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Eventualmente por sabite

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Notas del fanfic:

Mi segundo JongYu, pero esta vez un angustia y es cortito~

Lamento traerles este genero, de hecho a mi no me gusta leerlo pero paso por una crisis emocional? ok no... solo quiero hacerlas sufrir xD

Naaa~ solo queria probar algo nuevo o.o

 

Eventualmente

Aún recuerdo aquellos días en que éramos solo extraños, te sentabas detrás de mí, y de no ser por mi compañero de banco, Kibum, jamás me habría atrevido a dirigirte la palabra. Desde el primer momento en que te vi supe que eras diferente, no seguías el ritmo de los demás, ibas a tu propia manera y por ello me costaba hablarte, sentía que tú estabas a otro nivel, uno muy superior al mío.

Pero poco a poco, me fui acercando a ti; desde voltearme a hablarte cada 5 minutos, pase a sentarme a tu lado, aunque aún no tenía la confianza para acercarme del todo.

También recuerdo aquella vez en la que te llame, por tu nombre.

“Jonghyun, ¿quieres hacer el trabajo conmigo?”, te pregunte sin mucha confianza.

“¡No me llames Jonghyun!”,  me regañaste enojado asustándome al instante. Me hiciste preguntarme que había hecho mal.

“Llámame Jjong, prefiero que me digan así”, dijiste devolviéndome el alma al cuerpo.

Sin preguntar por qué simplemente te obedecí y a partir de entonces te llame así. Más tarde me enteré de que ‘Jjong’ era un apodo que Kibum inventó para ti, y sólo a tus amigos les permitías llamarte tan cariñosamente.

 Pasamos 3 años siendo compañeros de curso y con el tiempo me di cuenta de que más que eso, éramos amigos. No sé cómo ni cuándo, nuestra amistad surgió naturalmente formando un lazo tan fuerte que comencé a depender de ti. Si tú decías que el cielo era verde, entonces era verde, si decías que los kiwis eran un animal, entonces habías descubierto una nueva raza animal.

Me mostraste una nueva cara del mundo: lo despreciables e interesadas que podían ser las personas, lo aburrido que era ser igual a los demás, lo fácil que era conseguir lo que querías manipulando si era necesario. No es que fueras malo ni pesimista, simplemente no te dejabas engañar por las hipocresías. Y así como me mostraste el lado malo del mundo me enseñaste el por qué  a pesar de eso valía la pena vivir en él.

Me ayudaste a descubrir la felicidad en cosas pequeñas como comer un helado o caminar por un parque en un día de primavera, incluso estar en silencio era cómodo, porque estabas a mi lado. Lo mejor era que sabía que así como tú eras importante para mí, yo lo era para ti.

Pero cometí el error de pensar que siempre seria así, no obstante el eventualmente destino comenzó a separarnos.

En nuestro último año, al director del colegio se le ocurrió la peculiar idea de mezclar los cursos, disque para conocernos mejor entre los alumnos. Aun con miedo de alejarme de ti y frustración por no poder hacer nada para cambiarlo, te deseé suerte con una sonrisa en el rostro y tú prometiste buscarme en cada receso para vernos.

Al principio todo era normal, quedaste con uno de nuestros amigos, Minho, estaba feliz por ti, al menos no quedaste solo en un curso lleno de desconocidos, aunque estaba olvidando el hecho de que atraías fácilmente la atención y te era difícil hacer amigos. Yo por mi parte tenía a Kibum de compañero, sin embargo no conseguía acostumbrarme al drástico cambio.

Pronto alguien que no me agradaba se acercó a ti: Shin Se Kyung. Al verla la primera vez acercándose a ti y dándote una mirada lasciva, me dio mala espina. Por mucho que te pedí que te alejaras de ella, me ignoraste contándome lo agradable y simpática que era y muy a mi pesar entendí que tenías razón.

Nuestros cercanos te molestaban con ella. No dejaban de decir que le gustabas, haciendo que mis incomprensibles celos afloraran; si ya era difícil para mí compartirte incluso con nuestros amigos la idea de compartirte con ella me frustraba, desesperaba y lastimaba a tal punto que casi no podía controlarme.

Tantas bromas sobre tú y ella tuvieron efecto y un día me confesaste que te gustaba. Estaba tan pasmado por la noticia que te respondí sin medir mis palabras.

“Está bien, es bonita y agradable, es una buena chica para ti”  

No sabes cuánto me arrepentí de decirte aquello cuando le confesaste tu amor y ella te correspondió. Ni siquiera hicieron falta anuncios, todos lo sabían. Y yo sentí que mi mundo se desmoronaba abruptamente. No te dirigí la palabra durante el resto del día, ni al siguiente, y así estuvimos por una semana. Tú tratabas de acercarte pero yo te evitaba y no te imaginas cuan confuso y doloroso era estar distanciado de ti. De no ser por Kibum no sé qué habría sido de mí, él estuvo a mi lado en todo momento evitando que hiciera cualquier estupidez, dándome su apoyo y compañía incondicional cuando más lo necesite.

Hasta que un día mientras caminaba a mi casa, me obstruiste el paso y me pediste o más bien ordenaste que habláramos.

“¿Qué pasa? ¿Por qué me ignoras? ¿Dime que te molesta?”, cuestionaste, sin recibir respuesta mía, ni siquiera era capaz de mirarte a los ojos y ya no sabía lo que pasaba conmigo.

“Si quieres puedo terminar con ella, tu eres más importante para mí”. Declaraste afligido.

Hiciste que mi corazón se detuviera por un par de segundos. Sí, eso quería, que te alejaras de ella y de todos si era posible, que solo me vieras a mí, pero eso era algo que jamás te diría no podía ser tan egoísta y ante todo quería que fueras feliz.

“Claro que no…” respondí al fin mirándote, y noté la angustia en tu mirada haciéndome sentir culpable. “Lo siento”. Me disculpé. “Sólo tenía miedo de que te alejaras de mí…”

Sentí como las lágrimas se acumulaban en mis ojos y me odie por ser tan débil cuando se trataba de ti. Sin aguantarlo más le permití a mis lágrimas fluir libremente apegándome a tu cuerpo y sujetando tu cintura apoye mi mejilla en tu hombro, entonces me rodeaste fuertemente con tus brazos y lloraste conmigo.

Nos reconciliamos fácilmente y comprobé que a ti también te dolía nuestra distancia.

Al día siguiente me obligaste a disculparme también con Se Kyung, porque a ella también la ignoré e incluso dañé con mis palabras, sabía que debía hacerlo pero… no me sentía preparado, todavía era muy pronto. Aun así  lo hice por ti, me disculpe y ella también, me prometió que todo sería igual, que no te acapararía para ella sola, que su nueva relación no entorpecería nuestra amistad y lo principal, que no te apartaría de mi lado.

Entonces me sentí agradecido con ella por ser tan comprensiva e intente mejorar nuestra relación, programábamos salidas grupales contigo y ella, pero no parecía funcionar. Se Kyung era demasiado afable, se enojaba por cualquier pequeñez, no cumplió sus promesas e incluso llego a decirte que tenía celos de mí.

Yo por otra parte, me cuestionaba miles de cosas. Solía tener largas y profundas conversaciones con Kibum, él parecía entender mejor mis sentimientos que yo mismo y gracias a él fui consciente de algo que llevaba guardado hace tiempo pero que hasta entonces no había notado: estaba irremediablemente enamorado de ti. Eso explicaba el porqué era tan celoso contigo, si antes era suficiente con verte sonreír ahora solo quería que sonrieras para mí, me había convertido en una persona totalmente egoísta por ti.

eventualmente tú comenzaste a cambiar, ya no me prestabas atención como antes, los recesos te los pasabas con ella, cada vez te veía menos y comenzaste a alejarte de mí, no sabía si lo hacías conscientemente pero de todas maneras me afectaba demasiado. Incluso estando en la misma habitación te sentía lejos. Lo que tanto temía estaba sucediente y no podía hacer nada para evitarlo porque en realidad jamás me sentí merecedor de tu amistad.

No sabes cómo me dolía cada vez que te esperaba a la salida para irnos juntos a casa, y solo recibía una breve frase como despedida.

“Me voy con Se Kyung”

Dolía como los mil demonios sentirme reemplazado por ella, nunca había sentido un dolor como ese, si me insultaban, despreciaban o trataban mal, eso jamás lograba herirme, pero tú con esas simples palabras era como si desgarraras mi piel.

Y cada vez que eso sucedía deseaba cobrarte esas palabras que me dijiste una vez, “si quieres puedo terminar con ella, tu eres más importante para mí”. Claro ahora lo deseaba más que nunca, deseaba que te alejaras de ella, que las cosas fueran como antes, regresar a esos años en los que éramos compañeros de curso, a cuando éramos inseparables, a cuando no estaba ella, a cuando mis sentimientos por ti no me hacían daño… pero por mucho que me deseara sabía que eso no sucedería.

Quizás el destino no estaba de mi parte pero si no ¿por qué unió nuestros caminos? No creo que solo fuera para hacerme sufrir, debía haber algo más…. Y sólo eso me daba esperanzas.

Día a día me esforcé para atraer tu atención de vuelta, sonreía para ti incluso si me ignorabas cuando te hablaba, y aprendí a sonreír como un autómata cada vez que te despedías de mí para irte con ella, no podía permitir que te sintieras mal por mí.

El dejarme plantado cientos de veces hasta el no recordar la fecha de mi cumpleaños, te lo perdoné, si se trataba de ti era capaz de perdonar cualquier cosa por que aún mantenía una leve esperanza de que nuestra relación volvería a ser como antes.

Pero la esperanza se convirtió en decepción al ver que pasan los días, los meses, los años y nada cambia a mi favor. En las escasas reuniones que teníamos, aun observaba tus labios con demasiada atención, los labios que tantas veces deseé probar. De no ser por mi miedo a perderte los habría probado sin pensarlo hace mucho tiempo atrás, pero además estaba el hecho de que tú no eres gay.

Tú y yo nos fuimos a la deriva, cada vez más lejos el uno del otro, tanto que fue difícil regresar. Imposible, diría yo. De vez en cuando deseaba poder despedirme de ti e irme lejos a un lugar que no me recordara a ti, en donde poder enterrar estos sentimientos y olvidar. Olvidar el dolor y olvidarte a ti. Pero mi amor por ti era demasiado profundo y mientras más profundo era el amor el dolor es más fuerte. Y a pesar de que nadie me advirtió que el amor sería tan doloroso, lo soporté porque sin ti sentía que no podía vivir.

Quise creer que no había un para siempre, sólo para que tu historia con ella llegara a su fin. Esperaba que regresaras a mí, que te aburrieras de ella porque sabía que lo harías, y cuando llegara el momento no perdería la oportunidad, porque incluso ahora no sé hacer nada más que estar a tu lado.

Sin embargo eventualmente me di cuenta de que quizás no estábamos destinados a estar juntos, incluso si mi corazón no había cambiado desde el primer momento, en efecto estaba lleno de heridas por ti.

Al final ¿de quién era la culpa si solo había amor unilateral?, ¿tuya por enamorarme o mía por caer tan fácilmente?

Gracias a ti el llanto se había vuelto una costumbre, tan fácil como respirar lloraba. ¿Tenía derecho a ser feliz? ¿Por qué estaba sumido tan profundamente en la tristeza? Las emociones iban de un extremo a otro, pero yo estaba detrás a un ritmo muy lento, sin poder seguirlas, perdiéndome en un torbellino de aflicción. No podía respirar con el corazón presionado. Para algunas personas esto sonaba terrible en cambio para mí era más natural que la risa.

 

El mundo, el tiempo, la gente, las lágrimas tortuosamente me desgastaron. Ya no quería más mañanas. No quería más mañanas en los que tuviera que verte con ella. No quería más mañanas en los que sintiera como mi corazón se rompía una y otra vez. No quería más mañanas en los que aun te quisiera.

Por eso aproveche la oportunidad que el destino me envió. Mientras caminaba por las calles, vi como unos ladrones asaltaban a  un joven estudiante, llevaba una insignia con su nombre, Lee Taemin. Lo amenazaban con un pistola mientras intentaban arrebatarle sus pertenencias, sin  dudarlo fui en su defensa. Los tipos al verme se sorprendieron, no era común que alguien se atreviera a interferir en los asaltos, al menos que deseara morir. Me gritaron que me largara, sin embargo no lo hice y al contrario me interpuse entre ellos y Taemin. Les grite que lo dejaran en paz y como respuesta recibí un disparo, no supe con exactitud a que parte de mi cuerpo llegó, por al momento de escucharlo deje de sentir dolor, vi como ellos se marchaban con a toda prisa mientras yo caía como un bulto al suelo.

Era inevitable, las heridas se ensañaban con mi corazón aun si estaba muriendo y recordé una de mis tantas heridas, la más profunda de todas.

Apenas tocaron el timbre del receso, bajé a toda prisa a tu salón, quería felicitarte por tu cumpleaños, pero te vi abrazado a ella y mis ánimos decayeron al instante. Sin embargo, acostumbrando al dolor que me provoca verlos juntos decidí esperar, hice notar mi presencia pero al parecer decidieron ignorarme.

“Sus brazos están ocupados,” bromeó Minho, al verme allí esperando, pero en vez de causar risas en mí, sólo logró que aquellas palabras se clavaran como agujas en mi corazón. Ese brazo que usabas para rodear su cintura era el mismo con el que sujetabas mis hombros cuando yo te importaba.

El receso acabó y nunca se separaron.

Sólo quería saludarte, felicitarte por tu cumpleaños, eso me habría tomado solo un par de minutos ¿tanto te costaba despegarte de ella?

Salí del salón sin siquiera mirarte de nuevo, no podía estar a gusto viéndote con ella, mis fuerzas se debilitaban y mis sonrisas se apagaban cada vez más, ya no conseguía mantenerlas por mucho tiempo.

Te vi buscarme, pero al ver la posibilidad de encontrarnos, te esquivé disimuladamente. Eras el único que tenía esa facilidad para encontrarme, porque de alguna manera me veías de inmediato y esa vez también lo hiciste. Resignado espere que te acercaras a mí, me saludaste y te respondí con frialdad.

Se suponía que debía saludarte alegremente por tu cumpleaños, como siempre lo hacía, pero a esas alturas me costaba fingir alegría.

Luego de nuestro breve saludo me giré con intenciones de alejarme, pero tú notaste de inmediato mi mal humor.

“No te enojes”. Me pediste abrazándome por la espalda.

Pero no estaba enojado, solo estaba dolido. No podía enfadarme contigo aunque quisiera, además no tenío el derecho, después de todo solo era tu amigo. ¿Cómo podría reclamarte por estar con tu novia?

“Si te enojas conmigo no será un día especial”, dijiste aun abrazándote a mí. ¿Desde cuándo te importan esas cosas? Eres la clase de persona que no revelaba su fecha de cumpleaños a nadie, ni siquiera te gusta celebrarlos.

Tomé tus manos y las quité de mi cintura. Sólo estaba dolido y si me dejabas un momento a solas se me pasaría, como siempre mi necesidad de ti ganaría.

Comencé a caminar, y esa vez no hiciste nada por impedirlo, como me lo imaginaba, tus intentos por arreglar nuestras “peleas” era cada vez más vánales.

El resto del día, traté de distraerme con Kibum, aunque no me sentí bien evitándote, Sin embargo, pensé que si me acercaba a ti en ese momento el dolor se habría hecho más profundo.

Al llegar la noche, fui a tu casa, celebrabas tu cumpleaños y por muy dolido que estuviese, no te abandonaría en un día tan especial. Kibum se ofreció a ser mi compañía por si las cosas se ponían difíciles, pero sabía que no será así, porque tú harías como si nada pasara, siempre lo hacías, no considerabas mis sentimientos.

¿Creías que si fingíamos que nada pasaba el dolor desaparecería?

Si pensaste así, te equivocaste, dolía mucho más.

Llegué y te saludé, cuando me hablaste me limité a responderte con monosílabos y a pesar de que intentaste acercarte, no cedí. Los primeros minutos los disfrute. A pesar de todo, la compañía de Kibum era fundamental para mí, era lo único que me mantiene estable. Pero Se Kyung no tardó mucho en arruinar todo, se enfadó por algo y subió a encerrarse a tu habitación, tú la seguiste de inmediato, sin importar dejar a todos preocupados.

Decidí ignorar la situación. Pero pasaban los minutos y no bajaban.

Todos se pusieron inquietos, el anfitrión de la fiesta había desaparecido dejando a todos de lado a pesar de que estábamos allí solo por él. ¿Qué se suponía que hiciéramos?

No lo soporte más, no pude seguir ignorándolos. Se tardaban demasiado y miles de tonterías pasaban por mi mente, que tal si estaban haciéndolo.

Deseché esa idea al instante, tú no eras esa clase de persona desconsiderada. Pero eso no quería decir que pudiera aceptar tu falta de sentido común al irte a encerrar con ella cuando estábamos todos esperando por ti.

Sin dudarlo me dirigí a la cocina, destape una de las cervezas y me puse a beber. Sabía que detestabas que yo bebiera, no me dejabas hacerlo porque según tú era muy débil para el alcohol. Bebí, botella tras botella, para provocarte y para no ceder al llanto que con seguridad vendría. Bebida que pusieran frente a mí, la bebí. Cuando la cerveza se hizo demasiado inofensiva fui por el vodka, y de un trago me bebí un vaso completo.

Entonces con el alcohol en mi sistema me sentía más fuerte, y me olvide por completo que tú y tu novia estaban arriba solos. Me divertí como hace tiempo no lo hacía, Kibum, era demasiado gracioso, y mis carcajadas se dejaban escuchar con fuerza gracias a él. Pero llegó un momento en el que estaba demasiado cansado, y cedí al sueño, con Kibum como almohada me dormí en el sofá.

De lo siguiente sólo tengo lagunas mentales, recuerdo haber llorado entre los brazos de Kibum, pero el explotó al verme en ese estado y se levantó dejándome en el sofá aun entre lágrimas. Subió hasta tu habitación dando grandes zancadas y golpeó tu puerta. Te reclamó, por habernos dejado solos abajo cuando se suponía que era tu fiesta, te reclamo el ser tan irresponsable, pero lo que más me sorprendió es como me defendió sin rodeos.

“Eso no se hace, Jonghyun, él está aquí por ti”

“¿Por qué eres así? Él siempre tiene que conformarse con tus migajas de amor”

“No se daña lo que se quiere”

Kibum te reclamó muchas cosas por mí, cosas que yo mismo no me atrevía a reclamar. A Kibum también le dolía verme así y esa noche se encargó de demostrarlo.

No pude escuchar tus respuestas. Kibum volvió a mi lado y me abrazó otra vez. Tú te acercaste y le pediste que te dejara hablar conmigo, pero él se negó.

“¿Crees que va a querer hablar ahora? ¡Ni siquiera está en condiciones!”.

Yo solo podía seguir llorando, no estaba consciente de nada, recuerdo que después de un rato Kibum me soltó y me lancé a tus brazos, sin que mis lágrimas se detuvieran.

No sé cómo pero llegamos a tu habitación, en ese punto ya no distinguía la ficción de la realidad, quizás el abrazo lleno de necesidad que me diste lo soñé, y las palabras de amor, el estaremos juntos por siempre, tus lágrimas empapando mi cabello, los besos a mis ojos llorosos e incluso ese te amo, lo más probable es que fuera un sueño.

Pero aun si no era realidad, te abrasé también, con toda mi fuerza me apegué tanto como me fue posible a ti. No quería soltarte, pero cuando te separaste de mi la conciencia me abandonó por completo y no pude hacer nada para impedirlo. Caí dormido al instante en que tus brazos dejaron de tocarme.

¿Por qué recordé eso justo cuando la muerte estaba tan cercana? Ahora todo parecía un poco más nítido, lo había olvidado con el tiempo, a tal punto en que las palabras que creí salían de tu boca eran casi como un susurro del viento, del cual no sabía su significado.

Cuando me fui de tu casa al día siguiente, tuve la decencia de despedirme de ti y tú no te limitaste a decirme un simple adiós. Acariciaste mi mejilla con extrema ternura y delicadeza desconcertándome enseguida, me diste una mirada que  indescifrable que ni siquiera me moleste en interpretar. Quería salir lo más rápido posible de allí.

 

Volví a la realidad y lo último que pude escuchar fueron los gritos de aquel estudiante Taemin pidiéndome que esperara un poco. ¿Pero de qué me servía esperar? Lo único que hacia todo el tiempo era esperar.  Esperar a que tuvieras tiempo de salir conmigo, esperar que me prestaras atención, esperar a que dejaras a tu novia, esperar a que me amaras como yo a ti.

Y ¿Acaso había servido de algo?

Sonreí con sinceridad, como hace mucho tiempo no lo hacía, sería la última sonrisa  que el mundo vería de mi porque ya no habrían más sonrisas falsas, mas lágrimas, ni más dolor. Ya no habría más de mí. No habría más Lee Jinki al que pudieras lastimar.

Notas finales:

Como no me gusta este genero, les propongo un trato ?

Pienso que seria bueno hacer una continuacion, pero desde la perspectiva de Jonghyun ¿les gustaria? :D eso inlcuiria un final feliz....creo

PD: Me alimento de sus comentarios, si no comentan morire de hambre y no podre escribir más e.e


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