¿Qué significado tiene la vida realmente? ¿Te sientes privilegiado por vivir, insignificante humano? ¿Acaso crees que la aprovechas a cada segundo que estás respirando o por el contrario, la estás desaprovechando de tal forma que no eres merecedor de ella? Los humanos sois seres incomprensibles al igual que intrigantes. Vivís aferrándoos a unos valores que no os servirán de mucho a la hora de morir… triste, ¿Verdad? Algunos ansiáis poder, dinero… Otros simplemente nacéis sin nada y morís sin nada. Vuestro paso por la historia no será un punto de inflexión en ella. Es fácil ser crítico cuando estás fuera, observando. Ese es mi trabajo, observar. Yo soy el único que puede juzgarte, porque soy como tu Dios. Yo seré el último espectador de la película que es tu vida… y seré quién califique si mereces vivir un par de segundos más. Mi nombre es William T. Spears y mi trabajo es recolectar almas.
Recuerdo como comenzó todo… mis primeros días en la Academia de Shinigamis. Sólo fui el “chico promedio B”. Aún a día de hoy, no comprendo cómo alguien como yo pudo caer con semejante basura como él. El “señor orgulloso triple A”, aún con sus notas mediocres me asignaron al shinigami más torpe que he podido conocer jamás… Grell Sutcliff. Le odiaba de alguna forma. No entendía como semejante espécimen podía obtener mejores calificaciones que yo, no podía entenderlo. Aunque sólo fuese una parte de todo. La práctica no es el total, aunque para él lo era. Desde el principio su actitud me molestaba, pero nunca me quejé. Lo mío era ser educado aunque la otra persona no fuese merecedora de mi educación. Posiblemente me encuentres como una persona educada e indiferente, la que más podrás encontrar en tu existencia. En fin… como iba diciendo. Llegó el día del último examen, el último paso para ser un shinigami de verdad. Todos los obstáculos habían sido sorteados por mi intelecto y mi habilidad, quedaba el último. El shinigami de cabellos cobrizos. Todo habría sido fácil si él no hubiese sido un ser tan soberbio y vanidoso. Sin embargo, fue divertido. Aquella noche cuando los papeles se cambiaron y me coloqué en el puesto que me correspondía… encima de él.
#Flashback:
La noche se había cernido ya sobre la ocupada ciudad. Había sido un día demasiado largo de observación y recapacitación. ¿Qué hacer con semejante proeza de la escritura? ¿Vivir o morir? El veredicto estaba predestinado, si su vida no iba a significar ningún cambio notorio en la historia de la humanidad… pues no merecía ni un latido más. Desde el principio, Grell había estado de acuerdo en ello, debía morir. No obstante, en el último momento decidió cambiar de opinión. –¡En el futuro será un gran escritor! ¡Será influyente en la historia! –Insistía con la misma historia. Más no pensaba dar mi brazo a torcer. –Grell Sutcliff, probablemente sea un virtuoso en su campo… pero aún así no merece vivir. –Volví a dictaminar colocándome las gafas. Serio y sin dejar de fijar mi mirada en la de él. Aquello le sorprendió y aún más el modo de cómo comenzamos una batalla de la nada. Él era rápido, hábil… pero no tanto como yo. Cortábamos el aire con nuestros cuerpos… de un golpe rápido y certero le derroté, humillándole. Finalmente, moriría. La obra que el joven escritor tenía entre manos fue terminada, una gran obra he de admitir. No por ello iba a salvarse del fatídico final. Desde los tejados observamos como el joven era atropellado por un carruaje desbocado. Se desangraba lentamente sobre el pavimento nevado. Me acerqué a él con paso lento y firme… mirándole sin ningún tipo de pena. –Ha llegado la hora… -Dije antes de atravesarle el pecho con mi guadaña. Sus recuerdos comenzaron a brotar de su pecho como si de sangre se tratara, sus brillantes vivencias. Todo iba siendo devorado poco a poco hasta que el humano se resistió. Quería vivir de verdad. Una nueva batalla aconteció con los recuerdos de un pobre moribundo que se aferraba a la vida. Me atrapó atacándome a mi punto débil, dejándome indefenso sin mis gafas… en ese momento sus recuerdos se introdujeron en mi cuerpo y no pude hacer nada. Simplemente observar, desde otro punto de vista. Por suerte o por desgracia, Grell me salvó y así, ayudándonos y cooperando como un buen equipo… cumplimos nuestra misión. Algo en su mirar cambió, ya no era el orgulloso que aparentaba ser… igualmente, era molesto.
Fin del Flashback#
Volví a la realidad, había sido sólo un sueño. Un recuerdo que creía ya enterrado y cubierto de polvo. Me encontraba de nuevo en la gran biblioteca buscando el libro adecuado, admirando expedientes antiguos. Cerré el gran libro lleno de vidas congeladas y lo dejé en su respectivo lugar. Segundos después mi calma fue perturbada. -¡Wiiiiiiiiill~! ¿Estás ocupado~? Quiero… hablar de algo serio contigo. –Esa sonrisa descarada, demasiado femenina para un hombre como él. Seguía siendo molesto. –No. No tenemos nada de qué hablar… Grell Sutcliff… debería ocuparse de sus obligaciones y dejar de molestarme. –Se abalanzó sobre mí como un huracán. -¡Que frío eres! ¡Aaah~ Will~! ¡Los hombres serios y fríos me apasionan~! –Intenté apartarle de todas las formas posibles y finalmente lo logré. Pude encaminarme hacia la salida de aquella estancia, aunque justo cuando iba a abandonarla algo me hizo detenerme. -¿Aún recuerdas cómo te salvé, verdad? –Su voz había cambiado drásticamente a una seria, profunda. Ahora se encontraba rodeándome el cuello desde atrás pero no me aprisionaba. Sólo estaba ahí. –Recuerdo nuestra primera noche… ¿Tú no? Ah~ No sé qué pensar ante tu actitud… me evitas, te molesto… pero te pones a rebuscar en nuestro tórrido pasado de amor… ¿Acaso has decidido, soñar para siempre… Will~? –No supe que contestar. ¿Qué estaba insinuando? Para mí sólo fue una experiencia, el único error en mi vida. No es que como si fuera una novela de amor.