“Bien ya estoy aquí, es hora de averiguar si hay algún taller de actuación en esta escuela”– se dijo así mismo el joven, que se mostraba muy interesado.
– Joven, puedo ayudarlo en algo– Pregunto una voz muy varonil y a la vez cálida.
Ciel volteo rápidamente y lo miro fijo a los ojos mientras se sonrojaba.
– Etto, si ¿podría decirme si en esta escuela imparten algún taller de actuación, teatro o algo similar?– pregunto el joven a el apuesto profesor.
– Claro que si, mira ven conmigo a mi oficina yo soy el profesor Sebastian Michaelis, y estoy encargado del grupo de teatro, si quieres formar parte de el tienes que llenar un formato– dijo el profesor al chico, y notando cierto entusiasmo en el se pudo dar cuenta que sería un buen alumno.
El corazón de Ciel palpitaba al mil, mientras asentía con la cabeza y caminaba detrás del profesor hacia su oficina.
– Toma asiento… ¿tu nombre es? – Le dijo el profesor mientras le daba el formato que debía llenar.
– Mi nombre es Ciel Phamtomhive, soy estudiante de intercambio.
– Ah, ahora veo, ¿eres el chico que viene de Londres?
– Si, así es– Dijo el joven, mientras entregaba el formato de inscripción.
– Pues bienvenido Ciel, siéntete como en casa, las clases de teatro comienzan la próxima semana y ensayaremos un libreto, a mis otros alumnos se los entregue antes de comenzar el verano pero aquí tengo uno para que lo leas y ensayes, regresando hare audiciones para una obra que escribí yo mismo – Le indico el profesor muy entusiasmado.
– Claro que si, muchas gracias lo ensayare cuanto antes– Ciel estaba emocionado con la idea de las audiciones y esperaba que fuera un gran libreto.
– Bien, es todo lo que se necesita nos vemos la próxima semana– Le dio una palmada al joven mientras salía de la oficina.
– Hasta… pronto.
– “Vaya es muy apuesto.. ¿pero que estoy diciendo? ¡es un hombre! Que barbaridad, que cosas digo”– Decia Ciel para si mismo mientras salía de la oficina y se dirigía a el estacionamiento de la universidad.
Una vez en el auto, Ciel dio una hojeada al libreto que le entrego Sebastian, y sin darse cuenta habían pasado más de 30 minutos y aun no encendía el auto. De pronto sonó su celular y se despego de la lectura.
Atendió el teléfono y era una llamada de su novia en Londres
–Hola Lizzie, que gusto recibir una llamada tuya
– Hola Ciel ¿que tal te va? Te extraño mucho Ciel– Dijo del otro lado del teléfono una voz que sonaba muy triste.
– Yo también te extraño mi amor, espero que pronto puedas visitarme por que te necesito demasiado– Al parecer Ciel estaba muy enamorado de su novia con quien tenia una relación muy estrecha pues se conocían desde muy pequeños.
– Aww mi amor, también te necesito en cuanto pueda me daré una escapada para estar contigo mi Ciel. – Le decía tiernamente su novia.
– Esta bien mi amor, de verdad espero sea pronto, me tengo que ir, estoy aun en el estacionamiento de la universidad y ya es algo tarde, la tia Angelin debe estar muy preocupada, ya sabes como es.
– Claro mi amor, cuidate mucho, saludos para la tia.
– Igual cuidate mucho amor, te amo– Dijo mientras daba un largo suspiro y finalizo la llamada.
Ciel se sentía extraño por esa sensación que tuvo al estar cerca del profesor, pensó que quizá teniendo a su novia cerca esto cambiaria, por eso le sugirió que lo visitara pronto.