lo resuelvo. Empecemos con lo de biología.
- Sí- abrió su cuaderno y yo mi libro.
***
- ¿Seguro que no querés quedarte a cenar?- le ofreció mi mamá a Yixing por tercera vez, cuando ya estábamos en la puerta de la casa.
- No, muchas gracias. Mi familia me espera para comer- hizo una leve inclinación y agradecí que fuera realmente capaz de parecer una persona correcta.
- Bueno, espero que algún día puedas quedarte- le sonrió encantada y yo maldije por dentro.
- Sería un placer. Muchas gracias- sonrió, hizo una última inclinación y desapareció por la puerta.
- Qué chico tan agradable, LuHan- reí amargamente.
- Si lo conocieras mejor, no dirías eso- comenté entrando a la cocina.
- Pero era tan educado y atractivo...- susurró sirviendo la comida.
- Eso dice la gente de la escuela... la verdad, no veo qué le ven- dije cortantemente.
- Vamos, no podés negar que...
- Mamá, ¿Podemos comer?- la interrumpí molesto. Yixing no era un tema de conversación que me interesara para compartir durante la cena. O en cualquier otro momento. Y sobre todo con mi mamá.
- LuHan... ¿Todavía te duele?- preguntó con cautela. ¿Que si me duele? Duele horrores, por momentos casi que me cuesta respirar.
- No, mamá. Estoy perfectamente, es sólo que Yixing no me cae muy bien. Si me junto con él es sólo por el trabajo.
- Bueno, aunque sea pensá que van a sacar una buena nota si ambos se esfuerzan. Incluso podés llegar a conocerlo mejor, podrían ser amigos...- sugirió. Me reí.
- Dudo que algún día Zhang Yixing y yo lleguemos a ser algo más que conocidos- tomé un sorbo de mi vaso.
- Podrías sorprenderte, hijo- me sonrió misteriosamente y se llevó un trozo de comida a la boca.
Suspiré y terminé de comer.
***
- ¿En serio apareció en tu casa como si nada?- me preguntó XiuMin mientras entrábamos al vestuario después de la clase de gimnasia. Por suerte había sido la última del día.
- Sí... organizamos todo para poder empezar en estos días. No me esperaba que fuera alguien responsable con esas cosas...- fruncí el ceño -Y sabe de matemática, ¿Podés creerlo?- agregué.
- No- ambos reímos y empezamos a desvestirnos para poder ducharnos.
- ¿No te da vergüenza mostrar tu cuerpo, bollo?- preguntó Chen, caminando desde la zona de las duchas hacia nosotros ya con una toalla alrededor de la cintura. Lay estaba a su lado, en las mismas condiciones que su amigo, sonriendo. Yo ya me había sacado la remera y todavía tenía el pantalón de gimnasia puesto -Sin la ropa reteniendo, nos vas a aplastar a todos con tu gordura- el rostro de XiuMin enrojeció y se deformó en una expresión de enojo, pero no dijo nada. Simplemente lo ignoró. Lo miré a Chen: era ridículo. Puede ser que MinSeok haya sido gordito en el pasado, pero sólo eran unos kilos de más. Además, ahora es flaco. ¿Por qué sigue con lo mismo?, me pregunté observando disimuladamente a mi amigo que estaba con una musculosa algo ajustada. Sus clavículas y costillas se marcaban a pesar de la prenda, lo que implicaba que estaba incluso un poco más delgado de lo que era saludable para él.
- Sí, qué desagradable- agregó Yimou mirando a XiuMin. Me alarmé. Aunque sus palabras mostraban desagrado, su mirada escondía algo que no supe distinguir, pero que me hizo sentir muy inquieto.
- ¿Por qué no se callan? Nadie te dice nada por parecer una jirafa Yimou, o a vos Chen, por parecer un duende- lo miré a Lay, que sólo sonreía divertido por la situación, pero como no había dicho nada, decidí no meterme con él.
- Yo me voy a duchar- comentó Lay antes que sus amigos dijeran algo -Estoy cansado como para hacer esto hoy. Nos vemos en la clase de piano, Barbie- finalizó y se fue.
- ¿Y vos qué te metés, nena?- me habló Yimou con tono amenazante, ignorando a Yixing -¿Estás disfrutando el estar entre tantos hombres semidesnudos?- dijo molesto.
- Claramente vos no entrarías en esa categoría, así que podés quedarte tranquilo- me adelanté para enfrentarlo. Levantó su mano, cerrándola en un puño para pegarme. Desvié la cabeza a un costado y cerré los ojos pero el golpe nunca llegó.
Abrí los ojos lentamente y vi que estaba el profesor de gimnasia entrando. Yimou y Chen se alejaron rápidamente.
- Chicos, reúnanse por favor. Les voy a decir algo que van a tener que repetírselo a los que se están duchando. En dos semanas, va a haber un campamento obligatorio. Van a ser tres días y dos noches. Los grupos por carpa son de a tres, pero va a haber uno sólo de dos personas. Ya están armados los grupos, y no hay discusión. Están anotados en un papel en el tablero de anuncios de la entrada. Eso es todo por ahora- se retiró.
Ese profesor estaba casado con la profesora de biología, y a los dos les gustaba mucho elegir ellos los grupos. Creían que era mejor porque si no, el alumno elegía a un amigo y, según ellos, no trabajaban bien así.
- XiuMin... tengo un mal presentimiento- le dije.
- Tranquilo, no creo que tengas tanta mala suerte...- respondió sonriendo alentadoramente, aunque con un dejo de diversión. Lo miré entrecerrando los ojos.
- Eso espero- desvié la mirada y noté a un chico que nunca había visto.
Recién salía de la ducha y su pelo negro estaba mojado. Las gotas de agua bajaban por su morena espalda y la toalla en su cintura estaba medio floja. Se dio vuelta para agarrar otra toalla y secar su torso. Tenía los labios gruesos y el abdomen marcado.
- Mientras seguís en esa detallada inspección de la pobre persona enfrente tuyo, me voy a bañar- comentó XiuMin con voz divertida y burlona.
- Está bien...- y entonces reaccioné -¡MinSeok!- exclamé molesto. Se escuchó una risa del otro lado de la cortina de la ducha donde él había entrado.
Mi pequeño grito llamó la atención del chico de piel morena, quien empezó a caminar hacia donde yo estaba. Me di vuelta nervioso y fingí buscar algo en mi bolso.
- Disculpame...- escuché que me hablaban: tenía un muy leve acento, pero su chino era casi perfecto.
- ¿Sí?- levanté la cabeza para mirarlo algo perdido porque me estuviera hablando.
- ¿Dijiste MinSeok? ¿Tu amigo es coreano?- preguntó sonriendo. Tenía una sonrisa muy linda.
- Sí... pero vive acá desde hace varios años. Le decimos XiuMin... ¿por qué?- no pude evitar preguntarle.
- Yo soy coreano. Estoy acá por un intercambio, me voy a quedar unos meses. Empecé el colegio ayer. La verdad es que extraño, y me llamó la atención que hubiera alguien más de mi país- finalizó con nostalgia.
- No es el único... Chen también es coreano, su verdadero nombre es Kim Jong Dae- le sonreí.
- ¿Chen? ¿Hablás de ese chico que molestó a tu amigo con que era gordo?- asentí -Qué estupidez. Estuviste muy bien al defenderlo- me sonrió cálidamente y tosí nervioso. No sabía que había estado mirando eso -Por cierto, soy Jong In. Podés decirme Kai.
- Xi LuHan- sonreí tímidamente -Hablas muy bien en chino. ¿Dónde aprendiste?
- Voy a un instituto desde que tengo cinco años. Espero poder mejorar la pronunciación estando acá- se estiró hacia atrás, haciendo sonar su espalda. Desvié la mirada, antes de que la tentación por mirarlo descaradamente sea más grande. Que se vista. Por favor, vestite, le pedí con mis pensamientos, deseando que la idea se instale en su cerebro.
- Puedo ayudarte, si querés. Solo tenés que avisarme- le ofrecí y agarré mi ropa para ir a ducharme.
- Me encantaría- me sonrió y le devolví el gesto.
- Nos vemos después entonces, me voy a duchar que se me hace tarde- tenía media hora para llegar a la clase de piano.
- Está bien. Espero verte pronto- me dedicó una última sonrisa y se acercó a su bolso para sacar ropa y finalmente empezar a vestirse.
Me quedé unos segundos inmóvil, probablemente con cara de tonto. Si había algo que me deslumbraba realmente, era una linda sonrisa. Y ese chico tenía una muy hermosa, con los dientes blancos que hacían contraste con su color de piel y la convertían en algo perfecto. Como si brillara.
Deseché esos pensamientos. Espero que me perdones por las cosas que pensé en el poco tiempo que hablé con Jongin. Entré a una ducha y me bañé rápidamente.
Me esperaba una larga clase de piano, tal vez un poco de biología y lo peor, descubrir quiénes iban a ser mis compañeros de carpa en ese estúpido viaje al que ni siquiera quería ir.
Tenía una corazonada, sólo esperaba que no fuera como yo creía... o sentía.