Iluminando mi vida
Caminaba en dirección a la facultad, estudio administración de empresas y aunque suene fácil debo hacer muchos proyectos e investigar muchas cosas, ademas de tener que arreglarme mas que los estudiantes de otras carreras por que nosotros también vendemos nuestra imagen, decía un profesor.
Decidí tomar un atajo por que ya iba un poco tarde, aunque no funciono pues termine perdido…
- ¿ Disculpa? Puedes decirme como llego a la universidad- pregunte a un chico que salia de una cafetería y tenia pinta de estudiante.
- ¿La universidad?- me pregunto mirándome con sus grandes ojos y una expresión fría que hizo que me sintiera incomodo – es hacia allá – contesto, señalando hacia delante-solo unas cuadras mas- siguió, sin cambiar de expresión.
- Gracias- le dije un poco apenado y seguí mi camino
Pocas veces me sentía intimidado por alguien pero este chico y su expresión me había hecho sentir como si me odiara, que estúpido pensamiento, nunca lo había visto.
Pronto llegue a la facultad y seguí mi día como si nada hubiera pasado, aunque dentro de mi sentía aun la incomodidad.
Días después me encontraba tomando el atajo para caminar lentamente frente a la cafetería,¿ por que? Porque tenia la necesidad de verlo, de sentir el odio que salia de su mirada, quería sentirme incomodo por su culpa….
Ese atajo se había vuelto algo habitual, incluso cuando tenia tiempo entraba a la cafetería a tomar algo, pero no había vuelto a verlo.
Esa tarde no tenia planeado hacer nada, solo tirarme a dormir hasta el domingo, pero termine en una extraña fiesta de otra facultad, algunos de mis amigos me habían obligado a ir, yo era la carnada… ¿suena mal? Pues si pero es la triste realidad, yo soy bastante atractivo y estoy bien formado… mis horas en el gimnasio me han costado, así que bueno las chicas siempre terminan tratando de conquistarme pero siempre se desilusionan por que bueno, digamos mis gustos son muy similares a los de ellas, así que mis amigos las consuelan… y por eso soy carnada.
Volviendo a la fiesta, era en una antigua casa donde parecían alojarse algunos estudiantes, y para cuando llegamos eran mas de 200 personas bailando, bebiendo y divirtiéndose en general, me acerque al lugar donde había bebidas para tomar una cerveza, si iba a estar ahí parado al menos 1 hora iba a tomar lo suficiente para soportar las platicas que se comenzarían a formar a mi alrededor.
Para mi quinta cerveza ya no prestaba atención a las chicas que me rodeaban trataba de obligarme a permanecer un poco mas antes de salir de ahí para ir a dormir, que era lo que en realidad deseaba en este momento.
De repente una cabeza castaña entro por la puerta por la que yo añoraba salir, era el chico de la mirada fría, el del café!, no podía creerlo, pero no parecía estarse divirtiendo lo vi pasar empujando gente sin miramientos en dirección a las escaleras que llevaban a los dormitorios, lo seguí con la mirada hasta perderlo de vista, tal vez el vivía aquí, mi mente aun algo consciente trataba de hilar las cosas, pero antes de que siguiera cavilando sobre eso, lo vi salir de la habitación con un suéter en la mano y un libro, bajo las escaleras, y yo no podía dejar de mirarlo, y volvió a salir a empujones de la fiesta, ahora si nadie podía detenerme lo seguí como poseído por una fuerza superior.
Cuando salí de la fiesta creí haberlo perdido pero pronto lo encontré, caminaba bastante lento hacia una zona de comida cercana, donde algunas mesas que estaban al aire libre parecían bien iluminadas para cumplir con lo que supuse era su proposito, leer.
Continué caminando aunque había aminorado el paso, pero ¿que le iba a decir? ¿por que lo estaba siguiendo?
Llegue junto a la mesa donde se encontraba sentado sin poder contestarme esas preguntas, el levanto la cabeza de su libro para dedicarme la mirada de odio que yo quería recibir, incluso creo que sonreí al verla, tan fría y malvada aunque si lo mirabas bien podías mirar algo de tristeza.
Aun sonriendo me senté en la misma mesa aunque un poco alejado, el no despego la mirada de mi hasta que me senté y recosté mi cabeza sobre mis brazos que descansaban sobre la mesa, aun mirándolo, el frunció el seño algo sorprendido pero no se fue, solo siguió leyendo y ahí me quede mirándolo hacerlo, viendo como caían los mechones de su cabello sobre su frente, su nariz tan perfecta y sus labio carnosos que se mordía de vez en cuando, tal vez por el contenido del libro, no se cuanto tiempo estuvimos ahí sin mirarnos sin hablar, solo haciendo lo que en ese momento nos hacia felices.
Una fría mano me agitaba, abrí lentamente los ojos ¿ donde estoy? Me pregunte mientras miraba alterado alrededor, hasta que mi mirada se cruzo con la de el, sus fríos ojos me miraban inexpresivos
- Ya es algo tarde- me dijo retirando su mano de mi hombro al notar que había despertado, - deberías volver a tu casa- continuo
- Yo.. ¿que hora es?- pregunte, me dolía un poco la cabeza y tenia un poco de frió pero note que tenia algo cubriéndome, el suéter que había visto en manos del chico unos momentos antes ahora estaba sobre mi espalda
- Casi las 3- me dijo mirando su reloj
- Maldición- dije por lo bajo, el lugar donde me quedaba tenia un toque de queda hasta la 1, no había forma de que entrara
Unos momentos incómodos después caminábamos hacia la casa donde ya había menguado la fiesta, después de explicarle mi penosa situación me invito a quedarme en su casa, yo aun llevaba sobre los hombros el suéter que no me tapaba por completo, de ninguna forma, pero creaba una sensación interior que me hacia sentir calor, un calor agradable.
- Mierda- los escuche murmurar al entrar a la casa, ya que había gente dormida en el suelo , algunos seguían bebiendo y otros se besaban en los lugares mas oscuros, incluso había una ventana rota y vidrios esparcidos por el piso, definitivamente había sido una fiesta digna de recordar para muchos.
- Supongo que…- comenzó a decir mientras subía la los primeros escalones – bueno- me miro y lanzo un suspiro de resignación – supongo te quedaras en mi habitación,- su mirada había cambiado, era cansada y dejaba ver la tristeza en mayor intensidad – pero no toques nada- termino cuando ya estábamos en su puerta
Era una habitación amplia muy bien arreglada llena de estantes con libros y escritos por todas partes, incluso sobre su cama se encontraban algunos libro apilados en un rincón, sonreí, solo podía pertenecerse a una persona que prefería salir a leer que estar en una fiesta…
Una almohada me golpeo en la cabeza y me saco de mis pensamientos, deje de mirar los estantes y me enfoque en el que ahora movía los libros que estaban sobre un pequeño sillón, parecía creer que yo podría dormir ahí.
- No hay forma de que quepa ahí, ¿lo sabes?- le dije tratando de parecer gracioso pero creo que sonó algo presuntuoso
- Pues- miro el pequeño sillón y después a mi- entonces sera en el piso-
- Tu cama es lo suficientemente grande- le dije mientras la señalaba
- De ninguna manera- dijo ahora mas frió
- Tsk- me queje- entonces en el suelo- comencé a mover los libros regados por el suelo y lance la almohada con resignación
- Esta bien- lo escuche murmurar – pero donde me toque un cabello!-
- No haré nada!- le dije en reproche al tiempo que me lanzaba sobre la cama, solo lo escuche suspirar
Lo vi dirigirse a una puerta al fondo para después regresar usando una camisa holgada y un pantalón de pijama de muñequitos, sonreí, se veía casi tierno, y el al notar mi mirada bufo y me lanzo un conjunto similar
- Yo no puedo dormir con esto- le dije mostrando el pantalón del pijama de kitty- ademas no me queda-
El me miro un poco pero después me dio la espalda para ir hacia la cama, lo vi meterse entre las cobijas y sonreí, era tan lindo!
Me cambie ahí mismo, nunca he temido mostrar mi cuerpo… y menos frente a alguien que me interese que lo vea, incluso permanecí mas tiempo de normal sin camisa, estoy seguro que en ese momento el me vio, yo casi lo descubrí mirándome ¡estoy seguro!
Al día siguiente desperté bastante descansado, tenia un leve dolor de cabeza pero debía ser por la cerveza que había tomado, trate de estirar mi cuerpo para levantarme pero note sus brazos alrededor, pasaban por mi cintura y sus manos se juntaban justo sobre mi ombligo, pronto comencé a sentir el contacto de su cara en mi espalda y una de sus piernas se encontraba entre las mías, como habíamos llegado a esta posición? Trate de recordar si había hecho algo pero no era posible, después de cambiarme fui al baño, pues había tomado mucho y cuando regrese el ya estaba dormido y yo definitivamente dormí todo el tiempo
Sus manos se apretaron mas a mi, haciéndome estremecer, este niño! Me dije, tratando de controlar los bajos impulsos que ya me recorrían, estuve así sin moverme disfrutando de su contacto casi una hora, hasta que el despertó
Lo note de inmediato por que dejo de tocarme, en cualquier punto, fue como si huyera del contacto, sonreí, y aun no se por que, pero fingiendo dormir gire para quedar frente a el y le lance uno de mis brazos dejándolo caer en su cintura, el no se movió, supuse no querría despertarme en esa posición, estuve así unos minutos hasta que con otro movimiento lo acerque a mi, pronto sentí su respiración en mi pecho y mi brazo que lo rodeaba por la cintura.
Desperté algunas horas después, supongo, y el aun seguía ahí, dormido entre mis brazos con sus manos en mi cintura como antes.
Maldito el día que este niño nació, pensé, seria a partir de ahora mi cielo y mi infierno. Solté un suspiro y toque su cara, moví su cabello para poder verlo bien, parecía un pequeño ángel, con la expresión relajada, totalmente lleno de paz.
Abrió sus ojos abrupta mente y al notar la posición se sonrojo por completo, y me empujo, haciéndome caer de la cama
Yo solo solté una carcajada mientras esquivaba una almohada
- Oye no te enojes!- le dije riendo – ¡yo también acababa de despertar!-
- ¡Calla!- grito y siguió lanzándome cosas
Después de una pelea campal de almohadas con el terminamos recostados sobre la cama riendo, parecíamos chiquillos
- Perdón- le dije ya mas tranquilo, supongo que estoy acostumbrado a abrazar
- Oh~- dijo quedo, supuse que daba a entender algo que no era real.
- Si ya sabes, la adicción a las almohadas…- dije tratando de resanar mi error, mirándolo de soslayo
- Si yo también tengo esa costumbre- me contesto mirando al techo
- Deberíamos desayunar algo- le dije sentándome para mirarlo, la luz entraba de lleno por la ventana iluminándolo por completo, ahí recostado en la cama con los ojos serrados, permitiéndome memorizarlo
- Mmm- asintió- pero no quiero salir, todo debe estar peor que antes-
- Cierto- dije riendo – pero vamos muero de hambre-
- Debo cambiarme- hizo un ademan de levantarse pero no lo hizo, solo se quedo ahí tirado
Creo que lo abrace por inercia, era algo que quería hacer desde hace un rato y el me había dado la oportunidad perfecta, me recosté junto a el y lo rodee con mis brazos hasta hacer que su cabeza quedara apoyada en mi pecho, sentí como se removió, pero solo lo acerque mas, no quería dejarlo ir
- O podemos dormir mas- le dije en un susurro
- ¡No!- se separo de mi y me enseño la lengua-¡ tengo hambre!-
Al terminar de decir eso se fue al baño, me quede un momento ahí en su cama respirando aun su aroma, este niño me gustaba con cada parpadeo, cada vez que respiraba me sentía invadido de el, hasta el punto de dolor, ¿como había pasado esto?
Basta decir que comenzamos a salir, como amigos claro, cada vez mas seguido, el parecía bastante inexperto y a veces sentía su propia incomodidad ante alguna situación, en realidad el no estaba acostumbrado al contacto con otras personas, solo libros, al principio era bastante difícil tratar de hacer cosas con el por que para todo tenia un pretexto o queja, a todo le temía, pero pronto note que el incluso sonreía al verme fuera de su facultad, esperándolo siempre.
Ese día habíamos decidido ir a recorrer un centro comercial nuevo y tal vez ver una película, dependiendo de la gente que hubiera por ahí. Al llegar en efecto había mucha gente por lo que salimos a caminar por un parque y una glorieta cercana, nada mas, hablar y hablar, el de sus libros yo de mis sueños de grandes empresas.
Nos encontramos sentados en una cafetería riendo de alguna cosas que nos había pasado, yo disfrutaba cada momento con el, tal vez a el ni siquiera le interesaba, pero estar con el aunque fuera así me hacia feliz.
Pronto sentí una mirada proveniente de otra mesa, un joven no mayor que yo, de cabello largo y castaño oscuro me miraba casi sin parpadear, era muy hermoso, si hermoso, parecía una chica aunque su mirada era burlona, y su sonrisa, acentuaba su belleza de una forma extraña, casi hipnotizarte, había algo en el que me invitaba a seguir el juego de las miradas y sonrisas, aunque sabia que el me estaba viendo, que notaba mi comportamiento, no podía evitarlo, por que en el fondo quería que el supiera que yo podría dejarlo cuando quisiera, si así de estúpido soy, note su incomodidad al tratar de mantener la conversación como si no pasara nada, pronto se convirtió en enojo.
- Me voy- me dijo levantándose y dejando el dinero de la cuenta
- ¿Que?¿ Por que?- le pregunte inocente, mirándolo por primera vez en un rato, tenia la mirada fría de nuevo, aunque ahora que lo conocía bien podía ver el enojo escondido detrás, incluso la punta de sus orejas estaba roja, sonreí burlona mente, ¿es que había hecho algo que dañara nuestra amistad?
- Adiós- me dijo, dándome a entender que era un idiota- que te diviertas- termino casi escupiendo las palabras de su boca.
Unos minutos después de que se fue, suspire, me había comportado como un niño, uno muy tonto, me levante ya sin mirar al extraño y Salí de ahí.
Camine sin rumbo un tiempo, pensando en que hacer, ¿ir a su casa y disculparme? Pero terminaría diciéndole todo lo que sentía y al final eso podría ser contraproducente, o esperar a que bajara su enojo y hablarle como si nada al dia siguiente.
Opte por la segunda opción y me dirigí a mi casa, en cuanto llegue me puse una camisa holgada y un short para descansar un poco y me lance a mirar tv, sin poder sacármelo de la cabeza claro.
El ruido del timbre me despertó
Me demore un poco en darme cuenta de donde estaba, cuando por fin pude ponerme de pie sin marearme fui al puerta donde el timbre sonaba ya insistente.
- Idiota- escuche al abrir la puerta, levante la mirada y lo vi ahí parado con los ojos hinchados y rojos, como si hubiera llorado, pero aun así me miraba con odio, como cuando lo conocí
- Que pas…- comencé, pero sus labios detuvieron mis palabras, ¡me besaba! Sentí sus torpes movimientos sobre mis labios, tsk este niño sin experiencia!