- ¿hola?
- Señor.- una voz algo formal contesto por el otro lado de la línea. Y algo en mi supo inmediatamente lo que diría después, algo por lo que había estado esperando ya casi tres meses.- Despertó señor, despertó y está preguntando por usted, pero esta algo shockeado por lo cual no habla Ingles.
- Voy para allá enseguida.- respondí sin más, tome las llaves que estaban sobre la mesa y Salí del departamento a toda prisa.
Mi corazón latía deprisa, era una emoción demasiado grande por fin podría descubrir tantas cosas, al menos eso esperaba.
Todo había comenzado hacía 5 meses aproximadamente, bueno para mí todo había comenzado hace tres, cuando me refiero a comenzado, es completamente a lo que me refiero. Lo único que tengo en mi memoria es estar al lado de un chico, mientras este me abrazaba y jugaba con mis cabellos, apenas logro recordar su voz, solo sé que estaba conmigo en aquel taxi cuando una auto nos golpeo de frente, hasta allí son mis recuerdos. Según los doctores luego de la colisión con el auto lo que se produjo fue un choque múltiple, me golpee la cabeza contra el vidrio y luego una lesión leve en el cuello cuando el auto se volcó quedando de cabeza, menor suerte tuvo mi acompañante, al cual reconocía como mi novio, el salió expulsado del auto, cayendo duramente sobre el pavimento, por poco y un auto no cae sobre él, y mata a lo único que me queda en este extranjero país.
Estamos en estados unidos, por lo que se, soy coreano no sé porque estoy aquí, ni tampoco si tengo familia en corea, porque yo perdí la memoria luego de estar dos meses en coma, ahora solo esperaba por el despertar de mi acompañante, ya que después del accidente no había despertado del coma, y si el moría yo ya nada sabría de mi ni de él, la persona a la cual amaba.
Aunque había perdido la memoria casi en su totalidad, tenía vagos recuerdos de aquel muchacho rubio, uno era los dos en una cama; yo abrazado a él mientras este acariciaba mi melena rubia y yo le preguntaba si yo era lindo, el me respondía un ‘’eres lindo minnie’’, el otro era regalándome un conejo gigante de peluche con un corazón que decía TE AMO. Lamentablemente estos recuerdos jamás llegaban a la precisión de poder recordar con claridad su voz o su rostro sonriente y sus ojos abiertos, pues lo único que conocía de él era aquella tez nívea, labios pequeños abultados rosados pálidos, sus ojos cerrados enmarcados por aquellas delicadas pestañas.
Yo le amaba, no sé si antes del accidente fuéramos pareja, pero por mis recuerdos él y yo éramos novios, solo me preguntaba que hacíamos en este lejano país de corea, nadie sabia quienes éramos, aquel día no llevábamos ningún tipo de identificación y yo ni siquiera recordaba mi nombre solo aquel ‘’minnie’’ dicho por mi amor durmiente.
- ¿puede ir más rápido?.- pregunte nervioso al taxista.-
Este me miro de mala gana aun así acelero un poco. La vida estos meses consientes no habían sido nada fácil, continuamente por las noches sufría de jaqueca, me sentía solo. Además por el motivo obvio de estar en un país ajeno, cuando desperté no recordaba el ingles, quizás nunca supe, pero no me quedo otra que adaptarme y aprender el dichoso idioma por obligación. Lo único bueno, era que el auto que provoco el accidente era de un hombre rico, por las casualidades de esta vida era un empresario de nuestro país, este apiadado por mi situación me había brindado toda la ayuda económica que necesitaba, el departamento en el cual vivía era pagado por él, y ya tenía ofrecido los pasajes devuelta a corea.
Me baje rápidamente del taxi en frente del centro clínico, entre corriendo mi cuerpo no podía detenerse así qué simplemente corrí por las escaleras hasta el sexto piso, donde me esperaba aquel chico de cabellos rubios, aquel chico que traería consigo devuelta mi vida, aquel muchacho por el cual había luchado estos meses y querer seguir viviendo, entonces las lagrimas comenzaron a caer por mi rostro, el aire quemaba mi garganta lastimada y seca de tanto correr, había sufrido, había llorado, había querido desaparecer, la soledad, el sentimiento de no saber quién eres, del que no tienes nada, que tu vida no tiene sentido no había sido fácil, entonces allí estaba él, todos los días esperándome en aquella sala blanca, con la misma expresión de tranquilidad y de ausencia, con aquel aura de Ángel, solo por él había seguido luchando, solo por él había querido seguir viviendo.
Había llegado al sexto piso, exhausto casi sin poder respirar ahogándome entre el dolor, cansancio y emoción por verle.
- ¿Señor?.- levante la cabeza, era una enfermera la que me hablaba.- lo estaban esperando.- me sonrió dulce, por mi extraño caso ya casi todos los médicos y enfermeras me conocían.
- Gracias.- sonreí emocionado secando mis lágrimas, trate de caminar por el pasillo con normalidad, pero me era imposible. Cuando vi salir al médico encargado de la habitación a la cual me dirigía.- doctor.- le nombre.-
- Despertó.- me sonrió.- el está bien.- dijo al ver cómo abría la boca por un montón de preguntas que se agolpaban en mi garganta.- la enfermera está logrando calmarlo, al parecer el habla ingles, solo está asustado.
- ¿Cómo saben que pregunta por mi?
- Entre y lo comprenderá.- mi cuerpo temblaba de pies a cabeza.-
Porque claro, yo ni siquiera sabía mi nombre y ellos sabían que el preguntaba por mí, como era eso posible, además… había alguna posibilidad ¿de que el también hubiese perdido la memoria?
Me arme de valor y abrí la puerta.
Algo maravilloso, un sentimiento tan grande, una felicidad que no recordaba que existiera experimente al verle por primera vez con los ojos abiertos, unos ojos cálidos y afilados, una mirada felina inquisidora, que hubiese intimidado a cualquiera, pero en mi provoco algo diferente, aun mas cuando este me vio y sonrió, mi boca comenzó a temblar mis lagrimas a caer, me había quedado allí observándolo, tan asustado y temeroso de todo, que no era capaz de acercármele.
- Minnie.- me llamo el muchacho, entonces con aquellos ojos y sonrisa, muchas imágenes y recuerdos me golpearon, miles de abrazos, yo llorando sobre él, yo reconfortándolo en su llanto, besos en la mejilla con el más sincero amor que yo pudiese conocer y recordar.- tae, soy yo.- dijo este algo asustado al ver que yo no me movía.-
- Señorito.- hablo la enfermera en ingles.- el perdió la memoria, se lo repito el no recuerda nada.- le hablo al muchacho en cama. Este pareció triste luego me miro.-
- No creí que no me recordaras tae, tae min, lee Taemin. ese es tu nombre.- me dijo con una sonrisa dulce y compasiva. ¿Acaso no debería ser yo quien lo abrasara y reconfortara después de meses en coma?- ¿no me recuerdas?
- Yo, yo se que tu…- no podía decir más, solo sabía que le quería, que le amaba.-
- Ven acá bobo.- dijo extendiéndome sus brazos, no dude en hacerlo, casi como un instinto me refugie entre sus brazos, el me comenzó a acariciar mi cabello y rostro mientras yo no podía parar de llorar, por fin ya no estaba solo.- soy kibum, soy key mi pequeño.- dijo con ternura.-
- Solo sé que te quiero.- dije sollozando sobre él, aferrándome a su colcha blanca.-
- Por supuesto que me quieres.- note su vos quebrarse y hablarme entre sollozos.- ya me contaron algunas cosas te tuve mucho tiempo solo, soy malo, soy un hermano muy malo.- sus palabras me helaron, ¿había escuchado bien?
- ¿he-hermano?- tartamudee, irguiéndome para mirarle a los ojos mientras este sonreía llorando.- ¿eres mi hermano?
Claro que si.- dijo este tomando mi rostro entre sus manos.- eres mi pequeño y único hermano.- finalizo besándome en la frente, luego tiro de mi aferrándome contra el.- ya no estás solo minnie, key ya está contigo.