Volver a ti
- “Te amo”
Sus ojos se perdían en uno de los grandes ventanales del local, viendo la gente pasar presurosa hacia algún compromiso. Ese día estaban viendo los trajes para su boda. Le habían ido a despertar desde temprano con el insistente sonido del timbre perforándole los oídos, la modista dijo que estaría cerca de las 8 de la mañana para atenderles y el sastre no tardaría ni más de una hora después en llegar.
- Nena, ¿no según dicen que es de mala suerte ver a la novia con su vestido antes de la boda? – la pelinegra hablaba con las personas que atendían el local, preguntando por varios modelos, Jonghyun no mas la miro y torció la boca, su prometida no le ponía atención. – Nena~ - uso un tono lindo para llamarla y las chicas del local le dirigieron una mirada coqueta, se veía totalmente adorable aquel moreno, con castaño cabello y mechas rubias, usando un tono de aegyo
- ¡Eres una suertuda!- le dijeron, ella sonrío. Camino hasta acercarse y tomarle la mano.
- Jonggie, se lo que dicen pero no son más que supersticiones. Yo deseo que mi futuro marido me ayude a elegir mi vestido – una amplia sonrisa se curvo en su rostro y Jonghyun respondió en acto reflejo.
- “Yo usare un smoking blanco y tu uno negro, ¿te parece?”
- “Y cuando vayamos a probar nuestras ropas, yo te ayudare a ponerte tu lindo smoking blanco”- le tomo de la cintura sonriendo entre dientes.
- ¿Te gusto?-
Hacía más de dos horas que se encontraba sentado en un sillón blanco, se dedicaba solamente a asentir cada que abrían la cortina y su prometida aparecía con un traje nuevo.
- No te gusto ¿verdad?- la pelinegra hizo un pequeño mohín y pidió que cierren. Ahí se fueron horas y horas de pruebas.
Sus dedos se enredaban entre sus cabellos, sus pasos les guiaban hasta aquella puerta blanca, para irse hasta la cama.
La pelinegra estaba extasiada con el momento, sintiendo su cuerpo estremecer por las caricias que el mayor le brindaba, hacia mucho que el castaño no le tomaba de esa manera, realmente ignoraba como es que esos ataques de pasión le entraban de repente.
Ese día había pensado mucho en él. Teniendo aquella mezcla de sentimientos en su interior, profundo rencor y un amor que aun después de tantos años no olvidaba, aun después de todo el esfuerzo no se iba de él, sintiendo como esa presencia se clavaba más en su interior como una espina. Enterrándose e hiriéndolo.
- ¿Me amas?- los ojos de la chica desprendían lujuria.
- “Más que a nada y más que a todo”
- Claro que si- una respuesta diferente, en un tiempo distinto.
ù~ ù~ ù ~ù~ù
Su corazón bombeo desenfrenadamente pero al mismo tiempo sentía que aquella sangre que en exceso debería correr por sus venas se había estacando, inflando mas su corazón, por el flujo detenido y amenazando con explotar.
- Es casi un milagro ¿no lo crees?- la sonrisa del castaño claro, hizo que sus ojos desaparecieran dejando una rendija color negro en vez de ojos, arrugando de manera curiosa su nariz.
- Woow, me pregunto qué tanto habrá cambiado- se cuestiono el pelinegro mirando a la nada, pensando en su amigo de la infancia, con el cual perdió contacto desde que este se había ido a los estados unidos.
- No hay tanto que esperar- tomo un sorbo de su café e intento fingir indiferencia. Ellos le miraron fijamente, ellos lo sabían, todos lo sabían. Hubo una vez, un día un Kim Jonghyun que se perdió completamente por Kim Kibum.
- Iremos a recibirlo- era una afirmación, y el estaba incluido en esa oración. Nadie le pregunto si quería ir. El tenía que ir.
- Jonggie~ - La voz de su prometida se hizo escuchar antes de que el reclamara dibujando una expresión de triunfo en su rostro-
- Claro, iré- volteo dándole un beso en la mejilla a su prometida.- ¿verdad nena?- Sus amigos le miraron incrédulos. – ambos iremos
- “Lo siento, esto termino Jonghyun”
ù~ ù~ ù ~ù~ù
Sus lentes oscuros cubrían sus ojos perfectamente delineados caminando mientras arreglaba el flequillo de su cabello viendo su rostro reflejado en las puertas de cristales, su caminar hacia que meneara las caderas de manera provocadora y más de una persona le volteo a ver tras su contoneo.
Fue el primero en verlo, sus ojos lo encontraron aun después de tanto tiempo ¿realmente paso el tiempo sobre ese chico?, Jonghyun pudo sentir su respiración fallar y aquel arrítmico corazón reconocer esa imagen que traía enfrente. A pesar de que ahora era rubio y su cuerpo había estirado un poco mas, desarrollando mejor esas largas piernas. Sintió que podía ver al antiguo Kibum, a su antiguo Kibum. Apretó mas la delicada mano de su prometida y tomo aire con fuerza.
- “¿Qué tanto te ves?”- pregunto Jonghyun abrazándolo por la espalda, viendo sus rostros reflejados en el espejo.
- “¿Crees que necesito un cambio con mi cabello?”- miro fijamente al reflejo de su novio y Jonghyun sonrió depositando un ligero beso en su cuello.- “¡Jonghyun! Responde” – Mordió su hombro por el gritito
- “Honey, tú te ves guapísimo como estas, me encantas así”-el pelinegro frunció un poco las cejas inconforme con la respuesta- “Pero si te cambias el color del cabello o te rapas, seguirías luciendo hermoso”- le dejo un beso en la mejilla tras un leve sonrojo en las mejillas del menor.
- Minnie Baby, ¿Por qué te retrasas?- un chico con el cabello castaño, largo y amarrado en una coleta se acerco corriendo trayendo consigo su maleta y Kibum le tomo enseguida de la mano. – No te me pierdas.- ¿¿Qué era eso?? ¿Acaso ese chico era su nuevo… novio?
- Como siempre- susurro quedo y volteo su rostro hacia otra dirección.
Los otros dos chicos se emocionaron al verle llegar, cuatro años habían pasado desde entonces y su querido amigo apenas era reconocible. Para ellos. Se quito las gafas y sus ojos brillaron tirándose en los brazos de Minho quien después le dio un coscorrón por no haberle siquiera llamado en tanto tiempo, eran amigos desde que tenía consciencia pero un día partió sin explicación alguna y no volvió a saber de él hasta la semana anterior que le llamo por teléfono.
- ¿Acaso en los estados unidos ya no existe la tecnología?- froto sus nudillos contra su cabello dorado y Kibum rio. ¿Fueron campanillas lo que escucho? Jonghyun apretó los dedos contra su palma al cerrar su mano en un puño, luchando con las ganas de mirarle de cerca-
- No~- se alejo de él y abrazo a Onew su gran consejero.-
- Y ¿ese?- apunto el mayor al chico con cara de niña-
- Me lo robe- les susurro a sus amigos para reírse después.
Poco después su mirada se dirigió a la pareja que se encontraba un tanto apartada, la chica intentaba hablar con Jonghyun pero el chico estaba demasiado perdido en sus propios pensamientos que no se había percatado de ello.
- Pu… - sus pupilas se dilataron y las palabras se estancaron en su garganta transformándose en un nudo doloroso para que sean incapaces de salir – Jonghyun- ese fue lo único que logro emitir, siendo tomado como una forma de saludo, el aludido solo rodo lo ojos. Acaso no merecía nada más que eso, después de todo el fue el que desapareció de un día para otro.
ù~ ù~ ù ~ù~ù
- No puedo, estoy ocupado.-
Esas eran las palabras que uso durante dos semanas enteras, desde que el ahora rubio había llegado de nuevo a la ciudad. Evitarlo era la mejor solución. Mantenía conflictos emocionales, con el deseo de volver a mirar su rostro para admirar esos ojos afilados y marrones, pero al mismo tiempo se decía a si mismo que NO… él lo abandono aparte de que muy pronto el se convertiría en el marido de una chica hermosa. Una chica que amaba. Porque si la amaba… ¿no?
- ¡Jonghyun!- chillo su Hyung desde el otro lado de la línea- deja de ser tan infantil y aparécete-
- Onew yo…- Jonghyun, apretó mas contra su oreja el teléfono. Su Hyung tenía razón, ya habían pasado cuatro años desde entonces, y estaba por casarse. Tenía una hermosa prometida. No debería haber nada que le preocupase.
- Vamos Jong- la voz del mayor se suavizo- No puedes huir siempre.
- …- Sus respiración se había vuelto pesada. Tenía razón.- Esta bien.-
- Nos vemos en la noche, a las 10-
- “Nunca le agradare ¿verdad?”- la puerta del cuarto del menor se cerró después de jalar de la muñeca a su novio para que entrara a su habitación. Key compuso una mueca coqueta antes de girar y mirar a los ojos a su cachorro.-
- “Puppy, ¿que si no le agradas? Sales conmigo no con ella”- le jalo de la mano y estampo su boca con la del moreno, obteniendo una risilla entre ese beso.
- “¿Pero… cuando…”- Las manos del menor resbalaban por las orillas del torso de Jonghyun para colarse debajo de su playera, tocando su piel tostada con la yema de sus dedos - “nos casemos?”- el poder pronunciar una frase, se le hacía algo difícil. Entre esos besos y caricias- “¿No dijiste… que te gustaría tener a tu Omma contigo?”- sus manos pararon, y de repente le abrazo posesivamente desde la cintura, ocultando su rostro en su cuello.-
- “Me fue más difícil esta semana sin ti, no pretendo seguir cumpliendo sus caprichos”- Jonghyun beso su hombro y le apretó contra sí. Definitivamente comprendía ese sentimiento.
- “Bummie, no te preocupes, para que ese momento llegue falta aun un año, después de que me gradué, todavía queda tiempo”- empezó a caminar de espaldas llevando consigo a su pequeño novio, terminando en la cama del menor-
ù~ ù~ ù ~ù~ù
Apenas sirvieron la botella de licor en la pequeña mesita del club que reservaron los amigos, Jonghyun tuvo que tomar el primer trago para aguantar la noche, para su suerte aun era el primero en llegar, pero se encontraba totalmente indefenso, su prometida se negó a ir con él pues tenía una cena con unas amigas y ahí se encontraba el totalmente solo, con aquellos sentimientos molestosos, ahogándolo en la miseria.
Veinte minutos más y la cabellera castaña junto con una rubia que seguramente era la novia de su Hyung aparecieron, y de en ese mismo momento la tercera copa de la noche se iba dentro de su garganta, embriagando sus sentidos. Por lo menos ahora se sentía más seguro de sí mismo.
- Disculpa la tardanza- hablo el mayor y Jonghyun solo se corrió un poco para darles espacio.
Se sentía por mas aliviado aunque algo decepcionado, desde hace mas de una hora que llegaron y ni el rubio ni el cara de rana habían aparecido. Tenía una pequeña esperanza dividida por dos, una parte… la parte racional y dolida de su ser, deseaba que Key no se apareciera; pero ahí también se encontraba la otra parte esperanzada, esa que deseaba mirar nuevamente la cara de ese rubio.
- Bueno, creo que estoy de mas- se volteo a la pareja acaramelada que se encontraba a su lado. – me iré- se puso de pie sintiendo el alcohol bajar fuerte por su cuerpo y mareándolo un poco.
- Espera, ahí vienen- señalo hacia la entrada y efectivamente pudo distinguir al pelinegro de ojos saltones, quien detrás de él, tenía a dos personas más. Entre ellas Key.
- Disculpen la tardanza, pero esta diva- apunto hacia atrás con su dedo pulgar- tardo una eternidad arreglándose. –se sentó en uno de los sillones del club.-
- Yo… lo siento- Kibum tomo asiento a lado del pelinegro y ni siquiera se molesto en mirar a Jonghyun, el cuerpo del de mechas fue jalado por el mayor para que tomara asiento a su lado así quedando hasta el otro extremo del rubio pero aun así frente a él.
- De verdad no lo entiendo. Estos últimos días hemos estado saliendo a todas partes y nunca te habías tardado tanto como hoy, estoy seguro que te llegue a ver con 4 diferentes ropas en una hora- el rubio se mordió el labio inferior y dirigió una mirada de soslayo al chico de ojos de cachorro que tenía enfrente.
Soporto una hora más asintiendo ante las preguntas que le hacían, recordado viejos tiempos y evitando un tema en especial. Siempre huyendo de su rostro, siempre huyendo de su mirada.
Miro su reflejo en el espejo del baño notando como su rostro palidecía, la cabeza le giraba y sentía al piso fuera de lugar, entonces sintió la calidez en su frente.
- ¿Te sientes mal?- no, no podía ser. Su mente debería estar jugándole una mala pasada. – No deberías seguir tomando, no toleras mucho el alcohol. – mojo un poco las manos y las paso por el rostro que ahora le miraba con los ojos perdidos.-
- Ke….y- una sonrisa cálida se dibujo en sus labios rosas, una de esas sonrisas que en un tiempo atrás le hacían delirar de felicidad. Esto debería ser una mentira. Le vio caminar y agarrar papel, acercándose de nuevo hasta él y secándole el rostro- Key- ese nombre no dejaba de salir de sus labios, la sensación de decirlo era algo que habia extrañado y ahora lo tenía ahí frente a él. Mucho más guapo que nunca. Pero … el ya no era suyo.
- Jjong… yo- trago un poco de saliva se sentía muy nervioso, pero estaba preparado para ese momento desde hace mucho tiempo atrás. Sus ojos miraban las partes que secaba con el papel.- Yo …- Jonghyun no pensó, realmente no pensó. Sus sentimientos enterrados le hicieron actuar de esa manera, haciendo que sus labios se pegaran a los rosas del rubio, urgidos por el contacto ajeno. Kibum no se negó, muy al contrario apenas esa tibieza se instalo entre sus labios sus ojos se cerraron instintivamente, como si fuera lo más normal del mundo. Las manos del mayor se fugaron hasta la cintura del menor y le acerco hasta su cuerpo, sin resistencia alguna por parte del contrario. Disfrutando del movimiento de sus labios en ese beso, la lengua del mayor entrando sin permiso alguno por cavidad del menor y dejando ese sabor a licor impregnado en su boca, tornando ese beso de alguna manera en un beso apasionado, esperado, necesario. Lo levanto, asentándolo en los lavabos, acomodándose entre sus piernas y sintió esos brazos blancos enredarse en su cuello aferrándose completamente a él. No les importaba si en ese momento entraba alguien más y los encontraba de aquella manera. Sus bocas necesitaban la atención de la contraria con desespero. El oxigeno les hizo falta y el ritmo fue bajando hasta verse obligados a separarse por completo. Key le miro a los ojos, lo había extrañado a muerte. Con una mano acaricio el contorno de su rostro, instalando una sonrisa entre sus labios, reuniendo todo el valor necesario- Jjong yo…
- Me voy a casar- sus ojos se abrieron como platos, sin entender absolutamente nada. – la chica con la que estuve en el aeropuerto es mi prometida.- se alejo del rubio dejándolo totalmente petrificado, anonadado con la noticia; sintiendo que de alguna manera esto se trataba de una broma pesada.-
- ¡Jjong tú no puedes!- fue lo primero que logro decir, sintiendo las lagrimas escurrir por sus mejillas, cerrando los ojos con fuerza y empuñando sus manos.
- No eres quien lo decide Kibum, después de todo tú lo decidiste de esa manera.-